Rehabilitación del Esguince de Tobillo (2a parte final)
Última parte de un informe completo sobre el esguince de tobillo realizada por miembros del Centro de Tecnificación de Alicante. El artículo abre con una introducción sobre el cuantioso número de incidencias de esta lesión tan común entre los deportistas.
Autor: Raúl Pablo Garrido Chamorro y Marta González Lorenzo.
Servicios de Apoyo al Deportista del Centro de Tecnificación de Alicante
EJERCICIOS DE REHABILITACION
Ejercicio de rango de movimiento: “Escribir con el pie”
Aplicar una bolsa de hielo al tobillo durante 20 minutos. Después trazar las letras del alfabeto en el aire con el dedo gordo. Realizar este ejercicio tres veces al día y hacerlo hasta que se consiga el movimiento completo del tobillo.
Resistencia Debe iniciar los ejercicios de resistencia una vez recuperada la movilidad completa. Utilizar una banda elástica de un metro o una cámara de rueda de bicicleta.
Hacer 30 repeticiones de cada uno de los siguientes ejercicios tres veces al día.
Flexión plantar
Sujetar ambos extremos de la banda elástica con las manos y pasarla por debajo del pie. Al mismo tiempo que se tracciona de la banda empujar con el pie lejos del cuerpo.
Contar hasta tres y realizar 15 repeticiones el ejercicio.
Dorsiflexión
Atar la banda alrededor de la pata de una mesa y pasar el otro extremo alrededor del dorso del pie. Tirar del pie en dirección al tronco.
Contar hasta tres y repetir el ejercicio.
Inversión
Con la goma fija a un objeto estático, siéntese en una silla. Apoyando el talón en el suelo llevar el pie hacia dentro contando hasta tres en cada ejercicio.
Realizar 2 series de 15 repeticiones
Eversión
Comenzando en la misma posición que en el ejercicio de inversión pero con la banda elástica en dirección inversa, realizar movimientos del pie hacia fuera contando hasta tres.
Fortalecimiento
Cuando pueda realizar los ejercicios de resistencia descritos fácilmente y sin molestias, doble la banda elástica (haciendo dos lazos) y haga 10 repeticiones de los mismos ejercicios tres veces al día.
Alternativamente, haga los ejercicios con una bota pesada o colocando un peso en la suela de una zapatilla deportiva. Añada ejercicios en posición “de puntillas”: Póngase de puntillas y cuente hasta tres, primero con el pie apuntando hacia delante y después hacia dentro y hacia fuera. Días después, repetir este ejercicio apoyándose en un sólo pie.
Empinarse sobre ambas piernas:
Párese con ambas piernas estiradas y con los pies juntos. Empínese sobre los dedos del pie y permanezca en esta posición durante 1 segundo. Baje lentamente el talón hacia el piso.
Repítalo 20 veces.
Arrastres con toalla:
Coloque una pesa de 5 kilogramos en un extremo de una toalla desdoblada. Coloque su pie lesionado en el otro extremo de la toalla. Hale la pesa hacia usted al tiempo que usted gira el talón. Continúe deslizando su pie hacia dentro y hacia fuera hasta que la pesa entre en contacto con el pie.
Repita 5 veces este ejercicio en cada dirección.
Estiramiento de la pantorrilla:
De frente a una pared, colóquese con la pierna delantera doblada y coloque la pierna lesionada extendida hacia atrás. Inclínese suavemente hacia la pared hasta que sienta tirantez en su pantorrilla. Sostenga esta posición durante 30 segundos. Relájese.
Repítalo 2 veces.
equilibrio
Posición de “cigüeña”:
FASE 1: Coloque una silla al revés delante de usted. Usando el espaldar de la silla como medida de seguridad, trate de balancearse sobre la pierna lesionada únicamente. Empiece a hacerlo con los ojos abiertos
FASE 2: luego trate de balancearse con los ojos cerrados. Siga con esto durante 30 segundos. Repítalo 5 veces
FASE 4: Elevar la extremidad no lesionada manteniéndose sobre la lesionada, usando la silla durante un minuto. Repetir hasta un total de 5 minutos, tres veces al (día ojos abiertos).
FASE 5: Progresar hasta mantenerse sobre una pierna con los ojos cerrados.
Actividades Funcionales
Cuando pueda caminar sin dolor o cojera, iniciar la carrera por llano. Seguir con carrera realizando giros “en forma de ocho”, y finalmente carrera en zigzag.
¿Cómo puedo ayudar a prevenir un esguince de tobillo?
Para ayudar a prevenir un esguince de tobillo, haga lo siguiente:
- Use calzado apropiado y que ajuste bien al hacer ejercicio.
- Realice ejercicios de estiramiento adecuados antes y después de las actividades atléticas o recreativas.
- Evite girar rápidamente y cambiar de dirección repentinamente.
• Cuando practique deportes vigorosos, colóquese una venda o use una tobillera, sobre todo si tuvo una lesión previa.
Para prevenir futuras torxiones ponga atención a su cuerpo y disminuya el nivel de actividades al sentir dolor, fatiga y manténgase en buen estado físico con un buen equilibrio muscular, así como flexibilidad y fuerza de los tejidos blandos.
COMPLICACIONES QUE SE PUEDEN
PRESENTAR EN EL ESGUINCE DE TOBILLO
A veces, un esguince grave o moderado causa problemas incluso después de que el ligamento ha sanado. Se puede desarrollar un pequeño nódulo en uno de los ligamentos del tobillo que causa una fricción constante en la articulación, conduciendo a la inflamación crónica y, finalmente, a daños permanentes. La inyección de una mezcla de corticoesteroides en el tobillo reduce la inflamación, y la administración de un anestésico local alivia el dolor de modo eficaz. En raras ocasiones se requiere la intervención quirúrgica.
En un esguince puede también lesionarse el nervio que recorre uno de los ligamentos del tobillo. El dolor y el hormigueo consecuentes (neuralgia) se alivian, a veces de modo permanente, con una inyección de un anestésico local.
Las personas con esguince de tobillo suelen caminar de un modo que desgasta excesivamente los tendones (tejidos fibrosos y resistentes que conectan los músculos al hueso o los músculos entre sí); el resultado final es la inflamación de los tendones del lado externo del tobillo. Esta afección, llamada tenosinovitis peroneal, puede causar hinchazón crónica y dolor en la parte externa del tobillo. El tratamiento consiste en usar soportes para el tobillo, que limitan el movimiento de la articulación. También pueden ser eficaces las inyecciones de corticoides dentro de la vaina del tendón, aunque no debe abusarse de su uso por el riesgo reproducir roturas tendinosas.
En ocasiones, el impacto de un esguince grave causa espasmos en los vasos sanguíneos del tobillo que reducen la circulación sanguínea. Por consiguiente, algunas zonas del hueso y de otros tejidos pueden resultar afectadas debido a la falta de irrigación, por lo que pueden comenzar a deteriorarse.
Esta afección, denominada distrofia simpática refleja o atrofia de Sudeck, puede provocar hinchazón y dolor en el pie, a menudo intenso, que puede pasar de un punto a otro del tobillo y del pie. A pesar del dolor, la persona puede seguir caminando. La fisioterapia y los analgésicos administrados por vía oral pueden ser útiles. Se puede recurrir, en caso de dolor crónico e intenso, a la inyección de un anestésico local alrededor del nervio que estimula el tobillo (bloqueo del nervio), así como a la administración de corticoesteroides y al apoyo psicológico.
El síndrome de seno del tarso es el dolor persistente en la zona entre el hueso del talón (calcáneo) y el hueso del tobillo (talus o astrágalo), a raíz de una torcedura. Puede estar asociado con el desgarro parcial de los ligamentos dentro del pie. Las inyecciones de corticoesteroides y los anestésicos locales son a menudo útiles.
Debemos diferenciar las complicaciones que pueden surgir tras haber sufrido un esguince de tobillo, esto es, las inestabilidades crónicas del tobillo, y las propias complicaciones que pueden surgir asociadas de algún modo al traumatismo que produjo el esguince, o que en ocasiones acompañan al esguince y que debemos tener presentes a la hora de valorar un esguince del tobillo.
En lo referente a las complicaciones asociadas mencionaremos brevemente las más frecuentes:
1) Fracturas osteocondrales.
Aparecen hasta en el 6%-7% de los casos. Pueden pasar inadvertidas fácilmente si no se piensa en su existencia, siendo diagnosticadas entre cuatro-seis semanas, e incluso hasta un año después del traumatismo.
2) Rotura del retináculo de los peroneos.
Debido a una dorsiflexión forzada súbita cuando los tendones están contraídos. La luxación o subluxación de lo tendones peroneos se puede objetivar haciendo que el enfermo coloque el pie en eversión y dorsiflexión y realizando una resistencia al movimiento de inversión del pie. Si el retináculo está lesionado se subluxarán o luxarán los tendones pasando a situarse por delante del maléolo peroneo.
3) Fractura de la base del quinto metatarsiano.
Por tracción del peroneo lateral corto
4) Fractura del Os trigonum.
Es un sesamoideo situado en la parte posterior del astrágalo, presente hasta en el 14% de la población. Es relativamente frecuente en pacientes con historia de esguinces previos. Se presenta como un cuadro doloroso a la palpación en la parte posterior de la tibia y anterior al tendón de Aquiles, incrementándose el dolor en flexión plantar forzada o flexión plantar resistida. Es frecuente la existencia de una disminución de la flexión plantar menor de 25°.
5) Impingement sinovial.
Es un cuadro producido por el pinzamiento capsular que se produce entre el astrágalo, peroné y tibia, más acentuado en dorsiflexión forzada y en flexión plantar pasiva. En ocasiones es posible observar un cajón anterior positivo. El diagnóstico definitivo se realiza mediante RMN o artroscopia.
6) Síndrome del túnel tarsiano.
Es el atrapamiento del nervio tibial posterior entre el maléolo tibial y el ligamento tarsiano. Aparece dolor y disestesias en el arco longitudinal interno del pie, con un signo de Tynell positivo.
Otros cuadros menos frecuentes son la inestabilidad subtalar, el síndrome de coalición tarsiana, la lesión meniscoide del tobillo, el síndrome del seno del tarso, etc.
REANUDACIÓN DEL DEPORTE
El objetivo de un programa de rehabilitación es que usted pueda volver a practicar su deporte o actividad en forma segura lo antes posible. Si vuelve a practicar demasiado temprano, su lesión se puede agravar, con el peligro de que el daño sea permanente. Cada persona se recupera de su lesión a un ritmo diferente. Su retorno a la práctica deportiva o actividad dependerá de cuán rápido se recupere su tobillo y no de cuántos días o semanas han transcurrido desde su lesión. En general, cuánto más tiempo tarde en iniciar su tratamiento después de tener síntomas, más tiempo tardará en sanarse.
Podrá retornar al deporte o actividad en forma segura cuando pueda hacer lo siguiente, en el orden en que aparece en la lista:
- Puede mover el tobillo lesionado en todas las direcciones de la misma manera que el tobillo que está sano.
- Tiene la misma fuerza en el tobillo lesionado que en el que está sano.
- Puede correr despacio en línea recta sin sentir dolor ni cojear.
- Puede correr en línea recta sin sentir dolor ni cojear.
- Puede girar 45 grados, primero corriendo despacio y después a toda velocidad.
- Puede formar un ocho en un recorrido de alrededor de 20 metros, primero corriendo despacio y después a toda velocidad.
- Puede girar 90 grados, primero corriendo despacio y después a toda velocidad.
- Puede formar un ocho en un recorrido de alrededor de 10 metros, primero corriendo despacio y después a toda velocidad.
- Puede saltar con ambas piernas sin sentir dolor y puede saltar sobre la pierna lesionada sin sentir dolor.
En los esguinces más graves es una buena idea proteger el tobillo con una tobillera o una ortesis para disminuir la probabilidad de nuevos episodios de esguince. Su médico y entrenador deben guiarle en su retorno a la práctica deportiva.
Todos los ligamentos lesionados necesitan rehabilitación, si no lo hicieran, el tobillo no se sanará por completo y podrá lesionarse nuevamente. Todas las torceduras de tobillo, de los más simples a los más graves, requieren tres etapas de recuperación:
Fase I: descansar, reducir la hinchazón, y proteger el tobillo lesionado. Progresar apoyando el tobillo y al mismo tiempo protegiéndolo puede favorecer la recuperación.
Fase II: recuperar la flexibilidad, movimiento y fuerza del tobillo.
Fase III: volver gradualmente a sus actividades regulares y ejercicios de mantenimiento, seguido por deportes más activos como el tenis, el baloncesto o el fútbol.
Una vez que usted pueda apoyar completamente el tobillo, podrá realizar los programas de ejercicios que le permitirán recuperar la fuerza muscular y la de los ligamentos, aumentar su flexibilidad, el equilibrio y la coordinación. Podrá caminar y correr con su tobillo vendado o con un soporte adecuado.
Es importante completar el programa de rehabilitación ya que así disminuirá la posibilidad de lesionarse nuevamente, en caso de no completar el programa podría sufrir dolores crónicos, inestabilidad y artritis en el tobillo. Si su tobillo continúa dolorido, puede ser que el o los ligamentos lesionados no se hayan curado, o que hubiese otra lesión.
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