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6 Jun 2012

Análisis del aporte de calcio y vitamina D en la dieta de mujeres

La ingesta de cantidades suficientes de calcio y vitamina D en la dieta, además de otros factores como la práctica de actividad física de forma regular, es fundamental para preservar la salud ósea de las mujeres postmenopáusicas que padecen osteoporosis.

Autor(es):Germán Díaz Ureña, Susana Aznar Laín, Fernando Jiménez Díaz,Daniel Juárez Santos-García, Fernando Navarro Valdivielso.
Entidades(es): Universidad de Castilla-La Mancha
Congreso: I Congreso Internacional de las Ciencias del Deporte
Pontevedra 2006
ISBN: 9788461105526
Palabras claves: Educación. Comunicación. Vivencias. Cuerpo. Educación Física

Análisis del aporte de calcio y vitamina D en la dieta de mujeres

Resumen

La ingesta de cantidades suficientes de calcio y vitamina D en la dieta, además de otros factores como la práctica de actividad física de forma regular, es fundamental para preservar la salud ósea de las mujeres postmenopáusicas que padecen osteoporosis. Se recogieron datos sobre la nutrición de mujeres postmenopáusicas y osteopénicas de Toledo capital en enero de 2006 mediante un cuestionario nutricional compuesto por 131 ítems, que se analizaron con el programa de análisis nutricional MediSystem 2000. El porcentaje de mujeres de nuestra muestra que ingieren cantidades suficientes de calcio y vitamina D es muy bajo, y las cantidades de calcio y vitamina D ingeridas están muy por debajo de las cantidades diarias recomendadas por la OMS y Novartis Medical Nutrition.

INTRODUCCIÓN.

Las mujeres postmenopáusicas constituyen un grupo especial de la población caracterizado por ser más susceptible al deterioro físico que produce el envejecimiento. Ésto se debe principalmente a la pérdida de estrógenos que se experimenta con la llegada de la menopausia (Greeves, Cable, Reilly, & Kingsland, 1999). Una de las enfermedades más frecuentes en este colectivo de mujeres es la osteoporosis, que produce la disminución de la densidad de masa ósea por el deterioro de la microarquitectura del hueso, conduciendo a una fragilidad ósea aumentada y al consiguiente riesgo de fracturas que, en algunos casos, son difíciles de superar. Para el tratamiento y la prevención de la osteoporosis en mujeres se recomienda una adecuada ingesta de calcio en la dieta, no consumir alcohol en exceso y la práctica de actividad física de forma habitual (Fiatarone, 2002).

El calcio es utilizado en la dieta con la finalidad de mantener la densidad de masa ósea, y su absorción depende de la cantidad de vitamina D y otros nutrientes, como fósforo, sodio y proteínas, que se ingiera (Wallace, Wright, Parsons, Wright, & Barlow, 2002). Sin embargo, recientes estudios muestran que la mayoría de las mujeres no toman las cantidades de calcio recomendadas. La mayor fuente de calcio la proporcionan productos que consumimos diariamente en nuestra dieta, como la leche, el queso o el yogurt, de los que, en la edad adulta, se recomienda consumir al menos tres raciones diarias (Beaudoin & Whatley, 2005). Las cantidades de calcio recomendadas son variables. El Instituto de Medicina de Estados Unidos recomienda una ingesta de 1200 mg/día de calcio para personas mayores de 50 años (Beaudoin & Whatley, 2005). La Sociedad Nacional de Osteoporosis del Reino Unido aconseja consumir 1500 mg/día para mujeres mayores de 45 años (Wallace, Wright, Parsons, Wright, & Barlow, 2002). Por otro lado, según el Real Decreto 930/1992 de 17 de julio por el que se aprueba la norma de etiquetado sobre propiedades nutritivas de los productos alimentarios, las cantidades diarias de calcio recomendadas por la Unión Europea, sin distinción de género o edad, son de 800 mg/día. Nosotros hemos tomado como referencia las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS): una ingesta de 1000 mg/día de calcio.

La vitamina D es el mayor regulador del metabolismo del calcio y, por tanto, fundamental para preservar la salud de los huesos. Una ingesta insuficiente de vitamina D puede producir, además de patologías óseas, enfermedades crónicas como cáncer, hipertensión, diabetes o problemas cardiovasculares. A pesar de esto, algunos estudios indican que las personas mayores no ingieren suficientes cantidades diarias de vitamina D. La mayor fuente de vitamina D son los rayos UVB del sol. La dieta también puede aportar vitamina D, aunque nuestra alimentación habitual no suele contener las cantidades necesarias de esta vitamina para el ser humano. Food Safety Authority de Irlanda recomienda la ingesta de 10 ^g de vitamina D al día para personas mayores de 65 años (Hill et al., 2005). Nosotros hemos adoptado las recomendaciones de Novartis Medical Nutrition de 5 |jg de vitamina D al día. En este estudio mostraremos los resultados obtenidos en cuanto a la ingesta de calcio y vitamina D de un grupo de mujeres postmenopáusicas y osteopénicas de Toledo capital (Spain), y el porcentaje de estas mujeres que cumplen las recomendaciones de la OMS.

MATERIAL Y MÉTODO

La muestra está compuesta por 62 mujeres postmenopáusicas y osteopénicas de Toledo capital, con una media de edad de 56.4 +/-7.1 años. Los datos fueron recopilados en enero de 2006 mediante un cuestionario nutricional compuesto por 131 ítems organizados en 9 grupos de alimentos: bebidas, carnes, dulces, frutas, licores, lácteos, pescados, varios y verduras. En éste, las mujeres de la muestra indicaron los tipos de alimentos que consumieron durante una semana y las cantidades ingeridas de los mismos, organizadas por raciones. Estos datos fueron analizados con el programa de análisis nutricional MediSystem 2000.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Nuestros resultados indican que las mujeres de la muestra ingieren de media 844.86 mg de calcio al día; calcio que se obtiene únicamente de la dieta, sin tener en cuenta los suplementos que algunas de ellas pueden ingerir. Solo un 33.87% de éstas consumen las cantidades diarias de calcio recomendadas por la OMS (1000 mg/día). En cuanto a la ingesta de vitamina D, la cantidad media que ingieren estas mujeres al día es de 1.04 |jg; sin tener en cuenta, de igual forma, los suplementos de esta vitamina que pueden ingerir. Y únicamente el 3.22% de la muestra ingieren las cantidades diarias recomendadas por Novartis Medical Nutrition.

CONCLUSIONES

El porcentaje de nuestro grupo de mujeres postmenopáusicas y osteopénicas de Toledo capital que consume las cantidades diarias recomendadas de calcio al día, un 33.87%, es mayor que el que registró el U.S. Department of Health and Human Services en el año 2000, para mujeres mayores de 50 años. Solo un 27% de estas mujeres estadounidenses consumían las recomendaciones diarias de calcio (Beaudoin & Whatley, 2005). Sin embargo, la cantidad de calcio media que ingieren las mujeres de nuestra muestra al día (844.86 mg/día) es más baja que la que obtuvieron Wallace L.M et al (2002) en un estudio realizado con 68 mujeres postmenopáusicas y osteopénicas, que consumían 1074 mg/día (Wallace, Wright, Parsons, Wright, & Barlow, 2002). Por otro lado, las cantidades diarias de vitamina D que consumen las mujeres de nuestra muestra (1.04 ^g) están muy por debajo de las que recogen otros estudios como el de Hill, T et al (2005) que obtuvieron, de una muestra de 63 mujeres postmenopáusicas, un consumo de vitamina D diario de 3.2 |jg de media (Hill et al., 2005). Hay que indicar que solamente 2 mujeres de nuestra muestra ingieren las cantidades diarias recomendadas de vitamina D.

En nuestra opinión, los datos que hemos recogido de este estudio son algo alarmantes ya que el consumo de calcio y vitamina D entre mujeres postmenopáusicas y osteopénicas de Toledo capital es demasiado bajo, teniendo en cuenta la importancia que tienen estos dos nutrientes para preservar el estado de salud ósea y, por tanto, la capacidad funcional y la calidad de vida de este colectivo especial de la población. Sería adecuado, por tanto, para estas mujeres una suplementación de calcio y vitamina D acompañando a su dieta habitual.

Bibliografía

Beaudoin, C., & Whatley, J. (2005). Calcium Knowledge, Dietary Calcium Intake, and Bone Mineral Content and Density in Young Women. North American Journal o/Psychology, 7(2), 265-278.

Fiatarone, M. (2002). Benefits ofexercise and dietary measures to optimize shifts in body composition with age. TheAmerican Journal ofClinicalNutrition, 11 (suppl), 642-652.

Greeves, J., Cable, N., Reilly, T., & Kingsland, C. (1999). Changes in muscle strength in women following the menopause: a longitudinal assessment ofthe efficacy of hormone replacement therapy. Clinical Science, 97, 79-84.

Hill, T., Collins, A., O’Brien, M., Kiely, M., Flynn, A., & Cashman, K. (2005). Vitamin D Intake and Status in Irish Postmenopausal Women. European Journal of ClinicalNutrition, 59, 404-410.

Wallace, L., Wright, S., Parsons, A., Wright, C., & Barlow, J. (2002). The impact of screening for osteoporosis on bone protecting exercise and dietary calcium intake. Psychology, Health and Medicine, 7(4), 477-488.

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