Estudio de algunos hábitos alimenticios en las jugadoras de voleibol en categoría juvenil
Estudio de algunos hábitos alimenticios en las jugadoras de voleibol en categoría juvenil
RESUMEN
El objetivo fué estudiar posibles trastornos en la alimentación de las jugadoras de voleibol integrantes en equipos clasificados para la fase final del Campeonato de España de categoría juvenil celebrado en Almería. El estudio se realizó en dos fases interdependientes: una primera de medición de los valores antropométricos y una segunda de distribución y análisis de cuestionarios sobre los hábitos alimenticios que constaba de 20 preguntas de actitud alimentaria y el cuestionario estandarizado Eating Attitude Test (EAT-40, Garfinkel and Gadner, 1982). Todas las chicas aparecen con buena constitución, con buenos hábitos alimenticios y no tienen problemas de calorías o de peso.
El 97% de la muestra ha tenido una puntuación inferior a 30 en el EAT-40, mientras que el 3% ha obtenido un valor superior a 30, indicando un diferente grado de trastorno alimentario. Las desportistas examinadas, jugadoras de voleibol de categoría juvenil y de alto grado de especialización competitiva, controlan su peso corporal y se muestran conscientes de la importancia de los hábitos alimenticios necesarios para las exigencias propias de rendimiento.
INTRODUCCIÓN
Las necesidades propias de cada deporte, independientemente de la especialidad a la que hagamos referencia, nos encuadra a sus participantes en unas características antropométricas, composición corporal y somatotipo (Duquet et al., 1996; Gualdi-Russo, 1993) determinadas y específicas que marcan una serie de diferencias estructurales con otras modadlidades deportivas.
Muchos estudios científicos demuestran la relación de entre los mejores resultados deportivos con los sujetos que reúnen unas condiciones anatómicas que favorezcan la práctica del deporte realizado (Esparza, 1993; de Hoyo et al., 2008).
La altura se muestra como parámetro más determinante en el rendimiento deportivo en el voleibol, así como su relación con las longitudes de los segmentos corporales. Por otro lado, hemos de tener en cuenta que la composición corporal y el somatotipo van a tener un peso fundamental en el éxito deportivo. En este sentido, estudios realizados con jugadores de voleibol, tanto masculino como femenino, han demostrado que la relación edad, altura y peso es un criterio claro de selección de talentos en jóvenes deportisitas (Dostálová et al., 2007; de Hoyo et al., 2008).
Para el perfecto desarrollo del somatotipo de un deportista en formación, hay que tener presente que, dentro de los límites marcados por las características genéticas propias de cada persona, es algo dinámico y, por tanto, modificable por el tipo y nivel de exigencia de la modalidad deportiva realizada (Pradas et al., 2007) y los hábitos alimenticios.
El objetivo fue estudiar posibles trastornos en la alimentación de las jugadoras de voleibol integrantes en equipos clasificados para la fase final del Campeonato de España de categoría juvenil celebrado en Almería.
MÉTODOLOGÍA
Los sujetos participantes en este estudio fueron 134 chicas de 11 equipos pertenecientes a 9 comunidades autonomas diferentes que representaban a los siete primeros equipos del ránking de ese campeonato. Con edades comprendidas entre 15 -18 años de edad y con un peso en kilogramos de 62 (+/- 5,30), entre 49 y 75 kg. y una altura en centímetros de 172 (+/- 5,72), entre 160 y 187 cm.
El estudio se ha realizado en dos fases interdependientes: una primera de medición de los valores antropométricos y una segunda de distribución y análisis de cuestionarios sobre los hábitos alimenticios que constaba de 20 preguntas de actitud alimentaria y el cuestionario estandarizado Eating Attitude Test (EAT-40): es un cuestionario autoadministrable ampliamente utilizado como instrumento de despistaje de trastornos de la conducta alimentaria (Gadner and Garfinkel, 1981).
Los datos obtenidos han sido analizados utilizando el programa estadístico SPSS v. 14.0.1 (SPSS Inc. 1989-2005). En primera estancia ha sido realizado un Análisis de Fiabilidad de los datos, que permite determinar el grado en que los elementos del cuestionario se relacionan entre sí, obtener un índice global de la replicabilidad o de la consistencia interna de la escala en su conjunto e identificar elementos problemáticos que deberían ser excluidos de la escala. Para realizar este tipo de análisis ha sido empleado el Alfa de Cronbach.
Las medidas directas de peso y talla han sido tratadas para obtener una regresión lineal, mientras que todos los parámetros generales han sido relacionados con las diferentes respuestas ofrecidas en los dos cuestionarios mediante el cálculo de los estadísticos descriptivos (mediana, media, valor mínimo y máximo, números de casos), análisis de frecuencias de casos y de tablas de contingencia.
Las tablas de contingencia muestran la relación entre dos o más variables categóricas. El tamaño de la tabla viene determinado por el número de valores distintos en cada variable, representando cada casilla de la tabla una combinación única de valores.
Cada uno de los 40 items del EAT-40 consta de seis respuestas posibles según la escala Likert (nunca, casi nunca, a veces, bastante, casi siempre, siempre) eligiéndose solamente una opción. Se puntúa 3 a la respuesta más extrema en dirección anoréxica (siempre), 2 la alternativa adyacente (casi siempre) y 1 la siguiente (bastante). Quedan sin puntuar las tres respuestas más alejadas de la tendencia anoréxica. En el EAT-40 se consideran respuestas de tendencia anoréxica: siempre, casi siempre y bastante, en todas las preguntas, salvo en las que corresponden a los números 1, 18, 19, 23, 27, y 39 donde la inclinación anoréxica se halla en las respuestas nunca, casi nunca y a veces (Loureiro, 1994). Es a partir de una puntuación igual o mayor de 30 en el EAT-40 cuando se considera que existen hábitos y actitudes anormales de la ingesta.
RESULTADOS y CONCLUSIONES
Todas las chicas aparecen con buena constitución, con buenos hábitos alimenticios y no tienen problemas de calorías o de peso. No hay nada que indique que alguna de ellas pueda estar ni siquiera sufriendo algún tipo de desorden alimentario. Al contrario, parecen estar muy sanas física y psicológicamente en lo que respecta a su relación con la alimentación. Hecho que refrenda las estimaciones obtenidas en el estudio realizado por Friederes y Palao (2008), donde se concluye que “las jugadoras de voleibol controlan su peso y se muestran muy concienciadas de la importancia de sus hábitos alimenticios”.
AGRADECIMIENTOS
A todos los clubes, técnicos y jugadoras que han tomado parte de forma voluntaria esn este estudio.
REFERENCIAS
De Hoyo, M., Sañudo, B., y Carrasco, L. (2008) Determianción del somatotipo en jugadores de infantiles de voleibol: Validez como criterio de selcción de jóvenes talentosdeportivos. Rev. Bras. Cineantropom. Desempenho Hum.; 10(3):255-260.
Dostálová, I., Riegerová, J. y Přidalová, M. (2007) Body composition of young volleyball players. Actas del 5th International Conference Movement and Health 2007. Vlasta Karásková: Olomouc.
Duquet, W. y Carter, J.E.L. (1996) Somatotyping. En: Kinanthropometry and exercise physiology laboratory manual. Eston R, Reilly T. Londres: E & FN Spon,. pp 35 – 50.
Esparza, F. (1993) Manual de cineantropometría. Pamplona: GREC-FEMEDE.
Friedes J y Palao JM. (2008) Percepción de los factores de riesgo de los trastornos alimenticios en jugadoras de baloncesto, futbolsala y voleibol. Efdeportes.com Revista digital– Buenos Aires – Año 13. Nº 125. Octubre.
Gualdi-Russo, E. y Graziani, I. (1993) Anthropometric somatotype of Italian sport participants. J Sports Med Phys Fitness; 33(3):282-91.
Pradas, F., Carrasco, L., Martínez, E. y Herrero, R. (2007) Perfil antropométrico, somatotipo y composición corporal de jóvenes jugadores de tenis de mesa. Int J Sport Sci; 3 (3):11-23.
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