Análisis del comportamiento de práctica físico-deportiva según el sexo, edad y nivel de estudios de los habitantes del municipio de Monterrey, Nuevo León, México.
RESUMEN
En la Republica Mexicana, los porcentajes de mortalidad por enfermedades crónicas no transmisibles son muy elevados. Los estudios realizados sobre la relación entre la actividad física y la salud, muestran resultados positivos en pro de la lucha contra este tipo de enfermedades, mejorando su estado físico, mental y social. El siguiente trabajo analiza la conducta activa de los habitantes del municipio de Monterrey, según el sexo, edad y nivel de estudios, para el cual, se aplico el cuestionario “Hábitos físico-deportivos y estilos de vida” en una muestra de 1,118 sujetos donde se obtuvo una validez del ± 3% y un nivel de confianza del 95.5%. Los resultados arrojados por dicho análisis nos indican que de cada diez regiomontanos, cuatro son activos físicamente en su tiempo libre, de los cuales, la probabilidad de que sean varones es mayor, con edades entre los 16 a 30 años y estudios superiores terminados.
INTRODUCCIÓN.
Durante los últimos años, la ciencia de la actividad física y ejercicio ha tomado mucha aceptación como una legítima y muy importante área de investigación científica. Esta situación se ha dado gracias a la relación terapéutica-preventiva que ha recibido en materia de salud pública, ubicando así a la enfermedad, como el principal punto de referencia para explicar la relación entre estas áreas (Aittasalo, 2008; Myers, 2008; Pérez Samaniego & Devis Devis, 2003; Sallis & Owen, 1999). En la Republica Mexicana el porcentaje de mortalidad por enfermedades crónicas no transmisibles es superior al 40% (PAHO, 2004) y en los próximos años este dato no se visualiza con mejores pronósticos, ya que los estilos de vida actuales, fomentan la comodidad y el mínimo esfuerzo en los diferentes ámbitos de nuestra vida como el laboral, las tareas domesticas, el transporte y los pasatiempos, sobre todo de aquellas personas que residen en zonas urbanizadas (Jacoby, Bull, & Neiman, 2003). Numerosas investigaciones realizadas al respecto demuestran que las personas que realizan actividad física mejoran aspectos reflejados en la salud física, psicológica y social (Alemán-Mateo, Esparza-Romero, & Valencia, 1999; Barrios Duarte, Borges Mojaiber, & Cardoso Pérez, 2003; Kravitz, 2007; Lobelo, Pate, Parra, Duperly, & Pratt, 2006; Marquez, 1995; Myers, 2008; Ramírez, Vinaccia, & Suárez, 2004; Teixeira & Kalinoski, 2003; Vuori, Oja, Cavill, & Coumans, 2001; WHO, 2008). Para Lera (2007), el estilo de vida es la forma como nosotros vivimos, es la interacción de nuestros pensamientos, sentimientos, actitudes, objetivos, metas, valores, conductas y la interacción entre nosotros mismos y nuestro ambiente. Se ha comprobado que las personas con estilos de vida activos presentan menores tasas de mortalidad, aumentan su longevidad y mejoran las sensaciones de bienestar general y salud que aquellos con estilos de vida sedentarios (García Pérez, García Roche, Pérez Jiménez, & Bonet Gorbea, 2007), por esta razón, debemos considerar la práctica de actividad física como un medio e importante aliado para mejorar la salud pública y elevar positivamente la calidad de vida en las personas.
MATERIAL Y MÉTODOS.
Población y muestra.
Esta investigación se llevó a cabo en el municipio de Monterrey, capital del estado de Nuevo León, siendo elegidos todos los ciudadanos mayores de 15 años. Los datos fueron facilitados por el INEGI (Instituto Nacional de Estadística Geografía) correspondientes al XII Censo General de Población y Vivienda del año 2005 del mismo municipio. La distribución fue realizada atendiendo al número de habitantes por distritos censales (AGEBs, según codificación numérica). Igualmente, se nos proporcionó la distribución de la población por sexo y edad (16-30, 31-45, 46-60 y mayores de 60 años). A partir de estos datos, extrajimos el total de la población censada en Monterrey que asciende a 808.632 habitantes de los cuales 393.923 son varones y 414.709 mujeres. Toda investigación que contemple una población tan numerosa hace imposible que se pueda llegar a sondear a todos los individuos que la componen. Por ello, las técnicas estadísticas nos permiten acotar este número a otro mucho inferior (muestra) permitiéndonos, posteriormente, extrapolar la información recogida a toda la población. Es preciso, por lo tanto, recurrir a este tipo de procedimiento en el que la muestra, siendo lo suficientemente amplia, permita validar los resultados obtenidos con un error muestral pequeño y con un nivel de confianza alto. Teniendo en cuenta esto, en esta investigación, el tamaño de la muestra se estimó para obtener una validez en los resultados con un margen de error muestral del ± 3% y un nivel de confianza del 95.5%. De esta forma, el tamaño de la muestra se estimó en 1.118 sujetos. El procedimiento de muestreo utilizado ha sido polietápico con afijación proporcional, recurriendo a dos tipos de muestreo: el muestreo aleatorio estratificado y el muestreo aleatorio por conglomerados.
Técnica e instrumento para obtener los datos. Encuesta y cuestionario.
Como nuestra investigación se basa en el estudio y análisis de variables subjetivas de un amplio número de individuos tales como opiniones, valoraciones, pensamientos, comportamientos, intereses y motivaciones para luego extrapolar los resultados al total de la población, es la encuesta la técnica más apropiada y el cuestionario, el instrumento a utilizar. Ha sido el propio entrevistador el que toma nota de las respuestas que da la persona entrevistada, realizándose éstas en la propia vivienda del encuestado. El trabajo de campo se llevó a cabo durante los meses de abril y agosto del 2007 aplicando el sistema de rutas aleatorias por secciones censales, lo que permitió seleccionar aleatoriamente la muestra dentro de cada sección censal. Para obtener la información necesaria en esta investigación se ha utilizado el cuestionario denominado “Hábitos físico-deportivos y estilos de vida” (Ruiz Juan & García Montes, 2005). Los bloques temáticos del cuestionario son: disponibilidad y ocupación del tiempo libre, valoración de la educación física recibida, hábitos físico-deportivos de tiempo libre (interés, práctica y demanda de actividades físico-deportivas), percepción de la condición física y del estado de salud, enfermedades más habituales y hábitos de consumo (alimentación, medicamentos, alcohol, tabaco, otras drogas). Para el presente trabajo se han considerado las variables: sexo, edad, nivel de estudios y comportamiento activo. Al cuestionario, se le han pasado las correspondientes pruebas de validez de contenido y de constructo. Igualmente, reseñar que hemos constatado la fiabilidad del cuestionario, mediante los diferentes estudios piloto, así como por las diferentes aportaciones hechas por los expertos que han colaborado en la investigación.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Descripción de la población objeto de estudio según las variables biológicas y socio-demográficas.
Con respecto al sexo, la distribución obtenida fue muy equivalente, aunque mostró una pequeña superioridad para las mujeres (50,6%) (tabla 1). En la distribución por edad, la mayor parte de la muestra oscila entre los 16 y 30 años (43,4%). En este sentido, la tabla 1 nos muestra una disminución de los porcentajes para los próximos grupos de mayor edad, siendo minoría el grupo mayores de 60 años, quienes representan sólo el 12,2% de la muestra total. Continuando con la actividad principal que realizan los sujetos, los resultados nos dicen que las personas que mayormente participaron en este estudio se dedican a las labores del hogar, es decir, son amas de casa (25,3%), seguidas de aquellos que trabajan únicamente en el sector privado (22,1%) y estudiantes (19,6%). Por otro lado, aquellos que trabajan en ambos sectores, es decir, las personas que laboran tanto en el sector público como en el privado (3.4%), fueron la minoría (tabla 1). Con respecto al nivel de estudios, la mayor parte de los sujetos tenían la preparatoria terminada (35,9%), seguidos de aquellos que finalizaron la secundaria (27,9%). La menor parte de la muestra en este estudio terminó sus estudios de grado superior, es decir, tienen títulos universitarios, normalistas o incluso de post grados (15,8%) (tabla 1). Al preguntar datos sobre su talla y peso corporal, pudimos calcular su IMC, logrando clasificar a la población encuestada en distintas categorías. La mayor parte de los sujetos presentan un peso ubicado dentro de lo normal (40,1%), sin embargo, con porcentajes muy cercanos los siguen aquellos que tienen sobrepeso (36,2%). Por tanto, estamos ante una población con serios problemas de exceso de peso, con las dificultades que eso conlleva para su salud, ya que, además, hay un 18,2% que tienen obesidad (13,3% de tipo 1 y 4,9% de tipo 2) (tabla 1). Según el estado civil, las personas que viven en pareja (43,6%) son los que mayormente accedieron y dedicaron una parte de su tiempo para responder nuestras cuestiones, seguidos de aquellos que viven con amigos o familiares (42,1%), y por último, presentando el menor porcentaje, encontramos a las que viven solos (14,4%) (tabla 1). Por otro lado, la mayor parte de las personas participantes en este estudio, no tienen hijos o familiares a su cargo (52,2%) (tabla 1).
Tabla 1. Prevalencia de las características de los participantes (porcentaje válido)
Actividad física durante el tiempo libre.
Cuando se les pregunto a los sujetos sobre su tipo de comportamiento con respecto a su práctica físico-deportiva de tiempo libre durante el último año, se les planteó tres opciones de respuesta, las cuales nos permitía clasificarlos según su comportamiento en activos e inactivos y marca tres itinerarios dentro del cuestionario:
- Realizó, en este último año, práctica físico-deportiva (activos).
- No realizó, en este último año, práctica físico-deportiva, pero sí he practicado con anterioridad (abandono).
- Nunca he practicado actividad físico-deportiva (nunca).
Los resultados de este estudio nos arrojan datos alarmantes, indicando que poco más de un tercio de la población responde ser físicamente activo (37,4%), es decir, la menor parte de los regiomontanos realiza actividad físico-deportiva en su tiempo libre. De acuerdo con los estudios realizados en España por Ruiz Juan, García Montes y Piéron (2009), estos resultados se asemejan a los presentados por los murcianos (38%), superiores a los almerienses (32%) e inferiores a los granadinos (46%). Y por el contrario, el resto de sujetos (62,6%) son físicamente inactivos, o sea, que cerca de dos terceras partes de la población tienen un comportamiento físicamente inactivo en su tiempo libre. Del total de inactivos, el 30,8% fueron activos alguna vez, sin embargo, dejaron de serlo para convertirse en personas que abandonaron la actividad física y el 31,8% manifestaron nunca haberla practicado (tabla 2). En relación a estos resultados, los que abandonaron presentan datos muy similares al de los murcianos (32%) y los almerienses presentan características similares para nunca haber sido activos (32%) (Ruiz Juan, et al., 2009)
Tabla 2. Comportamientos de práctica físico-deportiva de la población de Monterrey mayor de 15 años.
Comparación de los activos según el sexo.
El ser hombre o mujer está asociado con la práctica de actividad física en el tiempo libre, al menos es lo que revela nuestra población al encontrarse una relación significativa para estas dos variables (p<.001). Los hombres son más practicantes que las mujeres con una diferencia que supera las diez unidades porcentuales, esto quiere decir que las mujeres son menos activas físicamente que los varones (tabla 3). Los resultados antes mencionados cumplen con la tendencia generalizada para esta variable. Los diferentes estudios realizados en distintas poblaciones como la Habana, Cuba (Ruiz Juan, García Montes, & Pérez Sánchez, 2005) y provincias españolas como Almería (Ruiz Juan & García Montes, 2005) y Sevilla (Porras Sánchez, 2009) indican que los varones son más activos que las mujeres.
Comparación de los activos según los grupos de edad.
Analizando este comportamiento pero ahora con la edad, se encontraron diferencias significativas (p<.000). Las personas que tienen entre 16 y 30 años son los que mayores porcentajes de activos presentan (51%). En la tabla 3, se aprecia cómo a medida que la edad aumenta se produce un descenso importante de los activos siendo el grupo de 60 años y más (17,1%) los que presentan valores más bajos. La tendencia observada en diferentes poblaciones es muy similar a la presente en este trabajo, resumiendo que a medida que la edad avanza disminuye el índice de activos en la Habana (Ruiz Juan, et al., 2005), Sevilla (Porras Sánchez, 2009), Murcia, Granada y Almería (Ruiz Juan, et al., 2009), aunque en este ultimo sólo hasta los 45 años, ya que la única diferencia encontrada fue en el grupo mayores de 59 años.
Evolución de la práctica por sexo y edad.
Cuando se analizó la relación por grupos de edad y sexo de los activos, no se encontró significancia tanto para el grupo de 46 a 60 años como para los mayores de 60 años, es decir, que en estas edades ser varón o mujer no tiene una correlación con ser físicamente activo en el tiempo libre. Sin embargo, esta situación no sucedió con los dos grupos más jóvenes, ya que en el grupo de 16 a 30 años, los varones son más activos que las mujeres, al igual que en grupo de 31 a 45 años donde este fenómeno se mantiene, aunque con menos margen de diferencia porcentual (tabla 3).
Comparación de los activos según nivel de estudios.
En relación al nivel de estudios y el comportamiento activo, los resultados igualmente arrojaron diferencias significativas (p<.000). Esto quiere decir, que cuanto mayor sea el nivel de estudios la probabilidad de tener un comportamiento activo es mayor. En estos resultados, la mayor cantidad de activos se concentran en las personas que dicen tener estudios universitarios o superiores terminados (56%), disminuyendo progresivamente por los niveles de estudios más bajos como los preparatorios, seguidos de aquellos con estudios secundarios hasta llegar a aquellos que se declaran no tener estudios o solamente primarios (14,6%), donde se presentó la menor cantidad de practicantes (tabla 3). Esta tendencia se reproduce de la misma forma en las poblaciones de la Habana, Granada, Almería, Murcia y Sevilla (Porras Sanchez, 2009; Ruiz Juan, et al., 2009; Ruiz Juan, et al., 2005).
Tabla 3. Comportamientos activos ante la práctica físico-deportiva de la población de Monterrey mayor de 15 años. Porcentaje y distribución por sexo, grupos de edad y nivel de estudios. Nivel de significación.
CONCLUSIONES
A manera de conclusión podemos afirmar que de cada diez regiomontanos cuatro son activos físicamente en su tiempo libre, de los cuales, son más altas las probabilidades de que sean varones, con edades comprendidas entre los 16 a 30 años de edad y estudios superiores terminados. Para futuros trabajos proponemos indagar sobre los niveles de actividad física de acuerdo a las recomendaciones de salud para conocer si dichos practicantes realmente se benefician de su práctica. Cabe señalar que a pesar de la simplicidad del presente análisis, los datos aquí expuestos son pioneros en nuestra población, donde la producción científica aun es pobre y más en el área de la actividad físico-deportiva.
REFERENCIAS
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