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alcohol y deportista
19 Feb 2020

EL ALCOHOL Y EL DEPORTISTA

El deportista y el Alcohol

El alcohol se podría decir que es la droga más antigua y usada en el mundo. Su origen sería árabe ya que la palabra original es “al Kuhul”. Tiene propiedades desinfectantes, se usa en distintos ramos como en cosmética, en fabricación de pinturas, en la elaboración de medicamentos, bebidas, perfumes, etc. Se utiliza para consumo humano y para la industria.

Hay 16 tipos de alcohol, pero los mas conocidos y habituales son: el alcohol metílico, (alcohol de quemar) que se usa con fines industriales, es incoloro, inflamable, tóxico, y de olor penetrante. El alcohol etílico es obtenido por síntesis del etileno o por fermentación de los azúcares y estos se obtienen de frutas y hortalizas. Este último es usado en la medicina y en la elaboración de productos para el consumo humano.

El alcoholismo es una adicción altamente destructiva, tanto para la mente, como para todo el organismo en general, ya que atraviesa la membrana celular y por lo tanto afecta distintos órganos. El alcohol es el principal depresor del sistema nervioso central.

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Se realizaron distintos estudios en relación con los efectos del alcohol y el rendimiento físico en humanos. Por lo expuesto, se desprende la siguiente posición del American College of Sports Medicine:

  • El consumo agudo de alcohol ejerce un efecto negativo sobre la psicomotricidad, como tiempo de reacción, coordinación de ojos y manos, la precision, el balance y la coordinación.
  • Puede alterar la regulación de la temperatura del cuerpo durante el ejercicio prolongado en ambiente frío.
  • El alcohol puede disminuir la fuerza, la potencia, la tolerancia muscular local, la velocidad y la tolerancia cardiovascular.
  • El consumo prolongado y excesivo produce cambios patológicos en hígado, cerebro, músculos, corazón y puede llevar a la incapacidad y la muerte.
  • Educar a deportistas, dirigentes, educadores, médicos, entrenadores, prensa, etc. para que sepan los efectos del consumo del alcohol sobre el rendimiento físico y a las alteraciones agudas y crónicas que se puedan producir.

Esta demostrado que el etanol afecta el sistema nervioso central, provocando euforia, deshinibición, mareos, disminuyendo la respuesta a los reflejos, somnolencia, alucinaciones, confusión etc. Cuando la dosis de alcohol es más alta, aparece enlentecimiento de los movimientos, impide la coordinación de los miembros, y pérdida temporal de la visión, etc.

Esta presente la agresividad, descontrol de impulsos y puede llegar al coma y muerte. El alcohol afecta al complejo de la dopamina en un primer estadio provocando euforia y pérdida del miedo, único efecto que se podría considerar positivo para el deporte.

El consumo de alcohol con los años, produce daño neurológico irreversible pudiendo llevar a la demencia alcohólica. Hay dos inconvenientes muy importantes, uno es que aumentan de peso por la cantidad de calorías que tiene cada gramo de alcohol (1 gr. 7 calorías) y el otro inconveniente es la acción sobre los receptores gamma de nuestro cerebro, produciendo una ralentización de las neuronas.

Por lo expuesto, la función psicomotora es la mas afectada (tiempo de reacción, coordinación mano-ojos, etc.) y por ende el rendimiento deportivo. Un efecto a tener en cuenta es la hipoglucemia (azúcar baja en sangre) por disminución de la gloconeogenesis hepática (Producción de azúcar por el hígado). Aparentemente el alcohol no tendría efecto sobre el consumo máximo de oxigeno. Hace unos años se realizó un estudio en la Universidad de Southern, en el estado de Illinois, por el cual se investigó durante 19 meses a 51.500 estudiantes con entrevistas y cuestionario.

La conclusión fue el elevado consumo de alcohol entre los alumnos universitarios que practicaban deportes (Publicado por la Revista Journal of American College Health). Por lo que el consumo de alcohol más elevado, estuvo en deportistas que entre los que no practicaba deportes. Además se observó más consumo entre los capitanes que en el resto del grupo.

cerveza y deporteLa dependencia alcohólica y los problemas relacionados con el alcohol son, en nuestro país, más prevalentes que los del consumo de las denominadas drogas ilegales. Rodríguez Martos sostiene que los consumidores de alcohol que acuden a la consulta médica pueden ser ubicados en uno de los siguientes grupos:

  • Aquellos cuyo consumo constituye un riesgo o perjuicio para su salud aunque no haya problemas objetibables.
  • Aquellos que presentan una patología asociada al consumo perjudicial del alcohol aunque no presentan dependencia alcohólica.
  • Aquellos que presentan dependencia al alcohol.

Como puede apreciarse, la gravedad va en orden creciente, lo cual muestra la importancia de la detección precoz ante el consumo de una droga tolerada e incentivada por todos los medios de difusión masiva. Solo el tabaco y los medicamentos de consumo libre compiten con el alcohol en su prevalencia en las encuestas realizadas. Tengamos en cuenta que el consumidor de alcohol puede arrimarse a la consulta y recibir de los profesionales tratantes, solamente indicaciones médicas de prohibición del consumo.

Esta prohibición puede resultar ineficaz si el profesional busca como aliado del tratamiento la voluntad de alguien cuya voluntad es precisamente la primera victima del consumo de alcohol. El abordaje de los trastornos por consumo de alcohol requiere la participación de una amplia gama de personas e instituciones tanto para el tratamiento como para la prevención. En este sentido, tengamos en cuenta que la detección precoz de los conflictos que predisponen al abuso de alcohol, se puede dar en todos los ámbitos de la vida; familia, docentes, vecinos, deportistas, entrenadores, kinesiólogos, amigos, en fin cualquier persona significativa, antes que llegue a la consulta por presentar problemas serios de adicción.

Es importante no desestimar ningún ámbito, pues el abuso y la dependencia alcohólica, si bien pueden tener una base genética, son determinantes las condiciones que se dan en el desarrollo de la vida del individuo en todos sus ámbitos de socialización. El alcoholismo atraviesa todas las edades y condiciones sociales, sin restricciones y se puede dar en personas con o sin otro trastorno previo, concomitante o posterior al consumo.

En este sentido, nos parece útil, lo aportado por las denominadas ciencias de la conducta a partir de la década del 70; la conducta de los individuos es algo explicable, predecible y modificable; y el consumo de alcohol es una conducta. En realidad tenemos que decir que estas posibilidades se deben a que la conducta es el resultado de un proceso de aprendizaje social. Cuando decimos aprendizaje no nos referimos solamente al aprendizaje escolar sino aquel que surge de la solución de los problemas que plantea la vida en todos los ámbitos donde transcurre la historia del individuo.

Un paso más importante aún, es no solo considerar que se aprende a tener conductas de consumo de alcohol, sino también que se puede aprender socialmente a dejar de consumir excesivamente o que también se puede aprender a no consumir excesivamente alcohol. Piense el lector, en la infinita gamas de aspectos que influyen en el consumo de una bebida alcohólica; un éxito deportivo, un cumpleaños, un bautismo, la nochebuena, una encuentro con amigos, una situación de tristeza, una situación de alegría, y no hace falta abundar más.

Los poetas como Baudelaire o Pedroni, han dedicada bellos versos al vino y lo han hecho con una profunda inspiración de las musas. Así que tengamos en cuenta que el alcohol no es simplemente un combustible sino también un depositario de muchísimos sentimiento, ilusiones e ideas de la humanidad. Tal vez si pensamos en términos de moderación, podamos conseguir que aquel que hoy es un consumidor compulsivo de alcohol pueda aprender que no solo el alcohol puede emborrachar sino también la tristeza, el dolor, el éxito, la derrota, en fin, las singularidades de la vida pueden atentar contra ella.

Queremos destacar que, las situaciones de pérdidas significativas como la del trabajo, oficio o profesión, el retiro, la jubilación, el final de una carrera deportiva o sucesivos fracasos, y el consumo de alcohol se alimentan mutuamente entre sí en una espiral creciente.

El tratamiento esta apuntado a un equipo multidisciplinario (psiquiatras, médicos, psicólogos, asistentes sociales, profesores de educación física, etc. ) que incluyan a la familia, otra forma seria los grupos de autoayuda y llegando al extremo de la internación en los casos severos, donde el manejo ambulatorio es imposible.

Por el lado del deporte, los médicos, entrenadores, profesores de educación física, etc, que actúan a nivel de los grupos infanto-juveniles, tendrían el rol preventivo de crear espacios de acciones y reflexiones sobre estilo de vida saludables, proyectos de vida , promoviendo un dialogo permanente.

Autores:
Dr. Norberto Debbag. Cardiólogo Deportivo (Argentina)
Dr. Percy Venegas Picollett Medico. Especialista en Psiquiatría. Medicina Legal y Adicciones (Argentina)


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