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21 Feb 2012

El colpbol, deporte educativo

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A través del presente trabajo se pretende valorar la percepción que tienen los adolescentes sobre el desarrollo de valores en las clases de Educación Física, comprobando si el género de los alumnos y la importancia concedida a la Educación Física provocan diferencias significativas en cuanto a estas variables.

Autor(es): Bendicho Ros, J. J.
Entidades(es):CEFIRE Sagunto (Valencia)
Congreso: II Congreso del Deporte en Edad Escolar
Valencia 26 – 28 de Octubre de 2011
ISBN: 978-84-939424-0-3
Palabras claves: metodología, centros educativos, global, áreas de enseñanza

El colpbol, deporte educativo

Resumen

El marco del II Congreso del deporte en edad escolar abre un espacio para la difusión y reflexión del fenómeno del deporte en los niños y niñas en edad escolar. Las pretensiones de la promoción deportiva ligados a este colectivo están ampliamente consensuadas y parten de unos valores donde la educación, la promoción de la salud y el juego limpio son ejes fundamentales.

El Colpbol se ha convertido en este sentido, en una alternativa deportiva cuya génesis y bases ligan en su totalidad con estos parámetros y protagoniza y ejemplifica una nueva iniciativa que con enorme éxito desarrolla los objetivos propios del deporte en edad escolar, promociona la práctica deportiva y lo hace desde unas condicionantes totalmente educativos, en los que el fomento de la coeducación y la igualdad de género en la práctica deportiva, la integración, la prevención de la violencia, la cooperación o la solidaridad son sus pilares esenciales.

Origen y características

El Colpbol nace a través de un proceso de investigación-acción en la práctica diaria de las clases de Educación Física. Su origen es la búsqueda de un deporte de equipo que supere las limitaciones educativas de los deportes tradicionales. Es decir, un juego colectivo que fomente la máxima participación posible de todos los jugadores y jugadoras, sea cual sea su nivel físicomotor, que reduzca al mínimo las diferencias individuales y que exija una imprescindible colaboración y comunicación colectiva para lograr el objetivo final del juego, es decir, un auténtico y efectivo juego de equipo; además, una modalidad que promueva una participación igualitaria y equitativa de hombres y mujeres desde la misma concepción genética de la esencia y reglamentación del juego y sobretodo desde la práctica real del mismo. En resumen, un deporte con un carácter verdaderamente educativo.

El Colpbol conjuga los elementos propios del deporte, que no desvirtúa en ningún momento: juego, situación motriz, actividad física, competición, reglamentación… cosa que consigue que no pierda ningún incentivo y atractivo de cara al alumnado, con unos parámetros más educativos en un marco de afianzamiento de la coeducación y el fomento de la igualdad de género, la cooperación elevada al máximo exponente y la solidaridad en la práctica deportiva..

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Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº19.

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Una acción de juego del Colpbol

Este deporte se ha consolidado a lo largo de los últimos 14 años como una alternativa a los deportes de equipo más clásicos basado en sus potencialidades formativas y se ha introducido como un contenido innovador en la área de Educación Física de los centros educativos, extendiendo su práctica a lo largo de la Comunidad Valenciana y otros territorios de España y Sudamérica y consolidando una liga de deporte escolar, la llamada  Liga de “Trobades de Colpbol” (Encuentros de Colpbol). Estos encuentros lúdico-deportivos escolares nacidos raíz de su introducción en las clases de educación física, parten asimismo de una concepción de competición formativa, las bases de la cual se especifican en el punto 3 y que ligan de forma coherente con los principios mismos del deporte en edad escolar. Esta competición concentra la participación cada año de miles de alumnos. La edición de la Liga de Colpbol 2010-2011 reunió a más de 3500 niños y adolescentes en edad escolar y la implicación de 50 centros educativos.

Los conceptos de deporte y educación no siempre van de la mano. No pocas veces la práctica deportiva, y lo que es más grave, la iniciación deportiva con niños, niñas y adolescentes se convierte en una mera reproducción del deporte de los adultos y una transmisión de ciertos valores estereotipados que los medios de comunicación potencian continuamente; el triunfo, la gloria y la victoria como a máximos referentes dan lugar a la producción de situaciones indeseables desde un punto de vista formativo, en las que la discriminación o exclusión de los menos hábiles, el poco o nulo compañerismo, la extrema rivalidad, la insolidaridad, el sexismo o la violencia aparecen con demasiada frecuencia.

El deporte educativo debe tomar como punto de referencia al deportista, a quien lo practica y a sus necesidades e intentar alejarse de planteamientos más propios de otras concepciones del deporte como el deporte de alto rendimiento o el deporte espectáculo. Los educadores deben analizar al sujeto que actúa, en este caso los niños y jóvenes en edad escolar, ser conscientes de aquello que realmente necesitan en su condición de educandos y de niños y de como educarlos y formarlos mejor. En estos parámetros nace el Colpbol.

Parte desde una concepción de la tarea pedagógica que busca el incremento de la calidad de la enseñanza y el propio desarrollo profesional, en la línea de las reflexiones sobre compromiso profesional de la profesora Carmina Pascual, consolidado en la reflexión y análisis de la propia práctica y en la ética profesional.

Desde finales de los 90 Juanjo Bendicho aplicó y extendió la práctica del Colpbol, a través de diferentes iniciativas y actividades que han ido afianzando el Colpbol como una innovadora modalidad deportiva, a través del trabajo escolar como un nuevo contenido dentro de la área de Educación Física en Primaria, Secundaria, Bachillerato y Ciclos Formativos, experimentado en diferentes contextos y realidades escolares con un resultado óptimo. Esta dinámica ha trascendido posteriormente a otros ámbitos deportivos, fuera del contexto pura y estrictamente escolar, con los primeros torneos y competiciones locales y provinciales, exhibiciones, campus y su vertiente puramente recreativa en niños y adultos.

Posteriormente las actividades lúdicas, deportivas y formativas promovidas desde la Associació Esportiva Colpbol, que pueden conocer ampliamente en la web oficial, www.colpbol.es, y la implicación de un número cada vez mayor de profesores/as y profesionales del mundo del deporte, han consolidado el crecimiento y conocimiento del mismo en un ámbito geográfico progresivamente más amplio.

Así podíamos resumir que el Colpbol representa una nueva concepción de deporte surgida en la escuela a través de un proceso de investigación en la acción, el objetivo último del cual es mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje de los juegos y deportes y dar una alternativa real y una solución práctica a las limitaciones educativas de los deportes de equipo más clásicos a nivel del espíritu y valores fundamentales que las diferentes leyes educativas y autores han establecido que deben impregnar el deporte en el ámbito educativo y en edad escolar: cooperación, integración, coeducación, igualdad de oportunidades y formación integral de todo el alumnado.

Concepto.

El Colpbol conceptualmente se define como un deporte colectivo de invasión disputado por dos equipos mixtos formados por 7 miembros, en un espacio claramente definido, cuya finalidad es introducir, a base de golpeos con las manos, una pelota en la portería contraria. Estamos ante un deporte colectivo, de invasión, si atendemos a la clasificación de José Devís y Carmen Peiró  (Devís, 1992) o de colaboración-oposición en un espacio común y una participación simultánea según la ordenación basada en la lógica interna de cada actividad lúdico-deportiva del profesor Hernández Moreno (Hernández Moreno, 2001); es decir, una modalidad deportiva situada en el mismo marco que el balonmano, el baloncesto o el fútbol, los deportes utilizados habitualmente para la iniciación deportiva en la escuela.

Origen.

El nacimiento del Colpbol se enclava en la escuela, como se ha comentado anteriormente, a través de un proceso de indagación, que busca dar una respuesta original que corrija la problemática detectada a través de la experiencia y vivencia profesional con respecto a la falta de una verdadera cooperación y participación igualitaria de todo el alumnado en las actividades deportivas de equipo así como la discriminación tanto en los modelos de referencia y como en la práctica real de las mujeres en la participación en este tipo de actividades deportivas. La pretensión fue buscar un deporte escolar más democrático que enmendara algunas de las “asignaturas pendientes” de la Educación Física y el deporte escolar, como la discriminación por destreza o nivel o la discriminación sexual.

El hecho originario fue la detección de una grave problemática a nivel de implicación motriz, de cooperación real y de equidad en la aplicación didáctica de los deportes colectivos, especialmente los de colaboración-oposición en un espacio común y participación simultánea (fútbol, baloncesto, balonmano…). Se produce la detección de una incoherencia formativa, una situación controvertible desde una perspectiva educativa; Tradicionalmente los alumnos o alumnas más dotados, aquellos y aquellas con una mayor nivel de competencia motriz acaparan la gran mayoría de tiempo de práctica y  gran parte de las acciones motrices durante el desarrollo de este tipo de juegos. Habitualmente los participantes menos hábiles entran poco o nada en acción, precisamente aquellos que más lo necesitan, aquellos la carencia de los cuales exigiría una mayor participación e implicación. Esta situación provoca una serie de consecuencias negativas, no solo de tipo motor, obvias al reducirse la cantidad y calidad de las intervenciones de algunos participantes en el juego, sino también de tipo afectivo y social, en el sentido de que determinados alumnos se sienten rechazados, frustrados, se aburren, se desmotivan y pierden interés por el juego y por la actividad física en general. Se produce una descohesión grupal, una jerarquización entre los denominados “buenos” y los “malos” con visos de permanencia. Todos estos aspectos cuestionan el carácter formativo de estas actividades al convertirse en restrictivas, individualistas y discriminatorias, alejadas de los parámetros básicos del juego y el deporte en la escuela.

Pensemos en una situación habitual en la gran mayoría de deportes llamados colectivos y donde se producen situaciones como, por ejemplo, la de un juego de baloncesto en el que un alumno captura el rebote, avanza en la pista driblando a los jugadores contrarios, realiza una entrada a canasta y encesta; estamos ante un situación de juego de equipo, en la que no se ha producido ninguna acción colaborativa.

Estas circunstancias se intentan corregir en un primer momento a través de la utilización de mecanismos persuasivos y del refuerzo del trabajo actitudinal, sin embargo, existe otra posibilidad, una forma más natural, más directa y motivadora de lograrlo; consiste en que el mismo juego, la reglamentación concreta de la modalidad deportiva limite la acción individual implicando inevitablemente la comunicación grupal y la necesidad todos los miembros del equipo por igual a la hora de buscar el objetivo el juego. Es decir, un “verdadero” deporte de equipo, un deporte de equipo en mayúsculas, basado en el protagonista, en el deportista y en nuestro propósito de formarlo y de hacer aflorar unas actitudes y valores determinados, acordes con una perspectiva educativa del deporte y con los parámetros del deporte en edad escolar; un juego deportivo creador de situaciones motrices más solidarias, igualitarias, cooperativas y equilibradas.

Partiendo de esta reflexión se propusieron progresivos cambios en el proceso de enseñanza de los juegos deportivos de equipo que dieron lugar a diferentes juegos modificados como el rugbigol, el rugbitoc, el raspagol… y que finalmente derivaron en el Colpbol que lograba resolver satisfactoriamente la pretensión inicial.

Pero el propósito de lograr una modalidad deportiva con una intrínseca capacidad de superar las limitaciones educativas que entendíamos que otros deportes no atenuaban y que respondiera de forma directa a los objetivos señalados, no se limita a la solución de esta premisa sino que busca una amplia serie de objetivos, las llamadas BASES PEDAGÓGICAS que nos acercan a un deporte con unas potencialidades claramente educativas.

Estas bases justifican la inclusión del Colpbol en la escuela, le dan su personalidad y naturaleza  propia y son los objetivos básicos de su aplicación como proyecto educativo.

Bases pedagógicas del Colpbol

Los dos pilares fundamentales del Colpbol, que definen su esencia son la cooperación elevada a la máxima potencia, es un juego al primer toque obligatoriamente y la coeducación, al ser un juego siempre mixto que trabaja por la igualdad de género en el marco del ámbito de la Educación Física y el deporte.

            a) Prevención del incremento de las desigualdades acentuando el espíritu colectivo.

El Colpbol es un deporte que evita el incremento de las desigualdades, realzando el espíritu colectivo; un verdadero deporte en equipo, un deporte que fomenta la máxima participación de todos sea cual sea su nivel físico-motor y que promueve la máxima cooperación, suavizando la gran carga de individualismo de otros deportes de su misma categoría. De este propósito básico surge la regla más genuina y esencial del Colpbol y que le diferencia de cualquier otro deporte de invasión: la pelota no puede atraparse ni retenerse nunca, solo se puede golpear y sobretodo, ningún jugador puede golpear la pelota nunca dos veces consecutivamente; solamente podrá tocar el balón en el momento que un compañero, preferiblemente, o un contrario lo hayan hecho con anterioridad. Con eso matizamos completamente el individualismo con un juego en equipo total. Nunca un jugador o jugadora puede crear juego por si solo y necesita siempre el apoyo de los compañeros, y no solo de uno, ya que la gran movilidad del esférico y la imposibilidad de inmovilizarlo o paralizarlo hace a todos los miembros del equipo igual de importantes.

Esta dinámica hace brotar un auténtico sentido de cooperación, de equipo, de trabajo común y  convierte el Colpbol en un agente socializador con una gran carga de beneficios socio-afectivos asociados, que se manifiestan en el alto grado de implicación de todos y todas en los objetivos del grupo, en los sacrificios y renuncias individuales por ayudar  al equipo y en el alto nivel de autoestima que crece en sentirse todos útiles y necesarios dentro del colectivo. Fomenta el espíritu de equipo y además promueve un aumento progresivo de la iniciativa personal en el juego por parte de todos los participantes.

  • Coeducación y fomento de la igualdad de género.

Por otro lado el Colpbol es un deporte que no diferencia ni provoca rechazos, especialmente en la dicotomía entre chicos y chicas.  La coeducación es el segundo pilar del Colpbol. Nace como un deporte originalmente y obligatoriamente mixto, un deporte coeducativo. Esta participación conjunta de jugadores y jugadoras la vivencian los participantes de una forma natural porque el juego ha nacido así, como consecuencia de su espíritu integrador y por el carácter no determinante de las capacidades físicas para su práctica, pudiendo ejercitarse en unas condiciones semejantes tanto por jugadores como por jugadoras, potencialmente con las mismas posibilidades de éxito.

Al ser un deporte originalmente mixto, los participantes ven lógica y natural esta circunstancia porque es propia del juego, lo que evita prejuicios y tópicos arraigados en otras prácticas deportivas y ayuda a romper la tradicional fijación de roles no superada en el deporte en edad escolar; aquello de juegos y deportes masculinos y femeninos, heredados de un pasado discriminatorio y la separación de equipos o competiciones masculinas por un lado y femeninas por el otro. El Colpbol se convierte en una actividad que apuesta y trabaja por la igualdad de género.

El Colpbol es para todos y juegan juntos. Y lo ven y lo perciben como una cosa normal porque es una de sus características, sumando de cara a una igualdad real, cambiando percepciones y conductas estereotipadas sobre el papel de los hombres y las mujeres en el deporte y sobre la creencia de la existencia de deportes masculinos o femeninos.

Recomendamos leer el artículo “Igualdad y coeducación en el deporte, el ejemplo del Colpbol” publicado por en el diario Las Provincias en 2009 y donde se reflexiona y razona sobre la cuestión de la discriminación sexista en el deporte y la aportación del Colpbol en este sentido. Leer artículo.

c) Integración de todo el alumnado en la práctica deportiva y arraigo del concepto de  “Deporte para todos”.

La pretensión integradora del Colpbol no solo se circunscribe al punto de vista de género sino parte desde una idea global: el propósito es afianzar un deporte para todos, sin ninguna exclusión, que no discrimine bajo ninguna premisa, en referencia especial a la distinción entre los más hábiles y los menos competentes desde el punto de vista motor o los físicamente más o menos capaces. Tiene un carácter abierto, no solo para los mejores o más dotados. De hecho en la práctica real del juego todos tienen una importancia semejante, se constata una necesidad de todos los miembros del equipo por igual, al no poder destacar individualmente nadie sin la ayuda constante de los demás

  • Superación de estereotipos y fomento de la creatividad.

Por una otro lado, el Colpbol es un deporte que supera estereotipos, tanto técnicos como de comportamiento de otros deportes. En primer lugar por que no hay un modelo indeseable en el que fijarse; la connotación del deporte de alto rendimiento influye en la iniciación deportiva de forma negativa por la copia de modelos técnicos erróneos y sobretodo modelos de comportamiento indeseables (agresividad, fingimientos, trampas, faltas de respeto, competitividad exacerbada, insolidaridad) transmitida esencialmente a través de los mass-media desde una connotación del deporte, la del deporte profesional y de alto rendimiento, totalmente alejada de la escuela.

Este hecho no se da en la práctica del Colpbol al no existir un modelo a copiar. Y eso, por otra parte, fomenta enormemente la creatividad motriz porque los propios jugadores dan continuamente respuestas originales a las diferentes situaciones motrices a los que se enfrentan; así han nacido el toque por debajo de las piernas, el bloqueo, la dejada, el toque a dos manos… Los mismos practicantes crean y enriquecen el juego.

  • Promoción de la igualdad de oportunidades.

El Colpbol en su condición de deporte nuevo permite que todos los participantes comiencen de cero ya que no exista ningún aprendizaje previo consolidado, aspecto que si se produce en otras prácticas deportivas y que habitualmente es determinante y provoca grandes diferencias de nivel entre el alumnado.

La desigualdad dada en el aprendizaje de los deportes tradicionales a causa de los conocimientos y prácticas previas de muchos de los participantes queda diluida por su carácter nuevo e innovador. Todos comienzan desde un nivel similar.

Por otra lado su carácter extremadamente cooperativo y sencillo desde el punto de vista de la ejecución motriz permite un desarrollo equitativo entre sus practicantes.

  • Fomento del éxito continuo desarrollando el autoestima del alumnado.

El Colpbol, busca la consecución de una modalidad deportiva donde el éxito continuo por parte de los participantes sea real. El juego tiene un alto porcentaje de éxitos motrices. Este aspecto viene dado por diferentes circunstancias: 

En primer lugar por la misma habilidad fundamental del Colpbol, el golpeo; esta habilidad natural y sencilla permite al jugador o jugadora su ejecución con éxito a menudo. No solo tiene éxito quien golpea el balón y marca gol, también quien golpea ejecutando un buen pase al compañero, o quien intercepta un pase del equipo contrario o quien le golpea alejándolo hacia a una zona menos peligrosa para su equipo… Si el educador sabe vehicular estas acciones reforzándolas contínuamente hace crecer el sentimiento de competencia del jugador, que es capaz, que es bueno, lo cual incrementa su autoconcepto y su autoestima. El aumento de la autoestima y la consecución de pequeños éxitos repercute en una actitud más positiva, participativa y activa en el deporte y en la actividad física en general y en el Colpbol en particular. Alumnos caracterizados por la pasividad y la falta de iniciativa se integran a través del Colpbol con una mayor rapidez y facilidad en la práctica deportiva.

A parte de, no menos importante, posibilitarnos la presentación de actividades motrices cada vez más complejas al alumnado que afrontará desde una disposición de confianza y creencia en sus propias posibilidades.

Y además el sentimiento de integración al grupo, de sentirse siempre útil e importante, indispensable en el equipo, crea relaciones sociales y lazos afectivos desde un punto de partida positivo y reconfortante y repercute asimismo en su crecimiento personal.

En resumen, una gran carga de beneficios en el plano socio-afectivo y actitudinal en cuestiones como: el alto grado de implicación de todos en los objetivos del grupo, el sacrificio y renuncias individuales ( recuerden que en el Colpbol nunca nadie puede crear juego por si solo),  el alto nivel de autoestima que crece al sentirse todos útiles y necesarios dentro del colectivo, el alto porcentaje de éxitos motrices en el juego derivados de la sencillez en su puesta en acción y sobretodo en la natural y fácil ejecución de la  habilidad fundamental del juego, el golpeo al balón sin implemento.

En el Colpbol la alegría es de todos y el éxito siempre es colectivo.

  • Disfrute de todos y todas con la práctica deportiva.

El Colpbol es un deporte muy dinámico, que permite un goce total de los participantes, que lo vivencian como una actividad física plena. En la dinámica de juego el balón no puede retenerse y nunca se para, lo cual aumenta el grado de intensidad y placer en su práctica. Se ha constatado que es un deporte muy motivador. Un deporte que engancha y que allá donde se introducido está ganándole terreno en el tiempo de ocio y juego de los niños y adolescentes a otras modalidades tradicionalmente más consolidadas.

Como educadores del mundo de la actividad física y el deporte consideramos que si debiéramos elegir un objetivo primario, básico de la Educación Física en la escuela y en los deportistas en edad escolar, probablemente seria este, ofrecer a nuestro alumnado la vivencia de experiencias físicas gratificantes y positivas, donde disfruten de la actividad física, del cuerpo y del movimiento de una forma plena lo que comportará que la conviertan en una parte más de su vida; favorecer la aparición de actitudes positiva hacia a la práctica deportiva convirtiéndola en un hábito para su tiempo de ocio y diversión para siempre. Engancharlos a la práctica deportiva es un gran éxito y repercutirá en la mejora de su salud, superar actitudes sedentarias, evitar la obesidad, etc.

El profesor Pierre Parlebas ya nos advierte de esta oportunidad y de su beneficio educativo “tenemos nosotros una oportunidad extraordinaria (…) Que el niño y el adolescente experimentan el placer de actuar de la acción. El deporte, la actividad física, es una fuente extraordinaria de placer físico, es la ocasión de expandir su personalidad (…) Hay que hacer que los niños asientan esta pasión por la actividad física.” (en Blázquez y otros, 1995). Esta es una de las bases principales del Colpbol, un deporte altamente motivador y con la capacidad de atracción, reflejado en el crecimiento de su práctica y su extensión a lo largo de estos años.

  • Desarrollo motriz.

Pero no podemos olvidar que la esencia de la Educación Física es la motricidad, es la principal aportación del área.  Así pues, desde esta perspectiva, el Colpbol permite desarrollar el bagaje físico-motriz del alumnado. Es un deporte muy rico desde el punto de vista motriz ya que permite una gran diversidad de gestos y acciones técnicas basadas en el golpeo, dada la posibilidad que el impacto al balón pueda realizarse tanto por el aire, como a ras del suelo. Este se lleva a cabo fundamentalmente con las manos, aunque pueden utilizarse otras partes del cuerpo como el brazo, la cabeza o el tronco, la parte superior del cuerpo. Asimismo entran en acción habilidades básicas como la carrera, el bote, el giro, las habilidades perceptivo-motrices, etc.

  • Desarrollo de la inteligencia motriz del alumnado. Trabajo de los aspectos tácticos.

Asimismo el Colpbol nos abre unas grandes posibilidades de trabajo táctico, primordial en la enseñanza de los deportes colectivos, dominados por las habilidades abiertas y donde un aprendizaje analítico, centrado solo en el mecanismo de ejecución no tiene sentido al tener que adaptar mi acción motriz continuamente a la presencia de los adversarios y compañeros.

El Colpbol recoge los fundamentos tácticos de ataque y defensa de los deportes colectivos de invasión y las estrategias de juego inherentes a los mismos. Eso permite incorporar a la labor física: flexibilidad, fuerza, velocidad, resistencia, agilidad… y a la enseñanza técnica, el contenido fundamental y básico en su aplicación en la escuela y en el colectivo en edad escolar: el cognitivo-motriz; es decir, el desarrollo de la motricidad del individuo en situaciones de juego, el trabajo de su inteligencia motriz.

Así en el proceso de enseñanza-aprendizaje del Colpbol, a los aspectos más físicos y técnicos y de una manera globalizada incorporaremos la comprensión y experimentación de los principios generales de los deportes colectivos, los fundamentos técnico-tácticos de ataque y defensa, las estrategias de juego, el dominio del espacio… para crear alumnos y deportistas inteligentes.

  • Adaptación del juego a las características del alumnado: la sencillez.

Asimismo el objetivo era encontrar un deporte que fuera sencillo en su aplicación práctica. Un juego reglamentariamente muy sencillo, susceptible de ser utilizado con personas de cualquiera edad y condiciones.

Esta sencillez viene fundamentada desde diferentes aspectos: en primer lugar por unas reglas sencillas que favorecen un juego fluido y continuo, que permiten la comprensión por parte de los practicantes, que facilitan la potencial introducción prematura en cursos más pequeños y /o en alumnos con discapacidades y sobretodo que evitan al máximo la aparición de conflictos y discrepancias en la interpretación y uso práctico de la normativa.

La sencillez dada también por una reducción de la dificultad técnica en su puesta en acción, evitando acciones excesivamente complejas de otras disciplinas.

Y la sencillez de la infraestructura espacial para la práctica del Colpbol, que es una pista rectangular de 20×40 metros con porterías de 2×3 metros, habitual prácticamente en la totalidad de centros educativos y deportivos con la que su incorporación al mundo de la enseñanza deportiva es más factible.

Campo reglamentario de Colpbol

El Colpbol permite disfrutar ininterrumpidamente de un juego fluido y continuo sin excesivas necesidades técnico-estructurales.

Todas estas bases fundamentan la esencia de este deporte, y junto al progresivo crecimiento y extensión que ha experimentado tanto en difusión como en número de practicantes y competiciones lo han convertido en un nuevo referente deportivo, que contribuye por una parte a la educación integral de los niños y niñas en el ámbito educativo y ofrece asimismo una alternativa nueva para la recreación de niños y niñas en edad escolar desde unos parámetros de máxima igualdad, de cooperación, de respeto y de verdadero goce con la práctica deportiva.

El colpbol y la competición escolar. Los encuentros de colpbol

La competición es una característica importantísima de la práctica deportiva y para los niños y niñas que se inician en la práctica de un deporte debe ser algo normal, natural, motivador y atrayente.

Para el Proyecto Colpbol, el desarrollo y consolidación de una competición formativa de este deporte, que complementara el trabajo en el aula y permitiera la consecución de los objetivos del proyecto educativo y en especial las finalidades sociales y de relación del mismo ha sido uno de los ejes de trabajo fundamentales.           

La competición de Colpbol (Liga de Colpbol) ha posibilitado y facilitado el perfeccionamiento del alumno y nos ha ofrecido un campo magnífico para el desarrollo de objetivos de tipo afectivo-social.

Pero estas circunstancias se dan, de nuevo, si partimos de unos condicionantes de tipo formativo. De hecho ha existido en el ámbito educativo unacorriente contraria a la competición al considerarla poco pedagógica, generadora de poco compañerismo, de ambientes tensos y de fomento del espíritu de guetto. Pero estas situaciones se dan cuando la competición se hace discriminatoria, solamente se premian los resultados y se hace trascendente.

La alternativa de este proyecto son las “Trobades de Colpbol”que desde su concepción han partido de una serie de principios irrenunciables que con la perspectiva de los años, de la trayectoria alcanzada y su evaluación nos afianzan en el óptimo de su adecuación totalmente coherente con el espíritu del Colpbol y congruente con los propósitos que deben encaminar el deporte en edad escolar:            

  • Competición para todos:
    • fuera de planteamientos exclusivistas donde solo participan los mejores.
    • competiciones mixtas desde la naturalidad y la normalidad.
  • Competiciones adaptadas a las caraterísticas de los alumnos: en el Colpbol no es preciso que se modifiquen situaciones de juego, materiales, instalaciones o reglas. (como la red a menor altura en voleibol, portería más pequeña en mini-balonmano o reducción del número de participantes o terreno de juego).

El Colpbol es un juego 100% para niños y adolescentes, nace por y en función de ellos y posteriormente pasa a ser un deporte también de adultos sin tampoco la necesidad de ninguna modificación.

  • Competición como medio, no un fin en si misma:
    • fomento de la participación sea cual sea el resultado.
    • evitar la introducción de la mentalidad competitiva los adultos, y que esta predomine sobre la diversión y el aprendizaje
  • Búsqueda de objetivos didácticos: perseguimos una mejora del aprendizaje de nuestros alumnos y su educación
  • Competiciones motivantes en base a 3 situaciones: mucha implicación motriz, reglas sencillas y metas alcanzables.
  • Creación de un ambiente de amistad en el juego y de respeto, con verbalizaciones como “se juega contra amigos y amigas de clase”, “el árbitro se equivoca igual que nosotros”…
  • Compensación de las situaciones de competitividad con situaciones de cooperación. El Colpbol es un deporte inevitablemente cooperativo. Deporte de equipo en mayúsculas.
  • Promover la aceptación natural de la victoria y la derrota, Ambos consustanciales a la práctica deportiva (saber ganar y perder).
  • Infundir como norma básica en el proceso de enseñanza-aprendizaje del Colpbol, que se transmite en las diferentes actividades de formación para el profesorado y otros profesionales de la enseñanza deportiva:  que el buen juego está por encima del resultado; que después de haber trabajado todo el posible y se pierde no pasa nada, hay un equipo en ese momento mejor que el de uno mismo; que hay que ser ambiciosos y buscar la victoria con ganas y pasión pero no a cualquiera precio, como si fuera el único aspecto importante.
  • Potenciar tareas de responsabilidad: capitanes, encargados de los balones, anotadores, consejeros, árbitros… 

En definitiva, la sesión competitiva que ha consolidado el Proyecto Colpbol es convertir el encuentro competitivo en una fiesta donde se fomenta la participación de diferentes áreas y otros maestros (proyecto global), el reparto de responsabilidades (organizadores, capitanes, anotadores, carteles, entrevistas… encargados de todo el material, la creación de un ceremonial (ambiente, animadores, presentación de jugadores, intercambio de recuerdos…) y la elaboración posterior de textos, vídeos, reportajes, fotos…  y seguimiento en los medios de comunicación.

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