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21 Sep 2006

El uso de soportes plantares en jugadores de badminton y squash.

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La utilización de soportes plantares entre deportistas, con el fin de mejorar su rendimiento, a la vez que prevenir la aparición de ciertas lesiones relacionadas con la biomecánica deportiva, es cada vez más frecuente.

autor(es): Gijón Noguerón, Gabriel A. & Gijón Noguerón, Manuel
Entidades(es): Profesor Asociado De La Universidad De Málaga, D.U.P. Y Master En Ortopodología Y Biomecánica De La Universidad De Barcelona.U.P. Y Master En Ortopodología Y Biomecánica De La Universidad De Barcelona
Congreso: IV Congreso Mundial de Ciencia y Deportes de Raqueta
Madrid-21-23 de Septiembre de 2006
ISBN: 84-611-2727-7
Palabras claves: Bádminton, squash, soportes plantares, tratamientos ortésicos

Resumen soportes plantares en jugadores de badminton y squash

La utilización de soportes plantares entre deportistas, con el fin de mejorar su rendimiento, a la vez que prevenir la aparición de ciertas lesiones relacionadas con la biomecánica deportiva, es cada vez más frecuente. En cualquier caso, su utilización debe estar supervisada por un profesional competente, ya que un soporte plantar mal adaptado, puede generar graves lesiones al modificar la postura del pie en la práctica deportiva. En el presente trabajo se analiza la utilización de soportes plantares, adaptados mediante una técnica en directo, en jugadores de bádminton y squash, tanto de nivel profesional como aficionado.

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Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº2.

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Introducción

La existencia de disfunciones leves en el pie no ha sido, normalmente, objeto de preocupación, y por tanto del ámbito preventivo, por parte de la sociedad en general y del deportista en particular; sólo en casos de alteraciones morfológicas graves o de lesiones directamente relacionadas con el pie, se lleva a cabo un tratamiento, que casi siempre se circunscribe al ámbito quirúrgico, y que descarta el ámbito ortopodológico como terapia alternativa. La ortopodología aplicada al deporte, mediante la utilización de soportes plantares, puede servir de apoyo importante en la prevención de lesiones, siempre que su utilización vaya precedida de un adecuado estudio biomecánico. Los soportes plantares atenúan la presión, aumentando la superficie de contacto y redistribuyendo las cargas a lo largo de todo el pie, influyendo en toda la extremidad inferior y actuando sobre todas las estructuras de la misma: tobillo, tibia, rodilla, cadera y región lumbar; por tanto, aportan sistemas de fuerzas que se oponen a las fuerzas lesivas, reposicionando estructuras alteradas, aminorando las cargas y el rango del movimiento. En definitiva, la finalidad de un buen soporte plantar es conseguir reequilibrar los balances musculares en la práctica del deporte. El estudio biomecánico previo a la confección de unos soportes plantares, debe considerar el análisis de un conjunto de fuerzas, presiones y palancas de las extremidades inferiores, que permita llegar a un acertado diagnóstico de las características de la marcha, a la vez que poder instaurar un adecuado tratamiento ortopodológico. La carrera y los desplazamientos, en cada modalidad deportiva, tiene unos componentes biomecánicos específicos, en el caso del bádminton y el squash, los desplazamientos laterales, arrancadas y frenadas bruscas son elementos que no siempre pueden ser asociados a unos parámetros normales de la marcha o la carrera, por lo que el diseño de los soportes plantares deberá tomar en consideración además de las alteraciones clásicas de la marcha, el tipo de juego que practica cada jugador. También es importante, en estos casos, considerar aspectos tales como el tipo de pista o el tipo del calzado, que determinarán ciertas correcciones que deberán ser introducidas a lo largo del tratamiento. El uso de soportes plantares está cada vez más extendido entre deportistas, ya sea simplemente para prevenir movimientos indeseados, como para tratamiento de lesiones osteoarticulares y musculotendinosas.

Características de la muestra

El número total de jugadores objeto del presente trabajo es de 18, de los cuales 7 son jugadores de bádminton y 11 lo son de squash. Las edades de los mismos están comprendidas entre los 12 y los 38 años. Todos ellos han sido objeto de tratamiento, en nuestra consulta, a lo largo de los últimos tres años. Las patologías más significativas de las que fueron tratados estos jugadores son: esguinces de repetición un 33%, fascitis un 28%, periostitis un 28% y porcentajes menores de metatarsalgias, sesamoiditis y talalgias. El siguiente cuadro nos muestra la distribución de las citadas patologías, en relación a la edad de los jugadores (fig.1):

Figura 1

(Figura 1).

Técnica de adaptación y materiales utilizados

La técnica de confección de los soportes plantares que hemos utilizado en los casos referidos en este trabajo, es una técnica conocida como Técnica de Adaptación en Directo ( T.A.D.). Ésta tiene su origen en la que en 1993 comenzaron a utilizar los profesores de la Universidad de Barcelona Céspedes, Dorca, Sacristán y Concustell, quienes para confeccionar plantillas de confort para botas de esquí, adaptaban con vacío, y habiendo sometido previamente los materiales a una temperatura de 80º C, la plantilla al pie del esquiador, consiguiendo mayor apoyo y confort, a la vez que ajustaba mejor la bota de esquí. Posteriormente, con el diseño de un mapa de elementos ortésicos,(Fig. 2) compensadores de los trastornos de la marcha, tales como la supinación del talón, estrés en pronación de mediopié, estructura de pie cavo, etc., junto con la utilización de la técnica descrita anteriormente, consiguieron adaptar un soporte plantar con un criterio biomecánico, que se conoce como T.A.D. Esta técnica comienza a extenderse de manera significativa en la actualidad. El desarrollo de una gran diversidad de materiales, ha supuesto para el podólogo poder elegir, en cada momento, los más adecuados, según requiera cada tratamiento.

PLANTILLAS

Los componentes principales en la confección de un soporte plantar, mediante T.A.D., son las resinas termoconformadas de P.V.C. y poliéster con un entramado de gasa textil, que combinados en sus diferentes grosores y fusionados a 105ºC durante 3 minutos(Fig. 3), confieren al material unas características físicas de resistencia y dureza capaces de resistir las tracciones de un deportista durante el entrenamiento y la competición. Las resinas se utilizan combinadas con otro grupo de materiales, las espumas de acetil vinil acetato ( E.V.A.), que con diferentes densidades y durezas, pueden conseguir la amortiguación y estabilidad que requiera cada deportista para su mayor confort…

amortiguación y estabilidad

1. Diagnóstico y tratamiento

De los datos que recogemos en las historias clínicas, los más relevantes desde el punto de vista del establecimiento del diagnóstico son: – Antecedentes familiares. – Historial de lesiones en la extremidad inferior. – Exploración en estática. – Estudio biomecánico de la marcha. La exploración en estática nos permite, mediante reconocimiento visual, analizar los aspectos morfoestructurales de la extremidad inferior y sus posibles alteraciones. El estudio biomecánico nos permite establecer los rasgos y características esenciales del tipo de marcha del jugador. Se lleva a cabo mediante una primera exploración sobre banco de marcha con fluoroiluminación, en el que pueden analizarse los diferentes apoyos del jugador; seguidamente, y de manera complementaria, se lleva a cabo, mediante estudio computerizado sobre plataforma de fuerzas y grabación de la marcha mediante videocámara, un análisis de las desviaciones de los planos sagital y frontal. Como resultado de los diagnósticos establecidos, 13 jugadores (un 72%) presentaban pies cavos y dentro de éstos 10 (un 56%) iba asociado a pies varos o supinados y 3 (un 17%) asociados a pies valgos o pronados. Sólo 4 jugadores (un 22%) presentaba un pie valgo o pronado desde el inicio de la fase de la marcha. Uno de los jugadores (un 5%) presentaba un pie normal. IV Congreso Mundial de Ciencia y Deportes de Raqueta El siguiente cuadro refleja la relación entre las alteraciones morfoestructurales establecidas y las lesiones más frecuentes que presentaban (fig.4):

morfoestructurales establecidas y las lesiones más frecuentes

(Figura 4).

Como se puede observar, se detectaron más lesiones de naturaleza musculotendinosa que osteoarticular, esto tiene su justificación fundamentalmente en la edad de los jugadores. Destacan fundamentalmente las lesiones de fatiga: periostitis, fascitis o metatarsalgias, en los de mayor edad, entre los 22 y 38 años, mientras que predominan las lesiones agudas, entorsis de tobillo, en jugadores jóvenes. Con relación a los tratamientos establecidos, en el siguiente cuadro se reflejan los elementos constitutivos de los soportes plantares que, con carácter general, corresponden a las alteraciones dinámicas diagnosticadas (fig.5)

Figura 5

(Figura 5).

En todos los casos utilizamos un elemento estabilizador central, con el fin de dotar de mayor superficie y control al pie en su fase de apoyo total, ya que éste es el momento en el que se producen los movimientos torsionales, con el paso de la fase de supinación de retropié a la fase de pronación de mediopié. En los casos de pies varos o supinados utilizamos un elemento lateral externo de contención, con el que se consigue controlar el exceso de supinación que presentan estos pies. Así mismo se utilizó un estabilizador del antepié, que controlará la fase de propulsión del mismo consiguiendo mejorar el despegue mediante el primer radio. En los casos de pies valgos, se reforzó el estabilizador central con el fin de disminuir la tensión en la pronación del mediopié, a la vez que se IV Congreso Mundial de Ciencia y Deportes de Raqueta acompañaba de un estabilizador anterior con férula de primer radio, que controla el exceso de pronación del antepié, facilitando el despegue del primer radio.

2. Evolución y resultados

Para el seguimiento de la evolución de los deportistas sometidos a tratamiento, se establecieron los siguientes parámetros: – Valoración del dolor que produce la lesión, en una escala de 0 a 10. Se le consideró tanto antes del tratamiento como en las posteriores revisiones. – Lesiones acaecidas una vez instaurado el tratamiento, tanto relacionadas con el pie, como con la extremidad inferior en la que pudiera haber repercutido el mismo. – Incidencia en el rendimiento deportivo del jugador a lo largo de la temporada, con posterioridad a la instauración del tratamiento. – Una vez establecido el tratamiento, se procede a revisiones periódicas, fijándose los periodos de 15, 21 y 30 días, así como a los 3 y 6 meses. En los casos de pies cavos, con patologías de esguinces y periostitis, la evolución fue de total recuperación a los 21 días de instaurado el tratamiento, siempre complementado con tratamiento de fisioterapia. En las revisiones posteriores no se detectaron recaídas de estas patologías, si bien, aparecieron en dos casos metatarsalgias por exceso de compensación del borde externo en los soportes, por lo que hubo que reducir la compensación realizada. En los casos de pies valgos, asociados a patologías como fascitis o sesamoiditis, producidas por la tensión musculotendinosa del pie, la recuperación tuvo una duración de unos 30 días. Uno de los pacientes de fascitis hubo de recurrir al tratamiento quirúrgico para liberar de tensión la fascia plantar. En el caso del jugador con pie morfológicamente normal, el soporte facilitó la desaparición del dolor producido por la fascitis en 15 días. A lo largo de las revisiones correspondientes, ningún jugador refirió la aparición de recidivas en las lesiones, excepto el caso señalado de la fascitis que requirió de intervención quirúrgica. En cuanto a la incidencia que el tratamiento haya podido tener en el rendimiento deportivo de los jugadores, éstos refieren una mayor estabilidad y menor fatiga muscular, conseguida con el uso continuado de los soportes, que les ha permitido adaptarse mejor a las condiciones de los entrenamientos y la competición deportiva.

3. Discusión y conclusiones

De los datos observados y de los resultados obtenidos, cabría reseñar: La existencia de una estructura morfológica predominante en los jugadores de bádminton y squash, la de pies cavos, equiparable a los datos conocidos sobre la morfología más frecuente en los deportistas en general. Así como su incidencia directa con las lesiones, ya que son pies con grandes tensiones musculares que pueden provocar lesiones musculotendinosas. La incidencia de lesiones agudas en jugadores de menor edad, en contraposición con las lesiones de fatiga en jugadores más veteranos. Esto tiene su explicación en el hecho de que los jugadores jóvenes, con estructura morfológicas tensiónales como pies cavos varos, tiene menos estabilidad, pero aún no han llegado a desarrollar fibrosis, características de las lesiones crónicas o de fatiga; mientras que en los deportistas de mayor edad, estos pie ya han desarrollado fibrosis, que repercuten en las lesiones más relacionadas con actos repetitivos en el tiempo. La importancia del adecuado y periódico seguimiento del los tratamientos, con el fin de establecer de manera oportuna las modificaciones que fueran necesarias, para evitar que el uso inadecuado de los mismos pudiera repercutir en la salud y actividad deportiva de los jugadores. La utilización de soportes plantares en jugadores sanos, con el fin de dotar de mayor superficie y control al pie, puede ayudar a conseguir una mayor estabilidad, a la vez que prevenir la aparición de lesiones. En resumen podemos concluir: – La importancia de la edad como factor significativo, en relación con la tipología de las lesiones aparecidas. – El carácter preventivo y terapéutico que los tratamientos ortopodológicos mediante soportes plantares pueden tener, como así nos lo confirma la no aparición de recidivas una vez instaurados éstos. – La mejora en el rendimiento de la actividad deportiva, parece, de acuerdo con lo sugerido por los jugadores tratados, que es un hecho constatable.

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