¿En manos de quién está el deporte escolar?
¿En manos de quién está el deporte escolar?
El título de esta mesa redonda solicita una respuesta a un interrogante sobre un hecho en tiempo presente. Y si bien, cada vez somos más conscientes que existen muchas buenas preguntas y muy pocas buenas respuestas, en esta breve intervención destinaré una primera parte a intentar responder empírica y factualmente a ese interrogante. En un segundo momento me permitiré unirme al sector de los que preguntan. La invitación que se me hizo a participar en esta mesa redonda se debe más a esta segunda perspectiva crítico-reflexiva –tan propia de la educación–, que a una perspectiva narrativo-descriptiva. La respuesta descriptiva se ancla en lo presente, en lo que existe, mientras que la pregunta puede ahondar en lo posible, en lo ideal. Pero como paso previo imprescindible para que podamos establecer una comunicación, explicitemos el objeto de nuestra conversación con unas breves pinceladas.
El deporte escolar. Consideraciones previas.
El Deporte Escolar es una construcción social, por lo que está supeditada a las diferentes interpretaciones propias de un sistema –cultural, político, educativo, social, económico e histórico– complejo. Existe por ello una necesidad de precisar algunos aspectos sobre el concepto de Deporte Escolar. No lo hacemos con el objeto de “definir” el Deporte Escolar1, sino tan sólo con la intención de facilitar la comunicación: – Primer Matiz. El “Deporte” que tradicionalmente ha estado presente en el “Deporte escolar” es aquel que remite a la actividad física reglada, competitiva y con un referente institucional –generalmente las federaciones deportivas–. El deporte-deportes que se realizan en el marco del “deporte escolar” son mayoritariamente manifestaciones en su consideración cerrada –frente a las consideraciones abiertas que consideran deporte a cualquier manifestación expresiva de la motricidad tales como la danza, las gimnasias, las dramatizaciones, el juego, etc.–. En esta primera parte del artículo nos referiremos al “Deporte escolar” como un sistema en el que está presente el deporte en su forma cerrada. Esto no se debe a que la que suscribe este texto la considere la más idónea, sino porque ha sido por el momento la más presente.
Afortunadamente en la actualidad comienza a reclamarse la necesidad de ampliar este modelo, tal y como quedaba explicitado en las principales conclusiones del I Congreso de deporte en Edad Escolar, celebrado en Valencia en Octubre de 2005: “El modelo del deporte federado se muestra insuficiente para canalizar las nuevas demandas deportivas de la población. Se requiere la convivencia con otros modelos que favorezcan la practica informal, no reglada y flexible” (2005). A la reflexión “qué deporte debería ser el Deporte Escolar”, prestaremos atención en el segundo momento de este artículo. De esta forma, el “Deporte escolar” se ha construido fundamentalmente en torno al modelo agonístico, que sigue modelos del deporte profesional y los intenta adecuar al medio escolar. Basta observar por ejemplo los deportes incluidos en:
– El programa de “Deporte na Escola: Actividade polideportivo-cultural” que la Xunta de Galicia a través de la Consellería de Cultura e Deportes y la Consellería de Educación e Ordenación Universitaria ha organizado para el curso 2006-07. Para el alumnado de 3º a 6º de Primaria y de 1ª y 2º de la ESO oferta: Atletismo, Natación, Bádminton, Baloncesto, Balonmano, Fútbol, Voleibol, Ajedrez, Juego cultural” para alumnado2.
– El calendario de campeonatos de España en edad escolar para el año 2007 consta de: baloncesto, balonmano, fútbol, campo a través, gimnasia rítmica, atletismo, natación, ciclismo y triatlón. Esta práctica de deportes –en su consideración cerrada: baloncesto, fútbol, voleibol, badminton, etc.– no tiene porque constituir a priori un factor negativo, ni tampoco el caso inverso. No podemos caer en el error de atribuir a la manifestación del deporte competitivo unas propiedades “satánicas”, como si fuesen sustanciales al hecho de la acción motriz en sí. Y a la inversa, no podemos caer en la “mojigatería” de atribuir sustancialmente al hecho físico del deporte competitivo unas propiedades “milagrosas” para el desarrollo integral.
El deporte competitivo –modelo cerrado– como elemento cultural es susceptible a la acción de múltiples factores, y de su modulación en la edad escolar dependerá que sea “educativo o no educativo, valor o contra-valor”:
– Finalidad y objetivos que orienten la organización y práctica del deporte escolar.
– Método que se aplique en su práctica, desde los aspectos normativos y reglamentarios, a la intervención didáctica.
– Los contenidos del deporte: como se estructure la lógica interna y sus requerimientos.
– Las características de los niños/as y jóvenes que lo practican: maduración, estadio evolutivo, rasgos de personalidad, etc.
– Contexto en el que se inserte esa práctica deportiva: influencia de los padres, entidades, instituciones, medios de comunicación, entorno físico de la práctica, etc.
Dependerá de la gestión prudente y reflexiva de cada uno de estos factores que el “Deporte escolar”, basado en un modelo de práctica de deportes que adaptan las prácticas federadas pueda resultar educativo o no. En definitiva, las disyunciones maniqueistas de “Deporte sí, deporte no”, “Competición sí, competición no” son simplificaciones demagógicas, ya que su respuesta radical oculta la posibilidad de matizaciones, y la vida es un continuo “sí, pero…” – Segundo matiz. El “Deporte escolar” engloba las actividades deportivas que se desarrollan en horario no lectivo, “independientemente de quien las organiza y del lugar donde se realizan, dirigidas a la población en edad escolar; en el marco de la ocupación del tiempo libre, y por lo tanto, de participación voluntaria.” (Manifiesto sobre el Deporte en Edad Escolar, 1992).
El deporte escolar debe realizarse en horario extraescolar, e independientemente del horario dedicado a la educación física. En ningún caso el Deporte Escolar puede ni debe sustituir la labor docente de la escuela en materia de educación física, cuyos objetivos y contenidos quedan perfectamente definidos en la regulación que rige la educación A modo de síntesis, podemos polarizar las acepciones que se originan en torno al Deporte Escolar en dos bloques:
Deporte en edad escolar Deporte escolar Todas aquellas actividades físicodeportivas realizadas por niños/as y jóvenes en edad escolar con independencia de su orientación (recreativo, competitivo o educativo) y/o contexto de realización (formal, no formal o informal). Es una consideración más genérica, ya que el criterio es cronológico –edad escolar–. Todas aquellas actividades físicodeportivas que se desarrollan en horario no lectivo, de carácter voluntario y de carácter formativo, independientemente de quien las organiza y del lugar donde se realizan, dirigidas a la población en edad escolar; en el marco de la ocupación del tiempo libre, y por lo tanto, de participación voluntaria. Es una consideración más restrictiva, ya que el criterio es el cronológico –edad escolar–, contextual –no formal– y de finalidad –formativa-educativa–. Como señala Ángela Lera (2006) existe coincidencia entre el Deporte Escolar y el Deporte en Edad Escolar, pero el deporte en edad escolar es un concepto más amplio.
En esta mesa redonda me referiré al Deporte escolar en su consideración más restrictiva. La Diputación Foral de Bizkaia explica en su Dossier sobre Deporte Escolar: “En el período de escolarización que llega hasta los 18 años, es decir, en la “edad escolar”, hay muy variadas y distintas formas de realizar prácticas deportivas. Pero hay que tener muy claro que cuando hablamos de Deporte Escolar, sólo nos estamos refiriendo a un conjunto de actividades físicas que tienen como finalidad prioritaria la educación del alumno. Si los objetivos principales son otros, no estaríamos hablando de Deporte Escolar sino de Deporte Federado, Deporte de Rendimiento, Deporte de tecnificación, etc… Es decir, la acepción de Deporte Escolar, no solo se debe referir a la edad, sino a la competencia de la responsabilidad, la escuela, y por tanto a la intencionalidad fundamental de lo escolar, que es en todo momento la educación.” (2006: 47) ¿En manos de quién está el deporte escolar? En la Constitución de 1978 queda establecido que es a las comunidades autónomas a quienes corresponden las competencias en cuanto al hecho deportivo en su totalidad en su propio ámbito territorial. Si nos remitimos a un criterio de ordenamiento legal, la pregunta tiene una primera respuesta inequívoca: En manos de la administración autonómica, que a su vez debe coordinar al resto de órganos competentes. En el artículo 46 del título IV de la Ley General del Deporte de Galicia (Ley 11/1997, de 22 de agosto, General del Deporte de Galicia) queda explícito que la Comunidad Autónoma de Galicia establecerá los mecanismos necesarios de colaboración entre los distintos órganos de la Comunidad y la Administración local para facilitar la realización efectiva del deporte a la población, en especial a la de edad escolar, coordinando a tal efecto la actuación de los órganos con competencias en deporte, educación, sanidad y obras públicas.”
Del mismo la administración pública autonómica determinó a través del Ley General del Deporte en qué consisten las competencias concretas de las restantes entidades y administraciones en materia deportiva (diputaciones y ayuntamientos) que tienen que colaborar con otros entes locales, federaciones deportivas gallegas y otras asociaciones deportivas. Las agrupaciones deportivas escolares son asociaciones públicas o privadas, dedicadas exclusivamente a la actividad deportiva en edad escolar, pudiendo formar parte de las mismas los centros escolares, asociaciones de padres y madres de alumnos, ayuntamientos, diputaciones, federaciones deportivas gallegas, clubes deportivos y otros colectivos interesados. Este panorama legal determina actualmente una diversificación de las manos en las que está el deporte escolar y que deberían funcionar coordinadamente: – Consellerías de la administración autonómica (en Galicia Consellería de Educación e Ordenación Universitaria e Consellería de Cultura e Deportes). – Diputaciones
– Ayuntamientos
– Centros escolares
– Federaciones
– Asociaciones deportivas
Y lo cierto, es que en este manoseado “Deporte Escolar”, es necesario establecer un hilo conductor, que supere los estériles enfrentamientos entre el Deporte escolar como plataforma del deporte rendimiento y el deporte escolar como extensión de los fines de la educación escolar. Si interpretamos las menciones que se realizan en la legislación y tratados vigentes en torno al deporte escolar podemos entrever que el deporte escolar se asocia a una actividad educativa que busca el desarrollo integral del individuo. Recordemos que la Ley Gallega del Deporte nos presenta al deporte como “una actividad espontánea, libre y voluntaria del individuo” que “es un ingrediente fundamental en la formación integral del ser humano y constituye, asimismo, un elemento determinante en la constitución del bienestar social, la mejora de la calidad de vida y la utilización constructiva del tiempo libre”. (Ley Gallega del Deporte). Del mismo modo la Federación Española de Municipios y provincias (FEMP) establece que cooperará en la difusión del Deporte en Edad Escolar “en base al manifiesto del deporte en edad escolar”. Dicho manifiesto determina la necesaria adecuación del deporte escolar a la diversidad de intereses y características del niño: “Existiendo niveles y capacidades diferentes, y al objeto de satisfacer los variados intereses deportivos de los escolares en la estructuración de la competición en edad escolar, se deberán establecer dos ámbitos diferentes: la competición abierta en el Marco del Deporte para Todos, y la competición escolar federada de carácter más selectiva” (Manifiesto del Deporte en Edad Escolar, 1992). De ello se desprende que el actual programa autonómico de Deporte Escolar en Galicia venga presidido por una intencionalidad más allá de la competición. En la presentación del programa Deporte na Escola 2006-07 así lo manifiestan sus responsables políticos: “Por iso, con este obxectivo acometemos este novo programa “Deporte na Escola 2006/07”, no que queremos fomentar a práctica deportiva máis aló da competición, adecuando os programas aos principios básicos dun desenvolvemento harmónico do neno e da nena tanto físico, coma intelectual e social.
Ademais sabemos que a consolidación dos hábitos da práctica deportiva servirán para formar á mocidade nun modelo de vida saudábel. Non buscamos formar a estas idades a grandes estrelas do deporte; o que queremos é que a práctica deportiva forme parte da vida dos nosos pequenos e pequenas, para conseguir unha educación integral en condicións de igualdade, hábitos deportivos fundamentais nesta etapa de formación persoal e fomentar os valores do xogo limpo”.(Ánxela Bugallo Rodríguez Conselleira de Cultura e Deporte) ¿Qué deporte debe ser el Deporte Escolar? Como anunciaba al principio de este texto, en la segunda parte del escrito me uniría a los que preguntan. Por lo tanto, ¿qué deporte debe ser el deporte escolar? Ya anticipaba que había dos grandes acepciones; cerrada y abierta. Tradicionalmente el deporte escolar se ha nutrido de la primera de ellas, pero la evidencia constatada a partir de diferentes estudios (Cantera y Devís, 2000; Jiménez, Pérez y García-Mas, 1999; y Rodríguez Allen, 2000; citados por Cruz, 2006) que reflejan el notable descenso en la práctica deportiva de los jóvenes, parece indicar que el modelo competitivo de deporte no satisface a las nuevas demandas sociales. En este sentido, un artículo de Manuel García Ferrando (1986) titulado “¿Un único modelo: el deporte de competición?”, ya apuntaba a la apertura de nuevos modelos deportivos, que aglutinasen nuevas formas de entender la vivencia de la motricidad –lúdico, agonístico, expresivo, creativo, estético, introyectivo, catártico y hedonista–: “Así pues, el modelo complementario de participación deportiva debería preocuparse de que la oferta pública de deporte en edad escolar se adaptara a los motivos de participación –fundamentalmente, lúdicos y recreativos– de los jóvenes para evitar el gran número de abandonos de la práctica deportiva que se producen en la adolescencia” (Cruz, 2006: 389). ¿Quién debe participar en la organización del deporte escolar? Si el Deporte Escolar es un medio educativo, debería estar integrado en el Proyecto Educativo del Centro, y ser tutelado por los responsables educativos del mismo. La administración educativa debería contemplar la posibilidad de que el profesora de educación física destinase horas de sus docencia a programar y organizar la actividad deportiva –en su acepción amplia– extraescolar.
El actual sistema legislativo sobre educación, LOE, explicita en el artículo 2 como uno de sus fines “La adquisición de hábitos intelectuales y técnicas de trabajo, de conocimientos científicos, técnicos, humanísticos, históricos y artísticos, así como el desarrollo de hábitos saludables, el ejercicio físico y el deporte” (Ley Orgánica de Educación 2/2006, de 3 de mayo); configurándose también, como objetivo educativo general de las etapas de educación primaria, secundaria y bachillerato. ¿Están reñidos el deporte educativo y el deporte federado? No están reñidos, sino que son dos caras diferentes del mismo fenómeno; el deporte, que atienden a diferentes finalidades, contextos e intereses. Ninguna de estas dos realidades deben negarse, sino, que ha de ser la familia y el propio niño/a, en base al conocimiento de las características de ambas orientaciones, los que elijan uno u otro camino.
Bibliografia
Consellería de Cultura e Deportes, Consellería de Educación e Ordenación Universitaria (2006). Deporte na Escola. 2006/07. Ed. Xunta de Galicia.
Cruz, J. (2006)”Culturas deportivas y valores en la educación física y el deporte”. En Pujadas y otros (comps.) Culturas deportivas y valores sociales: VIII Congreso de la AEISAD. Madrid: Librerías Deportivas Esteban Sanz, S.L.
Diputación Foral de Bizkaia (2006). Deporte escolar.
Federación española de municipios y provincias (2003). Resoluciones de la VIII Asamblea general de la FEMP. Madrid, 21, 22 y 23 de noviembre de 2003 ,.
Lera, A. (2006). “Iniciación deportiva. Marco conceptual”. En Actas del I Congreso Internacional de Ciencias del Deporte. Santiago de Compostela: ACUGA.
Ley 11/1997, de 22 de agosto, General del Deporte de Galicia. D.O.G.A. del 4 de septiembre de 1997.
Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación. BOE del 4 mayo 2006.
Manifiesto sobre el Deporte en edad Escolar. (1992) La Coruña.