Lanzar un penalti con entrenamiento mental
“Es un gesto especial porque en realidad el portero eres tú. No es un lance del juego instintivo. Está ensayado y no es improvisado. Ahí estás tú con el portero y los demás mirándote, así que más vale saber dónde vas a tirar de antemano porque es lo más importante”
Zinedine Zidane
Las palabras del que para muchos es uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos (incluyéndome entre ellos), son clave. Zidane aconseja pensar para decidir con antelación dónde vas a lanzar el balón. Pero, ¿qué hay detrás de todo esto?, ¿cómo llegar a cobrar el lanzamiento perfecto?
Primeramente destacar que lanzar un penal es un gesto técnico y táctico. Por lo que nos va a exigir de unas determinadas características técnicas que harán sumar posibilidades a la hora de cobrarlo con éxito. No obstante, aún teniendo ese tipo de características técnicas, no estamos exentos de errarlo. Conocemos multitud de casos en los que el mejor jugador del equipo ha malogrado el lanzamiento. Pero, cómo es eso posible. Expertos lanzadores como Roberto Baggio (Italia), en la final del mundial del 94´en EE.UU, que será recordada por ser una de las tandas de penalties más emocionantes con 12 tiros, donde Baggio erró en la pena máxima. El balón golpeó con violencia la madera y Brasil se proclamó campeona del mundo. David Beckham. Se jugaban una plaza en la semifinal Inglaterra con Portugal. Se llegó a la tanda de penaltis tras el 2-2 en el marcador. Beckham al lanzamiento, Ricardo (portero portugués) se acerca y le dice algo, Beckham ni le mira, y a las nubes. Falló la pena máxima y vio a Inglaterra fuera del camino de la Eurocopa de 2004. Aunque quizá el que todos recordemos por cercanía en el tiempo es el lanzado en la tanda de penalties de las semifinales de la Copa de Europa por Sergio Ramos este año 2012. Ramos coge el balón, lo coloca en el punto de penalti, se prepara, y el balón acaba en la grada. La lista es larga, Platini, Maradona, Messi, Cristiano Ronaldo, etc.
¿Qué es lo que hace que erremos el tiro? Sin duda, las variables que no hemos controlado. En otras palabras; lo que no hemos entrenado. Es cierto que las características técnicas influyen, pero si bien éstas lo hacen, la preparación psicológica también lo es.
Entonces, enumeremos los factores que intervienen en el lanzamiento de un penal; La técnica y la táctica. Pero si bien analizamos el proceso completo, nos damos cuenta de que; “Cuando me pitan un penal a favor, lo primero que siento es una descarga de adrenalina brutal. Drásticamente cambia mi estado de ánimo, donde cambio la euforia por la gran responsabilidad de tirarlo. En esta responsabilidad está implícito el miedo a fallarlo, ello genera pensamientos intrusivos negativos y ansiedad; y la respuesta física de la ansiedad se manifiesta en posibles temblores, alteración del ritmo cardíaco, alteración de la toma decisional, alteración de la percepción de la realidad, sensación de no estar preparado, de que algo está mal, etc.”. Tomamos conciencia de entrenar meramente lo técnico/táctico/físico y dejamos a un lado un aspecto tan importante como es el psicológico.
Y es que a través del entrenamiento en habilidades de autorregulación como la psicoregulación (reducción de estrés, diálogo interno, parada de pensamiento, movilización, etc.) o a través del entrenamiento en habilidades cognitivas y mentales como la visualización, la toma de decisión, la concentración, etc. Hacemos un entrenamiento completo de la situación en sí. Cuantas más variables controlemos, más posibilidades tendremos de gozar el éxito.
Dentro de una cancha tenemos que hacer frente al adversario, al móvil (ya sea balón o disco), al terreno de juego, e interactuar con los compañeros. No obstante, nos queda la lucha más farragosa, la que tenemos con nosotros mismos. Y para esto también existe entrenamiento.
Me gustaría terminar compartiendo con vosotros un vídeo interesante sobre cómo lanzar un penal perfecto. Por supuesto, se observa perfectamente cómo influyó el entrenamiento mental en este deportista. ¿El protagonista?, Davor Suker.
“Competir con uno mismo es a menudo más duro que hacerlo contra cualquier oponente”
Lindsay Davenport, nº 1 del mundo en 1998.
