¿Quieres montar tu propio gimnasio?
¡Fórmate antes de abrir un gimnasio!
Realmente, ¿estás capacitado para abrir tu propia instalación deportiva? ¿Tienes una adecuada formación para atender las demandas de quienes serán tus clientes? ¿Te han asesorado, en el tema, profesionales debidamente cualificados?
Últimamente hemos recibido, en Alto Rendimiento, algunas solicitudes de información sobre cursos, por parte de alumnos que acaban de abrir su propio gimnasio o su pequeña instalación deportiva y que después de hacerlo, se plantean formarse como profesionales, pues carecen de cualquier titulación que avale su nueva actividad.
Esto no es, ni más ni menos y como apuntaba mi compañero y excelente entrenador personal, Roberto Barrón, que el fruto de una inexistente legislación que regule el mundo del ejercicio físico. Yo no sé en otros países (bueno, en algunos tengo una ligera idea), pero en España, por ejemplo, cualquiera se sube al carro del deporte, el ejercicio físico y la salud. Se puede abrir un gimnasio, un centro fitness, un club deportivo, etc., sin necesidad de tener ni un solo título que lo avale.
Claro que, si supiésemos la cantidad de políticos que nos gobiernan que carecen de un título aparentemente elemental para ejercer como tales, que es el de Ciencias Políticas, entenderíamos por qué aquí muchos montan lo que les rota sin saber, absolutamente, nada, del tema.
Recapacita sobre estas preguntas: ¿montarías una clínica de fisioterapia, sin ser fisioterapeuta? ¿O un taller de reparación de automóviles sin ser mecánico? ¿Y una galería de arte sin ni siquiera saber si Vasili Kandinski era un pintor abstracto o un defensa central del Spartak de Moscú?
Ya sabes por dónde van los tiros…
Bueno, pues la conclusión a la que te quiero hacer llegar es que, si no tienes formación alguna en materia de deporte, ejercicio físico y/o salud, ¿adónde vas a montar algo relacionado?
Algunos contestarían que llevan muchos años entrenando en un gimnasio y que saben de qué va el tema (éstos son los más peligrosos). A mis 40 años de edad he visitado (sobre todo durante mi infancia) muchos hospitales, ambulatorios, clínicas… y en mi familia hay una considerable tradición médica. Pues, a pesar de todo eso, os puedo asegurar que mis conocimientos en Cirugía, Urología o Estomatología, por poner algunos ejemplos, son prácticamente nulos, así que no se me ocurriría, en la vida, montar una clínica de Medicina, sea de la especialidad que sea. Por suerte, eso sí que está muy regulado y el intrusismo, muy penado por la ley.
Pues salvando ciertas distancias, montar un gimnasio o un centro fitness, sin tener ni idea de fundamentos anatómicos, fisiológicos, biomecánicos, etc. o sin saber de metodología de entrenamiento de fuerza, resistencia, flexibilidad… o de cualquier cualidad psicomotriz (algunos de los “peligrosos” a los que he hecho alusión en el párrafo anterior, no saben qué narices es la psicomotricidad), es jugar, muy seriamente, con la salud de las personas.
Fórmate y sabrás lo que haces.
Por regla general, las casas se empiezan a construir por los cimientos y se acaban por el tejado. Esto significa que las cosas hay que empezarlas desde una base.
Si quieres tener tu propio negocio dedicado al deporte, al ejercicio físico o al fitness, estudia y fórmate, al menos, como instructor de fitness, preparador físico, entrenador personal, etc.
Por suerte, en España, además de excelentes institutos de formación profesional y universidades, existen otros centros que cuentan con gente muy capacitada e ilusionada por formar profesionales de calidad que hagan del mundo del fitness o el deporte, una disciplina admirada, respetable y sobre todo, muy fiable y segura. En Alto Rendimiento, por ejemplo, tanto mis compañeros profesores como yo mismo, ponemos, a vuestra disposición, nuestra experiencia y nuestros conocimientos para formaros y ayudaros a alcanzar vuestras expectativas como profesionales del fitness y el deporte. Incluso, hemos tenido la ocasión de asesorar y ayudar a muchos alumnos a enfocar su negocio. A fecha de hoy, regentan, con éxito, sus propios gimnasios, centros Pilates, estudios de entrenamiento personal, etc.
Ya no es solo cuestión de formación, sino también de ética, humildad y honradez. Monta lo que realmente te ilusione, pero hazlo con unos principios mínimos que den credibilidad a tus proyectos y a lo que vas a vender a tus semejantes. No juegues con la salud y con la ignorancia de las personas. Eso es muy mezquino.
Invierte en tu formación; cuanto más sepas, más éxito podrás tener y serás capaz de sacarle el máximo partido posible a tu negocio, pues los servicios que ofrezcas transmitirán confianza, seguridad y serán, en definitiva, de buena calidad.
Si después de haber leído estas líneas, sigues pensando como uno de esos “peligrosos”, pues nada, cúbrete las espaldas con un buen seguro de responsabilidad civil y que Dios nos coja confesados…