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4 May 2006

La sociedad de tiro nacional: tercer concurso nacional de tiro. Tuy (pontevedra)

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La Sociedad de Tiro Nacional de España, se constituyó en el año 1900, gracias al apoyo de personalidades importantes del mundo civil y militar. El objetivo de la misma era eminentemente patriótico y buscaba la regeneración del país, tras la pérdida de las últimas colonias.

 
Autor(es):Ruiz Vicente, Diana Belén
Entidades(es): Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Becaria de Investigación (Universidad Politécnica de Madrid).
Congreso: I Congreso Internacional de las Ciencias Deportivas
Pontevedra: 4-6 de Mayo de 2006
ISBN: 84-611-0552-4
Palabras claves: Tiro, antropología del deporte, sociedad

RESUMEN

La Sociedad de Tiro Nacional de España, se constituyó en el año 1900, gracias al apoyo de personalidades importantes del mundo civil y militar. El objetivo de la misma era eminentemente patriótico y buscaba la regeneración del país, tras la pérdida de las últimas colonias. Se pretendía que se organizaran representaciones en el mayor número de localidades y ciudades para que la afición al tiro se extendiese rápidamente. Las tres primeras que se constituyeron fueron la de Madrid, Zaragoza y la de Tuy. Para lograr esa difusión del tiro, se organizaron concursos de de ámbito nacional, en el mismo orden que se formaron las representaciones provinciales.

Completa la información

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº1.

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INTRODUCCIÓN

A finales del siglo XIX, ya existían en España clubes que promovían la práctica del tiro, al igual que en otros países europeos, pero no fue hasta el año 1900 cuando la formación de una Sociedad de carácter nacional tuvo lugar (Del Villar, 1900). Numerosas personas ilustres, tanto del mundo civil como del militar, apoyaron desde el principio la idea de la creación y ocuparon alto cargos directivos. Las premisas que se plantearon para que la Sociedad fuera respaldada por la clase política fueron principalmente los beneficios de esta práctica. El tiro era un ejercicio higiénico, propio de todas las clases sociales, así como muy práctico para la defensa nacional. Este último aspecto era muy interesante para la preparación de soldados y civiles para los posibles conflictos armados. La Sociedad obedecía a un fin patriótico, por lo que todos los españoles debían tener el mismo interés y prestar colaboración, en la medida de sus posibilidades. A partir de su creación, la Sociedad empezó a celebrar concursos nacionales y locales. El tercer concurso nacional se celebró en la localidad de Tuy (Pontevedra), ya que en ese lugar se creó la tercera representación por orden de antigüedad, detrás de la de Madrid, que fue la primera y Zaragoza, donde se originó en segundo lugar.

Material y método

La ciencia que hemos utilizado para llevar a cabo esta investigación es la antropología, dentro de ella la antropología cultural y como método científico de trabajo el utilizado es el etnohistórico. A la antropología le interesa el comportamiento del hombre desde sus orígenes, en los comienzos del proceso de hominización, hasta el presente, y en todos los lugares de la Tierra, cualquiera que sean los niveles de organización social y las tradiciones a que pertenezca cada una de las culturas cuyo estudio minucioso y directo constituye su base empírica (Jiménez, 1975). En la antropología cultural se integran dos dimensiones que son estrictamente específicas: por una parte la que concierne al estudio del hombre como ser orgánico en relación dinámica con otros seres vivos, y por otra, la que se refiere a sus actuaciones como ente creador de cultura. En ambos casos la antropología cultural estudia los efectos de la cultura sobre el medio y la reactuación de éste sobre aquella. Desde esta primera perspectiva es obvio que combinamos en un concepto compuesto dos categorías, la de especie, homo, y la de su producto específico, la cultura. Asimismo, resulta claro que el estudio de estas categorías implica conocimiento sobre las transformaciones del medio humano (Aguirre, 1993). Podemos definir la etnohistoria como método científico de la antropología cultural que se aplica al estudio de sociedades del pasado, constituyendo los documentos escritos su principal fuente de información. Ha surgido como consecuencia directa de los objetivos finales de la antropología cultural: el conocimiento e interpretación del comportamiento en sociedad en todas épocas y lugares. El método etnohistórico nos permite conocer e interpretar sociedades de un pasado más o menos lejano, sobre las que existe abundante documentación escrita (Aguirre, 1993, 1995). El etnohistoriador sustituye la estancia en una comunidad y el uso de informantes por los documentos generados por sociedades y culturas ya desaparecidas, adaptando sus métodos y técnicas tradicionales al estudio del pasado (Jiménez, 1972). Es un método de investigación utilizado por la antropología para el conocimiento del hombre, su cultura y su sociedad, y dentro de ella el deporte, en concreto en esta investigación nos ocupa la Sociedad de Tiro de España (Alcina, 1988).

Resultados

El origen de la idea El germen de la idea para la constitución de esta Sociedad, queda recogida a lo largo de diferentes artículos de la revista “La Nación Militar”, excelente fuente que nos narra día a día la evolución de la misma. El Sr. D. Emilio del Villar, conocido periodista de la República Argentina y español de nacimiento, dirigió una carta al director de la revista la idea de acoger la iniciativa de fundar una Sociedad de Tiro (Del Villar, 1900). La propuesta fue aceptada por el director que encabezó varias reuniones a las que acudieron periodistas, aristócratas, militares y otros profesionales liberales donde trataron la fundación de la “Sociedad del Tiro Nacional”. El deseo de estas personas era que el Tiro Nacional se implantase en España, para que todos los ciudadanos, sin distinción de clases, se adiestrasen en un sport como el tiro, considerado noble, higiénico y agradable. Gracias al mismo se aprendería el manejo de las armas, que pudiera ser necesario para la defensa de la patria (“El Tiro Nacional, La Nación Militar, 1900). En las grandes potencias, como Suiza, Francia, Alemania, Italia, Bélgica y Holanda, eran numerosas las sociedades y existía mucho interés por parte del Gobierno y corporaciones oficiales, considerando que era la más alta demostración de patriotismo el fomentar una obra que en tan gran medida contribuía o podía contribuir a la defensa del territorio (“El Tiro Nacional”, Los Deportes, 1900; Ramos, 1902). Se manifestó la necesidad de que la Asociación fuera federativa respecto a las relaciones de la sociedad de Madrid con las provinciales, y que además fuera democrática por la necesidad de que la enseñanza se popularizase. La comisión quedó encargada de redactar el reglamento, que posteriormente se discutiría y aprobaría la Junta General de Asociados (“Asamblea del Tiro Nacional”, El Liberal, 1900). Estatutos Generales Con fecha 22 de junio de 1900, el Ministro de la Gobernación pasó la Real orden que presentamos a continuación, al Subsecretario, quien la trasladó al Presidente de la Comisión Ejecutiva del Tiro Nacional (“El Tiro Nacional”, La Nación Militar, 1900a): “los Estatutos Generales fueron aprobados definitivamente en la Asamblea de socios fundadores, celebrada el 11 de junio y oficialmente por Real Orden del Ministerio de la Gobernación, de fecha 22 de junio de 1900 (Sociedad de Tiro Nacional, 1900, p. 638)”. En el documento monográfico que recoge los Estatutos Generales de la Sociedad del Tiro nacional, aparece un Preámbulo de las bases que sirvieron para redactarlos, escrito por la Comisión ejecutiva, que apuntaba que la obra de la creación tenía carácter esencialmente nacional. Comentaba la gran afición en otros países al tiro, comparada con la que en España se tenía por las lidias de toros. Por esta razón para redactar los Estatutos tomaron como referencia reglamentaciones de sociedades de tiro de otros países. Otras sociedades extranjeras nacieron de la afición al tiro, por contraposición, en España había surgido por el convencimiento de que era útil y necesaria, como base de un vigor físico y moral. Señalaba que no se debían convertir los ejercicios de tiro en una diversión superficial, que no dejara una enseñanza provechosa (Sociedad del Tiro Nacional, 1900; Sociedad del Tiro Nacional, 1900a). Primera Junta Directiva Tras estos primeros trabajos encaminados a la constitución de la Sociedad, llegó el día de la constitución de la Junta Directiva. Fue el día 2 de julio de 1900, a las diez de la noche, en el Ateneo de Madrid. Allí se procedió al escrutinio de votos cerrados que habían remitido los socios fundadores, en toda España, para elección de la Junta Directiva Central. Asistieron unos 200 socios y votaron 768, dando el escrutinio los siguientes resultados (“Crónica del Tiro Nacional”, La Nación Militar, 1900; “El Tiro Nacional”, La Época, 1900). Presidente: Excmo. Sr. Duque de Rivas. Vicepresidentes: 1º Excmo. Sr. D. Julián Suárez Inclán. 2º Excmo. Sr. D. Alberto Aguilera. 3º Excmo. Sr. D. Faustino Rodríguez San Pedro. 4º Excmo. Sr. D. José de la Torre Villanueva. Vocales: Se nombraron también otros cargos como, veinte vocales, un contador, un tesorero y cuatro secretarios.Después de la proclamación de la Junta, el primer Secretario cerró la relación de socios fundadores resultando en total 1.702 (“Crónica del Tiro Nacional”, La Nación Militar, 1900). Concursos de tiro Desde la constitución de la Sociedad de Tiro Nacional, comenzaron a celebrase concursos para difundir la práctica del tiro a todos los ciudadanos. Los concursos nacionales se realizaron por orden de creación de las representaciones locales y provinciales. El primero fue en Madrid, seguido de Zaragoza y Tuy. Daremos cuenta en esta comunicación del tercer concurso nacional de Tuy (Pontevedra). Se celebró del 4 a 7 de septiembre de 1901 (“Tiro Nacional. Programa Oficial”, La Nación Militar, 1901). Se publicó un Reglamento para el Concurso, contaba con 58 artículos, siendo los principales: Prevenciones generales y Organización Art. 2. No podían presentarse al concurso los empleados de la Sociedad, ni los socios que ejercieran cargos en las comisiones o jurado. Art. 7. Todos los tiradores y espectadores, debían acatar el reglamento, bajo pena de expulsión (“Reglamento del concurso”. La Nación Militar, 1900). Presidencia Art. 11. La Presidencia efectiva correspondió al Excmo. Sr. Presidente interino de la Sociedad, y la Vicepresidencia al Excmo. Sr. Presidente de la Representación de Tuy (“Reglamento del concurso”, La Nación Militar, 1901). Art. 13. Durante el concurso funcionaron las siguientes comisiones: dirección, administración, comisión de recepción, comisión de sorteo, de armamento, de inspección, jurado y comisión ejecutiva. Dirección Art. 14. La dirección estaba encomendada al Presidente de la Comisión Ejecutiva y dos socios que podía elegir para auxiliarle. Comisión de Administración Art. 15. Se componía de los que formaban parte de la dirección y de un administradortesorero. Art. 16. Había una taquilla exterior para billetes de entrada al campo y de localidades. Había también otras taquillas para expender papel de multas, blancos, matrículas, distintivos, etc. Comisión de recepción Art. 18. Estaba compuesta por 10 socios, que cambiaban cada día del concurso. Eran nombrados por la Comisión ejecutiva. Art. 19. La Comisión de recepción atendía, en nombre de la Sociedad, a las señoras que asistieron al concurso, y cuidaba de que los empleados tratasen bien al público. Comisión de sorteo Art. 21. Constaba de tres socios cada día. Art. 22. La comisión de sorteo examinaba las matrículas presentadas, y si el tirador cumplía las condiciones para entrar en el concurso. Comisión de armamento Art. 23. Constaba de tres socios al día. Art. 24. Debía realizar las siguientes tareas: media hora antes de abrirse el campo al público reconocían las armas y las municiones. Las colocaban en un armero, numeradas mediante una tarjeta. Los cartuchos en sus cargadores se colocaban en una mesa. Cuando entraban los tiradores les daban el arma que señalaba su tarjeta y recogían los cartuchos. Por orden del número de sus tarjetas pasaban a una sala de espera. Se revisaban las armas de los tiradores que las llevaban de su propiedad. Comisión de inspección Art. 25. Constaba de cinco socios: uno para la sala de espera, dos para la galería, uno para la entrega de armas y un presidente elegido por el grupo. Art. 26. Debían cuidar que los tiradores no cambiasen sus armas, ni sus tarjetas. También se encargaban de que fueran entrando en la galería según el orden de sus tarjetas, que se colocaran en su puesto y de que colocaran su arma en un caballete, siempre que no estuvieran disparando. Todas las armas debían ir abiertas en el momento de entrar en la galería, para comprobar que estaban descargadas. Jurado Art. 27. El jurado era distinto cada día, compuesto de tres socios, uno de ellos nombrado presidente. Art. 28. Examinaban los blancos cuando terminaba cada certamen parcial, para proceder a su examen y clasificación. En caso de empate, decidía el presidente (“Reglamento del concurso”, La Nación Militar, 1900). Instrucciones referentes al tiro Art. 33. Ningún tirador podía representar a más de una Sociedad. Art. 35. Los tiradores eran los responsables de cualquier accidente que ocurriera por imprudencia o defectos de sus armas. Art. 38. No se podía fumar en la galería de tiro, ni en la sala de espera, ni en la armería. Art. 42. Estaba terminantemente prohibido llevar el arma cargada. Art. 43. Cada tirador, antes de disparar, ponía en el caballete los cartuchos o cargador, que tenía derecho a usar. Si alguno ponía más le imponían una multa de 10 pesetas. Art. 44. El tirador podía tomar la posición que más le conviniese, sin apoyar el arma más que en el cuerpo y sin que éste descansase ni se apoyara más que en el suelo. Art. 47. El tiro que se disparaba o escapase, era válido. Art. 54. En los empates de tiradores se decidía cuál es el vencedor disparando una vez más cada uno de ellos (“Reglamento del Concurso”, La Nación Militar, 1900). Instrucciones referentes a los blancos Art. 55. Se perdían todos los tiros que se dirigiesen a otro blanco que no fuera el que corresponde al tirador. Art. 58. Los blancos se cambiaban para cada tirador, marcando en ellos su número de orden, por si había que examinar los impactos que tenían (“Reglamento del Concurso”, La Nación Militar, 1900). Programa del Concurso Premios para paisanos Del Excmo. Sr. D. Ezequiel Ordóñez, Diputado por el distrito de Tuy: 500 pesetas, medalla de plata y diploma. Del Sr. D. Augusto González Besada, Diputado a Cortes: un objeto de arte y diploma. Matrícula: 10 pesetas. Blancos de silueta a pie. Distancia 400 metros. Serie de 5 tiros. Con fusil de guerra de la propiedad del tirador, o con el mauser escogido entre los de la Representación (“Tiro Nacional”, La Nación Militar, 1901). Ganadores: 1º. D. Clemente Fernández. 1º. D. Pedro García Ponce (“Tiro Nacional. Sección Oficial. Crónica”, La Nación Militar, 1901). Tras dos empates, decidieron repartir los premios (“Tiro Nacional. Crónica de Tuy”, La Nación Militar, 1901). Premios para estudiantes Del Sr. D. Dossier Neira, Senador del Reino: un revólver. Del Sr. D. Leopoldo Caula, Comandante Militar de Pontevedra: un objeto de arte y diploma. Primer accésit de la Junta Directiva Central: diploma. Segundo accésit de la Junta Directiva de Tuy: diploma. Podía matricularse cualquier estudiante que presente documento que acredite hallarse cursando estudios en un centro de enseñanza, y que sea mayor de 17 años. Matrícula: 1 peseta. Blanco de silueta a pie. Distancia de 200 metros. Serie de cinco tiros. Fusil mauser reglamentario (“Tiro Nacional. Programa Oficial”, La Nación Militar, 1901). Ganadores: 1º. D. Andrés Ocaña; 2º. D. Adolfo González. Los accésit quedaron desiertos (“Tuy: tercer Concurso Nacional” La Nación Militar, 1901). Premios para obreros Premio Obispo de Tuy: 100 pesetas y diploma. Accésit de la Junta Directiva de la Representación de Tuy: diploma. Matrícula: 50 céntimos. Iguales condiciones que el anterior (“Tiro Nacional. Programa Oficial del tercer concurso nacional de tiro que ha de celebrarse en Tuy (Pontevedra), en el año 1901”, La Nación Militar, 1901). Ganadores: 1º. D. Rutilio Niel; accésit D. Manuel Seves (“Tuy: tercer Concurso Nacional” La Nación Militar, 1901; “Tiro Nacional. Memoria del Tercer Concurso Nacional” La Nación Militar, 1902). Premios Militares Premio del Regimiento Cazadores de Galicia: 100 pesetas y medalla de plata. Primer Accésit de la Junta Directiva Central: medalla de bronce. Podía matricularse cualquier individuo de tropa que pertenezca al cuerpo activo. Matrícula gratuita. Blanco circular, diámetro 1,20 m., diana negra 0,24 m. Distancia 400 metros. Serie de 5 tiros. Con fusil o tercerola mauser (“Tiro Nacional. Programa Oficial”, La Nación Militar, 1901). Ganadores: 1º. D. Ángel Antón; accésit D. Adolfo González (“Tuy: tercer Concurso Nacional” La Nación Militar, 1901). Por falta de espacio, resumiremos el resto de concursos que se disputaron, siendo éstos: premios para trabajadores del campo, premios para militares y paisanos y premios guerra. El segundo día, 5 de septiembre: premios Pontevedra, para paisanos, premio de juventud, premio para cazadores, premio Tuy, premio Estudiantina, premio para Jefes y Oficiales, premio para individuos de tropa y premios Galicia. El tercer día y último de la competición, 6 de septiembre, se llevaron a cabo los premios: premio Consolación, premio Afición, premio Nacional y los premios de Honor. Los socios del Tiro Nacional pagaban por todas las matrículas la mitad de derechos que se consignan en el programa. Las matrículas menores de una peseta, eran gratuitas para ellos. Al concurso asistieron multitud de portugueses y portuguesas, así como representantes de las autoridades y muchos militares del país vecino (Díaz, 1902a).

Discusión

Las investigaciones que se tomaron como punto de partida fueron una serie de artículos que versaban sobre la Sociedad de Tiro Nacional, publicados en tres revistas diferentes. Los resultados obtenidos en nuestra investigación refrendarán algunos de los datos que aparecen en los artículos citados. En su primer artículo, D. Fernando Ximénez Soteras, comentaba un dato con el que no estamos de acuerdo, señalaba que el número de socios fundadores fueron 50 personas, pero tras la investigación estamos en posición de afirmar que fueron 1.702 los socios fundadores de la Sociedad (Ximénez, 1995). En su segundo artículo, “Datos para una historia de la Real Federación Española de Tiro Olímpico II”, el único dato que aporta dentro del objeto de estudio de la investigación que nos ocupa son los concursos que se celebraron a partir de 1900. Después de ver los resultados, comprobamos que organizados por la Sociedad de Tiro Nacional, sólo hubo dos concursos. El primero fue en Zaragoza y el Sr. Ximénez lo enmarca en octubre de 1900, podemos concretar las fechas, se celebró del 17 al 21 de octubre. El segundo fue en Madrid y en el artículo citado se señala que se celebró en noviembre, estaba programado para que tuviese lugar del 30 de noviembre al 6 de diciembre, pero debido a causas meteorológicas, la fechas finales fueron del 5 al 9 de diciembre de 1900 (Ximénez, 1996). Por el escaso espacio, no tratamos el resto de los artículos.

Conclusiones

El origen de la Sociedad Española de tiro, no fue meramente casual. Se encuentra íntimamente relacionado con aspectos sociales y culturales. La Sociedad de Tiro Nacional, institución plenamente civil, contó desde el principio con el apoyo del ejército que demostró su entusiasmo ante la idea de la formación de dicha Sociedad. El Gobierno también se interesó ante la creación y facilitó su desarrollo. Apoyó su creación jurídicamente, dio subvenciones, aportó terrenos para la creación de los distintos campos de tiro que se fueron construyendo, concedió ventajas a los asociados de cara a su ingreso en el ejército y a los que no ingresaran en el mismo les concedió beneficios civiles. Que el centro de operaciones de la formación de la Sociedad se ubicase en Madrid es fácil de entender. Era la sede de la Nación Militar, revista, que era el órgano oficial de la Sociedad. La Sociedad de Tiro Nacional fue una excelente idea en el contexto de la sociedad que nos ocupa. Como tal lo apreciaron muchas personas influyentes que vivieron en el tiempo de estudio y de ahí que se consiguiera una rápida expansión por buena parte de las tierras españolas, y sobre todo, muchos apoyos desde distintos ámbitos de la sociedad. Los concursos de tiro, y en este caso el del recogido en esta comunicación, el tercer concurso celebrado en Tuy, tuvo un gran éxito entre los ciudadanos, asistiendo al mismo, tiradores portugueses. Era un deporte realmente casi desconocido entre los lugareños y consiguió fomentar la afición entre los paisanos.

BIBLIOGRAFÍA

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  • El Tiro Nacional (1900, 15 de abril). La Nación Militar, 68, p. 544.
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  • Sociedad de Tiro Nacional (1900). Proyecto de bases para la constitución del Tiro Nacional. Madrid: La Nación Militar, Arial (imp.).
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  • Tuy: tercer Concurso Nacional (1901, 22 de septiembre). La Nación Militar, 143, pp. 293-294.
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