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27 May 2011

¿Tienes madera para ser un buen entrenador? (5a parte)

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Los entrenadores, como sus deportistas, poseen ciertas fortalezas y debilidades. Después de todo, nadie es perfecto. Sin embargo, es importante, si quieres ser…

La comunicación (II)

Autor: Ricardo Segura Falcó (Director General de Alto Rendimiento)

Desarrollo de habilidades comunicativas eficientes

Los entrenadores, como sus deportistas, poseen ciertas fortalezas y debilidades. Después de todo, nadie es perfecto. Sin embargo, es importante, si quieres ser un entrenador con éxito, que identifiques cualquier debilidad a nivel comunicativo para que puedas mejorarla. Los siguientes párrafos describen un número de aspectos a tener en cuenta para asegurar una comunicación eficiente. En cualquier caso, ten en cuenta que son múltiples los aspectos a tratar. No obstante seguidamente detallamos algunos a considerar.

1. Consigue interés (la atención)

Asegúrate de que los deportistas están preparados para escuchar antes de empezar a hablar. Evita tener la tentación de alzar la voz sobre la de los deportistas, párales y reúneles primero. Puedes conseguir atención y dirigir a los deportistas utilizando el lenguaje verbal y/o no verbal. En este caso un entrenador autócrata emplearía el silbato y un entrenador más flexible y que haya educado bien a sus deportistas, con un simple gesto los tendrá a todos predispuestos a escuchar y ponerse manos a la obra. Para aprovechar dichas señales, se debe mostrar al grupo qué tipo de comportamiento se espera de ellos, cuando se muestra la señal de atención. En la piscina o en la cancha, por ejemplo, una palmada puede significar “parar, poner atención y escuchar las instrucciones…”.

Intenta eliminar cualquier tipo de interferencia, interrupciones o distracciones. Agrupa a los deportistas a poca distancia para que todos puedan verte y escucharte. Procura evitar el sol (intenso y de frente) u otras posibles distracciones como materiales o equipamientos, para que puedan enfocar la atención en lo que vas a decir. Cuando les escuches debes tener en cuenta las mismas consideraciones. Utiliza el contacto visual con todos los miembros del grupo (evita mirar a las gradas o al suelo cuando hables) y di algo así como “es hora de empezar, puedo tener vuestra atención.”. Habla con seguridad y firmeza, para ello utiliza un tono de voz ligeramente más elevado que una conversación (ten en cuenta que deben escucharte varias personas) sin que llegue a ser molesto o maleducado. Cuando los tengas a todos reunidos cuenta hasta cinco, eso quiere decir que están preparados para trabajar. Si sospechas que su atención está por las nubes o es difícil de mantener, pídeles que se sienten. Esto puede depender del tipo de la explicación y del número de deportistas con el que estás trabajando, pero sentados todos tendrán una mejor visión al tiempo que no se bloquearán la visión entre ellos. Si los deportistas son muyjóvenes, generalmente, es mejor pedirles que se sienten. Hablando en términos generales, nunca pares al grupo hasta que sepas que estás en una posición desde la que puedas tener una comunicación correcta.

2. Saca ventajas a tu voz

Este aspecto no significa necesariamente que tengas que aprender a hablar en voz alta o gritar. De hecho, los mejores ponentes, comienzan hablando en voz ligeramente baja para que la audiencia preste más atención. Con esto se puede observar con claridad que dominar las cualidades de la voz, puede ayudar a mejorar la calidad de la recepción. Si cambias el tono, énfasis y velocidad de la voz, posiblemente, mantendrás la atención de los deportistas durante mucho más tiempo. En ocasiones es recomendable realizar pausas y así dar tiempo para asimilar la información que se acaba de dar o para decirles algo que es de suma importancia. En ocasiones los entrenadores ponemos /a quinta marca y soltamos la parrafada sin cambiar de tono y sin pausas. Con esto conseguimos aburrir a la audiencia, evitamos que entiendan y asimilen lo que les decimos y consecuentemente, desembocamos en el aburrimiento y en la falta de atención -el mensaje se ha perdido- y nos vemos obligados a repetir las cosas. Para poder sacar el mayor provecho a nuestra voz, necesitamos apreciar cómo utilizarla. En las páginas centrales de Alto Rendimiento sugerimos que grabases tu voz durante algunas sesiones de entrenamiento, si luego has escuchado las cintas cuidadosamente, vas en buen camino.

¿Te resulta fácil escuchar tu voz?,
¿Qué opinan otros entrenadores o amigos? ,
¿qué opinan tus deportistas?,
¿Suena monótona?
¿Es tu voz demasiado alta o baja, grave o aguda?

3. Desarrolla las habilidades no-verbales

En el anterior ejemplar señalaba que más del 90% de toda la comunicación es no-verbal. En este vamos a conocer y a desarrollar tu nivel de comunicación no verbal. Quizá la mejor forma de hacerlo sea practicando las habilidades no-verbales y observando la respuesta de los receptores. Este aspecto no es fácil y muchas veces, las personas que han asistido a mis clinics de Formación y de Desarrollo Para Entrenadores Deportivos, se han sorprendido al verse en video. En numerosas ocasiones sus respuestas eran “¿Ese soy yo? No me reconozco”. Si la respuesta de los deportistas no es la que esperas, será necesario evaluar tus habilidades comunicativas, examinando los mensajes no-verbales que envías y poniendo atención a cómo los perciben los demás. Una técnica a utilizar puede ser la de bajar el volumen del video (o monitor) y ver si los gestos se identifican con las palabras.

4. Mejora tus habilidades como oyente

Los estudios sobre la comunicación estiman que los oyentes no preparados sólo oyen un 15-20% de lo que se les dice. Para que los entrenadores se comuniquen eficientemente, los deportistas deben sentir no sólo que puedan hablar con él, si no también son “escuchados” por sus entrenadores. Si el deportista siente que no le escuchas, pronto empezará a guardar silencio y a dejar de escuchar. Si esto ocurre, por muy buenos que sean nuestros conocimientos sobre entrenamientos, técnicas, estrategias, tácticas, etc., será como trabajar con estatuas de mármol. En otras palabras, el concepto entrenar habrá desaparecido. Para mejorar tus habilidades como oyente puedes seguir las siguientes pautas:

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4.1. Pon atención al escuchar

Mirar al deportista cuando habla y tener el cuerpo encarado a él, son los primeros pasos para dar a entender (a través de la comunicación no-verbal) que estás escuchando lo que el deportista está diciendo.

4.2 Evita interrumpir

A menudo, la impaciencia y la anticipación provocan que unos interrumpan a otros antes de que hayan terminado de hablar. Esto resulta irritante para el emisor. Es importante permitir que los deportistas se expresen sin interrupción. Cuando se les contesta se debe enfocar de forma positiva sin que sientan que les estamos diciendo que “no” a todas sus sugerencias o comentarios.

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4.3 Utiliza la técnica del puente

Para hacerle saber al emisor que les estamos escuchando debes utilizar alguna forma de enlace o puente (por ejemplo, asentir con la cabeza o utilizar frases como, ‘Ya veo, continúa”), e indicar que sigues lo que se está diciendo. En este apartado, juega un importante papel lo que se conoce como lenguaje fático. Entre

4.4 Parafrasea lo que se ha dicho

Parafraseando, puedes hacer saber al emisor que has entendido exactamente lo que se ha dicho (en el anterior ejemplar mencionábamos algunos ejemplos).

4.5 Invita las aclaraciones

Si tienes dudas o no estás completamente seguro de lo que se ha dicho, solicita más información. Pedir al deportista o a los técnicos que expandan un punto determinado no sólo demuestra que estás escuchando, también evitará confusiones. Para recibir más cantidad de información, puedes formular preguntas, esto sirve por otro lado para motivarles a mejorar su comunicación. Esta puede ser una gran herramienta de trabajo que sin duda se reflejará en el progreso de aquello que se esté realizando.

4.6 Solicita primero información del deportista

Cuando se aprecia un rendimiento determinado o un resultado específico, resulta fácil para el entrenador saltar al escenario dando sus razones. En ocasiones, puede que éstas no coincidan con la percepción o punto de vista de los deportistas. Por ejemplo, si dices “venga… mejor la próxima vez”, y el deportista piensa “si lo he intentado a máximo, quizá esta tarea está más allá de mis posibilidades”. A través de éstas situaciones podrás ver las consecuencias negativas de tu impaciencia. Se debería preguntar primero y buscar un compromiso positivo para evitar que se cree un conflicto comunicativo.

4.7 Mejora tu credibilidad

Los estudios demuestran claramente que si la fuente del mensaje se considera verosímil, el mensaje será aceptado con mayor facilidad. Los siguientes puntos te ayudarán a desarrollar y mantener la credibilidad.

4.7.a Tener un conocimiento excelente

La información que se transfiere debe ser correcta, basándose siempre en unos conocimientos básicos y sólidos; por ejemplo, todavía hay quien se sorprende al tener que realizar prácticas de forma diferente a conforme se habían realizado toda la vida, ya que el entrenamiento evoluciona y los tiempos cambian. Si no pasamos la información correcta, los deportistas pueden empezar a ignorar lo que el entrenador dice o simplemente dejarán de escuchar.

4.7.b asegúrate de lo que se dice es importante y tiene sentido

En ocasiones los entrenadores hablan por el gusto de hablar. Esto puede llegar a aburrir a los deportistas quienes dejarán de poner atención a las explicaciones importantes.

4.7.c Utiliza mensajes simples

Esto evitará el uso de jergas o tecnicismos.

4.7.d  Utiliza todos los canales de comunicación que sean posibles

El uso de un amplio abanico de herramientas para transmitir un mismo tipo de información, es el sello de un buen entrenador. El uso de video, proyecciones, pizarras, imágenes, presentaciones puede romper con la rutina y enriquecer la información.

4.7.e  Adopta una postura positiva en la forma de entrenar

Un acercamiento positivo ayuda a los deportistas a mantener sus sentimientos de competencia. Esto también ayudará a evitar problemas derivados de malas interpretaciones. Los entrenadores que utilizan una actitud negativa encontrarán que sus deportistas se puedan sentir amenazados, no por lo que se diga sino por la forma con la que se dice.

4.7.f Se sincero

La confianza es un elemento importante para obtener credibilidad y los entrenadores deben tener la total confianza de sus deportistas. Es imprescindible pues, que seas sincero cuando te comuniques con ellos.

sincero

4.7.g Cuestión de hablar no de persuadir

Adoptar un estilo de cooperativo permite desarrollar una relación comunicativa con los deportistas basada en la amistad y la aceptación, no en la autoridad! Sólo cuando los deportistas estén a gusto contigo, revelarán los sentimientos que necesitas conocer para entenderles y poder entonces mejorar su rendimiento.

4.7.h Envía mensajes ricos en información

Cuando te comuniques con los deportistas, asegúrate de transmitir información que valga la pena, insisto en la importancia de grabar una o varias sesiones de entrenamiento y analizar lo que hemos dicho y cómo lo hemos dicho.

4.7.i Comunícate con consistencia

El viejo dicho: “Haz lo que yo digo, pero no lo que yo haga” viene a la mente cuando abordamos el tema de la consistencia de la comunicación. Resulta fácil decir una cosa y hacer otra. El ejemplo típico ya mencionado, se produce cuando les decimos que no discutan con los árbitros oficiales pero nosotros lo hacemos cada vez que se presenta una decisión controvertida. Sólo hay que echar un vistazo a cualquier partido televisado para obtener decenas de ejemplos. Cuando los mensajes verbales son inconsistentes o contradictorios con los mensajes no-verbales aparecen problemas comunicativos. Ten cuidado y procura que lo que tu cuerpo muestra coincida con lo que tu boca diga. Para evitar esos problemas debemos trabajar en nuestra técnica no- verbal y también decidir si lo que pregonamos es verdaderamente lo que creemos.

La consistencia debe ser una de nuestras prioridades si deseamos mantener la confianza con nuestros deportistas. Si los entrenadores decimos que haremos ciertas cosas, entonces tenemos que tomar buena nota y hacerlo. Los deportistas son rápidos a la hora de identificar falsas promesas. Si deseamos que nuestro nivel de comunicación se efectivo, debemos ser consistentes.

4.7.j Ajustar el tono

Los alrededores y el ambiente psicológico pueden comunicar tanto a los deportistas como las palabras o las acciones. Aunque existirán limitaciones obvias en los cambios que puedas hacer en el entorno físico, asegúrate de:

  • Selecciona con tiempo el material y las instalaciones adecuadas para el entrenamiento que quieras realizar.
  • Llega con suficiente tiempo para inspeccionar el equipamiento y las instalaciones.
  • Considera habitáculos con asientos para las sesiones de charla (agrupar a los deportistas en círculos o semicírculos permite conducir la comunicación mucho mejor que en filas y posibilita una mayor interacción del grupo)
  • Asegúrate de que sabes el nombre de todos los deportistas y dirígete directamente a cada uno ya que necesitan sentirse valorados.

Más importancia que el ambiente físico y afortunadamente sobre el que tienes más control, es el ambiente psicológico. Para optimizarlo, es primordial que los deportistas se sientan aceptados, respetados y apoyados. Es importante sacar las experiencias de cada deportista (sobretodo en los más experimentados y adultos). Durante las sesiones tenemos que recordar la importancia que tienen las experiencias del grupo y éstas deben ser aprovechadas para enriquecer la sesión. Esto presentará una atmósfera en la que los deportistas sentirán que sus opiniones son consideradas y respetadas, sin miedo a sentirse ridiculizados o apartados del grupo. Algunas sugerencias para ayudarte a crear una buena atmósfera psicológica incluyen:

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consejos

  • Mantén una ambiente cálido y amigable ya que a los deportistas les suele gustar la informalidad (sin demasiados protocolos o parafernalias) y esto aumenta la posibilidad de que respondan más positivamente.
  • Sonríe cuando sea apropiado, pues ayuda a que los demás se sientan más relajados.
  • Si trabajas con un grupo de deportistas, asegúrate de que todos conocen sus nombres (sobretodo cuando un nuevo deportista se une al grupo): esto les ayuda a tratarse unos a otros como personas.
  • Anima a los deportistas a expresar sus puntos de vista y a respetar las ¡deas de los demás.
  • La gente se siente mejor cuando sus opiniones son valoradas por los demás.
  • Entra en el grupo como fuente de información pero con la actitud de querer aprender con y de ellos; evita ser autoritario, cuyo papel principal es dar órdenes.
  • Anima a los deportistas a tomar responsabilidades en su propio aprendizaje; no permitas la comodidad de caer en el papel de deportista que simplemente tenga que seguir tu comandancia.
  • Ofrece apoyo, especialmente en las sesiones de entrenamiento largas o más difíciles.
  • Mantén las discusiones y el diálogo abierto, con carácter positivo y dotándolas de importancia.
  • Sobretodo, confía en tus deportistas y ellos te devolverán la confianza.

Una vez hayas repasado los cinco capítulos publicados, estás en disposición de volver a completar el cuestionario publicado en la página 14 del ejemplar n° 10 de Alto Rendimiento. En el próximo ejemplar desarrollaremos los aspectos esenciales que diferencian los estilos de entrenamiento.

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