Cualificación y perfil profesional en el deporte escolar
El desarrollo del perfil formativo del técnico deportivo es un tema complejo, dada su escasa estructuración formativa y profesional. En este momento, en el marco del período transitorio de las titulaciones deportivas, los contenidos formativos se han estructurado de forma coherente con objetivos y contenidos idénticos para todas las modalidades deportivas.
Cualificación y perfil profesional en el deporte escolar
Introducción
El desarrollo del perfil formativo del técnico deportivo es un tema complejo, dada su escasa estructuración formativa y profesional. En este momento, en el marco del período transitorio de las titulaciones deportivas, los contenidos formativos se han estructurado de forma coherente con objetivos y contenidos idénticos para todas las modalidades deportivas. Si bien, la opcionalidad, en un primer momento de las federaciones en sumarse o no al período transitorio, más, las diferentes opciones para el desarrollo de objetivos y contenidos, deja un amplio margen para la improvisación en el desarrollo de los contenidos específicos de cada una de las modalidades deportivas. Problema que debe quedar resuelto de forma progresiva tras la publicación de la nueva orden del periodo transitorio, Orden EDU/3186/2010, de 7 de diciembre, en la que queda reflejada la necesidad de elaboración y publicación en el B.O.E, del plan formativo de cada una de las modalidades deportivas, para poder impartir cursos reconocidos por el C.S.D y las Comunidades Autónomas, a partir del mes de febrero del año 2012.
El Real Decreto 1363/2007 de 24 de octubre, ha establecido la ordenación general de las enseñanzas deportivas de régimen especial, y define en el artículo 4 la estructura de las enseñanzas deportivas. Las modalidades deportivas de mayor implantación, o en función de intereses diversos, podrán desarrollar un nuevo proyecto, siguiendo las directrices del Consejo Superior de Deportes, para la elaboración del Real Decreto del título de Técnico Deportivo y Técnico Deportivo Superior de la modalidad deportiva.
En base a esta situación, desarrollaremos el tema en dos partes, la primera centrada en la fundamentación académica y profesional sobre la cualificación del profesor/entrenador, en el proceso de la iniciación deportiva en edades tempranas. En la segunda haremos referencia a las directrices establecidas por los organismos competentes en el desarrollo, estructuración y regulación de las titulaciones deportivas.
El entrenador deportivo.
La figura del profesor/entrenador debe entenderse como la de un intelectual comprometido con los valores y principios de una sociedad democrática que integra en su práctica las características del contexto social del aula y las particularidades personales de cada uno de los alumnos/as; que establece, construye y evalúa permanentemente estrategias flexibles de enseñanza adecuadas a cada momento y situación personal; que es consciente de la variedad y complejidad de las interacciones que tienen lugar en el aula y la de la diversidad de significados que se les pueden atribuir; y que orienta el conocimiento y el proceso de enseñanza y aprendizaje hacia la consecución del desarrollo personal de los estudiantes, de su autonomía individual y de su formación como ciudadanos participativos, críticos y responsables (Contreras, 2001).
El entrenador deportivo debe ser un profesional competente, reflexivo y actualizado, capaz de plasmar en su programación anual, los objetivos, contenidos y metodología a utilizar en el desarrollo de cada una de las sesiones de aprendizaje y entrenamiento. En toda programación, el planteamiento inicial consiste en establecer los objetivos que servirán de base a los entrenadores, para planificar de forma precisa las actividades y dar soporte al perfeccionamiento constante. Los objetivos ofrecen las bases para la evaluación continua, y sin ellos, no se pueden preparar los contenidos y métodos de enseñanza. Los contenidos deben estar perfectamente seleccionados, secuenciados y adecuados al nivel de desarrollo y maduración de los jóvenes, con el fin de armonizar los intereses y necesidades de los deportistas y las exigencias propias de la disciplina deportiva, lo que facilitará la consecución de los objetivos propuestos.
El profesor/entrenador ha de ser consciente que el proceso de enseñanza-aprendizaje es muy complejo y que debe tener en cuenta muchas variables del sujeto que aprende, entre ellas debe conocer las características y limitaciones cognitivas, fisiológicas y biomecánicas, diseñar un proceso de enseñanza que respecte las características de los implicados, considerar al niño/a como eje principal del aprendizaje, que el niño/a antes de comenzar el aprendizaje de los aspectos tácticos y habilidades técnicas, debe conocer el fundamento del juego deportivo, debe crear un clima de clase basado en el respeto y la tolerancia hacia los demás. El profesor/entrenador también debe ser consciente de que ejerce una gran influencia en la formación del carácter de sus alumnos, por los que debe reflexionar sobre los ideales deportivos y transmitir a los más jóvenes la función del deporte como medio para el desarrollo de las personas. Al respecto Trepat (1995) indica que el entrenador debería:
- Actuar con integridad en el cumplimiento de sus obligaciones para con los deportistas y el deporte.
- Adquirir la formación necesaria y actualizar sus conocimientos para realizar competentemente todas sus funciones.
- Fomentar siempre los principios de deportividad
- Recordar que los niños integrados en programas deportivos, tienen otros intereses y compromisos a parte del deporte.
- Tener presente que la mayoría de los niños hacen deporte para divertirse.
- Saber que las críticas demasiado severas a un niño deportista pueden dañar su auto-imagen y confianza y éste pude llegar a abandonar el deporte. Se debe aconsejar y ofrecer soluciones a los problemas que pueden surgir de la propia practica deportiva que criticar la actuación del joven deportista.
Los entrenadores que asumen contribuir positivamente en la formación y en el desarrollo de una persona a través de la práctica del deporte, adquieren el compromiso de ofrecer al joven deportista la mejor educación posible en el escenario de la práctica deportiva y de la relación interpersonal que mantiene con él y con las personas que tienen una mayor y más significativa influencia: sus padres. Los entrenadores pueden facilitar que la relación entre los deportistas y sus padres constituya una influencia beneficiosa en la formación que estos van adquiriendo en el contexto de la práctica de su deporte. Los entrenadores, dada su influencia y repercusión sobre los jóvenes deportistas deberían plantearse objetivos específicos en su formación y tener las siguientes características:
- Amplio conocimiento del deporte que imparten
- Actuación presidida por criterios pedagógicos
- Analizar con imparcialidad las actuaciones de los deportistas
- Conocer las características físicas, psicológicas y sociológicas de los deportistas
- Utilizar adecuadamente las técnicas de motivación y comunicación
- Planificación y programación del entrenamiento. Establecer objetivos
- Evaluación y control del entrenamiento
La profesión de entrenador deportivo es una de las que revisten un carácter más multifuncional. Por una parte su trabajo consiste primariamente en una prologada e intensa relación con otras personas, generalmente jóvenes o muy jóvenes. Lo que implica una gran capacidad para las relaciones humanas, dando al entrenamiento una dimensión Psicopedagógica. Esta dimensión constituye el substrato fundamental de toda la relación entrenador –deportista que se va a desarrollar a lo largo del proceso de entrenamiento. La relación que se establece entre el deportista y su entrenador es de vital importancia, pues de ello depende en muchas ocasiones que el deportista sea capaz de dar lo mejor de sí mismo y de conseguir sus mejores resultados. La capacidad de conjugar estos papeles es una de las claves más importantes del éxito del entrenador deportivo.
La decisión de elegir la profesión de entrenador es algo muy importante en la vida de una persona ya que este trabajo exige una gran responsabilidad y un elevado número de horas de dedicación. Es necesaria la colaboración de una serie de personas que configuran un equipo de trabajo, cuya coordinación y toma de decisiones son funciones del entrenador que nos define otra importante dimensión, coordinador y líder. El entrenador deportivo ha de soportar mucha presión en su profesión a todos los niveles: su horario es interminable, el trabajo es poco seguro, siempre están evaluándolo, presta poca atención a la familia y es blanco de las opiniones de los demás porque todos se consideran expertos en el deporte. Muchos de los deportistas orientados a la competición quieren ser el número uno, el mejor. Muchos padres pretenden el éxito deportivo de su hijo. Los directivos tienden a pensar que el deporte es una forma de adquirir notoriedad. Los seguidores creen que ganar lo es todo. El entrenador suele ser el director que orquesta todas estas exigencias.
Los entrenadores centrados en ganar creen que la victoria “no es lo más importante, sino lo único” y que los deportistas son medios para conseguir los objetivos.
Los entrenadores centrados en los deportistas creen que la victoria es importante pero no a cualquier precio, pues piensan que el deporte está al servicio de los deportistas y no al contrario. Estos entrenadores asocian la victoria al resultado del esfuerzo personal propio y de los deportistas. Los deportistas primero y la victoria después (Martens, 1986).
Entrenador, entorno deportivo y objetivos asociados a la practica.
Los entrenadores se perciben como profesionales que respetan las normas establecidas en la competición y que tienen un trato respetuoso y equitativo con todos sus deportistas. Y perciben que los deportistas colaboran entre ellos de forma sistemática para progresar en el entrenamiento, y que tras la competición sólo se muestran satisfechos si han conseguido la victoria. Los entrenadores son valorados de forma más positiva por los deportistas que por los padres de éstos. Y tienen una opinión positiva sobre la actitud de los padres acerca de las indicaciones del entrenador y las decisiones arbitrales, señalando que son comprensivos con los errores cometidos por sus hijos en el desarrollo de la competición, y reconocen las buenas actuaciones de los deportistas, independientemente de quien las realice.
En respuesta a si el deporte está siendo enseñado por profesionales debidamente formados, los entrenadores consideran que deberían contar con una formación más elevada y destacan la necesidad de mejorar la formación de las personas que se encargan del proceso de iniciación, del entrenamiento y de la gestión del deporte juvenil. La formación deportiva de los niños y adolescentes debe ser asumida por profesionales bien preparados, percibiendo que no es adecuado que el proceso de la iniciación deportiva se encuentre en manos de técnicos poco experimentados y que, en líneas generales, están en proceso de formación, (Gutiérrez, Carratalá, Guzmán, y Pablos, 2010).
Para, Gutiérrez, Carratalá, Guzmán, y Pablos, (2010), los entrenadores, entienden que los objetivos que deben estar presentes a lo largo del proceso de formación deportiva deben potenciar:
- La preocupación por los demás, la colaboración con los miembros del equipo y el respeto a los compañeros y adversarios.
- La importancia del trabajo y esfuerzo sistemático y personal para conseguir el progreso, la victoria y el reconocimiento social.
- La importancia del proceso de iniciación deportiva para desarrollarse como persona y adquirir capacidades y destrezas.
- La importancia de un proceso que potencie la comprensión y disposición de los deportistas a seguir el reglamento, anteponiéndolo a la victoria, y que acate las decisiones de los árbitros.
- La importancia de un proceso de formación que facilite la consecución de un bienestar personal.
El papel afectivo del entrenador, como dimensión humana, trasciende el entorno de entrenamiento y se imbrica con el entorno personal de entrenador y deportista. La relación que se establece entre el deportista y su entrenador es de vital importancia, pues de ello depende en muchas ocasiones que el deportista sea capaz de dar lo mejor de sí mismo y de conseguir sus mejores resultados. La capacidad de conjugar estos papeles es una de las claves más importantes del éxito del entrenador deportivo, que debe plantearse los siguientes objetivos:
2.1. Objetivos del profesor-entrenador con jóvenes deportistas.
- Contribuir en la formación del joven deportista en sus facetas psicológica, social y física, y en su competencia técnico-táctica.
- Fomentar el interés y la satisfacción por la práctica deportiva regular.
- Ayudar al joven deportista a plantear expectativas realistas en todas las facetas de su desarrollo: personal, académico y profesional.
- Desarrollar destrezas para el trabajo en equipo, la autorrealización, el autocontrol y la autoconfianza.
- Fomentar las relaciones sociales con sus iguales (amistad) y con adultos (entrenador, padres de otros deportistas, responsables deportivos…).
- Que el deportista disfrute, se divierta y se lo pase bien haciendo deporte.
- Los entrenadores deben orientar y fomentar sus acciones para que los padres comprendan que el objetivo principal de la práctica deportiva de sus hijo, entre otras es, formarse tanto personal como físicamente, asistir y participar adecuadamente en un entrenamiento o en una competición deportiva.
2.2. El entrenador y los derecho de los jóvenes deportistas.
Como directrices para un planteamiento educativo del deporte, aconsejamos que los profesores/entrenadores tengan presente los derechos de los niños que recoge la Carta Europea del Deporte, (1996)
- Derecho a practicar deporte y a participar en un nivel acorde con su madurez y capacidad.
- Posibilitar que todos los jóvenes puedan beneficiarse de programas de iniciación deportiva adecuados
- Derecho a entrenarse y jugar como un niño y elegir la modalidad deportiva que le guste.
- Facilitar a los hijos que realicen el tipo de actividad deportiva que más les guste, en lugar de la que más nos guste a nosotros.
- Propiciar que la practica deportiva tenga un elevado componente de diversión.
- Garantizar a cada uno, si así lo desea y si posee la capacidad necesaria, la posibilidad de mejorar su nivel de rendimiento y de realizar su potencial de desarrollo personal, o de alcanzar niveles de excelencia públicamente reconocidos, o ambos objetivos simultáneamente, (Carta Europea del Deporte, 1996).
- Apoyar la modificación de los reglamentos con el objetivo de atender las necesidades específicas de los jóvenes, poniendo de relieve no sólo el éxito competitivo, sino también el “juego limpio”.
- Derecho a ser rodeado y entrenado por técnicos cualificados.
Los organismos implicados en el desarrollo del deporte deberán garantizar la formación de profesores cualificados, con el fin de desarrollar programas de deportivos de calidad que respondan a las características de los implicados. Con programas adecuados a sus diferentes niveles de competencia capaces de proporcionar a los jóvenes actividades deportivas con el objetivo de desarrollar todo su potencial en las diferentes fases de crecimiento, la adquisición de aptitudes deportivas y valores éticos.
- Derecho a contar con el apoyo de sus padres.
Con el fin de poder ayudar a sus hijos, los padres deben ser conscientes de las diferencias entre la presión y el ánimo que suelen dar a sus hijos a lo largo de su trayectoria deportiva. La presión parental percibida produce, junto a otros factores, el estrés previo a la competición. Los padres contribuyen, así mismo, a incrementar el sentido de autoestima y el grado de satisfacción percibido (Coopersmith, 1967). Respecto a esta última, las investigaciones permiten avanzar la conclusión de que el grado de satisfacción es mayor en los chicos que encontraron a sus padres más satisfechos con su rendimiento a lo largo de toda la temporada, que aquellas que perciben más presión (Scanlan y Lewthwaite, 1986).
Interesarnos por el enfoque de la práctica deportiva práctica nuestro hijo/a, si le gusta, si le divierte, si progresa y aprende, asistiendo a las competiciones o actividades en las que participe y confiar en él, cuando durante el entrenamiento o una competición comete un error o no le salen las cosas.
- Derecho a ser tratado con dignidad y compartir la dirección y la toma de decisiones del deporte en el que participa.
Las actividades deportivas deberán realizarse y estar dirigidas por profesores y entrenadores cualificados y los responsables deberán tratar con respeto a los jóvenes, transmitiéndoles un mensaje de tolerancia y lealtad y permitiéndoles participar en las decisiones de sus propias actividades deportivas, alentándoles a que creen sus propios juegos y adopten sus propias reglas, a que actúen con sólo como competidores, sino también como entrenadores, directivos o árbitros; y a que se hagan responsables de sus actos.
- Derecho a participar en un entorno seguro y saludable.
Salvaguardar y desarrollar los fundamentos morales y éticos del deporte, así como la dignidad humana y la seguridad de los participantes en las competiciones deportivas, protegiendo el deporte y a os deportista contra cualquier explotación efectuada con fines políticos, comerciales o financieros, así como contra las prácticas abusivas y envilecedoras, incluido el abuso de drogas, (Carta Europea del Deporte, 1996).
Convertir la salud, la seguridad y el bienestar del niño o del joven deportista en la principal de sus prioridades, y lograr que estos objetivos sean prioritarios respecto al logro del éxito por persona interpuesta, o a la reputación del club, de la escuela, del entrenador o del padre.
- Derecho de competir con jóvenes que tienen las mismas posibilidades de éxito. Igualdad de oportunidades para luchar por el éxito.
En relación al ámbito de aplicación indican que el deporte en todas sus formas debe ser accesible a todos los jóvenes y que tiene como objetivo el desarrollo mental, físico y social; la comprensión de los valores morales y del espíritu deportivo, la disciplina y las reglas; el respeto a sí mismo y a los demás, incluidos los grupos minoritarios; el aprendizaje de la tolerancia y de la responsabilidad, elementos esenciales de la vida en una sociedad democrática. En cuanto a alcanzar un compromiso duradero, indican que: si se quiere conseguir que los jóvenes se inicien progresivamente y de manera duradera en la práctica de una actividad física o deportiva, será necesaria la participación de otros interlocutores, en este sentido los clubes y las asociaciones deportivas, desempeñan un papel clave que consiste, por una parte, en proporcionar a los jóvenes oportunidades para mejorar sus resultados mediante la participación en entrenamientos y competiciones, y por otra, en invitarlos a una práctica deportiva duradera, (Carta Europea del Deporte, 1996).
- Derecho de participar en competiciones adecuadas a su edad.
- Derecho a no ser un campeón.
Perfil formativo del entrenador
La formación es un proceso de aprendizaje permanente, y la actualización del conocimiento es una necesidad para mejorar la intervención profesional. El entrenador debe tener un equilibrio entre formación pedagógica y formación científica, entre formación teórica y formación práctica y mantener una constante colaboración con un grupo de profesionales del área.
El entrenamiento y la enseñanza deportiva se producen en un entorno incierto, cambiante, dinámico y singular, por lo que la actuación del entrenador deberá ser flexible y adaptada a las características del escenario de entrenamiento. Los modelos de formación del entrenador pueden dividirse en función de que atiendan a la mejora de las habilidades técnicas o a la mejora del pensamiento, (Del Villar y Moreno, 2003).
Desde el punto de vista de las habilidades técnicas las tareas más significativas del entrenador son:
- Alto porcentaje de tiempo del entrenamiento dedicado a la enseñanza del deporte. Máximo tiempo en acción de forma específica. Tiempo útil de practica deportiva
- Elevada tasa de correcciones sobre las tareas enseñadas en las distintas sesiones.
- Desarrollo de un clima afectivo positivo en el entrenamiento.
- Aplicar el concepto de entrenamiento integrado, diseñando sesiones dinámicas capaces de desarrollar desde la propia lógica del juego deportivo, los componentes que la integran, condición física, técnica/táctica, trabajo en equipo, aspectos psicológicos.
- Desde la perspectiva cognitiva/reflexiva el entrenador debe tener presente los siguientes principios:
- El entrenamiento es una actividad práctica, incierta, dinámica, variable, donde no hay un conocimiento didáctico universal.
- Es el mediador en la mejora del rendimiento del deportista.
- La tarea profesional del entrenador se establece en el ciclo: Planificación-Acción-Reflesión.
Sin el cumplimiento de estas premisas, el entrenador corre el peligro de aislarse de la realidad pedagógica, social y profesional, reproduciendo modelos poco adecuados a las necesidades de los deportistas y contribuyendo al abandono de la práctica deportiva de los jóvenes y adolescentes, dada su falta de conexión con las motivaciones y expectativa de práctica de los potenciales deportistas.
3.1. Formación Institucional.
La Ley 10/1990, de 15 de octubre, encomendó al Gobierno la regulacón de las enseñanzas de los técnicos deportivos según las exigencias marcadas por los distintos niveles educativos.
La Ley Orgánica de 2/2006, de 3 de mayo, de Educación, disopone en su artículo 64.6 que el Gobierno, previa consustla a las Comunidades Autónomas, establecerá las titulaciones correspondientes a los estudios de enseñanzas deportivas, los aspectos básicos del currículo y los requisitos mínimos de los centros.
La Ley orgánica 5/2002, de 19 de junio, de las Cualificaciones y de la Formación Profesional, establece el Sistema Nacional de Cualificaciones y Formación Profesional con marco de las acciones formativas dirigidas a responder a las demandas del sector productivo. Se crea para responder a las demandas de Cualificación de las personas y de las empresas en una sociedad en continúo proceso de cambio e innovación. Entendiendo por cualificación el conjunto de competencias profesionales que las personas pueden obtener mediante la formación, sea esta modular o de otro pito, y a través de la experiencia profesional. Estas competencias son las que permiten que el trabajador obtenga las respuestas, en términos de resultados, que requiere la organización (Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales, R.D 1087/2005). Algunas modalidades de las enseñanzas deportivas tienen características que permiten relacionarlas con el concepto genérico de formación profesional, sin que por ello se deba renunciar a su condición de oferta específica dirigida al sistema deportivo y diferenciada de la oferta que, dentro de la formación profesional del sistema educativo, realiza la familia profesional de Actividades Físicas y Deportivas para el resto del sector. Por ello, la citada Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación establece la posibilidad de que las enseñanzas deportivas se refieran al Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales.
El Real Decreto 1363/2007, de 24 de octubre, en su artículo 6 concreta el perfil profesional de dichos título, que incluirá la competencias general, las competencias profesionales, personales y sociales, las cualificaciones y, en su caso, las undiades de compeencias del Catálogo Nacional de Cualificciens Profesionales incluidas en los títulos, con el fin de lograr que, en efecto, los títulos de ensñanzas deportivas responda a las necesidades demandadas por el sistema productivo y a los valores personales y sociales para ejercer una ciudadanía democrática, (Real Decreto 706/2011, de 20 de mayo).
La formación que en estos momentos, período transitorio, Orden ECD/3310/2002, se esta impartiendo para los técnicos deportivos, está formada por el bloque común, el específico y el periódo de prácticas. El bloque común lo forman las materias de: fundamentos biológicos, comportamiento y aprendizaje, teoría y práctica del entrenamiento deportivo, organización y legislación deportiva, materias que darán paso a las reguladas por el Real Decreto 1363/2007, de 24 de octubre, y que para el Ciclo inicial de grado medio, relacionado con la iniciación deportiva, establece las siguientes: bases del comportamiento deportivo, actividad física adaptada y discapacidad, y organización deportiva.
Estableciendo como competencia del primer nivel del técnico deportivo: Dinamizar, instruir y concretar la iniciación deportiva; organizar, acompañar y tutelar a los deportistas durante su participación en actividades, competiciones y eventos propios de este nivel; todo ello conforme a las condiciones de seguridad y a las directrices establecidas en la programación de referencia, (EDU/3186/2010, de 7 de diciembre).
El bloque específico, para el técnico de primer nivel, Orden ECD/3310/2002, establece, las materias de: formación técnica, táctica y reglamento, didáctica de la modalidad deportiva, seguridad e higiene en el deporte y desarrollo profesional, que al igual que en el caso anterior y en base a la regulación del Real Decreto 1363/2007, de 24 de octubre, y Orden EDU/3186/2010, de 7 de diciembre, daran paso, a partir del mes de febrero de 2012, a las materias que cada Federación Española o las comunidades autónomas propongan en el plan formativo de la modalidad deportiva. Corresponderá a la Presidencia del Consejo Superior de Deportes, establecer mediante resolución, que se hará pública en el Boletín Oficial del Estado, el plan formativo para cada modalidad deportiva. Requisto imprescindible para poder impartir enseñanzas oficiales a partir del mes de febrero de 2012.
Un proceso que arranca en la La Ley 10/1990, y que probablemente comenzara a unificar criterios de formación a partir de febrero de 2012. Un proceso que pese a su excesiva lentitud, dotará de criterios y contenidos homogeneos al menos en el bloque común, dado que el bloque espcífico, tal vez, quede demasiado abierto, si bien es cierto que las directrices establecidas por los responsables y las publicadas en los planes formativos iniciales preven la materialización de planes formativos con gran similitud en su estructura formativa y con una tendencia de los contenidos del proceso que van de la formación al entrenamiento, tal y como recogen las competencias de cada uno de los niveles.
Como nuevas aportaciones, resaltar la posibilidas de formación no presencial o semipresencial, un aspecto importante, en función del tipo de contenidos y la utilización de las nuevas tecnologías, en las que, al menos El Consell Valencia de l’Esport, de la Generalitat Valenciana, pionero en esta formación, ha mostrado su utilidad, rentabilidad en tiempo para los matriculados y la calidad del proceso. Igualmente la posibilidad de poder matricularse por bloques en el primer nivel, se debe tomar como un acierto, dado que facilita la integración progresiva de los más jóvenes o de las personas con problemas de tiempo.
En el caso de las modalidades deportivas que tengan publicado el Real Decreto del título de Técnico Deportivo, tendrán desarrolladas en él:
- Las competencias profesionales, personales y sociales de cada uno de los ciclos.
- Relación de cualificaciones y unidades de compentecia del Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales.
- Entorno profesional, laboral y deportivo
Bibliografía
BOE. La Ley 10/1990, de 15 de octubre
BOE. Ley Orgánica de 2/2006, de 3 de mayo
BOE. Ley orgánica 5/2002, de 19 de junio
BOE. Real Decreto 1363/2007, de 24 de octubre,
BOE. Real Decreto 706/2011, de 20 de mayo).
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