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26 Sep 2013

HÁBITOS DE ALIMENTACIÓN Y EDUCACIÓN NUTRICIONAL: EXPERIENCIA “#KASCOMÍO”

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Los hábitos saludables de alimentación son materia de estudio en el currículo de Educación Física.

Autor(es): Gloria Herrero Serrano
Entidades(es): IES Néstor Almendros
Congreso: X Congreso Internacional sobre la Enseñanza de la Educación Física y el Deporte Escolar
Pontevedra, 5 al 8 de Septiembre de 2013
ISBN: 978-84-939424-4-1
Palabras Clave: nutrición, alimentación, salud, hábitos, industria alimentaria

HÁBITOS DE ALIMENTACIÓN Y EDUCACIÓN NUTRICIONAL: EXPERIENCIA “#KASCOMÍO”

Resumen:

Los hábitos saludables de alimentación son materia de estudio en el currículo de Educación Física. La nutrición demuestra ser clave en la salud de la persona. Sin embargo, la manera de abordar ambas (alimentación y nutrición) en las clases de Educación Física parece no incidir demasiado en el estilo de vida del alumnado, puesto que los cambios en los hábitos no parecen ser significativos ni mantenerse. El acceso a la información del que podemos disfrutar hoy en día nos brinda la oportunidad de actualizar la manera de motivar a nuestros alumnos para responder sus preguntas, suscitarles espíritu crítico y experimentar cambios en sus hábitos. En esta experiencia, se buscó influir en la mayor parte de los comportamientos habituales relacionados con la alimentación: información, compra de productos, preparación de alimentos y consumo. Se pretendió que el aprendizaje estuviese aplicado a la vida real y por eso se investigó sobre temas de actualidad y sobre preguntas que surgieron, se realizó una compra en un supermercado y se cocinaron recetas saludables. Para ampliar los conocimientos de todo el alumnado, el aprendizaje fue compartido. También se utilizaron las redes sociales con el fin de reforzar el hábito y proporcionar feedback positivo a los comportamientos saludables en alimentación.

Completa la información

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº22.

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Motivación del planteamiento

Este proyecto pretendía generar la reflexión ante un hábito como el de la alimentación. Esta acción que repetimos varias veces al día influye, sin lugar a dudas, en nuestra salud y forma parte de nuestro estilo de vida.
La forma tradicional de plantear la alimentación y la nutrición en las clases de Educación Física, siguiendo los contenidos del currículo (RD 1631/06 en la Educación Secundaria Obligatoria y RD 1467/07 en Bachillerato) suele ser la de presentar los tipos de nutrientes y los alimentos que los contienen principalmente, así como diseñar una “dieta” que cumpla con el balance energético negativo o neutro.

Sin embargo, los alumnos, en su día a día, no le ven fácil aplicación a este enfoque de alimentación y tampoco suelen disfrutarlo durante las clases. De ahí que, para los alumnos de bachillerato, que se caracterizan por un comportamiento más independiente, sea necesaria una educación nutricional responsable, al menos en lo que a elección y preparación de productos alimenticios se refiere. Todo esto puede provocar un cambio importante en los comportamientos y actitudes del ámbito familiar, ya que las decisiones de compra y cocina pueden ser fácilmente delegables en los adolescentes.

Además de vivir en un país donde los momentos para comer tienen un gran componente social, el alumnado está continuamente expuesto a publicidad sobre productos alimenticios,  pero ¿por qué comen lo que comen?, ¿qué les lleva a ellos y a sus familias a elegir determinados productos?, ¿entienden las consecuencias de ciertas elecciones?. La mayoría de alumnos no conocen el origen o el proceso de elaboración de los productos alimenticios ni sus efectos en el organismo. No tienen fácil acceso a la información “perjudicial” para los intereses de la gran industria alimentaria y por lo tanto no son libres para elegir su comportamiento alimentario. Este aspecto refuerza los malos hábitos que, al respecto, tienen un creciente número de niños y adolescentes que engrosan los porcentajes de obesidad españoles (OMS, 2012).

Si el principal objetivo de la Educación Física es crear hábitos de vida saludables, deberíamos conseguir que el alumnado fuera competente en el cuidado de su cuerpo con las acciones diarias que repercuten en el mismo, no solo como prevención, sino como tratamiento para el resto de su vida.

De Hipócrates es el consejo “que los alimentos sean tu medicina”. Por tanto, es bueno que inculquemos en el alumnado el gusto por informarse de la procedencia, elaboración y características de diferentes alimentos y los acompañemos en sus dudas y su adherencia al hábito. Al llevar a la práctica lo aprendido sobre educación nutricional y hacerse responsables de sus elecciones, van comprobando los efectos que producen en ellos esos cambios. Ese aprendizaje se hace más duradero cuando lo comparten con sus iguales y aumenta su exposición al mismo tema con el que están sensibilizándose. En este sentido, el acercamiento a comunidades de aprendizaje virtuales o en redes sociales refuerza el aprendizaje significativo y, al menos, los hace más libres, ya que disponen de más información y práctica.  

Desarrollo de la propuesta

Esta experiencia se desarrolla en el IES Néstor Almendros de Tomares (Sevilla) durante el curso académico 2011/2012 en cuatro grupos de primero de bachillerato. En este centro educativo no se oferta Educación Física en el segundo curso de bachillerato, por lo que, para la mayoría de alumnos, esta representaba la última experiencia reglada con la asignatura.

El proyecto #kascomío se llevó a cabo en el segundo cuatrimestre, aprovechando el inicio del año y los nuevos propósitos. El nombre del proyecto se debe a la intención de difusión en la red social Twitter, que permite escribir mensajes de un máximo de ciento cuarenta caracteres. El símbolo de la almohadilla (#) delante del nombre hace referencia a un tema de conversación o debate abierto en dicha red, en el que cualquier usuario puede aportar comentarios o entrar a leer. El título se eligió teniendo presente la importancia del hábito: la pregunta “¿qué has comido?” se formula varias veces al día en conversaciones con familiares, amigos y compañeros y recalca la relevancia de elegir saludablemente cada una de las veces que comemos a lo largo del día. Además, el nombre del proyecto se abrevió imitando la fonética andaluza de la pregunta, haciéndola llamativa y corta para captar la atención de los alumnos y los usuarios de las redes sociales.

Para estructurar el proceso de enseñanza-aprendizaje se dividió el proyecto en cuatro partes, atendiendo a sus objetivos:

  • Sensibilización: Con el fin de crear la necesidad de cuidar la alimentación propia y de las personas cercanas.

Comenzamos con el visionado de algunos documentales que nos descubrían el origen de los alimentos: dónde y cómo se crían los animales, qué características tienen las semillas y la tierra en que se cosechan, quiénes manejan estas industrias y cuáles son sus intereses… Y terminamos razonando el precio del BigMac, las enfermedades de los países desarrollados y el mal humor que tenemos en ocasiones. Surgieron muchas dudas y muchas preguntas y se activó la actitud crítica.

  • Investigación: para profundizar sobre temas actuales e interesantes relacionados con la alimentación y la nutrición y sacar conclusiones útiles para la vida diaria.

Se inició a partir de las inquietudes creadas. Para guiar el proceso, se establecieron algunos criterios que facilitasen el aprendizaje: los datos arrojados debían ser significativos y las conclusiones de cada investigación, útiles para el día a día. La investigación de cada uno debía ser transmitida a los compañeros del grupo en formato “Pechakucha” adaptado (esta manera de realizar presentaciones se basa en estructurar la exposición en veinte diapositivas de veinte segundos de duración cada una) a diez diapositivas de treinta segundos cada una, un total de cinco minutos de exposición. A este respecto, se trabajó la expresión corporal enfocada a la comunicación (verbal y no verbal) de forma gamificada: dos dados decidían la manera de comunicar cada investigación. Se propuso “jugar” a exagerar ciertos errores de comunicación y a obviar algunos elementos de la misma:

    1. Dos: comunicación verbal y no verbal libre.
    2. Tres: comunicación verbal exagerando las pausas con “eeeeeeee” y no verbal, libre.
    3. Cuatro: comunicación verbal libre y comunicación no verbal utilizando solamente la cara (resto del cuerpo tapado).
    4. Cinco: comunicación verbal utilizando “coletillas” de manera exagerada y comunicación no verbal libre.
    5. Seis: comunicación verbal libre y comunicación no verbal utilizando solamente las manos (resto del cuerpo tapado).
    6. Siete: comunicación verbal libre y comunicación no verbal con las manos bloqueadas (en los bolsillos).
    7. Ocho: comunicación verbal libre y comunicación no verbal bloqueada (comunicador oculto tras una colchoneta).
    8. Nueve: comunicación verbal libre y comunicación no verbal tocándose continuamente el pelo.
    9. Diez: comunicación verbal bloqueada (no puede utilizar la voz) y comunicación no verbal libre.
    10. Once: comunicación verbal y no verbal propias de una mala actitud (agresiva, pasota, impertinente, pesada…)
    11. Doce: comunicación verbal libre y comunicación no verbal nerviosa (moviéndose demasiado por el espacio)

Las presentaciones de todas las investigaciones se pasaron a formato vídeo y se alojaron en “YouTube” para poder ser insertadas en un documento recopilatorio y para poderse reproducir en un aula sin acceso a internet.

Los títulos de las investigaciones fueron propuestos por los alumnos y la profesora tras los documentales y las dudas surgidas. Posteriormente se eligieron de manera individual y mediante acuerdos por parte de los alumnos. Las propuestas fueron los siguientes:

1. ¿Hasta dónde llega el control de las grandes empresas alimentarias?

  1. Comida rápida y gente sin tiempo: ¿qué solemos comer con más frecuencia?
  2. Productos alimenticios en cadena / al por mayor. ¿Cómo se fabrican?
  3. Condiciones de vida de los animales que comemos en los países desarrollados
  4. Productos alimenticios modificados genéticamente, ¿nos afecta?
  5. Bancos de alimentos, ¿nos estamos quedando sin los originales?
  6. Frutas y verduras ecológicas, ¿por qué son más caras?
  7. Información nutricional de los productos alimenticios, ¿qué debemos saber?
  8. Consumo excesivo de calorías y longevidad
  9. Curva insulina-glucosa en sangre
  10. Índice glucémico, ¿cómo debería ser a lo largo del día?
  11. Somos agua (experimentos sobre la estructura molecular del agua y las emociones)
  12. ¿Qué es el cortisol?, ¿qué efecto tiene en nuestro organismo?
  13. Celulitis, ¿por qué?
  14. ¿Cómo conseguimos un metabolismo rápido y activo?
  15. Síndrome metabólico y alimentación
  16. Cáncer y alimentación
  17. Alimentos y humor
  18. Anorexia. ¿quién dice cómo es el cuerpo perfecto?, ¿cómo hacemos para estar delgados y saludables?
  19. Vigorexia y alimentación. Suplementos.
  20. Azúcar: más adictivo que la cocaína
  21. Mercurio y otros metales en el pescado
  22. Trigo: alergias y alternativas
  23. Leche de vaca y salud
  24. ¿Cuáles son los conservantes más nocivos para la salud?, ¿cómo los encontramos?
  25. Grasas trans
  26. Frutas y verduras de temporada
  27. Mejor carne: la salvaje
  28. Superalimentos
  29. Suplementos vitamínicos
  30. Grasa necesaria para nuestro organismo
  31. Leches alternativas a la leche de vaca y propiedades
  32. Propiedades de las frutas y verduras
  33. PH de los alimentos: ácido vs alcalino, ¿qué es mejor para nuestro cuerpo y por qué?
  34. Tipos de huevos
  35. Antioxidantes
  • Concurso carritos hipermercado: el objetivo era experimentar una compra “consciente” de productos alimenticios, guiada y debatida.

Los aprendizajes derivados de las investigaciones de los cuatro grupos (ciento veinte alumnos) se materializaron en una compra en un hipermercado cercano al centro educativo. Para llevar a cabo esta actividad, los alumnos trabajaron en parejas y elegieron una de cuatro opciones: ensalada, plato de verduras, plato de carne o pescado y plato de postre o desayuno. A la hora de realizar la compra, concursaron por “carritos”, conteniendo cada uno de ellos la compra de cuatro parejas: una de cada opción de plato. El presupuesto máximo era de cinco euros por persona, es decir, diez por pareja (por plato para dos) o cuarenta por carrito (un menú completo para ocho personas). La compra se destinaría a elaborar una receta saludable en parejas y debían señalarse las características saludables que habían provocado la elección de cada producto, según lo que habíamos aprendido: producto ecológico, producto local, producto de temporada, producto con índice glucémico alto o bajo por razones justificadas, producto con pH alcalino, superalimento… Todo esto provocó que el alumnado preparase a conciencia su receta, con el fin de conseguir más puntos en el concurso. Además, habría un ranking de carritos, por orden de llegada. Para pasar por meta (antes de pasar por caja), debían tener la elección de productos terminada y llegar los ocho componentes del carrito juntos. Esto hizo que los alumnos visitaran el hipermercado con antelación para localizar los productos y su coste.

  • Cocina saludable: en esta fase, los alumnos deberían elaborar una receta y compartirla para crear una base de datos de “platos saludables”.

La última fase de este proyecto fue la elaboración de una receta con los productos que habían adquirido previamente en el hipermercado. Los ingredientes y la elaboración debían quedar patentes y el proceso, grabado en vídeo. De esta manera, sesenta recetas quedarían recopiladas en una base de datos saludable. Tal y como se dividieron, las categorías de recetas quedaron clasificadas en: ensaladas, platos de verduras, platos de carne o pescado y platos de postre o desayunos. Además, a lo largo de todo el proyecto, el hashtag o etiqueta #kascomío se utilizó en la red social Twitter para mostrar las elecciones alimenticias diarias hechas por los alumnos, así como las fotos de los platos y los alimentos, lo que fomentó el feedback de los compañeros y afianzó el hábito de alimentación consciente.

Conclusiones

Durante todo el proceso, el feedback aportado por parte de los alumnos fue muy positivo, destacando sobre todo el aprendizaje “aplicado” al día a día. La propuesta de sensibilización en hábitos alimenticios saludables tuvo un efecto satisfactorio en el alumnado de primero de bachillerato del IES Néstor Almendros de Tomares (Sevilla) como punto de partido en su educación nutricional.
El hecho de partir desde las inquietudes y dudas del alumnado como punto de referencia del proyecto favorece la motivación y el aprendizaje significativo, así como el acompañamiento y la puesta en común de acciones diarias, que se tornaron más “conscientes” en este proyecto.

Referencias bibliográficas  

  1. OMS (2012). “Estadísticas sanitarias mundiales 2012”. Organización Mundial de la Salud.
  2. Real Decreto 1467/2007, de 2 de noviembre, por el que se establece la estructura del bachillerato y se fijan sus enseñanzas mínimas.
  3. Real Decreto 1631/2006, de 29 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas correspondientes a la Educación Secundaria Obligatoria.

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