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18 Jun 2012

Evaluación de programas extraescolares. Valoración de los recursos infraestructurales, materiales y económicos del programa “Luditarde” de la ciudad de A Coruña

En este trabajo se realiza una evaluación de las condiciones de partida del programa extraescolar “Luditarde” de la ciudad de A Coruña en cuanto a sus recursos materiales.

Autor(es): Raúl Fraguela Vale, Ángela Lera Navarro, Lara Varela Garrote
Entidades(es):
Congreso: II Congreso Internacional de Ciencias del Deporte
Pontevedra 2008
ISBN:9788461235186
Palabras claves:Evaluación de programas extraescolares, evaluación de recursos educativos, recursos infraestructurales, materiales y económicos.

Evaluación de programas extraescolares. Valoración de los recursos infraestructurales, materiales y económicos del programa “Luditarde” de la ciudad de A Coruña

RESUMEN COMUNICACIÓN/PÓSTER

En este trabajo se realiza una evaluación de las condiciones de partida del programa extraescolar “Luditarde” de la ciudad de A Coruña en cuanto a sus recursos materiales. Para ello se analizaron las instalaciones disponibles, las características del material (equipamiento) y los presupuestos destinados al programa, a través de la información aportada por su personal directivo, técnico y docente. Este estudio se enmarca dentro de un proyecto de investigación más amplio, centrado en la temática de las actividades extraescolares y la educación del ocio de los escolares.

Introducción

Los procesos formativos generados en cualquier programa educativo parten de la existencia de unos medios y recursos que constituyen las condiciones de entrada. Los elementos o servicios necesarios para organizar y desarrollar un programa se conocen como infraestructura y ejercen una notable influencia sobre el desarrollo y los resultados del mismo, ya que configuran sus condiciones de partida. En este trabajo se realiza una evaluación de los recursos materiales del programa extraescolar “Luditarde” de la ciudad de A Coruña. “Luditarde” forma parte de la oferta municipal de ocio para centros públicos de A Coruña en horario extraescolar. Depende de la Federación Provincial de APAs de Centros Públicos de A Coruña y del Servicio Municipal de Educación. Contribuye al objetivo general de este servicio “ofrecer a los centros escolares programas estables” (Servicio Municipal de Educación, 2003: 3), para que puedan incorporar estas actividades a sus proyectos educativos y curriculares, así como a sus programaciones anuales. Se analizaron las instalaciones disponibles, las características del material (equipamiento) y los presupuestos destinados al programa, a través de la información aportada por su personal directivo, técnico y docente. Este estudio se enmarca dentro de un proyecto de investigación más amplio, centrado en la temática de las actividades extraescolares y la educación del ocio de los escolares.

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Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº8.

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Material y método:

Los colectivos que participaron en el estudio fueron los siguientes:

– El colectivo de educadores está formado por 15 personas, que constituyen el 35,7% del total de los docentes de “Luditarde” y el 100% de los que desarrollan la programación destinada a los alumnos de segundo y tercer ciclo de Educación Primaria (“grupos de mayores”), analizada en este trabajo. La media de edad de este colectivo es de 28,33 años (dt=2,968). En cuanto al género, hay un mayor porcentaje de hombres que de mujeres, si bien la diferencia no es muy elevada (60% frente a 40%).

– Los técnicos de “Luditarde” son tres (100% de la población), uno de ellos pertenece a la Federación Provincial de APAs de Centros Públicos de A Coruña y los dos restantes dependen del Servicio Municipal de Educación. La edad media de este colectivo es de 38,6 años, y está formado por dos hombres y una mujer.

– Los responsables directivos de “Luditarde” son dos (100% de la población).

Uno de ellos está al cargo de la Federación Provincial de APAs de Centros Públicos de A Coruña y el otro pertenece al Servicio Municipal de Educación. La edad media de las directivas es de 46 años y se trata de dos mujeres. Para recoger las aportaciones del colectivo de educadores se utilizó el cuestionario. Su empleo se justifica por la cantidad de aspectos sobre los que potencialmente puede opinar este colectivo. Los docentes poseen un profundo conocimiento del programa, ya que participan en labores de programación, desarrollo y evaluación del mismo. El tipo de ítem más empleado en este cuestionario se corresponde con una escala tipo Likert de 4 opciones, a través de la cual los educadores opinaron sobre diversos aspectos que afectan al programa “Luditarde”, en un doble sentido; por una parte, valoraron el nivel de importancia de cada aspecto para la calidad del programa y, por la otra, informaron sobre su grado de cumplimiento (real) en el mismo. Sobre el nivel de importancia de ese aspecto para la calidad de “Luditarde”, independientemente de que se cumpliera o no, señalaron una de estas cuatro opciones: 1) Nada importante, 2) Poco importante, 3) Bastante importante, 4) Muy importante. Sobre el grado de cumplimento real de cada aspecto, también indicaron una de las siguientes posibilidades: 1) Ningún cumplimiento en mi caso, 2) Poco cumplimiento en mi caso, 3) Bastante cumplimiento en mi caso, 4) Mucho cumplimiento en mi caso. La concordancia entre la importancia que los educadores otorgan a un factor y su grado de cumplimiento (analizada a través de la prueba de rangos de Wilcoxon), se interpreta como un dato positivo para el programa, ya que existe correspondencia entre los recursos empleados y su importancia para la calidad del programa. Existen dos tipos de educadores, los tutores y los especialistas, por lo que antes de comparar la importancia y el cumplimiento de cada factor, es necesario comprobar si hay diferencias significativas entre ambos grupos para las variables estudiadas. En el caso de que no existan diferencias, se analizarán sus respuestas conjuntamente. Si existen divergencias, se distingue entre la opinión de los educadores tutores y la de los educadores especialistas.

La entrevista fue empleada para obtener información de los directivos y técnicos del programa. A pesar de ser únicamente 5 sujetos, la relevancia de sus aportaciones aconseja incluirlos en el estudio, puesto que no sólo se encargan de labores de diseño y gestión de diferentes componentes de “Luditarde”, sino que son los colectivos más influyentes de cara al proceso de toma de decisiones y mejora del programa. Teniendo en cuenta la necesidad de obtener una perspectiva global sobre el programa, el alcance de las cuestiones a tratar y la escasa disponibilidad de tiempo de los implicados, se seleccionó la entrevista para la recogida de la información. Partimos de un protocolo o guión preestablecido de cuestiones con respuestas no estandarizadas, con posibilidad de introducir nuevas preguntas si el curso de la entrevista así lo aconsejaba. A pesar de tratarse de colectivos distintos (técnicos y directivos), la mayoría de las cuestiones tratadas fueron coincidentes. Resultados

Recursos infraestructurales

El programa “Luditarde” emplea las instalaciones de los colegios públicos en los que se desarrolla, lo que permite rentabilizar los recursos existentes, facilita el acceso a los alumnos del centro y contribuye al trabajo conjunto de los maestros con los educadores extraescolares. Sin embargo, la utilización de los mismos espacios para tiempos educativos tan diferentes, dificulta que los niños distingan entre ambas propuestas y que lleguen a percibir las instalaciones escolares como “algo propio” durante sus actividades extraescolares (Mayall y Hood, 2001). El aprovechamiento de los espacios escolares contribuye de forma importante a la sostenibilidad de la oferta extraescolar, pero “existe el recelo de que tales servicios se conviertan en una extensión de las actividades escolares […], en detrimento de las actividades de desarrollo, recreativas o de ocio” (Werthein, 2004: 77). Para la valoración de las infraestructuras por parte de los educadores, el grupo puede tomarse conjuntamente, sin distinguir entre tutores y especialistas. El análisis de Mann-Whitney (tabla nº 1) muestra que no existen diferencias significativas entre ambos grupos en la respuesta a las cuestiones sobre las instalaciones. Dado el reducido tamaño de los grupos comparados (8 tutores y 7 especialistas), se ha tomado como referencia la significación exacta (bilateral).

Tabla nº 1. Comparación entre las opiniones de los educadores tutores y especialistas sobre las instalaciones de “Luditarde” (prueba de Mann-Whitney)

Tabla 1. Evaluación de programas extraescolares. Valoración de los recursos infraestructurales, materiales y económicos del programa “Luditarde” de la ciudad de A Coruña

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 8

Los educadores realizan una valoración negativa de las instalaciones en cuanto a su adecuación, nivel de aprovechamiento y estado de conservación. Según la prueba de Wilcoxon (tabla nº 2). Este colectivo considera que el nivel de cumplimiento de estos factores está por debajo de su importancia para la calidad del programa. Sólo en el caso del número, consideran que las instalaciones existentes están a la altura de su importancia para la calidad del programa. Se trata de un problema estructural, ya que aunque se dispone de suficientes infraestructuras, éstas no se adaptan adecuadamente a las características de las actividades que se realizan en “Luditarde”, ni están suficientemente aprovechadas; y, lo que peor valoran los educadores, su estado de conservación está lejos de lo que debería ser.

Tabla nº 2. Valoración de las instalaciones (prueba de Wilcoxon). Comparativa entre la importancia que le dan los educadores y el cumplimiento en el programa

Tabla 2. Evaluación de programas extraescolares. Valoración de los recursos infraestructurales, materiales y económicos del programa “Luditarde” de la ciudad de A Coruña

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 8

Las respuestas de los técnicos sobre la cantidad de instalaciones no son homogéneas. Uno de ellos afirma que, en general, las instalaciones son suficientes “porque dan cabida a todo lo que se pretende” (técnico nº 2 -T2-), pero los otros dos consideran que es un tema complejo y que depende de las características de cada centro educativo. Los tres informan de las especiales dificultades para que algunos colegios cedan los espacios no deportivos (aulas, bibliotecas,…), que son necesarios para ciertas actividades de “Luditarde”. Según ellos, existe un fuerte sentimiento de propiedad sobre las aulas y algunos profesores no aceptan de buen grado que se empleen cuando no están bajo su supervisión: “no hay una cultura de los espacios en común […] cada uno tiene su aula, su gimnasio […] y cuando llega una persona a trabajar allí, se le considera un intruso, con lo cual… aunque se ha ido cambiando en este aspecto” (T1). Estos datos refuerzan la idea de que muchas directivas de los colegios todavía son reticentes al empleo de sus instalaciones fuera del horario lectivo. El compromiso de los colegios en los que se imparte “Luditarde” respecto a las instalaciones es alto, ya que para solicitar la implantación del programa, la dirección debe ceder el uso de unos espacios determinados (aulas, biblioteca, gimnasios, pabellones, salones de actos, etc.) como requisito previo imprescindible para que el programa se desarrolle en ese centro. Respecto al aprovechamiento de las instalaciones, dos de los técnicos opinan que no están bien aprovechadas, mientras que uno de ellos opina en sentido contrario.

Las directivas de “Luditarde” difieren en su apreciación sobre las instalaciones, ya que una de ellas opina que son suficientes para el programa, al emplearse espacios deportivos y no deportivos, mientras que la otra indica que “son deficientes” (directivo nº 2 -D2-). Tampoco existe acuerdo en cuanto al nivel de aprovechamiento, ya que mientras la primera afirma que las instalaciones “están sobrecargadas en los horarios de los programas” (D1), la otra señala que no están suficientemente aprovechadas. Teniendo en cuenta la contextualización de las respuestas, hay que advertir que tanto los técnicos como las directivas parecen hacer referencia a dos realidades distintas cuando hablan del nivel de aprovechamiento de las instalaciones. Las personas que opinan que los equipamientos no están suficientemente aprovechados, comentan la existencia de franjas horarias en las que los espacios están desocupados (horarios distintos a “Luditarde”), mientras que los que afirman que las instalaciones se emplean a un buen nivel, se refieren al horario del programa, es decir, a la ocupación de los espacios de los colegios únicamente durante esa franja horaria. En general, el número de instalaciones disponibles para la realización de “Luditarde” no es percibido como un problema. Sin embargo, los educadores opinan que su nivel de adecuación, aprovechamiento y conservación deberían mejorarse. Técnicos y directivos discrepan en su valoración sobre el aprovechamiento de las infraestructuras utilizadas por el programa.

Recursos materiales

Para valorar el equipamiento, se solicitó información al colectivo de educadores, ya que son los que utilizan el material y, por lo tanto, conocen su cantidad y calidad en cada colegio (tanto el propio de “Luditarde”, como el cedido por los centros educativos). El grupo de educadores puede tomarse conjuntamente, sin distinguir entre tutores y especialistas. El análisis de Mann-Whitney (tabla nº 3) muestra que no existen diferencias significativas entre ambos grupos en la respuesta a las cuestiones sobre el material. Dado el reducido tamaño del grupo, se ha tomado como referencia la significación exacta (bilateral).

Tabla nº 3. Comparación entre las opiniones de los educadores tutores y especialistas sobre el “material empleado en «Luditarde»”

Tabla 3. Evaluación de programas extraescolares. Valoración de los recursos infraestructurales, materiales y económicos del programa “Luditarde” de la ciudad de A Coruña

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 8

Se ha realizado la prueba de los rangos de Wilcoxon (tabla nº 4) para comprobar si existen diferencias significativas entre la importancia que los educadores otorgan al material y el grado de cumplimiento de este factor. Los educadores valoran positivamente la cantidad de material disponible, su adecuación o su nivel de empleo/aprovechamiento, pero no así su conservación. En este caso, el nivel de cumplimiento (?=3,13, dt=0,640) está por debajo de la influencia que otorgan a esta variable en la calidad del programa (?=3,73, dt=0,458).

Tabla nº 4. Valoración del material (prueba de Wilcoxon). Comparativa entre la importancia que le dan los educadores y el cumplimiento en el programa

Tabla 4. Evaluación de programas extraescolares. Valoración de los recursos infraestructurales, materiales y económicos del programa “Luditarde” de la ciudad de A Coruña

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 8

Los educadores valoran mejor el material que las instalaciones, si bien coinciden en señalar una insuficiente conservación de ambos elementos. Recursos económicos Directivos y técnicos del programa opinaron sobre los presupuestos del programa en la entrevista en profundidad. Sus aportaciones se contrastaron con la información recogida sobre este aspecto en el Convenio de colaboración entre el Ayuntamiento de A Coruña y la Federación Provincial de APAs de centros públicos de A Coruña 2003-2004. Las dos directivas de “Luditarde” afirman no conocer la cantidad económica destinada al programa en el año 2004: “tendría que consultar la cifra con los técnicos que llevan la contabilidad” (D2).

A la pregunta “¿consideran adecuada esa cantidad?” responden negativamente, ya que “hay cada vez mayor demanda, los precios suben y la aportación municipal no ha subido en los últimos 2-3 años” (D1). Una limitación añadida a este presupuesto es que incluye varias actuaciones, lo que provoca que la alta carga presupuestaria de algunas (principalmente “Luditarde”) impida el desarrollo de otras (como las actividades de carácter especial). La cláusula tercera del Convenio de colaboración entre el Ayuntamiento de A Coruña y la Federación Provincial de APAs de centros públicos de A Coruña (2003: 6), para el desarrollo de un programa de ocio y recreación en el curso 2003-2004, establece que dicho programa comprende las siguientes actuaciones:

– “actividades de formación socio-cultural (programa «Luditarde»);

– actividades de formación físico-deportiva (programa «Deporte en el Centro»);

– actividades de carácter especial;

– recursos materiales y equipamiento para el desarrollo del programa;

– gastos generales de gestión para los centros”.

Lo indicado por las directivas de “Luditarde” se refleja en el convenio, corroborando que el programa no cuenta con un presupuesto propio, sino que está incluido en un bloque de varias actuaciones. Esto permite mayor libertad en la distribución de las partidas, pero no indica un mínimo asignado a cada acción. Sin embargo, ambas directivas afirman que el gasto del programa “Luditarde” se lleva una parte importante del presupuesto asignado al convenio. Dos de los tres técnicos del programa indican que sí conocen el presupuesto del mismo y que está cercano a los 500.000 €, considerando la aportación municipal y las cuotas de los participantes. En los tres casos reconocen que el presupuesto se destina a distintas acciones, pero también que “Luditarde” se lleva el porcentaje más alto. Sobre si consideran adecuada esta cantidad, los tres técnicos coinciden en que, para mantener el nivel de actividad actual la cantidad es suficiente, aunque uno de ellos matiza que “no se están haciendo actividades a mayores por falta de presupuesto” (T3). Existe también coincidencia en que si se quiere ampliar el número de centros en los que se imparte “Luditarde”, es imprescindible un aumento del presupuesto actual, aunque no ven clara esta posibilidad: “si no hubo más dotación presupuestaria es porque la demanda que había no aumentó. Se mantuvo el mismo presupuesto en los últimos seis años, porque los propios centros no originaron demanda… por lo tanto, es suficiente” (T1). Del coste total de “Luditarde”, el Ayuntamiento de A Coruña aporta más del 75%. La Federación Provincial de APAs y las cuotas de los participantes deben aportar los recursos restantes. Esta es la fórmula de financiación predominante en nuestro país para los programas socioeducativos: la Administración soporta la mayoría del gasto y el sector asociativo, junto con los propios usuarios, asumen un papel complementario en materia presupuestaria.

Esta tendencia crea dependencia de las Administraciones Públicas, limita la capacidad de autogestión asociativa y a la larga hace peligrar la sostenibilidad de los programas. Sin embargo, facilita el acceso de los ciudadanos a la oferta extraescolar, ya que permite reducir la aportación de las familias respecto al coste real de la actividad e incluso habilitar medidas destinadas a las familias más desfavorecidas (Ayuntamiento de A Coruña y Federación Provincial de APAs de Centros Públicos de A Coruña, 2003). En los programas de ocio del Ayuntamiento de A Coruña, las familias que acrediten bajos niveles de ingresos están exentas de cualquier pago por la participación de sus hijos en las actividades. En otros contextos, como el norteamericano, el sistema de financiación es muy distinto: las aportaciones de la Administración y de otros promotores son una parte más del presupuesto y las cuotas que pagan los participantes son una de las principales fuentes de ingresos de los programas (South Carolina Afterschool Alliance, 2004). Las asociaciones y las fundaciones que consiguen desarrollar propuestas de éxito tienen mucha autonomía e independencia respecto a las Administraciones, pueden adaptarse rápidamente a las necesidades de sus participantes y logran altos niveles de sostenibilidad para sus programas, fruto de su capacidad para generar recursos propios. Sin embargo, estas fórmulas de financiación dificultan el acceso de los escolares procedentes de familias con bajos ingresos (Committee on Community-Level Programs for Youth, 2000; Sarampote, Basset y Winsler, 2004, etc.), que tienen que asumir cuotas elevadas si quieren acceder a los programas de calidad; una situación que contribuye a agrandar las desigualdades educativas y sociales. El camino hacia la rentabilización de los recursos existentes y la consecución de un equilibrio entre financiación externa e ingresos propios requiere de un mayor conocimiento sobre el coste de los programas. La investigación debe contribuir a compensar las numerosas lagunas existentes al respecto: “la comprensión de los investigadores de las relaciones entre el coste y la calidad [de los programas extraescolares] es todavía rudimentaria” (Lind y otros, 2006). Conclusiones El número de instalaciones disponibles para la realización de “Luditarde” no es percibido como un problema. Sin embargo, los educadores opinan que su nivel de adecuación, aprovechamiento y conservación deberían mejorarse. Técnicos y directivos no concuerdan en su valoración sobre el aprovechamiento de las infraestructuras utilizadas por el programa.

Según los técnicos, existe un fuerte sentimiento de posesión sobre las aulas y algunos profesores no aceptan de buen grado que se empleen cuando no están bajo su supervisión. Estos datos refuerzan la idea de que muchos equipos directivos de los colegios son reticentes al empleo de sus instalaciones fuera del horario lectivo. Los educadores valoran positivamente la cantidad de material disponible, su adecuación o su nivel de empleo/aprovechamiento, pero no así su conservación. Directivos y técnicos tienen opiniones divergentes respecto al presupuesto destinado al programa en el año 2004. Los primeros desconocen la cantidad exacta, pero consideran que no es adecuada, mientras que los segundos la sitúan en torno a los 500.000 € y opinan que es suficiente para las actividades que se desarrollan actualmente. “Luditarde” se sostiene básicamente con fondos municipales (más del 75% del presupuesto). La Federación Provincial de APAs y las cuotas de los participantes aportan los recursos restantes. Esta es la fórmula de financiación predominante en nuestro país para los programas extraescolares: la Administración soporta la mayoría del gasto y el sector asociativo, junto con los propios usuarios, asumen un papel complementario en materia presupuestaria.

Referencias

Ayuntamiento de A Coruña y Federación Provincial de APAs de Centros Públicos de A Coruña (2003). Convenio de colaboración para desarrollar el programa “Descubrir el Ocio”. Sin publicar.

Committee on Community-Level Programs for Youth (2000): After-school programs to promote child and adolescent development: summary of a workshop. Washington, D. C.: National Academies Press.

Lind, C., Relave, N., Deich, S., Grossman, J. y Gersick, A. (2006): The cost of outschool time programs. Washington, D. C.: The Finance Projet.

Mayall, B. y Hood, S. (2001): “Breaking barriers – provision and participation in an outof- school centre”. Children & Society, vol. 15, nº 2, pp. 70-81.

Sarampote, N. C., Basset, H. H. y Winsler, A. (2004): “After-school care: child outcomes and recomendations for research and policy”. Child & Youth Care Forum, vol. 33, nº 5, pp. 329-348.

Servicio Municipal de Educación (2003): Aprender en Coruña (Curso 2003-2004). A Coruña: Ayuntamiento de A Coruña. South Carolina Afterschool Alliance (2004): The state of out-of-school-time programs in South Carolina. Extraído el día 20 de Noviembre de 2006 desde http: // www. publicengagement. com / AfterschoolResources /rande /docs /res / swsscaa.pdf.

Werthein, J. (2004): Educaçao e cuidado na primeira infancia. Grandes desafíos. Brasil: UNESCO.

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