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4 Jun 2012

Línea de trabajo/ innovación: análisis de las variables cognitivas y emocionales en jugadores de voleibol en etapas de formación en competición.

El objetivo principal de esta línea de investigación es estudiar y esclarecer la relación existente entre las diferentes variables cognitivas y emocionales en jugadores de voleibol en etapas de formación en competición.

Autor(es): Fernando Claver Rabaz; Alexander Gil Arias; M. Perla Moreno Arroyo; Alberto Moreno Dominguez; Luis García González y Fernando del Villar Álvarez
Entidades(es): Facultad de Ciencias del Deporte. Universidad de Extremadura
Congreso: VII Congreso Nacional de Ciencias del deporte y educación Física
Pontevedra – 5, 6 y 7 de Mayo de 2011
ISBN: 978-84-614-9945-8
Palabras claves: Voleibol, conocimiento, psicología, rendimiento, formación

Línea de trabajo/ innovación: análisis de las variables cognitivas y emocionales en jugadores de voleibol en etapas de formación en competición.

Resumen

El objetivo principal de esta línea de investigación es estudiar y esclarecer la relación existente entre las diferentes variables cognitivas y emocionales en jugadores de voleibol en etapas de formación en competición. La muestra objeto de estudio estará compuesta por jugadores de voleibol, en etapas de formación, que compiten a nivel regional. Las variables de estudio serán: variables emocionales (percepción de autoeficacia, mediadores psicológicos, ansiedad precompetitiva, flow) y las variables cognitivas (toma de decisiones y conocimiento) así como el rendimiento. Las técnicas de recogida de datos que se emplearán en la investigación serán los cuestionarios y la observación sistemática de las acciones de juego.
De forma general queremos destacar que la importancia de este estudio recae en el estudio conjunto de los procesos cognitivos y emocionales que determinan el rendimiento del deportista. Más aún si tenemos en cuenta que estamos enfocándolo a etapas de formación del jugador, adquiriendo ambos aspectos (emocionales y cognitivos) aún mayor relevancia por encontrarse el individuo en pleno desarrollo evolutivo y formativo.

INTRODUCCIÓN.

Para los investigadores de las Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, el hecho de estudiar las causas y razones que subyacen al rendimiento experto se ha convertido en un auténtico reto.
El rendimiento experto en el deporte depende principalmente de cuatro dominios fundamentales (Figura 1): fisiológico, técnico, cognitivo y emocional. El dominio cognitivo puede dividirse a su vez en dos subdominios: uno de ellos referido a aspectos cognitivo/tácticos que hace referencia al conocimiento táctico y otro subdominio referido a los aspectos perceptivo/decisionales (Janelle y Hillman, 2003).

  • Fisiológico: dentro de este dominio se incluyen distintos factores como pueden ser las características antropométricas del jugador, metabolismo energético que es utilizado en cada deporte, cualidades físicas, distribución de las fibras musculares, capacidad aeróbica y anaeróbica, etc. (Willmore y Costill, 1999).
  • Técnico: se refiere al grado de coordinación sensoriomotriz a través del cual emergen patrones de movimientos refinados, eficientes y efectivos.
  • Cognitivo: dentro de este tercer domino cabe destacar dos subdominios:
    • Conocimiento táctico: hace referencia a las estructuras de conocimientos que el deportista utiliza durante la toma de decisiones, y a la relación que tiene este tipo de conocimiento procedimental en el transcurso de una situación de juego y la implicación que tiene, no solo en determinar cuál es la opción más adecuada ante una situación de juego, sino también si esa estrategia facilitará una ejecución lo más eficiente posible.
  • Perceptivo-decisional: la interpretación de la información obtenida a través de las habilidades perceptivas y su adecuación para una selección de respuesta efectiva influyen en la velocidad y precisión de toma de decisiones.
  • Emocional, que se subdivide en dos áreas:
    • Regulación emocional: referida a la capacidad para regular el nivel emocional, y que  puede afectar, en gran medida, al rendimiento.
    • Técnicas psicológicas: pueden subdividirse en técnicas de autocontrol y de reestructuración cognitiva (Guidano y Liotti, 1979; Sacco, 1989). Estas buscan  la mejora de condiciones como la motivación, estrategias de consecución de objetivos, entrenamiento mental, etc.

Este último subdominio, referido a las técnicas psicológicas, influye de alguna manera en cada uno de los dominios del rendimiento experto. El nivel de experiencia de los deportistas actúa de indicador de las modificaciones en la preparación psicológica para la participación deportiva, así como una mejora específica en cada uno de los dominios indicados anteriormente (Janelle y Hillman, 2003).

FIGURA 1. La naturaleza interactiva de los dominios de la pericia en el deporte.

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 15

Los autores de esta clasificación recogen que uno de los principales problemas de las variables responsables del rendimiento experto en el deporte es su naturaleza interactiva en contexto de competición. Por ello, las investigaciones realizadas hasta ahora no hacen referencia al estudio de los efectos de interacción entre los componentes del dominio deportivo, sino que han hecho un mayor hincapié en una orientación independiente de los factores determinantes de la pericia deportiva (Janelle y Hillman, 2003).
 Así,  el estado emocional sería un subsistema del sistema general que determina el rendimiento del deportista, pero a la vez influye en el resto de factores, formando todos un sistema integral de interacción.
De acuerdo con ello, entre las características psicológicas o emocionales del deportista experto, autores como Abernethy (1993), Moran (2004), Rink, French y Tjeerdsma (1996), Wrisberg (2001), destacan las siguientes:

  • Tienen un mayor control de sus procesos mentales y se ven menos afectados por los estados emocionales amenazantes, gestionando mejor su ansiedad. La ansiedad es un parámetro emocional que afecta a los procesos cognitivos  y a la actuación de los deportistas (Derakshan y Eysenck, 2009; Eysenck y Calvo, 1992; Eysenck, Derakshan, Santos y Calvo, 2007; Williams, Vickers y Rodrigues, 2002).
  • Poseen un desarrollo de habilidades de autocontrol de sus procesos mentales y un mayor conocimiento metacognitivo que les permite evaluar mejor sus actuaciones, gestionar su esfuerzo y su comportamiento, tanto a nivel físico como psicológico, y tienen una importante conciencia de lo que hacen, de lo que conocen, de lo que saben hacer y de lo que pueden hacer.

    Aspectos como la ansiedad, percepción de autoeficacia, el arousal, las obsesiones, etc., pueden presentar un serio hándicap para poder alcanzar el rendimiento pleno durante la práctica deportiva. (García y otros, 2003). Según Valdés (1996), dos son los objetivos básicos que se persiguen con la preparación emocional.

  • Ayudar a formar la disposición psicológica adecuada para la realización del entrenamiento deportivo con la meta de crear, mediante él, las posibilidades físicas, técnicas y tácticas que posibilitan el éxito deportivo.
  • Perfeccionar las particularidades emocionales y volitivas para lograr estados psicológicos que posibiliten un elevado rendimiento deportivos (aspectos emocionales positivos y negativos).
  • Como indican Janelle y Hillman (2003), durante el desarrollo de la competición deportiva, las distintas variables responsables del rendimiento experto interactúan entre sí, siendo complicado su estudio conjunto. Este es el motivo por el que las investigaciones realizadas hasta ahora no hacen referencia al estudio de los efectos de interacción entre los componentes del dominio deportivo, sino que han hecho un mayor hincapié en una orientación independiente de los factores determinantes del rendimiento experto en el deporte, aunque sería conveniente y necesario tratar de estudiarlos de manera integrada.
  • Igualmente, el estudio de las habilidades psicológicas, como factor influyente en los distintos dominios del rendimiento experto, frecuentemente ha sido realizado de manera aislada del propio rendimiento obtenido por los deportistas en competición. Excepciones a este hecho es la investigación de Woo Han (1996) en judo de élite, en el que, entre otros resultados se pusieron de manifiesto los problemas de control de las emociones experimentadas por los deportistas en las competiciones, así como la necesidad de cierto nivel de ansiedad cognitiva y somática para obtener un óptimo rendimiento en competición, aspecto también abordado por Marahrens y Keil (2004).

    Es necesario profundizar en el conocimiento de los estados emocionales, la personalidad y la conducta específica de cada jugador, a través de una evaluación de éste, tanto en entrenamientos como en partidos oficiales para determinar su perfil. Luego establecer métodos y objetivos que puedan modificar los estados negativos que afecten su rendimiento e incrementar aún más sus fortalezas.
Actualmente, la intervención con el deportista en el ámbito emocional contempla únicamente la identificación en relación con el rendimiento óptimo, así como procedimientos de preparación mental orientados a controlar las emociones y a reproducir las condiciones favorables.
El marco teórico en el que nos ubicamos es el Modelo jerárquico de Vallerand (1997). Este modelo fue construido con el objetivo de mejorar y relacionar los constructos de la Teoría de la Autodeterminación, subrayando los procesos motivacionales intrínsecos y extrínsecos presentes en el deporte y en el ejercicio. En él, se explican los factores determinantes de la motivación y las consecuencias en los tres niveles jerárquicos (situacional, contextual y global), así como las influencias entre ellos (Vallerand, 2007).
Principalmente, el modelo gira alrededor de cuatro cuestiones importantes:
1. El triple constructo de la motivación: motivación intrínseca, motivación extrínseca y desmotivación.
2. Los tres niveles jerárquicos, en los cuales se van a desarrollar los tres tipos de motivación anteriormente comentados. Estos tres niveles son: el situacional, el contextual y el global. Desarrollando los niveles de menor a mayor especificidad, en primer lugar nos encontramos el nivel global, que hace referencia a la motivación que se establece de forma general en la vida de una persona. Carratalá (2004) lo identificó como la representación de la personalidad en la investigación de la motivación intrínseca y extrínseca. Por lo tanto, como afirma García Calvo (2006), este nivel guarda relación con los aspectos familiares y culturales desarrollados en las primeras etapas de socialización. El nivel contextual hace referencia a la motivación en un contexto determinado, como puede ser el deporte, el trabajo, la educación, etc. La importancia de establecer este nivel radica en que una misma persona puede mostrar diferentes orientaciones motivacionales en función del contexto en el que se encuentre (Graef, Csikszentmihalyi y Gianinno, 1983). Por último, el nivel situacional explica cómo se desarrolla la motivación en una situación concreta, en nuestro caso referida a una competición o una sesión de entrenamiento.
3. Los factores determinantes de la motivación, que van a influir en las tres necesidades psicológicas básicas (autonomía, competencia y relaciones sociales), y son los factores globales, contextuales y situacionales.
4. Las consecuencias producidas por la motivación, que serán más o menos adaptativas en función de los elementos anteriores. Existen tres tipos de consecuencias para cada nivel de generalidad, que han sido clasificadas como conductuales, cognitivas y afectivas. Vallerand (1997) estableció algunos ejemplos de estos tres tipos de consecuencias. Así, la persistencia en el deporte, la intensidad, la complejidad de los ejercicios y el rendimiento deportivo pueden ser algunos de los ejemplos de consecuencias conductuales. Asimismo, la concentración, la atención y la memoria son ejemplos de consecuencias cognitivas. Por último, entre los ejemplos de consecuencias afectivas encontramos consecuencias positivas (compromiso, diversión, conductas orientadas hacia la deportividad, por ejemplo) o negativas (como el aburrimiento la ansiedad y la agresión reactiva).
Vallerand (2007) establece la relación que existe entre los diferentes tipos de motivación perteneciente al continuo de autodeterminación de Deci y Ryan (1985, 2000) y los tipos de consecuencias que resultan. De esta forma, si conocemos el tipo de motivación que tiene un individuo y sabemos cómo los niveles de autodeterminación están asociados al funcionamiento psicológico, podremos predecir el impacto de los diferentes tipos de motivación en las consecuencias provocadas.
Centrándonos ahora en los procesos cognitivos, y más concretamente en el voleibol, al igual que el resto de deportes colectivos, hemos de aclarar que está compuesto en su mayoría por habilidades abiertas, cuya ejecución, no solamente va a depender de la capacidad del propio deportista, sino de otros factores, tales como compañeros, adversarios etc. (Knapp, 1963). Al tratarse de habilidades abiertas, en cuya ejecución va a depender de todos los elementos del entorno, es necesario poner en marcha una serie de procesos perceptivos para captar los estímulos más relevantes, y en base a ello, decidir cuál es la solución más adaptativa de la situación de juego. Por ejemplo, el jugador que ataca, a la hora de golpear el balón, puede pensar únicamente en ejecutar un ataque técnicamente perfecto. Pero la realidad del juego es distinta, ya que tendrá que valorar su ejecución en función de una serie de factores tales como, por ejemplo, el ajuste al tiempo de ataque, las condiciones del bloqueo rival y los espacios libres posibles en la defensa en segunda línea del equipo contrario.
De esta manera, se justifica la importancia que tienen las destrezas cognitivas en el rendimiento deportivo (García, Moreno, Iglesias, Moreno y Del Villar, 2006), así, los deportistas expertos tienen la capacidad suficiente para captar los estímulos más relevantes de la situación de juego, haciendo un análisis más específico antes de emitir una respuesta. Sin embargo, los jugadores noveles hacen un análisis más superficial de la situación y no tienen la capacidad suficiente para captar los estímulos más relevantes antes de emitir una respuesta.
El estudio de las variables cognitivas se ha centrado fundamentalmente en el análisis  del conocimiento y la toma de decisiones del deportista.
En cuanto al estudio del conocimiento, se analiza fundamentalmente el conocimiento general del juego a través del empleo de cuestionarios, y el conocimiento procedimental que los jugadores utilizan durante su participación en las acciones de juego, medido a través de la verbalización del conocimiento en entrevistas (McPherson y Kernodle, 2003).
Numerosas investigaciones se han centrado en analizar la actuación del deportista durante el proceso de toma de decisiones en competición, es decir, el componente conductual del proceso de selección de respuesta.
El proceso de toma de decisiones ha sido explicado desde diversas perspectivas, permitiendo obtener un mayor conocimiento sobre cómo este proceso se produce. Desde la psicología cognitiva, el desarrollo de diversos modelos que han intentado explicar, aún más, este planteamiento, han enfatizado la importancia de los procesos cognitivos y decisionales durante la acción deportiva, en tareas, fundamentalmente, de alta complejidad táctica.
Uno de ellos es el planteado por Tenenbaum (2003), en el que el deportista debe decidir, en primer lugar, dónde tiene que mirar para obtener los aspectos más importantes del entorno o contexto de juego. Posteriormente se decide qué aspectos son relevantes y cuáles son irrelevantes en el entorno, utilizando aquellos que aportan información que permiten al jugador anticiparse y discriminar el resto. La selección sobre la acción a desarrollar supone: elaborar una decisión que procese la información procedente del entorno y las estructuras de conocimiento almacenadas en la memoria, para posteriormente realizar la ejecución, teniendo en cuenta el “cómo” y el “cuándo”. Finalmente el proceso termina con la retroalimentación de la acción realizada, aspecto fundamental para volver a aportar información al sujeto y poder construir y seguir almacenando información en la memoria para futuras situaciones.
El modelo de toma de decisiones de Iglesias, Ramos, Fuentes, Sanz y Del Villar (2003), establece tres estadios: estadio cognitivo, estadio cognitivo-motriz y estadio cognitivo. Entre el primer estadio y el segundo se encuentra el inicio de la acción, mientras que entre el segundo y último estadio se encuentra el fin de la acción. De este modelo podemos destacar que en el primer estadio (estadio cognitivo) existen dos momentos muy bien diferenciados: preparación de la decisión por un lado, y el momento de acto de decisión por otro, mientras que la ejecución en sí de la propia habilidad se lleva a cabo en el segundo estadio (estadio cognitivo-motriz). En relación a esta primera fase cognitiva en la que el deportista prepara la decisión, pueden plantearse diversas alternativas de acción cuya selección se jerarquiza en función de diversas consideraciones: la opción que puede ejecutarse, la autopercepción del jugador sobre las opciones de acción (competencia autopercibida y habilidad percibida sobre el rival) y las consecuencias que pueden derivarse de la acción seleccionada. A continuación tendría lugar el acto de decisión, optando por una de las opciones anteriormente barajadas (García, 2007).  En el segundo estadio (estadio cognitivo-motriz) es el momento en el cual el deportista emite una respuesta motriz que viene premeditada por el anterior estadio, de manera que si aparece un estímulo relevante durante la ejecución de la habilidad técnica es posible modificar la ejecución para adaptarse a la nueva situación. Dentro de este segundo estadio, podemos establecer diferencias entre jugadores noveles y expertos, de manera que, los deportistas expertos presentarán una mayor capacidad para adaptarse a los hechos relevantes que los deportistas noveles. Para finalizar con este modelo, contamos con un último estadio cognitivo que es de evaluación de la propia decisión tomada.
Es necesario destacar, por lo tanto, que el proceso de toma decisiones no solamente es tratable desde el punto de vista cognitivo, sino también desde una perspectiva emocional, ya que al tomar una decisión, no solamente va a influir el conocimiento y la capacidad de captar lo más relevante en la situación en la que se ve emergida el jugador, sino de otros factores como los emocionales y psicológicos. Un hecho que parece innegable es que los deportes en los que el componente decisional es muy relevante, la regulación psicológica adquiere una gran importancia. Los procesos psicológicos no actúan de forma independiente sino que el deportista es un sistema en el que todos los elementos que lo componen deben cooperar de forma armoniosa para optar por la acción más apropiada en cada circunstancia (Ruiz y Arruza, 2005). Según lo expuesto, la actividad decisional en el deporte es tanto una actividad cognitiva como afectiva (García, Ruiz y Graupera, 2009).
Así pues de modo paralelo, se han creado modelos que tratan los aspectos decisionales desde el punto de vista psicosocial, surgiendo modelos teóricos que abordan los aspectos emocionales y subjetivos de la Toma de Decisiones. Así Ruiz y Graupera (2000) establecen un modelo multidimensional que puede ser evaluado a partir del Cuestionario de Estilos de Toma de Decisiones (CETD) de Ruiz y Graupera (2005). Con este instrumento se pueden establecer los perfiles decisionales en los deportista analizando tres factores: competencia decisional percibida, ansiedad y agobio ante la toma de decisiones y compromiso en el entrenamiento táctico y decisional. El primer factor hace referencia a la percepción que tiene el deportista de su propia competencia para decidir en su deporte, tanto por la opinión que los otros significativos pueden tener de él como por su comparación con sus compañeros y oponentes. En cuanto al segundo factor, está referido a la dimensión negativa de la toma de decisiones, ya que hace mención de las circunstancias generadores de estrés y a los miedos y temores relacionados con el hecho de decidir en su deporte. Por último, el tercer factor está relacionado con el compromiso que el deportista manifiesta en la mejora de su competencia para decidir y el seguimiento táctico de los consejos de sus entrenadores (Ruiz y Graupera, 2005).  Una de las aportaciones importantes del modelo ha sido el destacar la existencia de diferentes aspectos en la toma de decisiones que son resaltados y considerados por los deportistas. Siguiendo en esta misma línea, el compromiso en su entrenamiento decisional es un elemento de primer orden. En él se combina  no solo la preocupación por el adversario, por conocer sus costumbres y sus preferencias en la competición, sino que se destaca de forma clara la importancia que tiene confiar en el plan táctico del entrenador y en seguir sus instrucciones. En segundo lugar, la iniciativa o no para decidir está muy condicionada por la percepción de competencia que los deportistas tienen de sí mismo como sujetos que deciden. Por último, es relevante destacar como el tercer factor relacionado con los aspectos más negativos, permitirá comprobar sus juicios ante situaciones en las que el miedo, el temor, el nerviosismo o la duda, puede provocar que no se decida adecuadamente ante determinadas situaciones de riesgo (Delegnières, 1992).
La mayoría de investigaciones han abordado el estudio de los procesos cognitivos y emocionales de forma aislada. Partiendo del esquema de Janell y Hillman (2003) que establece las variables que determinan el rendimiento experto, creemos que es interesante agrupar alguna de estas variables para que se el estudio sea más integral y las conclusiones más generalizables al ser más próximo a la realidad. Pues bien, el objetivo y la riqueza de este proyecto es un estudio conjunto de ambas variables, procesos cognitivos y emocionales.

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OBJETIVOS.

  • Profundizar en el conocimiento de las diferentes variables cognitivas que determinan la actuación del deportista.
  • Ampliar el conocimiento de las variables emocionales que condicionan la actuación de jóvenes jugadores de voleibol en competición
  • Analizar  la relación existente entre las distintas variables cognitivas y emocionales consideradas en nuestro estudio.
  • Comprobar las relaciones que existen entre las distintas variables emocionales estudiadas en etapas de formación.
  • . Elaborar y proponer actividades y orientaciones individuales y de equipo para la intervención en la ansiedad, motivación y flow, manifestadas por los jugadores de voleibol en competición.
  • Aplicar los resultados obtenidos para la elaboración de un diseño de intervención que mejore la actuación del deportista en relación a las variables analizadas en nuestro estudio.

METODO

Diseño de investigación.
Se trata de un diseño descriptivo – correlacional mediante el cual se pretende profundizar en el conocimiento de las variables emocionales y cognitivas que influyen en la actuación de los jugadores de voleibol durante la competición.

Participantes.
La muestra de estudio estará compuesta por el total de equipos de la categoría cadete masculino y cadete femenino (liga oro). Los 16 equipos han adquirido el compromiso de facilitarnos el acceso a la muestra, que se estima en unos 150- 160 sujetos.

Variables de estudio.
La investigación consta de siete variables:

  • Ansiedad. La ansiedad ha sido concebida, tradicionalmente, como un estado emocional negativo que incluye sensaciones de nerviosismo, preocupación y aprensión, relacionadas con la  activación fisiológica o el arousal del organismo (Weinberg y Gould, 1995). La medición de esta variable se realiza mediante el cuestionario  CSAI-2 (situacional, pre-partido).
  • Motivación.La motivación puede ser concebida como la fuerza que activa y dirige el comportamiento. Para la medición de esta variable se aplican el cuestionario SMS (disposicional, en entrenamiento).
  • Necesidades Psicológicas Básicas.La teoría de la Autodeterminación identifica tres  necesidades psicológicas básicas: necesidad de competencia, autonomía y relaciones sociales. La necesidad de competencia pone de manifiesto que un individuo necesita ser competente en el entorno que le rodea (Harter, 1978). La autonomía está referida a que el deportista tome su propia iniciativa. Las relaciones sociales son necesarias para sentirse considerado por el grupo y valorado por los otros significativos (padres, entrenadores, etc.). Para la medición de esta variable se emplea el cuestionario EMMD.
  • Flow.El Flow se concibe como “un estado psicológico optimo que permite al sujeto afrontar una tarea motriz con las mejores condiciones psíquicas posibles” (Santos-Rosa, 2003). En este estudio abordaremos el concepto Flow bajo la perspectiva presentada por Csikszentmihalyi (1990, 1997), en la que se explica el constructo a través de la comprensión de los nueve factores que lo componen La medición de esta variable se realiza mediante el cuestionario FSS (situacional, post-partido).
  • Conocimiento Procedimental: Se define como el conocimiento sobre cómo actuar y hacer las cosas (“saber cómo”). Es una descripción sobre cómo hacer algo. El conocimiento procedimental incluye la selección apropiada dentro del contexto de juego (McPherson y French, 1991).

En función del momento en el que se accede a este tipo de conocimiento encontramos en distintos estudios dos formas de conocimiento procedimental diferenciando: la representación de problemas y la planificación de estrategias  (McPherson, 2000).

  • Toma de Decisiones:  referida esta a la selección de la respuesta, componente conductual del proceso de toma de decisiones. Para la medición de esta variable se utilizará el instrumento de observación adaptado de Griffin y Oslin (1998) en voleibol. En el mismo se registra el número de acciones apropiadas e inapropiadas.
  • Rendimiento: entendido como el resultado final de la ejecución motriz. Para la medición de esta variable se utilizará un instrumento de observación sistemática (TSAP, Gréhaigne y Godbout, 1997) adaptado del sistema estadístico FIVB (Coleman, 1975).

Instrumentos

Los instrumentos de recogida de datos empleados en la investigación serán el cuestionario y la observación sistemática. Concretamente los instrumentos empleados en la investigación serán los siguientes:

  • CSAI-2 (Ansiedad). Para la medida de la ansiedad se utilizara el CSAI-2 que consta de tres factores: Ansiedad somática, Ansiedad cognitiva y Autoconfianza. En dicho cuestionario se le pregunta al sujeto acerca de cómo se siente antes de la competición. Está compuesto por 17 ítems con dos escalas. El deportista debe escoger la respuesta que describa realmente como se siente en ese momento previo a la competición y si cree que ese estado le perjudicará o le beneficiará.
  • SMS (Motivación). Para medir esta variable de forma disposicional se utilizará la versión validada al castellano de Núñez, Martín-Albo, Navarro, y González (2006) de la Sport Motivation Scale (SMS) (Brière, Vallerand, Blais, y Pelletier, 1995). La escala se compone de 28 items que se dividen en 7 factores, apareciendo 4 items por factor. De esos 7 factores tres se corresponden con la motivación intrínseca (la motivación por el placer de practicar, por aprender cosas nuevas y por mejorar o perfeccionar lo que ya se sabe), tres corresponden a la motivación extrínseca (motivación identificada, introyectada y externa) y un último factor compuesto por items que valoran la falta de motivación o amotivacion. Por lo tanto, estos 7 factores están agrupados en tres dimensiones (Motivación Intrínseca, Extrínseca y Amotivacion), que son las que analizaremos en nuestro estudio.
  • EMMD (Necesidades Psicológicas Básicas). Se empleará la Escala de mediadores motivacionales en el deporte (EMMD) creada por González-Cutre et al. (2007) para medir las necesidades psicológicas básicas en el contexto deportivo. El instrumento está encabezado por el enunciado “tu impresión en los entrenamientos es que…” y compuesto por 23 ítems, de los cuales ocho miden autonomía, siete miden competencia y los ocho ítems restantes miden relaciones sociales.
  • FSS (Flow).Para medir el Flow Situacional se empleará la versión en español de la Flow State  Scale (FSS) de Jackson y Marsh, (1996) desarrollada por García Calvo, Cervelló, Jiménez, y Santos-Rosa (2005). Es un inventario compuesto por 36 items donde las posibilidades de respuesta van de 1 (en completo desacuerdo) a 5 (completamente de acuerdo). Dicha escala tiene un factor general de segundo orden (Estado de Flow) y nueve factores de primer orden (equilibrio entre habilidad y reto, combinación/unión de la acción y pensamiento, claridad de objetivos, feedback claro y sin ambigüedades, concentración sobre la tarea que se está realizando, sentimiento de control, perdida de cohibición o de autoconciencia, transformación en la percepción del tiempo, y experiencia autotélica).
  • GPAI adaptado (Toma de decisiones):se utilizará la observación sistemática , como instrumento de recogida de datos contamos con las adaptaciones del (GPAI) de Oslin y Griffin (1998) para las acciones de ataque, defensa, saque y recepción.

Es un instrumento diseñado con fines de investigación y educativos, con la intención de poder observar y codificar acciones deportivas que demuestren la habilidad del individuo para resolver problemas tácticos (Mitchel, Oslin y Griffin, 1995). Así, obtendremos acciones que sucedieron de forma apropiada, asignando el valor 1, siempre que respeten los criterios establecidos, e inapropiado, asignando el valor 0, cuando no cumplan los criterios establecidos para la realización del ataque.

  • Team Sports Assesment Procedure, TSAP adaptado al sistema FIVB (Rendimiento). Creado por Gréhaigne et al. (1997) el propósito de este instrumento es evaluar el rendimiento individual de los deportistas en los deportes de equipo. Según los autores del instrumento, la evaluación y observación de las diferentes acciones de juego se configura en relación a dos momentos muy bien diferenciados: fase de defensa (recuperación del balón y recepción del balón) y fase de ataque (juego del balón neutral, perder el balón, jugar un balón ofensivo y ejecución de lanzamiento exitoso).

Trataremos de adaptar el instrumento estableciendo una comparativa con el sistema estadístico FIVB adaptado de Coleman (1975) por Moreno (2010). 

  • Cuestionario de conocimiento procedimental (conocimiento). Construido por Moreno, 2006, está compuesto por 25 ítems basados en el apartado de táctica del cuestionario original. Dicho instrumento refleja preguntas sobre las distintas situaciones tácticas o fases del juego existentes en voleibol, como son: saque, recepción, colocación, ataque y defensa. Este instrumento es una adaptación de los cuestionarios originales de McGee y Farrow (1987) al deporte del voleibol.

 

 

Bibliografía

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