Lesiones osteocondrales del deportista en edad escolar
Autor(es): Blanca de la Cruz Torres ,Consuelo García Antúnez,Rafael Castaño Torres,Laura Guerrero Almeida
RESUMEN
La práctica deportiva en edades tempranas entraña el que un esqueleto aún inmaduro, con características histológicas y fisiológicas en pleno desarrollo, se vea sometido a traumatismos repetidos y cargas de trabajo intensas. Es lógico pues pensar que el riesgo de aparición de lesiones en estas edades pueda ser mayor.
Pero además, y dada la idiosincrasia de estos deportistas, va a tratarse frecuentemente de procesos osteocondrales; lesiones específicas en las que se ven afectados tanto el cartílago de crecimiento como los centros de osificación secundarios que aún no están cerrados.
La enfermedad de Panner o las apofisitis olecraniana y epicondílea en el miembro superior y la enfermedad de Osgood–Schalatter, la osteocondritis disecante de rodilla y las enfermedades de Sinding–Larsen–Johanson o de Server en el miembro inferior, son algunas de las entidades más habituales.
Creemos por tanto que es esencial, en la prevención de estas lesiones, que el colectivo vinculado con la práctica físico-deportiva, tome conciencia de los riesgos que el deporte puede conllevar en edades escolares y asuma e introduzca dicha actividad como un elemento educador imprescindible para el normal desarrollo psicomotor del niño.
INTRODUCCIÓN.
El deporte en edades escolares (niños y preadolescentes) comporta un elevado riesgo de lesiones. Sobre todo como consecuencia de las características histológicas y fisiológicas propias de un aparato locomotor inmaduro en pleno desarrollo, pero también de la incidencia sobre él de una serie de factores externos no menos importantes, tal que un inadecuado acondicionamiento físico, errores en el entrenamiento, la incorrecta ejecución de gestos técnicos y el uso inadecuado o la ausencia de medidas protectoras.
Las modalidades deportivas que someten al aparato locomotor a numerosas cargas cíclicas y/o violentas de forma continuada, desarrollan un efecto lesivo sobre el cartílago de crecimiento (localizado en las placas epifisarias y centros secundarios de osificación) y el cartílago articular que reviste todas las articulaciones móviles. Ya que la demanda que se hace de ellos durante estas actividades físicas, sobrepasa con mucho su nivel de tolerancia, dando lugar a la aparición de síndromes por sobreuso. Síndromes que ocasionan sobre las superficies articulares lesiones osteocondrales.
En la literatura médica se utiliza el término osteocondrosis (OD) para describir un grupo heterogéneo de trastornos del tejido óseo, caracterizados por la afectación de la placa y los centros secundarios de crecimiento (apófisis), localizados fundamentalmente en las inserciones tendinosas de los grandes grupos musculares del esqueleto inmaduro. En ocasiones, las manifestaciones clínicas pueden pasar inadvertidas pero sus imágenes radiológicas son muy características y precoces, lo que permite diagnosticarlas con prontitud.
Desde un punto de vista didáctico podemos clasificar las lesiones osteocondrales del deportista joven en base a dos criterios, según su mecanismo de producción y la localización de las mismas.
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Lesiones por fuerzas compresivas sobre el cartílago articular: conllevan habitualmente la aparición de osteonecrosis y osteocondritis.
En este apartado encuadramos:
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Enfermedad de Panner y osteocondritis disecante del capitellum.
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Osteocondritis disecante de rodilla.
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Lesiones por distracción de los centros secundarios de osificación: no suelen acompañarse de necrosis ósea. Y se denominan genéricamente apofisitis por tracción.
Entre ellas destacamos:
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Apofisitis Epicondílea por tracción.
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Apofisitis Olecraniana por tracción.
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Enfermedad de Osgood Schlatter en tuberosidad tibial anterior.
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Enfermedad de Sinding-Larsen-Johansson en polo inferior patelar.
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Enfermedad de Sever en calcáneo.
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Lesiones por fuerzas angulares sobre placas epifisarias: a veces comportan su fractura.
Suelen verse en las muñecas y codos de los chicos y chicas que practican gimnasia.
Para entender el desarrollo de las lesiones osteocondrales es inevitable conocer las características histológicas de los tejidos cartilaginosos.
CARACTERÍSTICAS HISTOLÓGICAS DEL CARTÍLAGO ARTICULAR.
El cartílago de crecimiento en las edades tempranas de la vida posee cierta capacidad de autoregeneración. Pero esta cualidad se va perdiendo a medida que envejecemos hasta desaparecer finalmente con el cierre de las placas de crecimiento, consecuencia de su falta de vascularización y de la inmovilidad de unas células (los condorcitos) incapaces ya de proliferar en la edad adulta. Los condrocitos se hipertrofian, mueren y la matriz se calcifica.
De manera que la actividad condrogénica queda limitada al periodo de crecimiento activo previo a la época adulta, dependiendo directamente de tres factores: edad, niveles hormonales y concentración de vitaminas.
Por otra parte, la importancia del cartílago articular radica en su funcionalidad; ya que su composición, le confiere la facultad de tolerar las demandas que ejercen sobre ellos la actividad física, al ser capaces de distribuir las cargas que reciben a zonas vecinas.
Su matriz está compuesta básicamente a expensas de colágeno tipo II y proteoglicanos; unas macromoléculas ionizadas capaces de captar y almacenar numerosos átomos de agua en sus dominios que le proporcionan un alto grado de hidratación. Este aspecto resulta esencial para su nutrición y oxigenación porque el cartílago no posee vascularización y el aporte de nutrientes corre a cargo principalmente del líquido sinovial que lo baña y sólo en su parte más profunda, parcialmente osificada, de un escaso aporte vascular. Gracias a este alto contenido en agua y merced al desplazamiento de estas moléculas a otras regiones vecinas que permiten repartir así las presiones, el cartílago articular tiene la facultad de absorber y resistir las fuerzas de compresión y tracción a las que se ven sometidas las superficies articulares; volviendo a su localización inicial una vez cesa la fuerza que lo deforma.
De la misma forma se facilita el desplazamiento de los extremos óseos articulares sin que apenas se produzca fricción entre ellos.
CLASIFICACIÓN DE LAS LESIONES MÁS FRECUENTES DEL DEPORTISTA EN EDAD ESCOLAR.
Entre las patologías por sobreuso en los deportistas jóvenes, hallamos frecuentemente;
Miembro superior
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Apofisitis olecraniana por tracción.
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Apofisitis epicondílea por tracción.
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Necrosis avascular del capitellum. Enfermedad de Panner. Osteocondritis disecante. (OD)
Miembro inferior.
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Apofisitis tibial por tracción u Osgood-Schlatter.
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Apofisitis patelar por tracción o Enfermedad de Sinding-Larsen-Johansson
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Osteocondritis disecante de rodilla.
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Apofisitis calcánea o Enfermedad de Sever.
Dada la limitación de tiempo que conlleva una comunicación, intentaremos, al menos, hacer referencia a alguna de las que por frecuencia e importancia consideramos más interesantes.
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MIEMBRO SUPERIOR.
Necrosis avascular del capitellum. Enfermedad de Panner. Osteocondritis disecante del codo.
Ciertas modalidades deportivas (tenis, gimnasia, baseball etc.), por sus gestos técnicos, someten a la articulación del codo a hiperextensiones forzadas y/o desviaciones en valgo de manera explosiva y reiterada, comprometiendo así la integridad de la estructura articular.
Y es que este tipo de gestos explosivos acarrean un compromiso vascular en los extremos de los huesos en maduración, que unido a los procesos de inflamación y micro rotura del cartílago articular, derivados de la tensión que ejercen las inserciones tendinosas, acaban por originar fenómenos de necrosis cartilaginosa.
La enfermedad de Panner es una osteocondrosis (OD) derivada de la necrosis avascular del capitellum que aparece habitualmente en jóvenes deportistas en torno a los 10 años.
La OD de capitellum suele manifestarse entre los 12 y los 14 años y la caracteriza la aparición de cuerpos libres articulares.
Probablemente ambos procesos patológicos no sean sino distintas etapas de un mismo trastorno de osificación osteocondral.
Apofisitis epicondilea por tracción.
El hecho de mencionarla obedece a que se trata de un proceso patológico que suele ir unido al anterior; si bien en este caso, el mecanismo lesional es la tracción repetida de la inserción muscular de los radiales y extensores de los dedos, sobre el epicóndilo medial.
Apofisitis olecraniana por tracción.
La única diferencia con el cuadro anterior es la implicación muscular que aquí se debe al tríceps.
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MIEMBRO INFERIOR
Apofisitis tibial por tracción o enfermedad de Osgood-Schlatter
Es una OD de la apófisis anterior de la tibia que sobreviene durante la etapa de crecimiento infantil. En concreto se trata de una lesión por sobreuso, provenida de la tracción que de forma repetida realiza el tendón rotuliano sobre la tuberosidad tibial.
Habitualmente aflora entre los 10 y los 15 años de edad y en relación a prácticas deportivas como el fútbol, la gimnasia, el baloncesto o el voleibol; modalidades estas que implican saltos y carreras explosivas.
Se estima que hasta en un 25-50% de los casos puede ser bilateral.
El diagnóstico del Osgood-Schlatter es fundamentalmente clínico. El deportista refiere un dolor en la cara anterior de la rodilla que se exacerba con la solicitación del cuádriceps, tanto en la contracción resistida como en el estiramiento máximo; acompañado de inflamación y tumefacción articular.
Enfermedad de Sinding-Larsen-Johansson
Se trata de una afección similar a la anterior, con la única diferencia de que aquí el niño centra el dolor en el polo inferior de la rótula.
Osteocondritis disecante de rodilla
Esta es una patología propia de jóvenes gimnastas dado que estos se ven obligados a realizar fuertes recepciones en las que las rodillas actúan como amortiguadoras.
El área articular más comprometida suele ser el cóndilo femoral interno, especialmente en su región póstero-lateral. O más bien diríamos los cóndilos femorales, porque hasta en un tercio de los casos se presenta de forma bilateral.
Esta lesión es muy similar a la que se produce en el codo y obliga al deportista a suspender la actividad deportiva temporalmente, lo que no es óbice para que tras su completa recuperación pueda alcanzar un nivel máximo.
Apofisitis calcánea o enfermedad de Sever
La enfermedad de Sever es una de las causas más frecuentes de dolor en el talón de niños y adolescentes deportistas.
El calcáneo se desarrolla en dos partes y osifica completamente entre los 16 y los 18 años. Hasta entonces, los microtraumatismos repetidos y el sobreuso del hueso aún inmaduro pueden acabar originando una necrosis avascular del núcleo postero-inferior de osificación secundario.
Esta patología afecta especialmente a niños de entre 9 y 11 años que de manera habitual practican deportes como el baloncesto, el voleibol, la gimnasia o el fútbol, en los que se efectúan continuos impactos del talón sobre el suelo. Tiene mayor incidencia en el sexo masculino y en más del 50% de los casos afecta a ambos calcáneos.
El diagnóstico se establece cuando el jugador manifiesta un dolor a lo largo de los bordes del talón que le impide desarrollar su actividad deportiva y la exploración lo despierta al realizar la compresión de la zona implicada. Finalmente, es el estudio radiológico el que confirma la lesión, evidenciando condensación y/o fragmentación del núcleo epifisario posterior.
CONCLUSIONES
Las características del cartílago articular y de crecimiento en edades tempranas, predisponen en la práctica deportiva al desarrollo de numerosas lesiones esqueléticas, con especial incidencia de las patologías osteocondrales. Si a ello sumamos la concurrencia de factores externos no menos importantes, como la falta de acondicionamiento físico, los errores en el entrenamiento, la incorrecta ejecución de gestos técnicos, la ausencia de medidas protectoras y el alto grado de competitividad que impregna ya el deporte en estas edades, nos encontramos ante un grupo de especial riesgo para las lesiones articulares. Por eso pensamos que es primordial apostar por la divulgación del deporte salud y la adquisición de hábitos higiénico-deportivos saludables.
En este sentido creemos que el colectivo vinculado con la práctica físico-deportiva (entrenadores, padres, educadores, etc), debe ser consciente de que pese a la supuesta idoneidad de iniciar a los niños prematuramente en ella, el deporte no debe dejar de ser un elemento educador básico para el normal desarrollo psicomotor del niño. Y tiene que poner todos los medios a su alcance para preservar, ante todo, la salud del deportista.
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