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1 Feb 2012

El juego cooperativo en los centros penitenciarios. Una experiencia de vida

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La educación se ha interesado siempre más por el hacer que por el sentir, pero quizá convenga cambiar ahora la perspectiva; acostumbrarse a sentir es empezar a sentirse, y al verbalizar lo que sentimos se produce el conocimiento; pero conocerse es vivir, y por eso decimos que, ante todo, aprender es aprender a pensar desde el cuerpo.

Autor(es): Diego Collado Fernández, F. Javier Huertas Delgado, Esther Puga González, Rosario Padial Ruiz
Entidades(es): Centro Superior de Estudios La Inmaculada
Congreso: IX Congreso Internacional sobre la Enseñanza de la Educación Física y el Deporte Escolar
Úbeda 8 – 11 de Septiembre de 2011
ISBN: 9788461536665
Palabras claves: Juego cooperativo, centro penitenciario, feria del juego, valores

El juego cooperativo en los centros penitenciarios. Una experiencia de vida

Resumen

Teniendo como referente la experiencia que en los últimos años venimos realizando en el Área de Educación Física de la escuela del Ave María-S. Cristóbal  en colaboración con los alumnos de la Asignatura de «Actividades para el Ocio y el Tiempo Libre»  de la Escuela  de Magisterio «La Inmaculada», contando con alumnos de primaria como participantes, y  basada en la puesta en marcha de ferias del juego cuyo eje principal es la utilización de juegos cooperativos, dedicaremos esta comunicación a transmitir una nueva experiencia que ha consistido en la realización de este tipo de ferias cooperativas dirigidas  a otro colectivo humano como son los internos en centros penitenciarios.

En estas actividades nos hemos planteado un triple objetivo: primer lugar intentar conseguir una mayor cohesión de todos los presos utilizando como recurso educativo el juego cooperativo, en segundo lugar dar a conocer a los participantes la multitud de posibilidades motrices y educativas del juego cooperativo y buscar otra vía de ocupación del ocio y el tiempo libre diferente a las habituales y por último, de cara a los estudiantes de la especialidad de Educación Física de Magisterio poder conectar directamente con la realidad social interviniendo de manera activa en la organización de eventos de participación multitudinaria valorando las posibilidades de estos acontecimientos.

Introducción

Vivimos en una constante contradicción: mientras asumimos como principios universales la igualdad entre las personas, la cooperación entre los pueblos y la construcción de un mundo de paz y solidaridad, participamos en una sociedad jerarquizada, individualista y competitiva en la que el «tener» se ha convertido en un argumento sustitutivo del «ser» y donde importa el triunfo y el logro personal sobre cualquier otra cosa.

En este sentido, el juego cooperativo armoniza dos grandes acontecimientos que no se dan en otras actividades orientadas hacia la educación para la paz y la convivencia. En él se enlazan la alegría, el goce placentero y la magia de lo lúdico con el hecho de compartir ideas, de aunar esfuerzos y de adquirir una conciencia solidaria basada en la renuncia a poseer de forma exclusiva para compartir en el encuentro con el compañero.

Y sin infravalorar el principio de educación a través del movimiento vinculado a nuestra área curricular (también inmerso en esta alternativa lúdica) podemos, a través de los juegos cooperativos, promover formas de vida basadas en la ayuda y la colaboración como medio para el progreso y el bienestar individual y social. Éste será, sin duda, un buen punto de partida para contribuir desde la Educación Física, a través de eventos que se gestan en esta área, a la construcción de una cultura de paz, tolerancia, cooperación y solidaridad. necesaria en cualquier lugar, pero de forma especial en espacio que se trata por sus peculiaridades: un centro penitenciario. 

Completa la información

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº18.

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¿Por qué una feria?

Podemos decir que una «Feria del Juego»  es un conjunto de actividades lúdicas o tareas en la que cada uno de ellas se organiza en «stand» independientes, y en la que los participantes pueden ir de juego en juego, según sus preferencias, sin tener que guardar un orden preestablecido, aunque también se puede organizar atendiendo a un orden.

Esta propuesta puede ser acogida en cualquier Centro de  Enseñanza, parque, en la ciudad o en el campo, es decir, en un espacio abierto o cerrado… y el diseño, la organización y control de la actividad la han de hacerlo los profesores del centro involucrado, aunque es muy interesante la participación de alumnos y alumnas de los cursos superiores, para ello se distribuyen de forma voluntaria y dependiendo de la complejidad de los juegos y de la decoración de los stand por parejas, tríos o grupos más numerosos según se requiera. Se instalarán en la feria tantos grupos como stand, debiendo quedar siempre algunas personas para labores de organización, coordinación, animación y control de la actividad.

Cada grupo ha de preparar con primor y esmero el diseño, organización y montaje de su juego, con las limitaciones espaciales y temporales que la zona de realización y el día de su puesta en acción determine.
En todos los juegos debe primar la vertiente educativa y lúdica, y sobre todo, que puedan tener una funcionalidad futura en cuanto al aprendizaje de nuevas tareas o juegos por parte de los participantes, reforzando contenidos de tipo transversal.
El espacio disponible (pistas polideportivas, parques, plazas…) y en el caso que nos ocupa pabellón cubierto, salas deportivas contiguas, gimnasio y piscina, donde planteemos la instalación de la Feria se distribuye entre los distintos grupos (normalmente espacios distancias 4×5 4×4 5×5) pero pueden ser algo más o incluso menos según la necesidad, adaptándonos a las características del juego, taller o actividad que se va a realizar en cada stand.

Dicho espacio se acota mediante papel continuo, cintas elásticas, cintas separadoras, cinta de balizar, telas,  mallas de plástico o similar, cinta americana, decorado etc.  sujeto por listones verticales, barras, vallas de madera o metálicas o cualquier material útil como módulos de graderío, en este caso.

En cada espacio se instala un rótulo con el nombre del juego, y a ser posible, una cartulina con las normas claras y resumidas de la actividad. La decoración, tendrán una doble característica; por un lado, constará de elementos llamativos y agradables a la vista confeccionado con cartulinas, telas, papel continuo…, y por otro, tendrá un marcado carácter económico. Se ofrecerá a los participantes una gran plasticidad para provocar su motivación. Por lo tanto decorar, pintar y adornar el espacio para dar mayor vistosidad al entorno, es una tarea atrayente y  puede ocupar muchas horas en las que hay que compartir decisiones grupales y acatar reglas y normas, sólo por ello y por las implicaciones educativas que dimana, merecería la pena para los participantes. Otra característica es que el material ha de ser  fácil de montar y desmontar, colocar u organizar.

Dentro de las funciones que es conveniente desempeñar desde el punto de vista de la organización de la feria encontramos como fundamentales: organizador general, coordinadores, monitores o educadores de juegos, decoradores de stand, mantenimiento y material, encargado de música- sonido, animación (payasos, disfraces…), encargado de video y fotografía, ordenanza y encargado de almacén.

¿Como se participa en la feria del juego?

Es aconsejable que los participantes reciban una información básica por parte de los organizadores , sobre los objetivos de la Feria, forma de participar, consejos a tener en cuenta, trucos, etc.
A cada participante  o grupo de participantes, en nuestro caso, se entregará  una tarjeta en la que van señaladas casillas; tantas como juegos hay en la feria, numeradas y con el nombre del juego para facilitar la identificación de los «stand». En dichas fichas los responsables de cada juego o estand anotarán la puntuación obtenida por  los participantes. Donde aparecen  apartados para reseñar aspectos técnicos  y de actitud. Cada cartulina estará numerada o se reflejará el nombre del juego para facilitar la identificación del stand. Los participantes pueden pasar de juego en juego de forma aleatoria buscando los stands menos concurridos para dar mayor agilidad a su participación.

Existe la posibilidad de establecer un tiempo mínimo de permanencia en cada juego; asimismo, la organización deberá prever también unos animadores, que tiene una gran importancia, ya que pueden aportar labores fundamentales y de gran valor para el buen funcionamiento de la Feria como: controlar que los equipos permanezcan unidos, animar los participantes a jugar en los «stand» menos ocupados, orientar  a los participantes y grupos que puedan estar más despistados, dinamizar y ambientar la feria, controlar los flujos de personas por el espacio procurando evitar juegos sin ocupantes,  dar soluciones creativas a posibles aglomeraciones de grupos en algún stand, apoyar algún stand con necesidades técnicas o de personal.

¿Por qué una feria del juego cooperativo?

Concepto de Juego Cooperativo: De forma resumida a portamos el concepto de juego cooperativo atendiendo al pensamiento de Roberto Blázquez. «Actividades colectivas donde las metas de los participantes son compatibles y dónde no existe oposición entre las acciones de los mismos, sino que todos buscan un objetivo común, con independencia de que desempeñen el mismo papel o papeles complementarios».

Características del Juego Cooperativo:
Hacemos un repaso de las principales aportaciones que, en la caracterización del juego cooperativo, han realizado diferentes investigadores:

Pallares Martín, M. (1978) destaca cuatro características en este tipo de juegos:

  • Todos los participantes en lugar de competir aspiran a un fin común: trabajar juntos.
  • Todos ganan si se consigue la finalidad y todos pierden en caso contrario.
  • Los jugadores compiten contra los elementos no humanos del juego en lugar de competir entre ellos.
  • Los participantes combinan sus diferentes habilidades uniendo sus esfuerzos para conseguir la finalidad del juego.

Los canadienses Crévier, R. y Bérubé, D. (1987: 23) expertos en la utilización de los juegos cooperativos en la Educación Física, citan las siguientes:

  • Cada jugador es responsable de la seguridad y del bienestar de los otros jugadores.
  • En ningún momento, un jugador es eliminado.
  • Únicamente se utiliza la fuerza útil y necesaria para jugar juntos.
  • Todo jugador puede ceder su sitio al que quiera, cuando quiera.
  • Cada jugador participa según sus capacidades.
  • El énfasis es puesto en el placer antes que en el esfuerzo.

Parlebas, P. (1988: 53) presta atención en el juego de cooperación al carácter solidario de las relaciones que se establecen entre los jugadores.

Orlick, T. (1986) una de las personas que representan un referente obligatorio en el campo de la educación para la cooperación, valora cuatro características de la alternativa cooperativa de juego en su libro Juegos y Deportes Cooperativos: cooperación, aceptación, participación y diversión. Pero será en la ampliación de esta primera publicación; Libres para cooperar, libres para crear (1990) donde profundizará más, vinculando el juego cooperativo a la libertad en varios ámbitos:

— «Libres de la competición». Una de las características más significativas de las actividades lúdicas cooperativas es su estructura interna. Ésta se configura de tal modo que el objetivo es común a todos los participantes en el juego. De esta forma, los jugadores se liberan de la necesidad de superar a los demás y se crea así una mayor oportunidad para mantener interacciones positivas.
— «Libres para crear». La estructura cooperativa del juego determina un fin común para los participantes, pero no indica un camino para conseguirlo. Se da opción, de este modo, al pensamiento divergente, a la búsqueda de distintas alternativas en la resolución de cada situación-problema. Como señala Terry Orlick (1990: 17) «los individuos que son libres para desarrollar su creatividad no sólo obtienen una gran satisfacción personal, sino también una experiencia positiva para encontrar soluciones a nuevos problemas».
— «Libres de exclusión». La exclusión en el juego alimenta sentimientos de desconfianza en las propias posibilidades e incide negativamente en el autoconcepto. Además, priva de la oportunidad de seguir experimentando y de mejorar las diferentes capacidades. Los juegos cooperativos rompen con la eliminación en la actividad lúdica. De este modo, a la posibilidad de fallar le sucederá una oportunidad para la corrección.
— «Libres de elección». «Proporcionar elecciones a los niños demuestra respeto por ellos y les confirma la creencia de que son capaces de ser autónomos» señala Orlick. El juego cooperativo recoge la posibilidad de poner en marcha la iniciativa individual y está abierto a los deseos de los participantes.
— «Libres de agresión». Si el juego demanda colaboración, si el resultado se alcanza por unión de esfuerzos y no por oposición, disminuye la posibilidad de aparición de comportamientos destructivos o agresivos.
La libertad en estos cinco aspectos es, en consecuencia, lo que define, según Terry Orlick un verdadero juego cooperativo.
Slavin, R. (1990) añade una tercera condición a la que no se han referido otros autores y que resulta de vital importancia, especialmente para quienes trabajamos en el campo de la educación: La necesidad de que los jugadores dispongan de habilidades sociales y capacidades motrices y cognitivas para superar las exigencias del juego.

Cavinato y col. (1993) resaltan también el elemento estructural en el juego cooperativo al definirlo como «juego en el que se requiere conseguir un resultado que sólo puede lograrse si todo el grupo está dispuesto a organizarse y coordinar energías». Pasan después a destacar el carácter esencialmente lúdico de este tipo de juegos: «el juego cooperativo permite poner en práctica capacidades que, por regla general, no se consideran ni utilizan, como las habilidades estratégicas y de mediación, la fantasía, la disponibilidad, la capacidad de establecer alianzas y acuerdos y de cambiar rápidamente el papel, de adaptarse al rápido cambio de reglas. De este modo, el juego, liberado de la tensión de la competición con los demás y del ansia por conseguir determinadas prestaciones individuales, puede reencontrar su esencia como espacio de placer y de distensión, de relación de conocimiento, y de diversión…».

Poleo, J. y col. (1990)  atienden a aspectos ya señalados: la colaboración entre los integrantes del grupo, la participación como argumento principal del juego y la no exclusión/discriminación. Pero incluyen, además, una importante reflexión: «aunque en muchas ocasiones existe el objetivo de una finalidad común en el juego, esto no quiere decir que éste se limite a buscar esa finalidad, sino a construir un espacio de cooperación creativa, en el que el juego es una experiencia lúdica». Si para los participantes en el juego el objetivo de éste representa el único nexo de unión, habrá más posibilidades de que aparezcan actitudes de competición de discriminación, de agresión, etc., hacia los menos capaces.

El juego cooperativo, para que sea verdaderamente cooperativo, debe ser concebido por quienes participan en él como universo de exploración creativa en colaboración con los demás. Sólo así se valorará el disfrute de medios como más importante que la consecución de un fin.

Finalmente, autoras como Guitart, R. M. (1990) o Trigo Aza, E. (1994) destacan el ya citado carácter participativo de este juego. «Favorecemos la participación de todos los niños, los más dotados y los menos dotados, aquellos que siempre ganan y los que siempre pierden», señala Guitart; mientras que Trigo se refiere a este aspecto de modo prácticamente análogo, «se favorece la participación de todos, los más y los menos dotados, […]. Todos pueden ganar».

  • Permite explorar y da pie a la búsqueda de soluciones creativas en un entorno que está libre de presiones.
  • Propicia las relaciones empáticas, cordiales y constructivas entre los participantes.
  • Prima el proceso sobre el producto.
  • El error se integra dentro del proceso proporcionando feedback y propiciando la ayuda de los demás.
  • Posibilita el aprendizaje de valores morales y de destrezas de carácter social.
  • Se puede valorar positivamente el éxito ajeno.
  • Se fomentan las conductas de ayuda y un alto grado de comunicación e intercambio de información.

            Los juegos cooperativos poseen una serie de características que les confiere su especificidad. Sobre las mismas, se han referido diversos autores. Así por ejemplo, Pallarés Martín M. (1978) señala las siguientes:

  • Todos los participantes, en lugar de competir, aspiran a una finalidad común, trabajando juntos.
  • Todos ganan si se consigue la finalidad y todos pierden en caso contrario.
  • Todos los jugadores compiten contra los elementos no humanos del juego en lugar de competir entre ellos.
  • Los jugadores combinan sus diferentes habilidades uniendo sus esfuerzos para conseguir la finalidad común.

Brown, G. (1987), citado por Jares, X. R. (1992), subraya que las características de los juegos cooperativos son liberadoras y señala las siguientes:

Liberan de la competencia: El objetivo es que todos participen para poder lograr una meta común. La estructura asegura que todos jueguen juntos, eliminando la presión que produce la competencia. El participante no se preocupa si va a ganar o a perder: su interés está en la participación.
Liberan de la eliminación: El diseño del juego cooperativo busca la incorporación de todos. Muchos juegos tratan de eliminar a los más débiles, a los más lentos, a los más torpes, etc. Y junto con la eliminación va acompañado el rechazo y la desvalorización. El juego cooperativo busca incluir y no excluir.
Liberan para crear: Crear es construir y, para construir, la importancia del aporte de todos es fundamental. Las reglas son flexibles y los participantes pueden contribuir a cambiar el juego. Los juegos se pueden adaptar al grupo, a los recursos, al medio ambiente y al objetivo de la actividad. Muchos juegos competitivos son muy rígidos, inflexibles y dependientes de equipos especiales.
Todo esto ocurre porque están excesivamente orientados al resultado final; el juego cooperativo, en cambio, pone el énfasis en el proceso; lo importante es que los jugadores gocen participando.
Liberan de la agresión física: Si promovemos la agresión física contra otro, estamos aceptando un comportamiento destructivo y deshumanizante. Se busca eliminar estructuras que requieran la agresión contra los demás.
Guitart, R. M. (1985: 10 y ss.) enumera las siguientes:

  • El niño —nosotros diríamos el jugador—, jugará por el placer de jugar, no por conseguir necesariamente un premio.
  • El niño —jugador— se divertirá sin la amenaza de no conseguir el objetivo marcado.
  • Favorecen la participación de todos.
  • Los compañeros se ven como compañeros de juego, con relaciones de igualdad.
  • El niño —jugador— intentará superarse a sí mismo y no superar a los otros.
  • El juego se ve como una actividad conjunta, no individualizada.
  • Todos los niños —jugadores— tendrán un papel destacado, todos serán protagonistas.

A las características enumeradas, añadimos por nuestra parte una más: su ductilidad, es acomodadizo tanto para las edades de los jugadores como para los ambientes en los que se han de desarrollar. Lo que los convierte en un instrumento didáctico de suma flexibilidad.

En definitiva, parafraseando a Terry Orlick (1986: 13), las cuatro características esenciales que resumen la singularidad de los juegos cooperativos son la cooperación, la aceptación, la participación y la diversión.

Valores, Actitudes y Normas que transmiten los Juegos Cooperativos

Entre los valores y ventajas de los juegos cooperativos podemos destacar: construcción de una relación social positiva, la empatía. el respeto, la cooperación. la socialización, la salud. la participación responsable, el aprecio y autoestima, la alegría.
Comparando las relaciones que se producen en situaciones de cooperación y de competición, podemos concluir lo siguiente (Brown, G. 1987: 14–15): Los individuos en situaciones cooperativas se percatan de que la consecución de sus objetivos es, en parte, consecuencia de las acciones de los otros miembros de la situación. Mientras, los individuos en situaciones competitivas se percatan de que la consecución de sus objetivos es incompatible con la consecución de los objetivos de los demás miembros. Es decir, los individuos son conscientes de estar en una situación competitiva o cooperativa y, consecuentemente, actúan de acuerdo a ello.

Los miembros de grupos cooperativos tienen más facilidad que los miembros de grupos competitivos para valorizar las acciones de sus compañeros tendentes a lograr los objetivos comunes, y para oponerse a reaccionar negativamente frente a las acciones capaces de entorpecer o impedir la obtención de tales objetivos.
Los individuos en situaciones cooperativas son más sensibles a las solicitudes de los demás miembros del grupo que los individuos en situaciones competitivas.

Los miembros de grupos cooperativos se ayudan mutuamente con mayor frecuencia que los miembros de grupos competitivos.
Después de cierto periodo de tiempo, se registra una frecuencia mayor en la coordinación de esfuerzos en situaciones cooperativas que en situaciones competitivas.
La productividad, en términos cualitativos, es mayor en los grupos cooperativos que en los grupos competitivos.
Existe una mayor manifestación de amistad entre los miembros de los grupos cooperativos que entre los miembros de los grupos competitivos.

Los miembros de grupos cooperativos se percatan de que son más capaces de producir efectos positivos sobre sus compañeros de grupo que los miembros de grupos competitivos.

A modo de síntesis, terminaremos especificando, a continuación, los elementos significativos que caracterizan al juego cooperativo según Omeñaca, R. y Ruíz Omeñaca, J. V. (1999):

  • En su formulación, demanda la colaboración entre los miembros del grupo de cara a la consecución de un fin común.
  • Plantea una actividad conjunta y participativa, en la que todos los integrantes del grupo tienen un papel que desarrollar.
  • Exige la coordinación de labores. El resultado no deriva de la suma de esfuerzos, sino de la adecuación de las acciones a las realizadas por el resto de los participantes como respuesta a las demandas de los elementos no humanos del juego.
  • Representa un disfrute de medios, una exploración creativa de posibilidades más que una búsqueda de metas; un entorno para la recreación en las relaciones con los compañeros por encima de la lucha por alcanzar la victoria individual.
  • Atiende al proceso. Concede una especial importancia a todo lo que hay de enriquecedor en la actuación coordinada con los miembros del grupo.
  • No fomenta la competición. Libera de la necesidad de enfrentarse a los demás, de superar y vencer a los otros.
  • No excluye. Todas las personas, por encima de sus capacidades, tienen algo que aportar y participan mientras dura el juego.
  • No discrimina. No hay distinción entre buenos y malos, entre ganadores y perdedores, entre chicos y chicas, etc. Resalta la actuación de un grupo que disfruta participando, mientras que exalta la igualdad entre sus miembros.
  • No elimina. El error va seguido de la posibilidad de continuar explorando y experimentando.

Una experiencia de vida.

Cuando planteamos la actividad a los alumnos de un curso ordinario de la asignatura de Libre Configuración de Ocio y Tiempo Libre lo reciben con cierta prudencia, con reticencia y, en principio, con temor. Por esta razón es necesario hacer una sensibilización  a través de una aproximación que corre a cargo de algún representante del establecimiento penitenciario como es el director de la escuela del módulo Sociocultural y algún recluso que goza de un régimen especial para salir del Centro, para que los alumnos se hagan una composición de lugar, donde los organizadores, con independencia de sus funciones, se sientan preparados. No es frecuente realizar una Feria de Juego a más de 300 internos. Esto a priori, tiene grandes riesgos que hay que prever y solventar, desestabiliza y pone en alerta a todos los participantes en cualquiera de los niveles de gestión y participación del evento.

Para los maestros, monitores y animadores deportivos, los encargados de la seguridad  y los directores supone una enorme responsabilidad,  pues hemos de introducir en la prisión un total de 50 personas, además del inconveniente que supone meter el material de cada stand y los juegos que en cada uno de estos se ubican, así como disfraces y caracterizaciones, útiles de montaje, balizas de separación etc. por lo que el despliegue de seguridad en los controles de acceso y en el interior ha de ser máximo, tanto para los que entran como para los que están en el interior. Por esta razón unos días antes hemos de posibilitar un listado de todos los asistentes con sus datos personales y DNI para que el Ministerio del Interior certifique que los visitantes que participan en la organización del evento no tienen ningún compromiso con la justicia, ni cuentan con índice alguno de peligrosidad a priori. Una vez en la puerta de la prisión el orden ha de ser máximo con objeto de ser operativos en cuanto a economía de tiempo se refiere, para recibir los pases y acreditaciones individuales y poder pasar las personas, materiales y enseres necesarios por el primer torno de seguridad, donde  todos los alumnos  y profesores organizadores del evento son registrados.  Hay un segundo torno de seguridad para acceder al segundo recinto amurallado; en este control, todo vuelve a ser inspeccionado para dar acceso al módulo sociocultural que es donde se realiza la actividad.

Supone una estrecha, profunda y responsable  colaboración humana de forma cooperativa, que resulta muy enriquecedora para todos, entre: profesores  del centro universitario, alumnos de magisterio, funcionarios de la prisión encargados de la gestión y dirección, de seguridad, docencia, animación deportiva y sociocultural, así como internos de la prisión.

El mismo proceso es cooperativo en todas sus fases: en su concepción, en su transcurso y en su ejecución última. Colaboran alumnos entre si en la concepción de los juegos que tienen esta filosofía, en la confección de  los materiales necesarios para su puesta en  práctica , la construcción de los stand y para darles una visión cooperativa global donde todos los participantes multirraciales tienen que conseguir puntos, para sus respectivos equipos, pero al final también han de sumar los puntos de los diferentes grupos para intentar conseguir un mínimo entre todos los equipos para conseguir el objetivo último y común para todos que suele ser un premio en forma de actuación musical o coreográfica. Acabando todo en una fiesta global en la que queda asegurado un mayor intercambio entre todos los internos e internas de la prisión provincial de Albolote utilizando el juego cooperativo como cemento de cohesión entre  los diferentes grupos étnicos  rumanos , gitanos,  sudamericanos , Países del Este Europeo y rusos, africanos del Magreb  y nacionales que se unen a través del juego siendo felices y disfrutando de todas las características educativas  y encarnando las funciones del juego en todas sus facetas desarrollando los diferentes niveles de la personalidad de los internos que hemos comentado en la fundamentación teórica. Sobre todo se les ve sonreír y expresar de forma explícita alegría y libertad en el interior de una prisión de forma paradójica.

Por otro lado se observa una gran riqueza humana en el intercambio de relaciones y experiencias de forma jugada entre los internos y los alumnos y profesores organizadores del evento. Unos parten de la incertidumbre, desconfianza, e incluso miedo a la hora de enfrentarse a la vivencia y se encuentran con unos internos que se muestran felices de tener una de las pocas oportunidades de poder relacionarse entre si los internos e internas,  y sobre todo la ocasión única de comunicarse con más de cincuenta personas externas que aportan frescura y novedad al momento, por lo que los  reclusos manifiestan unos deseos inconmensurables de agradar, de hacer las cosas bien  y una actitud de entrega en las tareas y a las relaciones humanas.

Estos lo reconocen y  además se muestran  agradecidos de forma explícita. Baste para evidenciar esta afirmación las palabras de uno de los  responsables de los internos  «es la única vez que nos hemos sentido libres dentro de la prisión»  o el silencio sepulcral de todos los alumnos y organizadores en el autobús durante una media hora que dura el camino de vuelta desde la Prisión provincial de Albolote hasta Granada donde todos sin excepción recapitulan y analizan en silencio absoluto el impacto que ocasiona en sus conciencias lo vivido: una experiencia única.

Bibliografía

  • Pallarés Martín, Manuel (1978) Técnicas de grupo para educadores. Madrid. Instituto Calasanz de Ciencias de la Educación.
  • Crévier, R. Bérubé, D. (1987) Le plaisir de jouer. Jeuse cooperatits de gruope. Quebec. Institut de pleit-air québecois.
  • Parlebas, Pierre (1988) Elementos de sociología del deporte. Málaga. Unisport.
  • Orlick, Terry (1986) Juegos y deportes cooperativos. Madrid. Popular.
  • Orlick, Terry (1990) Libres para cooperar, libres para crear. Barcelona. Paidotribo.
  • Slavin, R. (1990) Cooperative Learning Theory, research and practice. Boston. Allyn and Bacon.
  • Cavinato y col. (1993) «La paz en el juego». En: Turilla (compilación) La escuela: Instrumento de paz y solidaridad. Moron-Sevilla. MCEP.
  • Poleo, J. y col. (1990) La alternativa del juego II. Juegos y dinámica en Educación para la paz. Torrelavega. Editado por los autores.
  • Guitart, Rosa María (1990) 101 juegos no competitivos. Barcelona. Graó.
  • Trigo Aza, Eugenia (1994) Aplicación del juego tradicional al curriculum de E.F. Barcelona. Paidotribo.
  • Guitart, Rosa María (1990) 101 juegos no competitivos. Barcelona. Graó.
  • Orlick, Terry (1986) Juegos y deportes cooperativos. Madrid. Popular.
  • Brown, G. (1987) Qué tal si jugamos. Caracas. Publicaciones populares.
  • Omeñaca Cilla, Raul y Ruiz Omeñaca, Jesús Vicente (1999) Juegos cooperativos y Educación Física. Barcelona. Paidotribo.
  • Collado Fernández,D (2005) Transmisiòn y adquisición de valores a través de un programa de Educación Física basado en el juego motor, en un grupo de alumnos de primero de E.S.O. Inédita. Universidad de Granada.

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