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16 May 2012

Los inicios de la evaluación física para acceder a la enseñanza militar

El pasado año, 2011, se cumplió el centenario por el que las pruebas físicas pasan a ser una materia más a superar por todos los aspirantes a ser oficiales en el ejército.

Celebrar esta efeméride y dar a conocer un tema novedoso, como los inicios de la evaluación física para acceder a la enseñanza militar, es motivo más que suficiente para realizar una investigación, y ese es uno de los motores que mueven este estudio.

Autor(es): António Jorge Simões Dantas e Adolfo Péres Abellás
Universidadede vigo Departamento de Didáctica, Organización Escolar y Métodos de Investigación

Autor(es): José Miguel García García
Universidade de Vigo Departamento de Didáctica, Organización Escolar y Métodos de Investigación

Congreso: IV Congreso Internacional de Ciencias del Deporte y la Educación Física. (VIII Seminario Nacional de Nutrición, Medicina y Rendimiento Deportivo)
Pontevedra, España, 10-12 Mayo 2012
ISBN: 978-84-939424-2-7
Palabras Clave: ejército español, enseñanza, evaluación física.

Los inicios de la evaluación física para acceder a la enseñanza militar

RESUMEN COMUNICACIÓN/PÓSTER

El objetivo de este estudio es analizar los inicios de la evaluación física para acceder a la enseñanza militar en el ejército español. En esta investigación hemos realizado una síntesis de los antecedentes de la educación física en la enseñanza militar. Posteriormente, mediante el método historiográfico, utilizando la técnica de la revisión bibliográfica mostramos las fuentes consultadas, el material empleado y el procedimiento seguido. Los resultados muestran que tras los evidentes signos de inadecuada condición física de los aspirantes a oficiales para ingresar en las academias militares, se promulga un real decreto a finales de 1911, haciendo obligatorio un examen de gimnasia práctico que consta de ejercicios elementales, marcha y carrera, suspensiones y saltos, basado en el método sueco. Con la intención de que los aspirantes a la milicia estén capacitados para ejercer su profesión. Las conclusiones son que tras desvelarse el pésimo estado físico de los aspirantes a ingresar en las academias militares, se produce en diciembre de 1911 un cambio legislativo, incorporando por primera vez un examen de gimnasia que consta de cuatro partes, de esta forma el ejército realiza una aportación pionera al desarrollo de la evaluación física en España.

 

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Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº21.

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1. INTRODUCCIÓN

El pasado año, 2011, se cumplió el centenario por el que las pruebas físicas pasan a ser una materia más a superar por todos los aspirantes a ser oficiales en el ejército.

Celebrar esta efeméride y dar a conocer un tema novedoso, como los inicios de la evaluación física para acceder a la enseñanza militar, es motivo más que suficiente para realizar una investigación, y ese es uno de los motores que mueven este estudio.

Inicialmente hacemos una síntesis de los antecedentes de la educación física en la enseñanza militar, a continuación, a través del método historiográfico, y utilizando la técnica de la revisión bibliográfica mostramos las fuentes consultadas, el material empleado y el procedimiento seguido. Posteriormente, exponemos los resultados obtenidos y las conclusiones más relevantes.

1.1 BREVES ANTECEDENTES DE LA EDUCACIÓN FÍSICA EN LA ENSEÑANZA MILITAR

Como Pastor Pradillo (2010), afirma, la génesis de la actividad físico-deportiva en España comienza a principios del siglo XIX y uno de sus apoyos fue el ejército, época en la que el deporte militar gira en torno a Francisco Amorós, el cual según Vinuesa Lope y Vinuesa Jiménez (1995), el coronel Amorós fue el principal pionero de la gimnástica en el ejército.

Fernández Sirvent (2005), expone que Amorós empezó a impartir sus enseñanzas en 1807 como director del Real InstitutoMilitar Pestalo­zziano, donde desarrolló e impulsó su método de gimnasia. Esta institución fue el origen de la educación físico-militar (Betancor León, 1988).

Respecto a la enseñanza, el Ministerio de Defensa (2003) nos dice que en el reglamento de régimen interior de 1810, las academias de infantería, caballería, artillería e ingenieros, junto con la primera Academia General Militar, centro para ser futuro oficial del ejército, tenían un profesor para equitación y otro para esgrima, aunque Sánchez Albal (1992) nos describe en su obra que no tenían ninguna asignatura relacionada con la educación física en su plan de estudios.

Este último autor, afirma que dicha academia se desplaza a Segovia y luego a Madrid, conocida como el Colegio General Militar, entre 1824-1842, donde en su plan de estudios realizan gimnasia, equitación, esgrima, baile y gimnasia, ésta última actividad se introduce por primera vez en la enseñanza militar, siguiendo las costumbres de las academias militares europeas de la época. También el Ministerio de Defensa (2003) describe que se ofertaba fuera del curriculum, natación en los ratos libres y que en los recreos los cadetes practicaban juegos de habilidad y pelota.

Fernández Sirvent (2005), describe como el capitán José Aparici Biedma fue comisionado por las autoridades militares españolas para estudiar el método de Amorós. A su regreso creó y dirigió el Gimnasio de Guadalajara desde 1847 hasta 1856, en él se diplomaban los militares que pasaban a ser instructores de gimnasia en sus compañías.

Las investigaciones de Fernández Sirvent (2005) sostienen que Francisco Aguilera y Becerril, Conde de Villalobos, era un admirador de Amorós y también viajó a París a conocer y perfeccionar sus conocimientos gimnásticos. En 1846 se le encomendó a Francisco Aguilera y Becerril, la enseñanza gimnástica de algunos sargentos de la Academia Militar de Artillería de Segovia para impartirla como asignatura a los cadetes, en el gimnasio madrileño de Serra (Carrasco, 1887).

Se abre de nuevo una academia conjunta para todas las armas del ejército, llamada Academia General Militar en 1882, y los futuros oficiales cursan en primero gimnasia y en segundo equitación (Ferrer Sequera, 1985 y Ministerio de Defensa, 2003).

Otro gran impulsor de la educación física como materia educativa, fue el teniente coronel José Villalba Riquelme, 2º jefe de la Academia de Infantería, quien firma en 1906 un plan de estudios, introduciendo en sus clases prácticas por primera vez en el ejército los juegos deportivos, además de la gimnasia, la equitación y la esgrima (Asuntos. Legajo 480a).

Durante los inicios del siglo XX, por parte de varios sectores de la sociedad española, entre ellos el ejército, se reclama un regeneracionismo a nivel nacional donde la educación física juega un papel muy importante (Rivero Herraiz, 2009).

Tras la síntesis histórica efectuada de la enseñanza de la educación física en el ejército español, podemos decir que ese regeneracionismo también se plantea sobre los alumnos, futuros oficiales del ejército y se reclama la revisión de los procedimientos para su ingreso en las academias militares, por lo tanto el objetivo que se plantea para este estudio es:

  • Analizar los inicios de la evaluación física para acceder a la enseñanza militar en el ejército español

 

2. MÉTODO

Para alcanzar nuestro objetivo, mediante el método historiográfico, que es el conocimiento de la sociedad pasada, utilizamos la técnica de la revisión bibliográfica  (Aróstegui, 2001).

2.1. FUENTES CONSULTADAS

Las fuentes consultadas se corresponden con el Archivo General Militar de Segovia, concretamente la sección 2ª (Asuntos), octava división (Instrucción), la revista El Tiro Nacional, perteneciente a la Sociedad del Tiro Nacional de España, desde 1900 a 1911 y el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra de 1911.

2.2. MATERIAL

La revista El Tiro Nacional, fue obtenida, a través de la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional y el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, a través de la Biblioteca Central Militar en Madrid.

El registro y almacenamiento de los datos se realizó en la hoja de Microsoft Office Word 2007 de Microsoft Office y a través de fotocopias.

2.3. PROCEDIMIENTO

Cada revista, legajo y Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, lo hemos leído y hemos extraído la información relevante en relación a la evaluación física en la enseñanza militar en el ejército español, registrándola y almacenándola en el procesador de textos Microsoft Office Word 2007, a continuación, estos datos los hemos resumido y hemos elaborado el informe final.
 

2.4. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Una de esas voces, críticas respecto al acceso de los aspirantes a oficiales en el ejército, fue la del general de división del ejército, Julián Suárez Inclán, en 1907, donde a través de un artículo manifestaba que los oficiales alumnos tenían un lamentable desarrollo físico.

Concretamente se expresaba así, “el ingreso en la academias militares, de los aspirantes, tienen un escaso desarrollo físico que produce deplorables resultados” (Suárez, 1907, p. 311). 

El general argumentaba que la mayoría de esos alumnos, no tenían ninguna cultura física, ni el desarrollo corporal adecuado a su edad, “…puede afirmarse que un número considerable de los alumnos que comienzan la carrera de las armas, apenas tienen idea de lo que es un aparato de gimnasia…” (Suárez, 1907, p. 311), y como no se efectuaban pruebas físicas para realizar una selección adecuada éstos entran en las academias sin la debida preparación física, “…se echan de menos reconocimientos que evalúen el desarrollo físico de los aspirantes…” (Suárez, 1907, p. 311), por lo tanto, abogaba, por realizar evaluaciones de la condición física a los aspirantes a oficial, “…es menester que a todos los ejercicios de examen preceda uno práctico de gimnasia, conforme a un programa seriamente concebido…” (Suárez, 1907, p. 311).

Y así, se produce, en 1911, se reestructuran los planes de estudios de las academias militares, aunque posteriormente, cada Cuerpo y Arma desarrolla la educación física con sus particularidades (Asuntos. Legajos 480b y 489).

Dentro de esa reestructuración de la enseñanza militar, a finales de ese año 1911, se produce la entrada en vigor, por primera vez y hasta la actualidad, de la realización de unas pruebas físicas para ingresar en las academias militares.

…asociando al reconocimiento facultativo, la ejecución de ejercicios elementales para apreciar su efecto en el organismo, y poder juzgar la aptitud física y la robustez de los aspirantes llegando a un examen integral de gimnasia bajo los principios del método sueco… y …por cuyos medios se asegurará la selección de un personal completamente apto y capacitado para el ejercicio de la profesión… (Luque y Coca, 1911, p. 655).

Era necesaria realizar dentro del ámbito educativo la evaluación física para poder garantizarse, la institución, unos niveles mínimos en la condición física de los futuros alumnos y así lo afirmaba Luque y Coca (1911), se pretendía que “los aspirantes a la carrera de las armas reúnan las indispensables condiciones de robustez y vigor físico para admitir la instrucción militar que deben recibir en dichas academias y aseguren su aptitud para las fatigas inherentes a la profesión”.

El examen ante el tribunal podía realizarse en el gimnasio o en el campo de ejercicios y consistía, en un programa de cuatro partes: ejercicios elementales, marcha y carrera, suspensiones y saltos. Teniendo en cuenta la edad, la aptitud física y el desarrollo del aspirante.

Por la importancia del mismo reproducimos de forma íntegra su contenido:
1º Ejercicios elementales, que comprenden: a) posiciones de piernas en la estación de pie, b) posiciones de brazos, c) movimiento de extensión de piernas, d) movimientos de flexión, e) movimientos de brazos (flexión y extensión), f) flexiones de cuello, g) flexiones de tronco adelante y atrás, h) flexiones laterales de tronco, i) torsiones de cuerpo.
2º Marcha y carrera, haciéndose un minuto de la primera, dos o tres de carrera, según que lo ejecutantes sean menores o mayores de diez y seis años, y otro minuto de marcha.
3º Suspensiones, a) marcha lateral por la barra o viga horizontal en suspensión por las manos, b) trepar por la cuerda vertical lisa hasta alcanzar una altura igual a tres veces su talla, por lo menos.
4º Salto, a) en longitud, comenzando por una distancia igual a la del individuo, con los brazos extendidos hacia arriba, b) en elevación, a partir de una altura igual a la del punto medio del muslo, c) en profundidad, con un mismo tipo para todos, d) combinación de los dos primeros saltos, e) combinación del salto en longitud y profundidad (Luque y Coca, 1911, p. 658).

La preparación de este programa por parte de gimnasios y academias preparatorias causó algunas confusiones en sus inicios. Aquí destacamos la solicitud formal, que realizó un destacado profesor de gimnasia de la época, para aclarar las dudas surgidas tras la aprobación de esta norma.

Fue por parte de Marcelo Sanz Romo, uno de los primeros profesores de gimnástica de España, surgidos de la Escuela Central de Profesores y Profesoras de Gimnasia en 1888. El profesor Sanz, siendo director del gimnasio público de Madrid, solicita al Ministro de la Guerra en octubre de 1912, le aclare qué y cómo deben hacerse los ejercicios gimnásticos que necesitan hacer los aspirantes a ingresar en las academias militares por ser confusos (Asuntos. Legajos 79  y Marín García, 2009).

Y la consiguiente respuesta al respecto la efectuó, Juan Picasso, Ministro de la Guerra, en aquellos momentos, diciendo que lo publicado es un simple programa y que los ejercicios se acomodan a los principios del método de gimnasia sueca, pero a pesar de ello, en el examen se realizará una demostración de los ejercicios por parte de un auxiliar (Asuntos. Legajos 79).

Estos fueron los inicios de la evaluación física para acceder a la enseñanza militar en el ejército español. Implantación que se produjo por la necesidad que la institución tenía, al ser un hecho palpable, las pésimas condiciones físicas, en las que ingresaban, en las academias militares, los futuros oficiales a principios del siglo XX.

El ejército realiza, con esta acción, una aportación precursora y pionera, al desarrollo de la evaluación física en España. Contribución que ha cumplido 100 años y que hoy se desarrolla en otros ámbitos, como la enseñanza universitaria, donde se exigen unas pruebas físicas de acceso al Grado de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Y también en otras oposiciones, algunos ejemplos, son el acceso al cuerpo de bomberos, guardia civil, policía nacional, policía local, policía autonómica, agente rural y agente de investigación del servicio de vigilancia aduanera.

3. CONCLUSIONES

A la vista de los resultados podemos concluir tras el estudio que:

  • Se plantea de forma pública, implantar un examen práctico de gimnasia para acceder a la enseñanza militar. Tras desvelarse el pésimo estado físico de los aspirantes a ingresar en las academias militares.
  • El cambio legislativo en los procedimientos de ingreso, en las academias militares, se produce en diciembre de 1911, incorporando por primera vez un examen de gimnasia.
  • Dicho examen de gimnasia es de carácter práctico, bajo los principios del método sueco. Correspondiente a un programa de cuatro partes: ejercicios elementales, marcha y carrera, suspensiones y saltos.
  • El ejército realiza, con esta acción, una aportación pionera, al desarrollo de la evaluación física en España.

BIBLIOGRAFÍA

Asuntos (Segunda sección), instrucción (Octava división). Legajo 79, Escuela de Equitación, esgrima y gimnasia. Un escrito firmado Marcelo Sanz Romo, con fecha de 8 de octubre de 1912, dirigido al Ministro de la Guerra. Archivo General Militar de Segovia.

Asuntos (Segunda sección), instrucción (Octava división). Legajo 221, concursos de tiro en España. Programa de tiro de Valladolid de 1914. Archivo General Militar de Segovia.

Asuntos (Segunda sección), instrucción (Octava división). Legajo 480a, planes de estudio. Plan de estudios de la academia de infantería firmado por el teniente coronel 2º jefe José Villalba el 17 de abril de 1906. Archivo General Militar de Segovia.

Asuntos (Segunda sección), instrucción (Octava división). Legajo 480b, planes de estudio. Reestructuración de los planes de estudio en 1911. Archivo General Militar de Segovia.

Asuntos (Segunda sección), instrucción (Octava división). Legajo 489, planes de estudio. Plan de estudios de la Academia médico-militar. Archivo General Militar de Segovia.

Aróstegui, J. (2001). La investigación histórica: teoría y método. Barcelona: Crítica.

Betancor León, M.A. (1988). Una visión de la Educación Física Militar en el transcurso de los siglos XIX y XX. Seminario Francisco Amorós. Su obra entre dos culturas. Madrid: Excmo. Cabildo Insular de Gran Canaria.

Carrasco y Sáiz, A. (1887). Apuntes sobre los sistemas y medios de instrucción del Cuerpo de Artillería. Madrid: Imp. Cuerpo de Artillería.

Fernández Sirvent, R. (2005). Francisco Amorós y los inicios de la educación física moderna. Alicante: Universidad de Alicante.

Ferrer Sequera, J. (1985). La Academia General Militar. Barcelona: Plaza & Janés, pp. 184-185.

Luque y Coca, A. (1911). Reglas a que deben adaptarse los exámenes de ingreso en las academias militares. Colección Legislativa, 240, Real Decreto de 6 de diciembre.

Marín García, E. (2009). Tesis doctoral. D. Marcelo Santos Sanz Romo, Iniciador y Propagandista de la Educación Física en España: Vida y Obra. Alcalá de Henares: Universidad de Alcalá.

Ministerio de Defensa. (2003). La enseñanza militar en España: 75 años de la Academia General Militar en Zaragoza. Madrid: Ministerio de Defensa.

Pastor Pradillo, J.L. (2010). La aportación del Ejército al desarrollo de la actividad físico-deportiva en España. Revista Española de Educación Física y Deportes, 16, Julio-Septiembre, pp. 39-76.

Rivero Herraiz, A. (2009). Los valores del regeneracionismo en la educación física española (1898-1936). Revista Española de Educación Física y Deportes, 11 (V época), Abril-Junio, pp. 13-24.

Sánchez Albal, R. (1992). La enseñanza militar en el reinado de Alfonso XII. Madrid: Ministerio de Defensa.

Suárez Inclán, J. (1907). Preparación física y moral. La Nación Militar, 456, 21 de septiembre, pp. 310-312.

Vinuesa Lope, M. y Vinuesa Jiménez, I. (1995). La Escuela de Gimnasia de Toledo. Toledo: Diputación Provincial de Toledo.

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