Iseño y validación de un instrumento para evaluar el juego colectivo en la iniciación al voleibol

Introducción

En las etapas iniciales de aprendizaje del voleibol es necesario que se adquieran una serie de elementos tácticos que habitualmente se aprenden vivenciándolos a través de situaciones de juego reducidas y/o, a través del juego real del seis contra seis. La actuación de los jugadores en el juego debe tener una finalidad ya sea a nivel de percepción, de decisión, de ejecución, y/o de reflexión. Los componentes o actuaciones que pueden realizar son: observar espacios en el campo contrario, observar indicadores de las acciones propias y del contrario, anticiparse a las acciones del oponente, cubrir espacios, actuar de forma precisa según la situación, tomar decisiones de forma fluida e inesperada, etc. Para poder evaluar estos comportamientos, es necesario descomponer los elementos que intervienen en el juego colectivo y evaluarlos en función de cómo sean utilizados por el jugador durante el juego. El propósito del presente trabajo fue diseñar y validar un instrumento que permita evaluar la actuación de los jugadores durante el juego colectivo en la iniciación del voleibol.

Método

El diseño del instrumento se realizo partiendo de la propuesta realizada por Mitchell y Oslin (1999), con el instrumento de análisis del juego denominado como GPAI (Game Performance Assessment Instrument). En él, el juego se descomponen en una serie de elementos a observar (posición de base, toma de decisiones, ejecución de la habilidad, etc.), que son comunes en diferentes tipos de deportes (de invasión, de red y pared, etc.), y que proporcionan información acerca de la actuación del equipo en el juego. Para la adaptación de estos instrumentos al deporte del voleibol se ha tomando como referencia la propuesta realizada por Palao y Hernández (2009). El análisis del juego colectivo se dividió en diez criterios (recepción W, rotación, tres contactos, comunicación, colocador 2º contacto, posición inicial defensa 3-1-2, posición final defensa: 2-1-3, orientación defensiva, transición ataque-defensa, apoyo-cobertura, y deportividad). En el análisis, se registra si cada jugador o el equipo, tras cada jugada, cumple o no las criterios establecidos. Una vez finalizado el registro (ej. fin de un set), en función de los resultados obtenidos por cada jugador y el equipo en cada componente colectivo, se establecerá el grado de cumplimiento de estos criterios por todo el equipo.

Para establecer la validez de contenido se utilizó la técnica de valoración de jueces expertos (Thomas y Nelson, 2007; Wierserma, 2001). Se utilizaron diez jueces expertos, los cuáles debían de pertenecer a uno de los siguientes supuestos: a) poseer el grado de doctor en ciencias de la actividad física y el deporte, de entrenador nacional de voleibol, y tener experiencia en docencia universitaria; ó b) ser licenciados en educación física, poseer el título de entrenador nacional de voleibol, tener experiencia dando clase en centros de educación secundaria. Se solicitó a los jueces expertos que valorasen el grado de pertenencia de cada uno de los aspectos a valorar, siguiendo la propuesta de Bulger, y Housner (2007), una valoración conceptual (grado de comprensión, adecuación en la redacción, etc.), y una valoración cuantitativa de los mismos (escala del 1 al 10). Además se les dejó la opción de que anotasen algunas observaciones o alternativas con respecto a algún aspecto de los observados.

Resultados y conclusiones

En la tabla 1 se presenta el instrumento definitivo tras las adaptaciones indicadas por los jueces expertos. En relación a la idoneidad de los contenidos, o grado en que éstos representan de forma adecuada lo que se pretende valorar (Thomas y Nelson, 2007; Wierserma, 2001), con respecto al elemento para el que fue construido, la valoración de los jueces fue positiva, indicando que los criterios escogidos fueron adecuados para evaluar la actuación del equipo durante las etapas iniciales de formación en el juego colectivo. La valoración de los aspectos utilizados fue apreciada como adecuada en su formulación y comprensión con respecto al objetivo marcado para el instrumento. La valoración global del instrumento superó el valor 8. De esta forma, y acorde a la propuesta de Bulger, y Housner (2007), estos criterios pueden ser utilizados para valorar el comportamiento de los jugadores en el juego durante la iniciación al voleibol.