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11 Jun 2012

Eliminación urinaria de progesterona y sus metabolitos en mujeres pre y postmenopáusicas sometidas a un programa de ejercicio aeróbico.

El propósito de este estudio es intentar determinar si la realización de un programa de ejercicio aeróbico afecta a la excreción urinaria de progestágenos de mujeres pre y postmenopáusicas, así como evaluar las posibles diferencias en dichas hormonas a nivel basal entre ambos grupos de mujeres. Participaron en el estudio un total de 40 mujeres

Autor(es): María Concepción Robles Gil, A. Fermín Toribio Delgado, Carmen Crespo Coco, Francisco Javier Grijota Pérez, Almudena Ramírez Balas, Diego Muñoz Marín
Entidades(es): Universidad de Extremadura.
Congreso: VII Congreso Nacional de Ciencias del deporte y educación Física
Pontevedra – 5, 6 y 7 de Mayo de 2011
ISBN: 978-84-614-9945-8
Palabras claves: andrógenos urinarios, menopausia, ejercicio aeróbico.

Eliminación urinaria de progesterona y sus metabolitos en mujeres pre y postmenopáusicas sometidas a un programa de ejercicio aeróbico.

Resumen

El propósito de este estudio es intentar determinar si la realización de un programa de ejercicio aeróbico afecta a la excreción urinaria de progestágenos de mujeres pre y postmenopáusicas, así como evaluar las posibles diferencias en dichas hormonas a nivel basal entre ambos grupos de mujeres. Participaron en el estudio un total de 40 mujeres divididas en dos grupos, 20 mujeres premenopáusicas (edad 45.56 ± 4.06 años) y 20 postmenopáusicas (edad 52.27 ± 3.80 años), todas sedentarias. Realizaron un programa de ejercicio aeróbico (60-70% de la frecuencia cardiaca máxima, 60 min/día, 3 días a la semana), basado en aeróbic. Antes y después del programa, se recogieron muestras basales de orina que fueron analizadas mediante una técnica de cromatografía de gases-masas que permitió determinar los niveles de progesterona y sus metabolitos. Al comparar los niveles basales de ambos grupos, se observan diferencias significativas de modo que las mujeres premenopáusicas excretan mayores niveles de metabolitos de la progesterona (prengnantriol p<0.013; pregnandiol p<0.008), sin observarse diferencias en la eliminación de progesterona. Por otro lado, al evaluar los efectos provocados por la realización de ejercicio físico, observamos que no afecta de igual modo a las mujeres pre que a las postmenopáusicas, así al comparar los valores iniciales con los finales de cada grupo por separado, tan sólo se observa un aumento significativo de la excreción urinaria de prengnatriol (p<0.018) y pregnandiol (p<0.042) en el grupo de mujeres postmenopáusicas. Estos resultados parecen sugerir que la realización de actividad física moderada evitaría la disminución de los niveles de progesterona en la mujer postmenopáusica.

INTRODUCCIÓN.

Durante la menopausia tienen lugar importantes cambios hormonales. Así la postmenopausia está asociada a una deficiencia estrogénica, a un incremento de los niveles de andrógenos y a una disminución de los metabolitos urinarios de progesterona (Santoro et al. 1996; Liu et al. 2003). Estas alteraciones hormonales podrían ser responsables del incremento de morbilidad que caracteriza este período de la vida.
La realización de actividad física podría tener un efecto regulador importante sobre el metabolismo hormonal de las mujeres, aunque no necesariamente igual para las premenopáusicas y las postmenopáusicas. Una posible relación dinámica entre las cargas de ejercicio físicio y la función ovárica ha sido observada en múltiples estudios (Broocks et al, 1990; Panter-Brick et al, 1993; Warren et al, 2001). Se han observado bajos niveles de excreción de metabolitos de la progesterona durante las sesiones de competición en mujeres atletas, mientras que durante la sesión de descanso los valores retornaban a niveles normales (Morris et al, 1999a). Sin embargo, en los estudios en los que se evalúan los efectos del niveles moderados de actividad física, los resultados son inconsistentes, con algunos reportes que indican pequeñas reducciones en las hormonas ováricas esteroideas en respuesta al ejercicio físico (Bullen et al, 1984; Ellison and Lager, 1986; Keizer et al, 1987; Morris et al, 1999b)  y otros que reflejan que no se producen cambios en respuesta al ejercicio físico de moderada intensidad (Ronkainen et al, 1985; Prior et al, 1987).

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MATERIAL Y MÉTODO.

Participan en este estudio 40 mujeres sedentarias, todas residentes en la ciudad de Cáceres, divididas en dos grupos: 20 mujeres premenopáusicas (edad 45.56 ± 4.06 años) y 20 postmenopáusicas (edad 52.27 ± 3.80 años) Cada participante firmó un consentimiento informado, garantizándose la confidencialidad de los datos, del mismo modo que se cumplieron los principios de la declaración de Helsinki y sus revisiones posteriores para estudios en humanos.
Como criterios de inclusión en el estudio hay que señalar: no tener historia de cáncer, diabetes mellitus ni desórdenes endocrinos. Ninguna mujer tomaba medicación que pudiera afectar a los parámetros del estudio, ni fumaba o consumía alcohol. Para ser incluidas en el dentro del grupo de postmenopáusicas se les exigió que presentaran al menos 12 meses de amenorrea, y que no estuviesen sometidas a TSH.
Una vez recogida la muestra inicial de orina, las participantes se sometieron a un programa de ejercicio físico de seis meses de duración, con una frecuencia semanal de tres días alternos, con una duración de 60 minutos cada sesión. El tipo de ejercicio a realizar, de carácter predominantemente aeróbico, eran clases coreografiadas de aeróbic.
Todas las participantes recogieron una muestra de la primera orina de la mañana. Las mujeres premenopáusicas recogieron sus muestras de orina el tercer día de la fase folicular de su ciclo menstrual, antes y después del programa de ejercicio físico. Las mujeres postmenopáusicas recogieron sus muestras de orina antes y después del programa de ejercicio. Las muestras fueron transportadas a la Universidad y fueron codificadas y congeladas a -20º C hasta el futuro análisis.
Los niveles de creatinina de todas las muestras  fueron determinadas con el objetivo de poder cuantificar la concentración relativa  de los esteroides con respecto a este parámetro urinario fundamental, usando el kit Creatinina Sigma 555-A y un espectrofotómetro UNICAM 5625. Estos niveles de creatinina permitieron realizar la corrección de las concentraciones de esteroides, con respecto a un parámetro urinario, expresándose de este modo los resultados en mg de esteroide/g creatinina.
Fue determinada la progesterona  y sus metabolitos urinarios: pregnandiol y pregnantriol. El procedimiento empleado fue el siguiente: a 2mL de orina, se le adicionan 250 ppb de methyltestosterona como patrón interno, el pH fue ajustado hasta un valor de 5 usando la adicción de ácido acético 1M y  un tampón de acetato pH 5 se añadió 50 ?L de arilsulfatasa y se dejó en el termobloque durante 15 horas a 50 º C, enfriándose posteriormente a temperatura ambiente. Después, tras ajustar el pH de la muestra a 9,5 para optimizar el proceso de extracción de los esteroides, la extracción se realizó con 2 ml de éter etílico.  Tras 30 minutos de agitación, la mezcla se centrifuga durante 5 minutos y la fase orgánica se seca bajo una corriente de nitrógeno. A los extractos de orina seca 50 ml de una mezcla de MSTFA: NH4I: Ditioeritritol (1000:2:4) (v: w: w) fue añadido. La mezcla de reacción se calienta en un termobloque durante 30 minutos a 60 º C para realizar la reacción de derivatización, y después, se encapsula y se inyecta en el cromatógrafo. El análisis GC / Q-MS de las muestras se llevó a cabo en un cromatógrafo Agilent Technologies 6890N con MS cuadrupolo 5973 espectrómetro de red.
Los resultados fueron analizados mediante el programa estadístico SPSS versión 17.0 para Windows, representándose los valores según su media ± desviación estándar. La normalidad de la distribución de las variables se evaluó mediante la prueba de Shapiro-Wilks. Se aplicaron prueba no paramétricas, concretamente el test de Wilcoxon para muestras autopareadas y la prueba de Mann-Whitney para medidas independientes.

RESULTADOS.

Los resultados muestran que no hay diferencias estadísticamente significativas entre los niveles urinarios de progesterona a nivel basal entre mujeres pre y postmenopáusicas (Tabla 1), pero sí se observa una menor excreción urinaria de los metabolitos de la progesterona en las mujeres postmenopáusicas (pregnantriol P=0.013; pregnandiol P=0.008).
Al valorar la influencia del programa de ejercicio no observamos cambios en las mujeres premenopáusicas, pero sin embargo las mujeres postmenopáusicas  incrementaron su excreción urinaria de los metabolitos de la progesterona tras el programa de aeróbic (pregnantriol 738.27±340.20 vs 1134.52±599.15 ng esteroide/mg creatinina antes y después del programa de ejercicio físico, respectivamente, P=0.018; prenandiol 657.08±358.10 vs 1078.72±642.15 ng esteroide/mg creatinina antes y después del programa de ejercicio físico, respectivamente, P=0.042)

DISCUSIÓN.

A nivel basal observamos que la excreción de metabolitos urinarios de la progesterona (pregnanediol y pregnanetriol) en mujeres postmenopáusicas es significativamente menor. Estos resultados son coincidentes con los obtenidos en estudios anteriores (Santoro et al, 1996; Liu et al, 2003). Todas estos cambios hormonales  podrían indicar una alteración en el funcionamiento del ovario  (Al-Azzawi and Palacios, 2009)
También se ha observado que en las mujeres premenopáusicas no se ha producido ninguna variación significativa como consecuencia del programa de ejercicio, coincidiendo estos resultados con otros estudios en donde los niveles de progestágenos  no sufren cambios tras un programa de ejercicio de actividad física moderada (Stoddard et al, 2007; Prior et al, 1987). La intensidad del ejercicio es un factor determinante para provocar variaciones en los niveles de estas hormonas, tal y como ha quedado puesto de manifiesto en otros estudios (Morris and Wark, 2001; Morris et al, 1999).
En las mujeres postmenopáusicas sí se produce una elevación significativa de los niveles de pregnantriol y pregnandiol, los principales metabolitos de la progesterona. La postmenopausia está conectada directamente con el hipoestrogenismo, sin embargo, la producción de progesterona no se ve afectada en la misma medida, puesto que la glándula adrenal se convierte en una fuente importante de producción de progesterona en las mujeres postmenopáusicas (Slayden et al, 1998). En cualquier caso, el aumento de la excreción urinaria de pregnanediol y pregnantriol indicaría un aumento en la síntesis de progesterona, probablemente como consecuencia de una activación en la glándula suprarrenal producida a partir del programa de ejercicio. Este aumento de progesterona en las mujeres postmenopáusicas tendría un efecto beneficioso para su salud. Por un lado, los niveles de progesterona pueden tener una influencia directa en los niveles de formación ósea (Morris et al, 1999), y por otro, progesterona and progestágenos parecen tener un efecto preventivo sobre el cáncer de mama (Pasqualini, 2009).
En resumen, se puede concluir que las mujeres postmenopáusicas presentaban importantes diferencias  en los niveles de progestógenos con respecto a las mujeres premenopáusicas. No obstante, la realización de actividad física moderada podría evitar la caída de progesterona en las mujeres postmenopáusicas.

ANEXO

Tabla 1.

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 15

 

Bibliografía

  1. Al-Azzawi F and Palacios S. (2009) Hormonal changes during menopause. Maturitas 63: 135-137.
  2. Broocks A, Pirke KM, Schweiger U, Tuschl RJ, Laessle RG, Strowitzki T, Horl E, Horl T, Haas W, and Jeschke D. (1990) Cyclic ovarian function in recreational athletes. J Appl Physiol 68: 2083-2086.
  3. Bullen BA, Skrinar GS, Beitins IZ, Carr DB, Reppert SM, Dotson CO, Fencl MD, Gervino EV, and McArthur JW. (1984) Endurance training effects on plasma hormonal responsiveness and sex hormone excretion. J Appl Physiol 56: 1453-1463.
  4. Ellison PT and Lager C. (1986) Moderate recreational running is associated with lowered salivary progesterone profiles in women. Am J Obstet Gynecol 154: 1000-1003.
  5. Keizer HA, Kuipers H, de Haan J, Janssen GM, Beckers E, Habets L, van Kranenburg G, and Geurten P. (1987) Effect of a 3-month endurance training program on metabolic and multiple hormonal responses to exercise. Int J Sports Med 8 Suppl 3: 154-160.
  6. Liu JH, Kao L, Rebar RW, and Muse K. (2003) Urinary beta-FSH subunit concentrations in perimenopausal and postmenopausal women: a biomarker for ovarian reserve. Menopause 10: 526-533.
  7. Morris FL, Payne WR, Wark JD.  (1999a) Prospective decrease in progesterone concentrations in female lightweight rowers during the competition season compared with the off season: a controlled study examining weight loss and intensive exercise. Br J Sports Med. 33(6): 417-422. 
  8. Morris, F. L., Payne WR, Wark JD. (199b) The impact of intense training on endogenous estrogen and progesterone concentrations and bone mineral acquisition in adolescent rowers. Osteoporos Int. 10:361-368
  9. Morris FL, Wark JD. (2001) An effective, economic way of monitoring menstrual cycle hormones in at risk female athletes.  Med Sci Sports Exerc. 33(1): 9-14.
  10. Panter-Brick C, Lotstein DS, and Ellison PT. (1993) Seasonality of reproductive function and weight loss in rural Nepali women. Hum Reprod 8: 684-690.
  11. Pasqualini JR. (2009) Progestagens in the menopause in healthy women and breast cancer patients. Maturitas 62: 343-348.
  12. Prior JC, Vigna Y, Sciarretta D, Alojado N, and Schulzer M. (1987) Conditioning exercise decreases premenstrual symptoms: a prospective, controlled 6-month trial. Fertil Steril 47: 402-408.
  13. Ronkainen H, Pakarinen A, Kirkinen P, and Kauppila A. (1985) Physical exercise-induced changes and season-associated differences in the pituitary-ovarian function of runners and joggers. J Clin Endocrinol Metab 60: 416-422.
  14. Santoro N, Brown JR, Adel T, Skurnick JH. (1996) Characterization of reproductive hormonal dynamics in the perimenopause. J Clin Endocrinol Metab. 81 (4): 1495-1501.
  15. Slayden SM, Crabbe L, Bae S, Potter HD, Azziz R, and Parker CR, Jr. (1998) The effect of 17 beta-estradiol on adrenocortical sensitivity, responsiveness, and steroidogenesis in postmenopausal women. J Clin Endocrinol Metab 83: 519-524.
  16. Stoddard JL, Dent CW, Shames L, and Bernstein L. (2007) Exercise training effects on premenstrual distress and ovarian steroid hormones. Eur J Appl Physiol 99: 27-37.
  17. Warren MP, Perlroth NE. (2001) The effects of intense exercise on the female reproductive system. J Endocrinol 170(1):3-11.
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