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17 Feb 2012

Condicionantes de edad y sexo para el entrenamiento de los niños: Entrenamiento integrado

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El entrenamiento en la edad escolar, viene condicionado por distintos factores, tanto de tipo físico, como psicológico y como el objetivo es la creación de bases que le permita alcanzar unas condiciones físicas y coordinativas adecuadas a su proceso de maduración para alcanzar un rendimiento a más largo plazo, se deben de considerar los aspectos metodológicos y los contenidos del entrenamiento, para que los alumnos participen de manera motivada.

Autor(es):Dr. Pablos Abella, C
Entidades(es):Departamento de Educación Física y Deportes; Universidad Católica de Valencia
Congreso: II Congreso del Deporte en Edad Escolar
Valencia 26 – 28 de Octubre de 2011
ISBN: 978-84-939424-0-3

Condicionantes de edad y sexo para el entrenamiento de los niños: Entrenamiento integrado

Introducción

El entrenamiento en la edad escolar, viene condicionado por distintos factores, tanto de tipo físico, como psicológico y como el objetivo es la creación de bases que le permita alcanzar unas condiciones físicas y coordinativas adecuadas a su proceso de maduración para alcanzar un rendimiento a más largo plazo, se deben de considerar los aspectos metodológicos y los contenidos del entrenamiento, para que los alumnos participen de manera motivada.

Igualmente, los condicionantes sociales han influido en gran manera en las prácticas deportivas en función del sexo, de manera que, unos deportes eran exclusivos de hombres, como eran el rugby, el boxeo, etc, y otros hacen distinciones del mismo deporte en función del sexo (gimnasia artística,..). También influyen de manera importante sobre el desarrollo de los deportistas, los distintos agentes sociales que rodean a los niños, como son los padres, los entrenadores, los gestores del deporte y otros compañeros, que hacen que tengan más o menos motivación por el deporte y refuerce o no su participación en este (Carratalá, Gutierrez, Guzmán y Pablos, 2011).

Debemos tener en cuenta a nivel metodológico que si los gestos a entrenar tienen en cuenta la maduración del sujeto, el sexo y sus experiencias a la vez que se aplican de manera que resulten amenos, estaremos acercando el deporte a estos sujetos de manera eficaz. Puesto que las metodologías clásicas de adquisición de habilidades a base de prácticas repetitivas y demostraciones modelos, pueden ser poco motivantes para los intereses del niño y con ello poco eficaces. Por lo tanto, hay que evitar el sistema analítico clásico como base del entrenamiento de los niños para el adecuado desarrollo psicomotriz del niño encaminándolo hacia una especialización temprana con los riesgos que conlleva.

En este trabajo, vamos a plantear propuestas, algunas ya se están haciendo, con el objetivo de aplicar en el deporte a niños en edad escolar pautas metodológicas adecuadas, en función de su edad y sexo. En estas edades, no debemos buscar la especialización precoz y el dominio de conductas automáticas específicas del deporte, ya que puede acarrear el desarrollo de conductas no deseadas, y posteriores dificultades para aprendizajes de nuevas habilidades, así como posibles lesiones por descompensación producida por la propia especialización deportiva.

Evolución de los aspectos físicos derivados de la edad y sexo:

Las capacidades físicas de los niños, dependen del potencial genético heredado y de las prácticas realizadas. Son internas y no se pueden valorar por sí mismas, sino  a través de acciones externas, como puede ser la fuerza mediante el desplazamiento de un peso. Las habilidades, son acciones motrices realizadas por el sujeto en función de sus capacidades físicas y sus experiencias con el entorno físico y social. Se aprenden y pueden ser mejoradas por las propias experiencias y automatismos, así como por la mejora de las propias capacidades físicas.

Si de entrada, ya hay diferencias en el aspecto evolutivo entre niños y niñas, tal como se puede observar en el estudio de Nilsson et al (2009) en donde comparan el peso y talla de niños y niñas de 9 años de una población de Noruega, Lituania y Portugal y no se diferencian a los 9 años, mientras que dichas medidas en la población de 15 años evoluciona a favor de los chicos, tanto en talla como en peso, como consecuencia de la maduración, lo que llevará plantear trabajos basados en los aspectos físicos de manera distinta (tabla 1) (Nilsson, Andersen, Ommundsen, Froberg, Sardinha, L; Piehl-Aulin and Ekelund; 2009).

Tabla 1: diferencias en función del sexo y edad de la talla y peso entre sujetos de 9 y 15 años.

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 19

Las acciones motrices en los niños van mejorando en su proceso de maduración como consecuencia del incremento de la musculatura y sistema nervioso. Se suele dividir en varias fases el desarrollo motor de los niños.

  1. Desde los 3 a los 7 años: Fase de un rápido perfeccionamiento de patrones motores y adquisición de movimientos combinados. Se van puliendo los movimientos básicos de andar, correr, saltar. Lanzar, trepar, etc… Falta finura de movimientos. En cuanto a la atención, se distraen fácilmente. No pueden estar concentrados durante mucho tiempo y su aprendizaje es más bien mecánico. Igualmente funcionan por impulsos sobre fines inmediatos y no a largo plazo. Son emotivos y demuestran sus sentimientos.
  2. Desde los 7 a 9 ó 10 años: Fase de rápida progresión como consecuencia de mejora de coordinación y equilibrio. Se requiere el planteamiento de muchas actividades variadas para que cojan experiencia con su aprendizaje y práctica. En cuanto a atención y aprendizaje son similares a la etapa anterior (González, M; Santoya, A; 2009),
  3. Desde los 9 ó 10 años hasta los 12 en niñas o 14 en niños: Fase básica del aprendizaje motor. Se observa un alto grado de simetría en el cuerpo, sus movimientos son equilibrados, ágiles y mantienen el equilibrio, aprenden nuevas formas de movimiento y logran el dominio del cuerpo. Mejora su percepción y a la vez su memoria lógica y voluntaria, sobre lo que les interesa. Aumenta el análisis mental, y ellos mismos se obligan a atender y organizar su atención. Tienen predisposición por las actividades y ansias de aprendizaje. Son sociables y admiran de los líderes de grupo su rendimiento físico, valentía, agilidad,… Es una etapa de aprendizaje técnico y adaptación a sistemas tácticos y reglamentos deportivos e integración en equipos. Buena etapa para la iniciación deportiva (González, M; Santoya, A; 2009).
  4. Desde los 12 en niñas o los 14 en niños: Fase de estabilización, individualización y diferenciación por sexo. Se producen grandes mejoras en capacidades y habilidades motoras como consecuencia también de las maduraciones anatomofisiológicas de los sujetos (fuerte crecimiento en altura y extremidades, incremento de masa muscular y todo lo concerniente con la pubertad. En estas edades. tiende a estabilizarse el desarrollo de las habilidades motoras, y mejora el dominio de movimientos por las experiencias y aprendizajes anteriores.

Como consecuencia de ello, podemos indicar que las evoluciones de las capacidades de los niños, son variables en función de cada uno de ellos y el sexo puede tener más influencia a partir de la pubertad, con predominio en la mayor parte de las capacidades en los niños con respecto a las niñas, excepto el caso de la flexibilidad (Ulbrich AZ, Bozza R, Machado HS, Michelin A, Vasconcelos IQA, Stabelini AN, Mascarenhas LPG, Campos W; 2007) y pequeños cambios bruscos en algunos momentos, tal como se puede ver en las tablas de su estudio con 113 niños brasileños (84 chicos y 29 chicas), que aunque la población estudiada es pequeña, se produce una tendencia similar a otros estudios:

La flexibilidad según el desarrollo de los niños va disminuyendo, mientras que en las chicas se produce una primera disminución, para previamente antes de la pubertad, producirse un incremento, posiblemente condicionado por los crecimientos (gráfica 1).

Gráfica 1: Evolución de la flexibilidad en chicos y chicas brasileños

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 19

La fuerza, por el contrario, va progresivamente en aumento tanto en chicos como en chicas y a partir de la pubertad, se nota un mayor incremento en chicos con respecto a chicas (gráfica 2), en lo que respecta a la fuerza máxima isométrica medida en mano. Ocurriendo lo mismo en la fuerza explosiva medida con el salto vertical, que progresa progresivamente con la edad, tanto en chicos como en chicas (gráfica 3), siendo en ellos más elevada. En lo que respecta a la fuerza muscular localizada, como es la realización de flexiones de abdominales (sit-ups) durante 1 minuto, también se observa la mejoría con la edad, aunque siempre los chicos van por encima de las chicas (gráfica 4).

Gráfica 2: Evolución de la fuerza máxima isométrica manual en chicos y chicas brasileños.

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 19

Gráfica 3: Evolución de la fuerza explosiva en salto vertical en chicos y chicas brasileños.

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 19

Gráfica 4: Evolución de la fuerza muscular localizada en abdominales en chicos y chicas brasileños.

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 19

Gráfica 5: Evolución de la velocidad en 50 m En chicos y chicas brasileños.

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 19

En lo que respecta a la velocidad, se observan mejorías progresivas con la edad en chicos y chicas, aunque siempre el nivel de los chicos es mejor que el de las chicas.

Gráfica 6: Evolución del VO2 máx en chicos y chicas brasileños.

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 19

Gráfica 7: Datos de medias de la course navette por el Inef de Barcelona.

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 19

En el análisis de la mejora de la potencia aeróbica, medida con el test course navette, se puede ver que en chicos, más o menos queda estabilizado muy pronto hacia los 9 años y con ligeros descensos, mientras que en las chicas que parten con una potencia aeróbica baja, esta va disminuyendo progresivamente con la edad, posiblemente como consecuencia del tipo de actividad deportiva y el incremento de masa corporal (consumo máximo de oxigeno relativo), mientras que si comparamos esos datos con los proporcionados por las medias exigidas en las pruebas “course navette” realizadas para la población española, se ve una mayor capacidad para los niños con respecto a las niñas y siempre mantenida dicha distancia hasta los 13 años, en donde se estanca en niñas y sigue subiendo en menor proporción en niños.

Aspectos coordinativos y de aprendizaje.

La aptitud física de una persona no depende solo y exclusivamente de sus características anatómicas y fisiológicas, sino que también tienen una gran importancia las condiciones motrices dependientes del sistema neuromotor y las capacidades del sujeto para tomar decisiones acertadas y tener los recursos físicos para poder afrontarlos. Por ello, se suele decir que “La Condición Anatómica y Fisiológica son las dos condiciones básicas sobre las que se fundamenta la aptitud física global del individuo, a las que habría que añadir las condiciones motrices, nerviosas y las condiciones de habilidad y destreza” (Lorenzo F; 2006).

Igualmente, hay que tener claro, que los fines para los que se prepara físicamente a unas personas, van a condicionar el tipo y metodología de trabajo, ya que no es lo mismo prepararse para el rendimiento deportivo que para la mejora de la salud (Zaragoza y col, 2005).

Los mismos tests que se pasan para la valoración del rendimiento deportivo (que suelen ser muy específicos de las características del deporte) no tienen que ser iguales a los utilizados para valorar la salud. Ahora bien, en niños y dentro del proceso de maduración de ellos y las actividades dirigidas a la creación de bases condicionales y coordinativas, van a tener una mayor aproximación a los test de salud por intentar mejorar a nivel general todas sus capacidades.

La evaluación de la aptitud física es útil para educadores y niños. Se suelen utilizar baterías como la Eurofit que contiene test sencillos de aplicar en niños y adultos, y además son instrumentos fiables que no requieren de un material sofisticado. Esta batería es una buena herramienta para medir la condición física en niños y niñas y ha sido muy utilizada en estas poblaciones y en mayores, en distintos países, aunque existen estudios que dudan de su eficacia.

Dada la importancia que adquiere en el proceso madurativo y de mejoría de los rendimientos de los sujetos en base a su coordinación motriz, esta ha ido utilizándose desde un comienzo,  a partir de Oseretsky que en 1930 comenzó con sus baterías motrices, las cuales han ido evolucionando con el tiempo. Una de las más utilizadas es la Batería Movement ABC de Henderson y Sudgen (1992). Esta puede ser aplicada a sujetos de entre los 4 y 12 años. Consta de 4 formas adaptadas a las condiciones de diferentes tramos de edad: 4 a 6 años/ 7 a 8 años/ 9 a 10 años y 11 a 12 años. En cada tramo de edad la batería presenta 8 tareas relacionadas con tres grandes dimensiones de la motricidad infantil: Equilibrio (dinámico, estático y de objetos), coordinaciones manuales (insertar, enhebrar) y coordinaciones globales (lanzamientos, atrapes, saltos). En cada tramo de edad las tareas son diferentes. Analizadas las diferencias de género relativas a la coordinación motriz en una muestra de 903 escolares españoles (comunidades de Madrid y Valencia) de edades comprendidas entre 4 y 14 años (Media: 8,65, desviación típica: 2,62) a los que se les aplicó dicha batería, se observó que en las edades más iniciales (4-6 años) no se hallaron diferencias entre niños y niñas, encontrándose diferencias en función del sexo a partir de los 7 y 8 años, lo cual puede ser debido principalmente a aspectos culturales, más que a biológicos,  aspectos que coinciden con resultados de otros países (Ruiz Pérez y Graupera; 2003).

Completa la información

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº19.

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Como resumen del estudio se observó

  1. Que en las edades anteriores a los 7/8 años no se hallaron diferencias entre los niños y las niñas.
  2. Entre los 7 y 8 años comienzan a verse diferencias significativas en  equilibrio dinámico (mejor las niñas, p=0,044) y en el atrape y lanzamiento de pelota (mejor los niños, p= 0,000), pero no en la puntuación global del test (p=0,326).
  3. En los grupos de 11-12 años, se encontraron diferencias significativas en destreza manual (mejor las niñas, p=0,014) y en el lanzamiento y atrape de pelota (mejor los niños, p=0,000), pero no en la puntuación global del test (p=0,521).

En una revisión de estudios en donde se aplicaron estos test aplicados en edades de los 5 años a los 17, que las niñas mostraban predominio en tareas como agilidad, equilibrio estático o dinámico, destreza manual o saltos con un apoyo, mientras que a los niños se les da predominio en las habilidades de balón, saltos vertical y horizontal o en la velocidad de carrera (Zaichkowsky, Zaichkowsky y Martinek, 1980; Ruiz, 1987).

Comparando estos resultados con los mostrados por Miyahara, Hanai, Tsujii, Jogmans, Henderson, Barnett, Hori, Nakahishi y Kageyama (1996) quienes llevaron a cabo un estudio transcultural y comparativo con este mismo instrumento, entre escolares japoneses y norteamericanos, se puede observar diferencias. En el estudio de Miyahara y col (1996), observaron que en destreza manual y tareas de lanzamiento de balón había diferencias significativas entre niños y niñas norteamericanos, mientras que no se daban entre los japoneses. Y en la recepción de balón se encontraron diferencias significativas entre niños y niñas norteamericanos de 8 a 11 años y en los japoneses entre los 8 y 10 años. En relación al equilibrio estático, las escolares japonesas y norteamericanas superaron a sus compañeros en ambos países, no encontrándose diferencias en el equilibrio dinámico.

En el estudio realizado en España (Ruiz Pérez y Graupera, 2003), los resultados muestran similitudes y diferencias con estos datos ya que no se hallaron diferencias entre sexos en la tarea de equilibrio estático, y sí en el dinámico entre los 7 y 8 años. En cuanto a la destreza manual sólo se hallaron diferencias en las edades de 11-12 años, datos que difieren de los norteamericanos y se acercan más a los japoneses, mientras que en los datos de lanzamiento y atrape se coinciden con los datos del estudio de Miyahara y col (1996).

Además de los cambios producidos a nivel físico, con la edad, también se producen diferencias en las prácticas deportivas Nilsson et al (2009) (tabla 2), en donde se produce un cambio en el transporte de  existir una mayoría de caminar en los niños de 9 años a pasar a un aumento en el transporte motorizado, posiblemente como consecuencia del cambio del centro de estudios, de tenerlo más próximo a casa a más lejos, sin existir diferencias significativas en función del sexo. Mientras que en lo que se refiere a hábitos deportivos, se observa cómo hay diferencias significativas a nivel de edad, en donde aumenta el sedentarismo en niñas de 9 a 15 años e incluso disminuye la actividad física fuera de las horas escolares, aumentando en función de la edad la nula actividad y la actividad de una a dos veces por semana y la de más días, existiendo más participación en chicos que en chicas.

Tabla 2: Porcentaje de niños que realizan actividad física y actividad sedentaria en función de la edad y sexo.

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 19

Weiss & Chaumenton (en Oña, 1993) desde el punto de vista metodológico en la iniciación deportiva proponen la creación de entornos estimulantes para los niños con mucha variedad de materiales y actividades, que les permitan mantener la atención a la vez que se desarrollan las habilidades y condiciones buscadas. También es necesario reforzar a los alumnos con ánimos y refuerzos positivos. Utilizar tareas posibles de alcanzar por los alumnos, crear ámbito social positivo entre los propios alumnos y dar máxima información sobre el entrenamiento de la tarea, para que motive a los chicos y de diviertan a la vez que aprenden.

Discusión

Si a nivel físico se observan diferencias condicionadas por la edad entre chicos y chicas con mayor igualdad en las primeras etapas en función del sexo, e incremento de fuerza, talla y peso en chicos en edades posteriores con respecto a las chicas, mientras que en aspectos coordinativos puede haber menor diferencia e incluso en alguna de ellas tener un nivel superior las chicas con respecto a los chicos (uno de los ejemplos que podemos ver sobre este tema es el éxito en tiro al pichón en la Olimpiada de Barcelona en 1992 en donde quedó campeona olímpica la china de 14 años, Zhang Shan, estableciendo un nuevo record olímpico, aprovechando que dicha competición fue mixta, surgen varias cuestiones:

¿Podrían realizarse juegos deportivos escolares mixtos hasta la pubertad y a partir de dicha edad separarlos por sexo?

¿Habría actividades deportivas que podrían hacerse mixtas por su predominancia en habilidades motoras, en donde puede influir de menor manera la potencia (como por ejemplo el patinaje artístico, el salto de trampolín, bolos,…),o conviene seguir manteniendo las competiciones todas separadas por sexo?

¿Los aspectos educativos del deporte escolar deben de predominar sobre los de rendimiento en estas edades iniciales?

Las metodologías de entrenamiento con niños ¿Deben primar el desarrollo motor de estos en las primeras edades potenciando el juego y a la vez el propio proceso de desarrollo físico?

En etapas de pubertad en donde se fortalece la especialización, en los deportes con gran importancia a los aspectos coordinativos ¿deben de predominar las actividades complejas y potenciando la motivación?

Y en los deportes de predominio de capacidades físicas para su rendimiento, ¿De qué manera se debería aplicar el entrenamiento para mantener la mejora de las capacidades físicas y a la vez la motivación? ¿Deberían los entrenadores utilizar el principio de la transferencia mediante el uso de juegos que produzcan transferencia positiva a las capacidades físicas más importantes que se requieren para la disciplina deportiva?

Son muchas las dudas que nos asaltan y que a la vez pueden dar pautas para utilizar distintos métodos que mantengan a los niños ilusionados con las actividades deportivas.

Bibliografía

CARRATALA, V; GUTIERREZ, M; GUZMÁN, JF., PABLOS, C (2011). Youth sport enviromnment perceived by athletes, parents, coaches and managers. Revista de psicología del Deporte. Vol, 20 nº 2.pp 337-352

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HENDERSON S AND SUGDEN D (1992): The Movement Assessment Battery for Children. Psychological Corporation.

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ULBRICH AZ, BOZZA R, MACHADO HS, MICHELIN A, VASCONCELOS IQA, STABELINI AN, MASCARENHAS LPG, CAMPOS W. Aptitud física en niños y adolescentes de diferentes prácticas maduracionales. Fit Perf J. 2007; 6(5):277-82.

ZARAGOZA CASTERAD, J.; SERRANO OSTARIZ, E. Y GENERELO LANASPA, E. (2005). Dimensiones de la condición física saludable: evolución según edad y género. Revista Internacional de Medicina y Ciencias de la Actividad Física y el Deporte vol. 5 (17) pp. 50-67

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