AGUAS ABIERTAS: LOS PEORES ESCENARIOS (II)
Cómo superar los peores escenarios que se presentan en aguas abiertas (2ª parte)
1ª Parte: https://altorendimiento.com/aguas-abiertas-peores-escenarios-i/
Cualquier triatleta, tiene una historia personal que contar relacionada con ocasiones en las que se ha encontrado antes de cruzar la línea de meta. Los ciclistas también recuerdan sus pinchazos y caídas o los corredores comparan sus notas de carrera comentando sobre sus agujetas, desgarros o ampollas. Pero quizá las desavenencias que más ansiedad infieren son las que vienen a sufrir los nadadores, quienes viven con el temor constante de poder experimentar una y otra vez sus peores momentos en aguas abiertas.
Son muchos los aspectos que pueden fallar en aguas abiertas, después de todo, los humanos hemos evolucionado para vivir confortablemente en tierra firme y no bajo el manto acuoso. Desde perder las gafas de nado en el primer chapuzón hasta experimentar una rampa llegados a una zona profunda, los nadadores no lo tenemos fácil.
A continuación, se desarrolla una lista de los peores escenarios que los nadadores pueden experimentar durante la competición en aguas abiertas. Se aportarán sugerencias para prevenir su aparición o al menos saber como reaccionar si se presentaran durante el evento:
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4. Bambollas recién estrenadas.
Como devotos a los cross-trainers, en ocasiones, su abuso o mala elección nos castiga con la lesión. Las más comunes (y fastidiosas) entre ellas, es cuando una nueva ampolla se abren en el agua, resultando en un trozo de piel suelto que quema y se balancea cada vez que se moja.
Mientras algunos dudan de llamarle a este problema una “lesión”, cualquiera que haya nadado en agua salada en alguna ocasión con una (o varias) bambolla, puede testificar que es malditamente doloroso, molesto y causa de distracción.
Las tiritas y los vendajes, rara vez resultan efectivas, ya que se sueltan a los pocos momentos de entrar en el agua (sobre todo si pataleas con ganas). Sin embargo una vendaje enrollado con cinta aislante (sumergible) va bien en ocasiones (el pie envuelto con la cinta alrededor de todo el puente del pie o el dedo gordo, dependiendo del lugar donde se encuentre la bambolla).
Los productos tipo Segunda Piel (Second Skin) son una buena solución si la bambolla tiene varios días de antigüedad. Este producto se aplica con un pequeño cepillo y se seca creando una segunda piel, permitiéndote la libertad de manejarte con más soltura y sin dolor por el agua. Este producto debe utilizarse sólo si la bambolla apareció días atrás, conforme sugieren las indicaciones.
Recuerda estar al tanto de la bambolla los días antes de la competición y recorta sólo la parte muerta de piel colgante. Aunque nunca se recomienda cortar la piel justo después de que la bambolla reviente (puede crear infección), si han pasado unos días es bastante seguro, pero siempre consulta con tu médico.
Mientras puede que todavía pique en su interior, la eliminación de la piel suelta reducirá el factor distracción cuando la piel aletea.
Prevención de bambollas.
Si las bambollas proceden de rozaduras con el calzado puedes seguir la siguiente guía de prevención:
- Mantén los pies secos y limpios el máximo tiempo posible.
- Asegúrate de que el calzado se ajusta a tus necesidades.
- No te calces o lleves calzado mojado.
- Lleva buenos calcetines o dos pares si son finos.
- Utiliza vaselina o polvos adecuados en los deportes que tiendan a hacerte rozaduras.
- Utiliza cinta adhesiva adecuada para la piel o vendaje sobre la zona afectada.
5. Roces
A las rozaduras, se las suele desestimar o pasar por alto aunque causen molestias insoportables. Normalmente esta circunstancia predomina en aguas abiertas y nos afectan en áreas donde dos partes del cuerpo rozan entre ellas, notando un desagradable picor en la piel durante todo el evento y durante los días venideros.
Las zonas afectadas y más comunes son bien conocidas por todos los deportistas y los nadadores en aguas abiertas son los primeros en querer olvidarlas: cuello, axilas, ingles, alrededor de los bordes, aberturas y juntas del neopreno, y en sus enganches (por ejemplo cremalleras). Aparte de la elasticidad y la capacidad aislante, un buen neopreno se caracteriza por que sus costuras no sobresalen en su interior, minimizando el roce con la piel.
La vaselina es una sencilla solución a este problema, y cualquier nadador en aguas abiertas nunca preparará la bolsa de viaje, sin llevar un tarro. Una pequeña cantidad esparcida por las zonas más susceptibles es todo lo que necesitas para evitar el problema. Aunque la vaselina no está recomendada si utilizas un neopreno (el gel petroleum puede dañar la goma y acelerar el deterioro con el tiempo)
Existen en el mercado lubricantes especiales que no dañan el neopreno (BodyGlide) y que los triatletas y surfistas entre otros utilizan. El gel funciona con tanta eficacia como la vaselina pero sin el residuo grasiento que ésta deja. Otra ventaja es que va envasado en sistema roll-on como si fuese un desodorante, lo que evita pringarse las manos y facilitar su aplicación.
6. El oleaje
Nadar en aguas abiertas a pocos metros de la orilla, bien sea en el océano o en el mar, puede llegar a aterrorizar cuando nos enfrentamos a olas de dos o más metros de altura. En condiciones normales cualquier Director de carrera con sentido común considerará posponer el evento.
Con la eventualidad de encontrarte con rodillos de agua salada tu primer instinto puede ser el de pasarlas por encima: ¡NO!
La forma más inteligente (y de esto los surfistas entienden mucho) para romper las olas es tirarse de cabeza justo debajo de ellas. Si es posible sumérgete hacia abajo e impúlsate hacia delante agarrándote a la arena (aquí todo vale). Esto tiene dos beneficios: uno, que deja a la ola pasar por encima de tu cabeza y te permite con seguridad mantenerte fuera de su rango de tiro; y dos, te permite usar la superficie terrestre como polea de avance mientras a los otros nadadores se pasean en la centrifugadora marcha atrás.
Por muy temerosas que parezcan las olas, su ladrido es siempre mayor que su mordisco desde el punto de vista del nadador que prefiere mantener la cabeza en la superficie. Por debajo, sin embargo, el agua se mantiene calmada permitiendo mantener la concentración y preparar el siguiente movimiento. Los nadadores expertos y astutos como marinos, cuentan y conocen la cadencia con la que cada ola grande va a pasar. En el caso de triatletas sólo la salida o la llegada a la orilla supone una estación de transición multiplicada por cuatro (dos en la salida y dos en la llegada). Eso es un inconmensurable tiempo en el cómputo final.
A modo de conclusión, cabe decir que estos escenarios parecen un cuento de princesas para aquellos nadadores que se han topado con pequeñas medusas o incluso con un tiburón. Sin embargo son historias de horror que suceden; a veces por inexperiencia u otras por olvido o falta de tiempo para preparar la competición. Seguid nadando y que os encontréis con muchos delfines y éxitos en el futuro.
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