Coaching ontológico en entornos deportivos
Resumen
Estamos inmersos en un mundo rico en estímulos, en demandas, en oportunidades. Y todo eso que ocurre a nuestro alrededor lo filtramos a través del tamiz de lo que nuestra propia biología nos permite percibir, de las experiencias ya vividas, de la cultura con la que convivimos, de las reglas, valores, creencias con las que comulgamos. Así no vemos lo que ocurre, sino que terminamos viendo lo que interpretamos que ocurre, y de esa interpretación es de donde surge la acción, y dicha interpretación está articulada a través del lenguaje. Por ejemplo, cuando el balón llega al pie del jugador, después de un pase, la decisión de qué hacer con ella, su patada, nace de lo que, sin ser consciente, el jugador ha conversado consigo mismo en sólo fracciones de segundo, es decir, no nace en base a lo que demanda la situación, sino en base a lo que él interpreta que es necesario para meter gol. ¿Qué pasaría si el entrenador interviniese en la parte técnica y también en averiguar qué se dice el jugador a sí mismo antes de dar esa patada, en su “filtro” de lo que ocurre? Poder abordar las fuentes de motivación o de desmotivación, de cada deportista a través de las conversaciones públicas y privadas es en donde incide el coaching ontológico. Son mis conversaciones con los demás y conmigo mismo las que generan la realidad en la que vivo. Si cambio mis conversaciones cambio mi realidad.