Hacia una optimización del modelo de competiciones en fútbol
Resumen
El presente trabajo, ubicado en la mesa redonda “La preparación para el alto rendimiento”, trata de dar respuesta a la inquietud creciente de optimizar el modelo actual de competiciones en el deporte base -en el presente trabajo abordamos el caso concreto del fútbol-, con miras a garantizar no sólo la vertiente educativa sino también el desarrollo potencial del jugador a largo de las diferentes categorías y su transición al alto rendimiento. Por ello, se presentan los resultados de tres estudios comparativos (F-3 y F-5), (F-7, F-8) y (F-7, F-8 y F-11), realizados en el seno de la metodología observacional, utilizando análisis estadístico y la detección de patrones temporales.
Introducción
Tengo el honor de participar en el II Congreso Internacional de Deportes de Equipo, organizado por la Unidad de Investigación y Análisis en Deportes de Equipo de la Universidad de Coruña. Esta invitación, me brinda la oportunidad de dar relevancia a nuestro trabajo, desarrollado en el seno del programa de doctorado “Bases psicológicas y actividad físico deportiva. Acción y Desarrollo”, de la Universidad de La Rioja. En concreto, nuestra línea de investigación tiene como objetivo prioritario la adaptación del deporte al niño. Nuestros trabajos de mayor repercusión -que han conllevado la modificación del sistema de competiciones en la Federación Riojana de Fútbol (FRF)-, se han centrado en dar coherencia al modelo de competiciones en fútbol, lo cual encaja perfectamente en la mesa redonda “La preparación para el alto rendimiento”, ya que el modelo de competiciones desarrollado en la base condiciona, no sólo el aspecto educativo de la práctica deportiva, sino también el desarrollo –condicional, técnico-táctico, psicológico, etc.- y posterior prestación del jugador en el alto rendimiento. En concreto, en el presente trabajo, se presentan tres estudios, a través de los cuales se comparan las características del proceso ofensivo entre las modalidades futbolísticas (F-5 y F-3), (F-7 y F-8) y (F-7, F-9 y F-11), con el objetivo de clarificar el modelo de competiciones en fútbol vigente en muchas Federaciones Territoriales de nuestro país.
Método
La metodología empleada, para los diversos estudios que componen el presente trabajo, ha sido la Observacional, definida por Anguera (1988, p. 7), como el “procedimiento encaminado a articular una percepción deliberada de la realidad manifiesta con su adecuada interpretación, captando su significado, de forma que mediante un registro objetivo, sistemático y específico de la conducta generada de forma espontánea en un determinado contexto, y una vez se ha sometido a una adecuada codificación y análisis, nos proporcione resultados válidos dentro de un marco específico de conocimiento”. Matizar que los diseños observacionales de los estudios presentados cumplen, básicamente, el perfil de la metodología observacional, compartiendo las siguientes características: nomotético, puntual de seguimiento intrasesional y una observación sistematizada, no participante, en ambiente natural.
Participantes: El muestreo intencional o muestreo por conveniencia, según Anguera, Arnau, Ato, Martínez, Pascual, y Vallejo (1995), es la muestra que no pretende representar a la población con objeto de generalizar resultados sino obtener datos para recabar información. Conforme a la anterior afirmación, se han seleccionado de forma intencional equipos pertenecientes a la competición organizada por la FRF, en diversas categorías: – Para el estudio comparativo de F-5 y F-3: equipos constituidos por jugadores prebenjamines de primer año -que cumplen 6 años a lo largo del año en el que se filmaron los partidos-. Son jugadores que no han participado nunca en competiciones de F-3, puesto que es una modalidad que no se encuentra instaurada en la competición organizada por la FRF. – Para el estudio comparativo de F-7 y F-8: equipos constituidos por jugadores benjamines de último año -que cumplen 10 años a lo largo del año en el que se filmaron los partidos- y que compiten en la modalidad de F-5. Son jugadores que no se han inscrito nunca en competiciones federadas correspondientes a la modalidad de F-7 -que no les corresponde por su edad-, ni en la modalidad de F-8 -puesto que es una modalidad que no se encuentra instaurada en la competición organizada por la FRF-. – Para el estudio comparativo de F-7, F-9 y F-11: equipos constituidos por jugadores alevines de último año -que cumplen 12 años a lo largo del año en el que se filmaron los partidos- y que compiten en la modalidad de F-7. Son jugadores que no han participado nunca en competiciones federadas correspondientes a la modalidad de F-11 -que no les corresponde por su edad-, ni en la modalidad de F-9 -que a fecha de la celebración del triangular no se encontraba instaurada en la competición organizada por la FRF-.
Procedimiento: Para el desarrollo de los estudios se organizó, entre los clubes seleccionados, un triangular en las modalidades de: – (F-5 y F-3), tal y cómo se describe en Lapresa, Arana, Garzón, Egüén y Amatria (2008). – (F-7 y F-8), tal y cómo se describe en Ugarte (2008). – (F-7, F-9 y F-11), tal y cómo se describe en Arana, Lapresa, Garzón y Álvarez (2004) y Lapresa, Arana y Garzón (2006).
Instrumentos de observación: En el seno de la metodología observacional, se han construido ad hoc los instrumentos de observación que satisfacen el propósito de cada estudio. En concreto: Para el estudio comparativo de F-3 y F-5, hemos construido dos instrumentos de observación: – El Instrumento de observación para el posicionamiento táctico de los jugadores en el F-3 -Lapresa, et al. (2008)-, se ha diseñado con la finalidad de comprobar si el F-3 se ha desarrollado bajo las premisas de juego defendidas en el planteamiento teórico. – El Instrumento de observación de acciones técnico-tácticas en F-5 y F-3 -Lapresa, et al. (2008)-, se ha diseñado para tratar de comparar, con la mayor operatividad posible, el fútbol del niño de la categoría prebenjamín en las modalidades de F-5 y F-3. Este instrumento de observación, se fundamenta en diferentes versiones del Sistema de Observación en Fútbol (SOF) -Anguera, Blanco, Losada, Ardá, Camerino, Castellano, y Hernández (2003), Anguera, Blanco, Losada, Ardá, Camerino, Castellano, Hernández y Jonsson (2003), Anguera, Blanco, Losada, Ardá, Camerino, Castellano, Hernández y Jonsson (2004), Castellano, Blanco, Hernández, Anguera Losada, Ardá y Camerino (2005) y Blanco, Castellano, Hernández, Anguera, Losada, Ardá, Camerino y Jonsson (2006)-. Además, de cara a la utilización del espacio de juego, se han tenido en cuenta las propuestas de Lapresa, Arana y Navajas (2001), Arana et al. (2004) y Lapresa, et al. (2006). Así mismo, cabe destacar como, en la modificación de las acciones técnicas desglosadas por el SOF-4, se ha utilizado la propuesta metodológica para niños de 6 a 10 años elaborada por Lapresa, Arana y Carazo (2005). Para el estudio comparativo de F-7 y F-8, se ha diseñado un instrumento de observación del posicionamiento táctico de los jugadores -Ugarte (2008)-. En lo relativo al posicionamiento de los jugadores en el terreno de juego, se ha bebido del instrumento “táctico” construido por Lapresa et al. (2008). En cuanto a la utilización del espacio de juego, se han tenido en cuenta las propuestas de Lapresa, et al. (2001), Arana et al. (2004), Lapresa, et al. (2006). Para el estudio comparativo de F-7, F-9 y F-11, se ha diseñado un instrumento de observación -Arana et al. (2004) y Lapresa et al. (2006)- para estudiar la utilización del espacio de juego y el estímulo técnico, derivado de la práctica de las diferentes modalidades. Este instrumento de observación, se fundamenta en: Ardá (1998); Ardá y Anguera (1999) y Lapresa, et al. (2001).
Registro y Codificación: Todos los partidos fueron filmados, bajo los condicionantes expuestos en las referencias del apartado “Procedimiento”. El muestreo observacional realizado en cada estudio se detalla a continuación: Para el estudio comparativo de F-3 y F-5, en prebenjamines: – En el F-5: 359 jugadas analizadas, en las cuales se produjeron un total de 947 acciones técnicas. – En el F-3: 226 jugadas analizadas, en las cuales se produjeron un total de 626 acciones técnicas y 1113 situaciones tácticas. Para el estudio comparativo de F-7 y F-8, en benjamines de último año: – En F-7: 105 jugadas analizadas, en las cuales se produjeron un total de 421 situaciones tácticas. – En F-8: 110 jugadas analizadas, en las cuales se produjeron un total de 409 situaciones tácticas. Para el estudio comparativo de F-7, F-9 y F-11, en alevines de último año: – En F-7. se analizaron 133 jugadas. – En F-9: se analizaron 137 jugadas. – En F-11: se analizaron 114 jugadas. Para cada instrumento de observación se ha desarrollado un instrumento de registro: – El registro, a partir del instrumento de observación para el posicionamiento táctico de los jugadores en el F-3, se ha llevado a cabo mediante el programa SDIS-GSEQ, versión 4.1.3., teniendo en cuenta la sintaxis de codificación SDIS, a partir de Bakeman y Quera (1996, 2000, y 2007). – El registro en F-3 y F-5, a partir del instrumento de observación de acciones técnico-tácticas, se ha elaborado mediante el programa ThemeCoder, teniendo en consideración los trabajos de Jonsson (2006), en relación a la adaptación del SportCoder -precursor del ThemeCoder- en SofCoder. – El registro, para comparar el posicionamiento táctico de los jugadores en F-7 y F-8, se ha llevado a cabo mediante el programa SDIS-GSEQ, versión 4.1.3., utilizando sintaxis de codificación SDIS, a partir de Bakeman y Quera (1996, 2000, y 2007). – En relación a F-7, F-9 y F-11, el registro, se ha llevado a cabo mediante el programa SPSS versión 11.0.
Fiabilidad del dato registrado: En los tres estudios presentados, el control de la calidad del dato se ha efectuado cuantitativamente. En cada estudio, el observador ha registrado en dos ocasiones cada una de las partes analizadas. Se ha efectuado el cálculo del Kappa de Cohen utilizando el paquete informático SDIS-GSEQ, versión 4.1.3. En cada uno de los paquetes de datos analizados, siguiendo terminología de Landis y Koch (1977, p. 165), se ha alcanzado un Kappa de Cohen: almost perfect.
Análisis de los datos: En todos los estudios comparativos se ha realizado un análisis estadístico, mediante el programa SPSS en diferentes versiones -11.0. y 14.0.-. En los estudios comparativos de (F-3 y F-5) y (F-7 y F-8), además se ha procedido a la detección de patrones temporales -mediante el programa Theme 5.0.-. Estos patrones, de acuerdo con Anguera (2004, p. 18), están constituidos por “acciones que ocurren en el mismo orden, con distancias en cuanto a número de frames que permanecen relativamente invariantes, siempre dentro del intervalo crítico temporal fijado previamente”. De cara a la detección de patrones temporales ocultos se ha partido de dos planteamientos diferentes: – El primero se ocupa del análisis de cada una de las partes de juego. – El segundo se centra en el análisis de la globalidad del registro de cada modalidad.
Resultados
Procedemos a comparar las modalidades de F-5 y F-3 -jugado tal y cómo se describe en Lapresa et al. (2008)-, desde un punto de vista técnico-táctico. En concreto, presentamos las diferencias significativas halladas entre ambas modalidades, tanto en lo relativo a la utilización del espacio de juego -profundidad y amplitud-, como al tipo de contactos -o acciones técnicas- que se efectúan en el seno de ambas modalidades: – Las diferencias son significativas en cuanto a la profundidad del juego alcanzada por ambas modalidades, a favor de una mayor profundidad en el juego en la modalidad de F-3. En concreto, si comparamos la profundidad de juego alcanzada por aquellas jugadas que se inician en el sector seguridad, existen diferencias significativas entre las modalidades de F-5 y F-3 (nivel de significación p<.00001). También se obtienen diferencias significativas entre F-5 y F-3 (nivel de significación p .002), al comparar aquellas jugadas que se inician en la zona que alberga la portería defendida por el equipo en fase ofensiva y logran alcanzar la zona en la que se encuentra la portería rival. Refuerza lo anterior el hecho de que mientras en el F-5 no se han encontrado patrones que desde la zona de propia puerta logren alcanzar la zona de portería rival, en el F-3 se han encontrado diversos patrones temporales que cumplen dicho requisito -véase Lapresa et al. (2008)-. – También existen diferencias significativas entre la modalidad de F5 y F3, si comparamos la amplitud de juego en lo relativo a las jugadas que finalizan en el mismo corredor en el que se han originado (nivel de significación p. 027). En el F-5, las jugadas que nacen y mueren en el mismo corredor lateral son superiores a las que se presentan en el F-3. También se han obtenido diferencias significativas (nivel de significación p .033), en el estudio de los cambios de orientación que caracterizan ambas modalidades. Y es que, el objetivo último del cambio de orientación de hacer bascular al equipo contrario desde un corredor lateral al corredor lateral contrario, es alcanzado con un porcentaje drásticamente inferior en el F-5 que en el F-3. Además, es relevante mencionar que no se han encontrado patrones temporales que presenten cambios de orientación ni en el F-5 ni en el F-3. – En el análisis del conjunto de los contactos -o acciones técnicas- se encuentran diferencias significativas entre el F-5 y el F-3 (nivel de significación p .01). Con el fin de buscar una mayor precisión en la interpretación de estas diferencias se procedió a la comparación estadística contacto a contacto por modalidades, encontrándose diferencias significativas en el contacto C1 -un sólo toque con o sin intencionalidad- (nivel de significación p .004) y en el contacto C3 -control + conducción simple + lanzamiento- (nivel de significación p<.00001). En cuanto a las acciones técnicas presentes en el F-5 decir que, en los patrones temporales detectados, con los parámetros de búsqueda explicitados, tan sólo se encuentran las acciones técnicas C1 -un sólo toque- y C2 -control + lanzamiento-. Por su parte, en cuanto a las acciones técnicas presentes en los patrones temporales detectados en el F-3, decir que se han encontrado patrones, con los parámetros de búsqueda delimitados, que incluyen los contactos C1 -un sólo toque con o sin intencionalidad-, C2 -control + lanzamiento-, C3 -control + conducción simple + lanzamiento- y C4 -control + regate simple-conducción superior y/o regate compuesto + lanzamiento-. En cuanto a la falta de relevancia del juego de cabeza -contacto C5-, de acuerdo con Wein (1995) se ve justificada por el peso del balón número 5 de fútbol sala en relación con las características morfológicas del niño.
Seguidamente, procedemos a comparar las modalidades de F-7 y F-8 -jugado tal y cómo se describe en Ugarte (2008)-, desde un punto de vista táctico. En concreto, presentamos las diferencias significativas halladas entre ambas modalidades, tanto en lo relativo a la utilización del espacio de juego -profundidad y amplitud-, como a las fases de juego: – Una vez realizada la comparación estadística, podemos afirmar que, en el muestreo observacional realizado, en lo relativo a la profundidad del juego no existen diferencias significativas entre F-7 y F-8. – Tampoco existen diferencias significativas entre F-7 y F-8 en el muestreo observacional realizado, en cuanto a la amplitud de juego y más concretamente en lo relativo a los corredores de inicio y finalización y a los cambios de orientación presentes en ambas modalidades. – En lo relativo a las fases de juego, tanto en los motivos de inicio como de desarrollo de jugada, F-7 y F-8 presentan resultados muy similares. Sí que existen diferencias significativas entre ambas modalidades respecto a la fase de finalización. Se ha profundizado en la comparativa analizando los motivos constitutivos de la fase de finalización y se han personalizado las diferencias significativas (nivel de significación p .013), en el motivo “interceptación de balón”. Por otro lado, el estudio de los patrones temporales detectados, refuerza el planteamiento teórico sobre los aspectos positivos y negativos de las modalidades de F-7 y F-8.
Por último, procedemos a comparar las modalidades de F-7, F-9 y F-11. En concreto, presentamos las diferencias significativas halladas entre ambas modalidades, tanto en lo relativo a la utilización del espacio de juego -profundidad y amplitud-, como al tipo de contactos -o acciones técnicas- que se efectúan en el seno de ambas modalidades: – El análisis estadístico determina que, si comparamos la profundidad de juego alcanzada por aquellas jugadas que se inician en el sector seguridad, existen diferencias significativas entre las modalidades de F-7 y F-11 (nivel de significación p .019). Sin embargo, no se evidencian diferencias significativas entre F-7 y F-9. – En lo relativo al análisis de la amplitud de las jugadas en las tres modalidades, se desprende que hay diferencias significativas al comparar las modalidades de F-7 y F-11 (nivel de significación p .01), mientras que estas diferencias no son significativas entre F-7 y F-9. En relación a los cambios de orientación, las diferencias entre F-7 y F-11 rozan la significatividad (nivel de significación p .057), mientras que no existen diferencias significativas entre F-7 y F-9. – Fruto del análisis comparativo de las acciones técnicas que acontecen en el proceso ofensivo en las tres modalidades futbolísticas, se han encontrado diferencias significativas al comparar las acciones técnicas pase largo -tanto de las modalidades de F-7 y F-9 (nivel de significación p<.00001), como entre F-7 y el F-11 (nivel de significación p .002)-, y tiros totales -realizados en las modalidades de F-7 y F-9 (nivel de significación p .044), así como entre las modalidades de F-7 y F-11 (nivel de significación p .033)-. Por otro lado, no se han encontrado diferencias significativas al comparar el F-7 con el resto de modalidades, en lo relativo a las acciones técnicas: control, conducción, despeje y pase corto -el recorrido del balón no consigue abarcar, al menos, las dos mitades distales de dos zonas adyacentes-.
Discusión
Es cuanto menos arriesgado tratar de comparar resultados alcanzados con diferentes instrumentos de observación en los que, a pesar de dividir el terreno de juego en zonas, sectores y corredores, la superficie de estas divisiones no coincide entre sí, incluso en terrenos de juego de la misma modalidad. Es por ello que nos vamos a ceñir a interpretar los datos obtenidos en cada uno de los estudios comparativos que componen el presente trabajo, que sí respetan la citada premisa. – En lo relativo a F-5 y F-3 en categoría prebenjamín, se eleva como alternativa propuesta la modalidad de F-3, en base, principalmente, a los siguientes argumentos: Existen diferencias significativas en la profundidad del juego a favor de la propuesta de F-3, con las características descritas. En el F-5 la cantidad de jugadas que no demuestran amplitud es significativamente superior al F-3. Además, en el estudio de los cambios de orientación que caracterizan ambas modalidades, encontramos diferencias significativas a favor de la calidad del juego, en lo relativo a la amplitud, del F-3. Y es que, el objetivo último del cambio de orientación de hacer bascular al equipo contrario desde un corredor lateral al corredor lateral contrario, es alcanzado con un porcentaje drásticamente inferior en el F-5 que en el F-3. También, en el análisis de los tipos de contactos sobre el balón presentes en las modalidades estudiadas se hace patente la mayor adecuación a las habilidades recomendadas para la edad que ocupa la categoría prebenjamín de la modalidad de F-3, en relación a la de F-5, a partir de las diferencias significativas encontradas en lo relativo al total de los contactos que acontecen en ambas modalidades. Y es que los resultados estadísticos y los patrones temporales hallados constatan que el juego desarrollado en la modalidad de F-5 se aleja de los patrones motores recomendados para la edad -Wickstrom (1990), Benedek (1994), Wein (1995), Romero (1997), Fernández, Gardoqui y Sánchez Bañuelos (1999), Ardá y Casal (2003), Lapresa et al. (2005), Vegas (2006), etc.-, abundando los golpeos en los que el prebenjamín de primer año no ha sido capaz de controlar previamente la pelota. Sin embargo, en la modalidad de F-3, se han encontrado diferencias significativas favorables en cuanto a la realización del contacto C3 -control + conducción simple + lanzamiento-, recomendado para la edad que abarca la categoría prebenjamín por los expertos mencionados en el párrafo anterior. En cuanto a la falta de relevancia, en ambas modalidades, del juego de cabeza, se ve justificada por la dureza y peso del balón -balón número 5 de fútbol sala- en relación con las características morfológicas del niño (Wein, 1995) y las dificultades de organización espacio-temporal que supone, para el prebenjamín, adecuar el gesto técnico a velocidad y trayectoria del móvil (Lapresa y Arana, 2004). – En lo relativo a las modalidades de F-7 y F-8 en el último año de la categoría benjamín, en el muestreo observacional realizado, no existen diferencias significativas entre ambas modalidades, ni en cuanto a la profundidad ni en lo relativo a la amplitud de juego. Las únicas diferencias significativas entre F-7 y F-8 se han encontrado en la fase de finalización de jugada; en concreto, en lo relativo al motivo “interceptación”. Este hecho bien pudiera deberse al mayor número de jugadores presentes en el terreno de juego. Del estudio de los patrones temporales encontrados, podemos decir que refuerzan los aspectos positivos y negativos de las modalidades de F-7 y F-8 que manejamos en el marco teórico -Ugarte (2008)-: F-7: Aspecto positivo: mayor polivalencia de las posiciones de juego. Aspecto negativo: falta de equilibrio en el reparto del terreno de juego. F-8: Aspecto positivo: mayor equilibrio en el reparto del terreno de juego. Aspecto negativo: menor polivalencia de las posiciones de juego. – En lo relativo a las modalidades de F-7, F-9 y F-11, de la comparativa realizada se desprende como evidencia la mayor profundidad del juego de las modalidades de F-7 y F-9 en relación con la modalidad de F-11. La modalidad en la que el niño presenta un mayor dominio de la profundidad del terreno de juego es la de F-7, seguida de la modalidad F-9 que presenta valores más favorables que los del F-11. En lo relativo a la amplitud, resaltar la dificultad aumentada que en el F-11 encuentra el niño de la categoría estudiada -en relación con F-7 y F-9-, para sacar el balón controlado del corredor en el que se recupera la pelota. Si añadimos este argumento a la evidencia de que en el F-11 la tendencia predominante es a iniciar y finalizar la jugada en los corredores laterales, conseguimos reforzar el mayor impedimento que supone para el niño dotar de amplitud el juego de la modalidad de F-11, en relación con el de las modalidades de F-9 y F-7. Es al relacionar la información obtenida a partir del análisis de las habilidades despeje y pase largo cuando obtenemos diferencias más concluyentes entre la forma de juego desplegada en la modalidad de F-7 y la desarrollada en el F-11. Y es que el F-7 muestra una diferencia significativamente superior a favor de la realización de pases largos en su seno, mientras que en la realización de la habilidad técnica despeje es la modalidad de F-11 la que ostenta, a su favor, una diferencia cercana a la significatividad. Así pues, se refuerza la idea de que el niño, en esta categoría, todavía no abarca el campo de juego de F-11 como para efectuar un pase largo con garantías estables de éxito. En este sentido, la propuesta de fútbol 9 reduce las dificultades que el niño encuentra para adaptarse a la práctica del fútbol en el primer año de la categoría infantil.
Conclusión
A continuación, se presentan las siguientes conclusiones fruto de los trabajos de investigación referidos: En relación al estudio comparativo de F-3 y F-5, en cuanto al dominio del niño del terreno de juego en su doble vertiente, profundidad y amplitud, decir que la propuesta de F-3 muestra, de forma significativa, mayor profundidad que el F-5 y mayor calidad en la búsqueda de amplitud que el F-5. Además, en cuanto a la calidad y cantidad del estímulo técnico, el F-3 -con las características de juego descritas-, supone un entorno más adecuado para el desarrollo de la técnica individual, en la categoría prebenjamín, que el F-5. En relación al estudio comparativo de F-7 y F-8 -en la antesala de la categoría alevín-, en cuanto al dominio del niño del terreno de juego, tanto en lo que respecta a la profundidad como a la amplitud, en el muestreo observacional realizado no existen diferencias significativas entre las modalidades de F-7 y F-8. En este sentido, es necesario un estudio de mayor amplitud que amplíe el muestreo observacional realizado. De esta forma, probablemente, encontremos diferencias significativas y patrones de juego que aporten más información en la comparativa de ambas modalidades. De momento, los patrones temporales obtenidos, son consecuentes con los planteamientos teóricos descritos.
En relación al estudio comparativo de F-7, F-9 y F-11 -en la antesala de la categoría infantil-, en cuanto al dominio del niño del terreno de juego en su doble vertiente -profundidad y amplitud- y al estímulo técnico desempeñado en su seno, decir que la propuesta de F-9 reduce las dificultades que el niño encuentra para adaptarse a la práctica futbolística del F-11, por lo que el F-9 supone un escalón más adaptado para el desarrollo técnico-táctico que el F-11.
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