AGUAS ABIERTAS: LOS PEORES ESCENARIOS (I)
Cómo superar los peores escenarios que se presentan en aguas abiertas (1ª parte).
Cualquier triatleta, tiene una historia personal que contar relacionada con ocasiones en las que se ha encontrado antes de cruzar la línea de meta. Los ciclistas también recuerdan sus pinchazos y caídas o los corredores comparan sus notas de carrera comentando sobre sus agujetas, desgarros o ampollas. Pero quizá las desavenencias que más ansiedad infieren son las que vienen a sufrir los nadadores, quienes viven con el temor constante de poder experimentar una y otra vez sus peores momentos en aguas abiertas.
Son muchos los aspectos que pueden fallar en aguas abiertas, después de todo, los humanos hemos evolucionado para vivir confortablemente en tierra firme y no bajo el manto acuoso. Desde perder las gafas de nado en el primer chapuzón hasta experimentar una rampa llegados a una zona profunda, los nadadores no lo tenemos fácil.
A continuación, se desarrolla una lista de los peores escenarios que los nadadores pueden experimentar durante la competición en aguas abiertas. Se aportarán sugerencias para prevenir su aparición o al menos saber como reaccionar si se presentaran durante el evento:
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1. Pérdida de las gafas de nado (o goggles)
Nada desespera más que apresurarse a encontrar un hueco en la salida, tirarse de cabeza y perder las gafas mientras se entra en el agua y aunque es raro, puede ser la culminación prematura y desastrosa de la carrera (sin mencionar los lentes de contacto para aquello/as que los utilizan).
Asegúrate siempre de inspeccionar las gafas la noche anterior a la carrera y nunca estrenes gafas nuevas el día de la competición aunque éstas te vengan como anillo al dedo y sean de la misma marca que has utilizado toda la vida. Tira de la espuma o la goma ligeramente en busca de posibles ranuras o desgastes, especialmente en los enganches de la cinta que sujeta las gafas alrededor de la cabeza. A menudo, notarás que las cintas aparentan ser nuevas aunque con señales de deterioro. En este caso si que sería interesante que la noche anterior pruebes unas nuevas asegurándote que se fijan adecuadamente al contorno del ojo incluso cuando están mojadas. Hacer esto la mañana de la competición, con nervios, prisas, registros, hidratación, calzado, bici y otros aspectos organizativos es un verdadero dolor de cabeza.
Recuerda que el sol, el cloro y la humedad son todos elementos que pueden influir la ruptura de la cinta, por lo que te aconsejamos que los cuides manteniéndolos secos y envueltos en una toalla o funda cuando no los utilices.
No es inusual ver a muchos nadadores un tanto paranoicos, traerse un par de gafas extra durante las carreras (colgadas al cuello, atadas al neopreno o incluso atadas alrededor del tobillo). Aunque esta actitud añade seguridad a tu experiencia competitiva, es altamente innecesaria y engorrosa. Las gafas alrededor de tu cuello son peligrosas y todas las otras opciones no son más que un peso muerto a deslizar por el agua.
Primero, es mucho mejor anticiparse al problema y estar preparado para ello: Intenta nadar sin las gafas y acostúmbrate a abrir los ojos bajo el agua. Estas prácticas son valiosas para aumentar tu tranquilidad y confianza durante el nado si se diera el caso, y serás capaz de pasar el apuro sin tener que sacrificar todo el evento por culpa de un trozo de plástico.
2. Las rampas
Las rampas musculares durante el de nado en aguas abiertas son bastante comunes, con más asiduidad castigando la zona de los gemelos o el empeine.
En los triatletas por ejemplo, esto ocurre por que son predominantemente deportistas de extremidad inferior -por virtud de su definida musculatura- y por la fatiga de entrenamiento total. El movimiento en vaivén que generan sus piernas, en ocasiones engarrotadas les lleva a encontrarse con espasmos en las piernas.
Preventiva obvia es realizar estiramientos después de las sesiones de entrenamiento o durante sesiones aisladas y no solo en momentos puntuales sino durante toda la temporada. Aquellos más propensos a sufrir rampas musculares son los que utilizan la natación como deporte secundario o terciario ya que suelen ser menos flexibles por naturaleza que los nadadores.
Alimentos ricos en Potasio:
- ALBARICOQUE
- AGUACATE
- DÁTILES
- PLÁTANOS
- FRUTOS SECOS
- LEGUMBRES
- ZANAHORIAS
- PUERROS
- LECHUGAS
- ESCAROLAS
- ESPINACAS
- ENDIVIAS
- COLIFLORES
- COLES
- CHAMPIÑONES
- ACELGAS
- APIOS
- ALCACHOFAS
Concéntrate en la flexión de tobillo de forma que puedas poner los dedos del pie en punta (flexión plantar) más hábilmente en la acción de bajada cuando des la patada de Crol. En ocasiones se observa a nadadores realizar el movimiento de pies incorrecto, con ángulos incluso superiores a 90º respecto de la pantorrilla, lo que le dificulta un buen desliz por el agua (debido al draft) además de incrementar las posibilidades de que se produzca rampa.
La parte más intensa de la fase de patada en el crol corresponde con el movimiento de bajada de cada pierna. La pierna entera debe “latigar” hacia bajo, con el movimiento arrancando desde la cadera y desplazando la moción por el muslo con la rodilla ligeramente doblada y entonces “latigar” con la rodilla más estirada y luego el tobillo. La fase de subida de cada pierna es más relajada –casi un proceso pasivo auxiliado por las fuerzas de flotación- que debería suponer poco esfuerzo para tus muslos o gemelos. Si instintivamente tiras de la pierna hacia arriba para preparar otra patada en lugar de que la pierna vuelva a su posición sin esfuerzo, puede resultar muy costoso para tus muslos y gemelos, incentivando que se pueda producir el agarrotamiento con dos consecuencias:
1) un nado menos ligero y que te ayude a avanzar y
2) aumentar el riesgo a que se produzca la agoniosa rampa muscular. La idea es que si te concentras en la patada de bajada, relajas los muslos y los gemelos, reducirás el riesgo de rampas, aunque acostumbrarse a esto puede llevar algo de trabajo.
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En caso de rampa acuática, date la vuelta hacia arriba levantando la pierna afectada (si te ocurre en las dos piernas trata primero una y luego la otra), masajea con una mano la zona afectada -siempre hacia arriba que es conforme fluye la sangre- por las válvulas de las venas- mientras tanto la pierna y la mano libres deben concentrarse en mantener el cuerpo a flote. El potasio se le reconoce prevenir las rampas. Si tu alimentación no es suficientemente completa en relación a la ingesta de potasio o no tomas suplementos, esta podría ser la respuesta a tu problema. Muchos naturistas también recomiendan Magnesio para los calambres.
Cuando se produce una rampa durante la competición, lo importante es no entrar en pánico, conciénciate de que estamos experimentando un calambre de contracción muscular continua y tenemos que parar. Mantenerse a flote con la pierna sana y los brazos en posición vertical para entonces flexionar la articulación del tobillo para destensar la rampa. Normalmente se puede parar la rampa con este procedimiento. Los casos más severos son cuando entramos en pánico y ponemos en tensión todos los músculos del cuerpo, resultando en mayores contracciones y convulsiones.
3. El gorro de baño se desgarra o se suelta
Puede que perder el gorro no parezca el final del mundo, pero a un nadador con el pelo ligeramente largo es una experiencia bastante desagradable. Además el nadador que pierde el gorro normalmente pierde las gafas también, ya que las gafas en la mayoría de casos van atadas o sujetas sobre la cofia.
Obviamente, lo primero a pensar sería en llevar el pelo corto si nadas o al menos sujeto en aguas abiertas o al menos sujeto en una cola bajo el gorro si se nada en aguas abiertas. El pelo largo dificulta la visión, molesta en la cara y es un impedimento para una respiración eficiente cuando se gira la barbilla hacia el hombro.
Se puede considerar también anudarse las gafas bajo el gorro. Esta es una estrategia que emplea Dawn Heckman que ha sido campeón en varias ocasiones en aguas abiertas. Esto permite al menos mantener las gafas puestas en caso de que se perdiera el gorro.
No estrenes gorro nuevo el día de la competición. Los gorros nuevos no se han estirado suficientemente (por falta de uso) y tienen más tendencia a deslizarse de la cabeza la primera vez que se utilizan.
Contrariamente, es importante no ponerse un gorro que se haya estado usando durante demasiadas horas de nado o no se haya conservado adecuadamente, ya que se puede haber estirado tanto que tienda a desgarrarse o a escaparse. Si el reglamento de competición para esa carrera en particular no restringe el tipo de gorro que tengas que llevar puesto (por ejemplo codificado por colores y en ocasiones suministrados por algún sponsor de la competición) ponte uno que hayas gastado unas pocas veces, haya estado bien conservado y se ajuste bien a la cabeza pero sin apretar. Asegúrate de inspeccionarlo el día antes de la competición.
Por último y por razones de seguridad, en los entrenamientos en aguas abiertas intenta llevar un gorro de color llamativo y a ser posible, ves siempre acompañado o que alguien haga de vigía desde la orilla. Los gorros negros, verdes u azules son menos visibles y desgraciadamente pueden dificultar las labores de rescate si la ocasión se presentase.
Próximamente: Cómo superar los peores escenarios que se presentan en aguas abiertas (2ª parte).
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