Evaluación del desarrollo de la altura corporal en jóvenes atletas de halterofilia
Autor: Saroglakis G., SoulasD., TziamourtasA., Koustelios A.
Universidadde Thessaly, (Grecia) Traducido y adaptado por Ricardo Segura (DirectorGeneral de Alto Rendimiento)
Sumario
El propósito del presente estudio ha sido el investigar y aproximarse científicamente al progreso en el desarrollo de la altura corporal en jóvenes practicantes de la halterofilia. La muestra de la población se componía de 194 atletas de 14 a 17 años de edad los cuales fueron divididos en dos grupos. El grupo experimental se componía de atletas practicantes del levantamiento de peso (n=90) y el grupo control (n=104) lo formaban estudiantes cuyas edades correspondían a las arriba expuestas (júnior).
El resultado del estudio concluyó que el entrenamiento no influye negativamente en el desarrollo de la altura en deportistas de levantamiento de peso en edades júnior.
Palabras clave: Levantamiento de peso – halterofilia, características morfológicas, desarrollo de la altura.
Introducción
La influencia del entrenamiento sobre las características morfológicas experimentadas por atletas júnior en proceso de crecimiento todavía mantiene interesados a muchos investigadores y educadores (Bar-Or, 1996; Beunen, etal. 1988; Martin, 1994; Malina, 1994; Malina, 1996). Muchos estudios antropométricos han concluido que los jóvenes levantadores de peso están caracterizados por una tipología corporal si se les compara con otros jóvenes de la misma edad que no sean atletas o con atletas que practiquen otros deportes (Boennec, 1990; Tanner, 1978; Wilmore, 1989). La cuestión sobre la existencia de unas características corporales particulares no se puede contestar con facilidad si simplemente observamos el crecimiento corporal del atleta, levantador de peso, pues no podemos responder con certeza si es el entrenamiento sistemático el que influencia las características morfológicas o si son individuos escogidos y diferenciados que poseen esas características particulares debido a razones genéticas.
Organizaciones internacionales como la National Strength and Conditioning Association (1985), American Orthopedic Society for Medicine (Cahill, 1998) y American Academy for Pediatrics (1990) & (2000) en muchas de sus directivas, afirman que los niños consiguen ventajas cuando participan en programas de fuerza con pesas, si son correctamente diseñados y controlados.
Muchos estudios han concluido que la altura del joven se ve influenciada o alterada con el entrenamiento. La altura máxima que alcanza un individuo que vive en circunstancias óptimas depende básicamente de factores hereditarios. La altura se puede predecir guiándose por la altura de los padres, aunque con cierta cautela, pues puede existir la influencia de generaciones anteriores (Bailey & Mirward, 1988; Malina, 1986). La influencia de la práctica deportiva no tiene efectos negativos sobre el desarrollo de la altura del individuo, incluso con el uso de las pesas. (Malina & Bouchard, 1991; Bailey & Mirward, 1988; Malina, 1986; Broekhoff, 1985). De acuerdo con Malina (1994), la altura es básicamente una característica heredada y por lo tanto puede que ésta se corresponda a las necesidades de cada deporte si tenemos en cuenta el proceso de selección de atletas que se da en la actualidad.
Kraemer (1989), en su libro “Strength Training for Young Athletes ” (“Entrenamiento de la fuerza para atletas jóvenes”) dice que el código genético de las características específicas de un niño (por ejemplo la altura) no puede ser alterado con el entrenamiento. También menciona que el estilo de vida que incorpora la práctica deportiva y una alimentación adecuada puede contribuir a la mejora del desarrollo y por lo tanto maximizar las potencialidades genéticas del niño.
La pregunta de si la práctica del entrenamiento con pesas, y en especial la halterofilia, influencian positiva o negativamente el curso genético del crecimiento corporal, no ha sido todavía contestada con toda certeza. A este respecto existen opiniones y estudios totalmente contradictorios.
Ramsay et al (1989) informaron que no existen diferencias significativas en la altura de jóvenes atletas debido a la aplicación del entrenamiento con pesas, Naughton et al (2000) no mostraron pruebas suficientes para concluir que la halterofilia influencie negativa o positivamente sobre el ritmo del crecimiento fisiológico en los niños. Blimkie (1993) afirma que periodos cortos con entrenamiento de la resistencia parecen no ofrecer efecto alguno sobre el peso y la altura de jóvenes atletas en periodo de crecimiento.
Serafimidis, en su libro “The weight- lifting” (1974), apunta que el departamento científico de la Federación de Halterofilia de la antigua Alemania del Este corrobora que la práctica con pesas afecta positivamente la altura y el peso de los participantes en periodo de crecimiento. Otros dos estudios mencionados en el mismo libro concluyen con el mismo tipo de afirmación. En el primer caso, Kuratshenowa sostiene que la práctica con pesas de poca carga influye positivamente en el crecimiento y al mismo tiempo ofrece diferentes alteraciones morfológicas en los practicantes. En el Segundo caso, Srogowa refiriéndose también a la influencia de la halterofilia, subraya que la práctica de ésta no sólo tiene un efecto positivo en la altura de los jóvenes sino que también ayuda en su crecimiento general. Otro equipo científico apunta el efecto positivo que ofrece un programa de pesas sobre la altura del grupo experimental de su estudio (Weltman et al. 1986). Con resultados similares concluyen los estudios de Falk & Tenenbaum (1996) que enmarcan la práctica con pesas como de buen uso para el desarrollo de la altura de jóvenes en edad júnior.
Dentro de este campo bibliográfico dominado por opiniones opuestas, el presente estudio examinará el curso de crecimiento de la altura en deportistas de 14 a 17 años, comparándolas con estudiantes no entrenados sistemáticamente.
Metodología
En el estudio participaron 194 chicos de edades comprendidas entre los 14 y los 17 años, los cuales fueron divididos en dos grupos. El grupo experimental estaba formado por atletas practicantes de la halterofilia (n=90), mientras que el grupo control (n=104) estaba compuesto por estudiantes del mismo grupo de edad pero sin entrenamiento sistemático.
La recogida de los datos se realizó en dos ocasiones separadas por dos años, tiempo durante el cual el grupo experimental estuvo sometido a un régimen de entrenamiento. Los participantes del estudio se ofrecieron de forma voluntaria y se escogieron a aquellos jóvenes con una maduración sexual dentro de la tercera fase de la escala de Tanner. Los atletas del grupo experimental eran estudiantes de escuelas deportivas, los cuales participaron al menos en cuatro sesiones de entrenamiento semanales. Por otra parte, los chicos del grupo control únicamente entrenaban en las horas de educación física estipuladas en el programa deportivo escolar.
Las primeras mediciones y la recogida de datos, para el grupo control, tuvo lugar en un espacio cubierto y especialmente condicionado para esta labor, en condiciones estables. Al grupo de atletas se les tomó las medidas durante los campeonatos nacionales júnior. A ambos grupos se les realizó la primera medición en Octubre de 2000 y la segunda en Octubre de 2002.
La altura de los chicos fue medida por la mañana, en posición estirada y descalzos sobre una superficie plana, con un medidor de altura máxima de 2,30 m (SECA, MOD.222), de acuerdo con las instrucciones establecidas por Gordon y Chumlea en los tratados Lohman G.T., RocheA.F. and Mertorell R.. 1991; Heyward & Stolarczyk 1996. El peso se distribuyó equitativamente entre los dos pies, los brazos colgando en los laterales y las palmas de las manos encaradas hacia dentro. La altura fue medida con un +/- 5 mm de exactitud. La altura de los padres fue registrada en unas tarjetas de identificación.
Uno de los factores más importantes para el crecimiento de los niños es la nutrición. En el presente estudio no se registraron los hábitos alimenticios de los participantes, lo que supone una limitación a considerar. Como todos los atletas habitaban en grandes ciudades y los chicos del grupo control atendían el mismo instituto, asumimos que posiblemente tenían similares hábitos nutricionales.
Para el análisis estadístico del estudio se utilizó el programa para Windows S.P.S.S. 10.0. Se calculó la media y la desviación estándar y se calculó el t-test para averiguar si existían variaciones significantes, concretando un nivel de significancia dep< 0.05.
Resultados y argumento.
Los resultados del estudio no mostraron diferencias significativas en la primera medida de la altura tomada en octubre de 2000 t(191) = -.535, p>0.05. Dos años más tarde (octubre 2002) tampoco se mostraron diferencias significativas en la altura de los participantes t(190)= .312, p>0.05.
La comparación de las alturas medias en la primera medición realizada en los atletas, fue de 170,90 cm y la de los estudiantes un poco más alta, 171,40 cm. Tras los dos años, los atletas alcanzaron la media de 174,10 cm, es decir, experimentaron un crecimiento de 3,20 cm, lo que se encuadra en un 1,90% aproximadamente. Por otra parte, los estudiantes aumentaron su estatura en una media de 2,50 cm, alcanzando una media de 173,90 cm, lo que se estima en un crecimiento alrededor del 1,50%.
Basándose en estos resultados, concluimos que no hay diferencias en la proporción del crecimiento de la altura entre los dos grupos.
Los jóvenes escogidos para la práctica de la halterofilia tenían una altura similar a la de los otros chicos de la misma edad. Tras los dos años con la práctica de la halterofilia, mostraron el mismo porcentaje en la alteración de su altura comparados con el grupo no atlético de la misma edad. El estudio de la altura de los padres de ambos grupos (figura 2) mostró que también existía una analogía, (La media de los padres era de 168cm y170 cm para los de los atletas y los no-atletas respectivamente) lo cual mostró estar relacionado con la proporción de crecimiento de sus hijos, independientemente de que practicasen la halterofilia o no.
Los resultados aquí expuestos, corresponden con los obtenidos porTanner, 1978; Martin, 1988; Rians, et al. 1988; Ramsay, et al. 1989; Blimkie, 1993; Bar- Qr, 1996, los cuales afirman que el desarrollo de la altura viene generalmente predefinida y que la práctica con pesas no tiene ningún efecto sobre la misma. En estudios realizados con gemelos Feschbein, 1977; Sklad, 1977, probaron que la elongación de los huesos y la altura general vienen altamente predefinida, algo que no ocurre con otras medidas corporales como el peso, perímetros musculares, etc.
Tabla 1. Resultados (M, SD, porcentaje de crecimiento) de la altura medida de los practicantes de halterofilia, los estudiantes y los padres.
Aitura Padres (cm) | Octubre 2000 | Octubre 2002 | % crecimiento | |
---|---|---|---|---|
Haiterofiios n = 90 | 168,0 +/- 2,16 | 170,0+/- 6,60 | 174,1 +/- 5,94 | 1,9 |
Estudiantes n = 104 | 170.0+/- 1,86 | 171,4+/- 5,82 Variación Si | 173,9+/- 5,18 gnificativa p <0 | 1,5 5 |
Fig 1. Media de la altura de los halterófilos y los estudiantes
Fig 2. Comparación de la altura media de los padres de cada grupo: padre+madre /2
Conclusión
De acuerdo con los resultados del presente estudio, concluimos finalmente que la proporción en el crecimiento de la altura de los atletas, sigue un curso similar al de otros jóvenes que no estén entrenados sistemáticamente. Los deportistas de halterofilia siguen el ritmo de crecimiento normal a pesar de realizar trabajo con cargas pesadas a esta edad.
El crecimiento de jóvenes entre las edades de 14 y 17 años es un fenómeno multidimensional afectado por muchos factores. Dentro de estos fenómenos intervienen factores como los estándares genéticos, niveles hormonales, maduración sexual o neuromuscular. También hay que considerar factores externos como la nutrición, el medio ambiente y la condición física.
Por estas razones deben realizarse más estudios longitudinales que examinen durante más tiempo los efectos del entrenamiento sistemático en conjunción con alteraciones hormonales y los hábitos nutricionales que nos lleven a la extracción de resultados más ciertos y generales.
La existencia de una altura muy baja en los deportistas de halterofilia, se debe a razones genéticas y no por la práctica de este deporte. La clasificación de los atletas por categorías de peso, es una de las razones que lleva a los entrenadores a buscar y escoger entre miles de jóvenes, a aquellos que por factores genéticos poseen una envergadura pequeña y al mismo tiempo potencia corporal, resultando en las categorías ligeras de 50, 56, y 59 Kg, un tipo corporal preferiblemente pequeño, pues es más efectivo.
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