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1 Mar 2012

El deporte como herramienta educativa en el juego limpio.

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Al hallarnos en el área de Deporte, observamos que es un campo prolífico para el desarrollo, transmisión y fomento de valores; esto puede, a su vez  transferirse a multitud de ámbitos de la vida.

Autor(es): Álvarez Fernández, M.A.; Estrada Contreras, O; Pérez Córdoba; E.A
Entidades(es): Universidad de Sevilla
Congreso: XIII Congreso Andaluz de Psicología de la Actividad Física y el Deporte
Sevilla España, 17-19 de Noviembre de 2011
ISBN:978-84-939424-1-0
Palabras claves: educación, fair play, deporte, valores

El deporte como herramienta educativa en el juego limpio.

Resumen

Al hallarnos en el área de Deporte, observamos que es un campo prolífico para el desarrollo, transmisión y fomento de valores; esto puede, a su vez  transferirse a multitud de ámbitos de la vida.
Nosotros pretendemos presentar una innovación en los procesos de transmisión de valores y aportar sugerencias sobre la práctica deportiva y su intervención. A la perspectiva educativa tradicional que aborda la práctica deportiva como una instancia de crecimiento personal en términos socio-emocionales y valóricos y de promoción de valores pro-sociales como la cooperación y la sana competitividad, se añade una reflexión crítica frente al fenómeno “deporte espectáculo” el que, a través de los media-más ejerce una poderosa  influencia en los comportamientos de los jóvenes. Afrontamos el término “valor” desde una perspectiva interconductual y evolutiva.  Aludiendo a la influencia que tienen sobre el proceso educativo: entrenadores, árbitros, compañeros y familiares.  En resumen como utilizar el deporte como herramienta educativa que avale nuestro comportamiento en otras áreas que en muchas ocasiones se olvida cuando el deportista se halla inmerso en la competición.

Afrontar la formación en valores como parte de la educación tanto en niños como en  adolescentes es, en sí mismo,  un hito complejo, pues existen multitud de discrepancias  entre la concepción que tiene el profesor/entrenador, los métodos de transmisión de valores, así como la labor que desempeña dentro del desarrollo integral de los deportistas.
Hallamos  que la mayoría de profesores/entrenadores anteponen los aspectos técnico-tácticos  y el desarrollo físico en las distintas actividades en las que se desenvuelven. Otros  en cambio intentan subsanar dicha ausencia con la idea de que en sí misma una actividad educativa incluye dichos aspectos; mientras que en el caso contrario hallamos quienes lo consideran una quimera imposible de abarcar y que es mejor abordarlas desde otras áreas pedagógicas o una simple pérdida de tiempo. Existe un desacuerdo visible entre el profesorado, los entrenadores  y los científicos para llegar a concretar qué tipo de valores deben ser promocionados al alumnado a través de la práctica deportiva. Incluso algunas investigaciones niegan la posibilidad de la realización de dichas actividades. (Lakie, 1964; Alison, 1982). Algunos autores (Raths, Merrill y Simons, 1978) afirman que no existe un consenso unánime en la definición de valor, y esto dificultad estipular la efectividad de este tipo de aprendizajes. (Sheehan y Alsop, 1972).
Algunos autores avalan el deporte como medio óptimo para la transmisión de valores tanto morales como sociales, afirmándose en el “fair play”, la cooperación e identificación con las normas. A través de las competiciones el profesor/entrenador  debe fomentar comportamientos basados en la tolerancia, varados en un clima de respeto y consideración hacia los otros, de este modo  promueve el respeto al adversario,  el aprender tanto en la victoria como la derrota de un evento, conlleva a una verdadera cohesión de grupo y orgullo compartida donde no solo se valora el resultado sino la ejecución de conductas, es decir, el juego realizado entre todos los miembros de equipo/grupo.  Otros optan por desvincular el deporte con la ética y moral, pues opinan que no tiene nada que ver pues en sí mismo a veces también es promotor de violencia,  engaño, protagonismo individual….  Lo que no cabe discusión alguna es  que cualquier acontecimiento deportivo, tanto individual o colectivo, transmite o divulga ciertos valores, o en caso contrario, los antivalores. (Gutiérrez Sanmartín, 1989). En la mayoría de los casos la finalidad de desarrollar dichas valores no corresponde con una educación basada en la ética humanista.
Por todo lo anteriormente expuesto,  incitamos al hecho que la educación debe ser innovadora en esta área,  y  requiera de una participación activa y comprometida por parte  profesores/entrenadores,  a través de lo transmitido en las aulas o campos de juegos esto se reproducirá tanto en el terreno de juego como en el resto de actividades que realizaran nuestro alumnado. Pensemos en que no importa el tiempo que gastemos en la formación  y educación en valores pues cada uno de esos segundos se revalorizara; siguiendo la línea de José María Cagigal (1981): “el hombre debe alimentar valores, recuperar los perdidos y avizorar otros nuevos. Hay que buscar en los mismos hábitos de nuestra sociedad cuanto de aprovechable y valorizador se puede sacar de ello”

Definición de Valor

En general, cuando nos referimos al termino valor lo denominamos como la cualidad por la que un ser, una cosa o un simple hecho despierta un mayor o menor estima. El termino valor nos indica la importancia, significación o eficacia de realizar un determinado comportamiento que asociamos a un valor.
Cuando nos referimos  a los valores morales, en principio son nociones sobre las cuales las personas sienten un compromiso de “ética o conciencia” y lo  utilizan para juzgar las  acciones propias y de  las que les rodean de acuerdo a estos principios establecidos.
Los valores como tales no existen sino se contextualizan, ya se dentro de una situación, en relación a una persona u objeto. Los valores están sujetos a la historia, las culturas, a los individuos y a las circunstancias que se afrontan. Los valores que asumimos influyen en nuestra forma de enfrentarnos, sentir, forma de pensar y formas comportamentales ante a una situación. A través de nuestras actitudes y acciones ante personas y situaciones proyectamos nuestros valores o creencias. Esto supone un compromiso real de la persona ante el propio sujeto y el grupo social donde se desarrolla.
En resumen, los valores se integran mediante la reflexión, la interacción con el contexto donde se desenvuelve y las prácticas sociales, junto con el desarrollo de las capacidades cognoscitivas, la personalidad, las habilidades técnicas y las destrezas operativas. Los valores guían las acciones futuras.

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Modelos de Educación Moral

Estos tipos de modelos nacen por las dudas que se presentan al abordar algunas cuestiones como por ejemplo el tema de la génesis de la moral. Entonces la formación de los sujetos no es única y surgen algunos modelos:
Modelos de transmisión de valores absolutos: Comparten una idea heterónoma de la moral, es decir, una transmisión de valores inmodificables, válidos en cualquier situación, como impuestos, sin poder de elección de otra posibilidad. El individuo pierde autonomía. Ejemplo: al niño se le impone una escala de valores que aceptara, nunca lo interiorizara y lo realizara no por su creencia sino por evitación del rechazo.
Modelos de autoconocimiento y autenticidad moral. Sucede cuando la educación moral tomada en este sentido se identifica con una concepción relativista de los valores, los valores absolutos entran en crisis, cada persona posee una escala de valores que le permite tomar decisiones. Ejemplo: el niño a través del ir explorando las diferentes acciones ira tomando conciencia de sus propios valores.
Modelos de desarrollo de juicio moral. Niegan la existencia de valores absolutos que deban transmitirse de generación a generación, pero tampoco comparte la creencia de que los conflictos morales únicamente puede solucionarse atendiendo a preferencias subjetivas, para ellos el papel de la educación debe centrarse en el desarrollo del juicio moral. Ejemplo: el niño tras ir explorando y decidiendo ira tomando conciencia de sus valores que podrían llegar a discrepar de los impuestos por sus personas de referencia.
Modelos de socialización. Considera la educación moral como socialización en tanto que pretenden insertar a los individuos en la colectividad a la que pertenecen, la sociedad es concebida como bien supremo del cual emana la moralidad, a las cuales todas las personas deben someterse aceptando las normas y valores que posibilitan y conforman la vida en sociedad. Ejemplo: el niño a lo largo de su proceso de socialización ira internando los valores que imperan dentro de su grupo de pertenencia.
Modelos de adquisición de hábitos morales. Para este modelo una persona se considerará moral si su conducta la virtuosa, es decir, si realiza actos virtuosos y, además, los realiza de forma habitual y constante. Ejemplo: el niño realizará una conducta ética y moralmente aceptada, y el grupo la reforzara.; esto provocará que dicha conducta se repita.
Modelos de la construcción de la personalidad moral. Parte de la idea de que la moral no es algo adquirido a priori sino que se entiende como un producto cultural cuya creación depende de cada individuo y del conjunto de todos ellos. Ejemplo: el niño ira construyendo su personalidad moral a través su de su grupo cultural.

Modelo teórico base y forma de intervención

Educación en Valores
La educación en valores es sencillamente educar moralmente porque los valores enseñan al individuo a comportarse como hombre, a establecer jerarquías entre las cosas, a través de ellos llegan a la convicción de que algo importa o no importa, tiene por objetivo lograr nuevas formas de entender la vida, de construir la historia personal y colectiva, también se promueve el respeto a todos los valores y opciones.
Educar en valores es también educar al deportista para que se oriente y sepa el valor real de las cosas; las personas implicadas creen que la vida tiene un sentido, reconocen y respetan la dignidad de todos los seres.
Los valores pueden ser realizados, descubiertos e incorporados por el ser humano, por ello reside su importancia pedagógica, esta incorporación, realización, descubrimiento son tres pilares básicos de toda tarea educativa; necesitan la participación de toda la comunidad educativa en forma coherente y efectiva.
Es un trabajo sistemático a través del cual y mediante actuaciones y prácticas   se pueden desarrollar aquellos valores que están explícitos en nuestra constitución como base para cualquier tipo de educación en valores.
Una vez que los niños interioricen los valores, éstos se convierten en guías y pautas de conducta, son asimilados libremente y nos permiten definir los objetivos de vida que tenemos, nos ayuda a aceptarnos y estimarnos como somos. El deporte debe ayudar a construir criterios para tomar decisiones correctas y orientar nuestra vida, estas tomas de decisiones se da cuando nos enfrentamos a un conflicto de valores, otro de los objetivos de esta educación es ayudar al niño en el proceso de desarrollo y adquisición de las capacidades para sentir, pensar y actuar; como vemos educar en valores  busca la autonomía, la capacidad crítica para tomar decisiones en un conflicto ético.

Estrategias de aplicación para Educar en Valores
Sensibilización ante la presión de los pares: Estas presiones, pueden expresarse de manera explícita (los compañeros instan a que realice un comportamiento no adecuado por ejemplo dar un codazo para adelantarse)  o implícita (como no juega agresivamente, el equipo lo margina). El entrenador debe motivar, hacer hincapié en la fuerza del equipo pero de  forma positiva y exponer situaciones reales, así como análisis de las conductas realizadas dentro de la competición deportiva, que generaron los problemas
Estrategias de Sensibilidad y empatía: Para ello, el entrenador deberá realizar una escala de valores base. A continuación deberá de operativizarlos en una secuenciación de conductas, pues si no caerá en el error del pensamiento abstracto. De esta manera, los niños perciben y evalúan  más fácilmente  la consecución del valor. Por ejemplo, podemos explicar teóricamente o en abstracto el valor: cooperación; pero esto no llevara a que los niños pueden ser agentes activos en proceso de adquisición de dicho valor, pues no sabrán ejecutarlo. En cambio si  el entrenador lo acota en un determinado número de pases, asistencias etc… que el equipo debe realizar antes de finalizar una jugada, los niños pueden evaluarlo, planificarlo y percibirlo más fácilmente.
Sensibilización ante la presión de las figuras de referencia del deportista dentro de su deporte y  de los medios de comunicación. En todos los deportes existen varias figuras de referencia, que suelen ser deportistas de elite: a través de ellos podemos analizar como juegan, como consiguen el éxito realizando un juego limpio y respetando a sus compañeros de equipo como al equipo contrario.  Además podemos utilizar s un eslogan y campañas publicitarias como base de la fomentación de valores, así el niño identificaran  el valor entre los posibles. Tras estas exposiciones, el niño adquirirá argumentos para defenderse de las presiones negativas que a veces, pueden ver dentro del contexto deportivo.
Análisis y comparación de casos. Esto podemos realizarlo a través del visionado de videos de competiciones superiores o de nuestro equipo compitiendo. Tras el visionado los niños expresaran y  analizarán los comportamientos correctos y los incorrectos, cuando realicen el análisis de estos últimos, deberán dar una alternativa a dicho comportamiento.
Los padres suelen ser miembros activos pues apoyan a los niños en su deporte,  a través de la participación, el entrenador puede orientarlos y hacerlos coparticipes en la educación ética a través de la práctica  deportiva. Ejemplo: durante un evento deportivo los padres deberán reforzar las conductas positivas de los niños y evitar caer provocaciones del equipo contrario y conductas no adecuadas (gritos, gestos)

Bibliografía

Álvarez Guerra, D.A; “La Educación Física y el Deporte en la formación de valores”; Dpto de Teoría y Metodología; ISCF “MANUEL FAJARDO”
Buceta, J.M. (1998) “Psicología del entrenamiento deportivo”. Madrid: Dykinson
Cagigal JM. “Desarrollo de valores en la Educación Fisica y el Deporte”, Miscelánea. Apunts Educación Fisica y Deporte Universdad de Valencia 1998.
Carranza, M. y Mora, J. M. (2003) Educación física y valores: educando en un mundo complejo. Barcelona: Graó.
Castejón Oliva, F. J. (1995) “Fundamentos de  la iniciación deportiva y actividades físicas organizadas”. Madrid: Dykinson.
Dosil, J. (2004) “Psicología del la actividad física y del deporte.” Madrid: Mc Graw Hill.
Gil Morales, P.A. (2003) “Animación y Dinámica de grupos deportivos”. Sevilla: Wanceulen.
Gutiérrez Sanmartín, M; (1995) “Valores Sociales y Deporte”; Editorial GYMNOS;
Gutiérrez Sanmartín, M; (1996); “Desarrollo de valores en la Educación Física y el Deporte”, en APUNTS, MISCELANEAS.
Gutiérrez Sanmartín, M; (1996); “¿Por qué no utilizar la actividad física y el deporte como transmisor de valores sociales y personales?” Rev. Española de Educación Física y Deportes. Vol. 3. Nº 1. pp. 40-42.
José S. J; “El desarrollo de valores positivos dentro del deporte escolar. Revista Digital www.El deporte. com.;
Mayor, J y Pinillos, J.L. (1989). “Tratado de Psicología general. Creencias, actitudes y valores”. Madrid: Alambra
Varios (2006) Juega limpio en el deporte. Campañas de promoción del fair play. Unisport.
Zarzar, CH. C., “¿Cómo incorporar los valores en el currículo?”, Órgano del Centro de Didáctica de la Universidad Iberoamericana.  Publicación semestral. Número 23. Primavera `94.

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