Diferencias en la composición corporal entre jóvenes deportistas practicantes de baloncesto y voleibol
Resumen
Durante los últimos años, los parámetros antropométricos de un deportista son factores clave del éxito deportivo. Diversos estudios han demostrado que, a igualdad de condiciones de entrenamiento físico, tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo, los mejores resultados deportivos corresponden a aquellos sujetos con unas condiciones estructurales más favorecedoras para la práctica del deporte en cuestión, considerando las características antropométricas parte del conjunto de variables biológicas relacionadas con el rendimiento deportivo.
Es por ello que, en este estudio, nos planteamos analizar las posibles diferencias antropométricas existentes entre jóvenes deportistas practicantes de voleibol y baloncesto, así como también las diferencias entre sexos y categorías (infantil y cadete), y la evolución de las mismas. 4 grupos de 30 deportistas participaron en el estudio, diferenciados en deportes, categorías y sexo. Los resultados obtenidos no muestran diferencias significativas entre los deportes estudiados y las categorías. Sin embargo, se encontraron importantes contrastes entre sexos, mayoritariamente en la categoría cadete.
Abstract
During last years, anthropometrical parameters from sportsmen & sportswomen have been key factors for sport success. Several studies have shown as under similar physical training conditions, the best performance belongs to those subjects with better structural conditions for sport practice. That way anthropometrical characteristics are part of the biological variables related to sport performance.
Hence, the aim of this study is to analyze the anthropometrical differences between young people which practice volleyball and basketball, and also differences between gender and sport category. 4 groups of 30 subjects were involved in this study, separated by sport, sport category and gender. We did not achieve statistically differences among studied sports and categories. However, were found important contrasts between gender, principally in cadet category.
INTRODUCCIÓN.
Dada la importancia que cobran los problemas relacionados con el peso de los adolescentes, tanto por exceso, provocando sobrepeso y obesidad, como por defecto, ocasionado por trastornos alimentarios, se hace muy necesario una valoración y control adecuado de la composición corporal de los jóvenes, y en este caso deportistas de cierto nivel, que se ven en muchos casos presionados por las circunstancias de la competición.
Aunque resulta obvio que el entrenamiento físico juega un papel fundamental en la consecución del éxito deportivo, la realidad, es que no existen procedimientos capaces de modificar de manera significativa los límites impuestos por la naturaleza. Diversos estudios han demostrado que, a igualdad de condiciones de entrenamiento físico, tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo, los mejores resultados deportivos, corresponden a aquellos sujetos con unas condiciones anatómicas más favorecedoras para la práctica del deporte en cuestión, considerando las características antropométricas parte del conjunto de variables biológicas relacionadas con el rendimiento deportivo (Esparza, 1993). En esta misma línea, (Wilmore y Costill, 2007) afirman que el tamaño, la complexión y la composición corporal de un deportista desempeñan importantes papeles en la determinación del éxito deportivo. Una preocupación primordial es la masa grasa y la masa magra del deportista, siendo diferente el somatotipo ideal en cada deporte.
El objetivo de este estudio es determinar parámetros antropométricos en jóvenes deportistas practicantes de voleibol y baloncesto. Se pretende analizar las posibles diferencias antropométricas existentes entre ambos deportes, así como también las diferencias entre sexos y categorías (infantil y cadete), y la evolución de las mismas.
MATERIAL Y MÉTODO.
En este estudio, participaron un total de 120 deportistas de categorías inferiores, de la comunidad extremeña, divididos en 4 grupos: 30 jugadores de baloncesto masculino, 30 jugadoras de baloncesto femenino, 30 jugadores de voleibol masculino y 30 jugadoras de voleibol femenino. Dentro de cada grupo se diferenciaban dos categorías, infantil y cadete, cada una de ellas con 15 deportistas. Las características generales que describen a esta muestra se observan en las Tablas 1.a. y 1.b.
Tabla 1.a. Características generales de la muestra (Voleibol).
Tabla 1.b. Características generales de la muestra (Baloncesto).
Respecto a la muestra, consideramos interesante mencionar la carga de entrenamiento semanal de los deportistas analizados. En ambos deportes, la categoría infantil entrena una media semanal de 5h, mientras que los cadetes dedican 6h. A ello hay que sumar el partido de competición que juegan los fines de semana.
Para la valoración antropométrica utilizamos una báscula de la marca Seca, con una precisión de ±100gr.; un tallímetro de la misma marca, con una precisión de ±1mm; un compás de pliegues cutáneos Holtain, con una precisión de ±0,2mm; un compás de diámetros óseos Holtain, con precisión de ±1mm; y una cinta métrica con una precisión de ±1mm. Las mediciones se realizaron en el mismo lugar, por el mismo explorador y siguiendo todas las correcciones del Grupo Español de Cineantropometría (Esparza y col., 1993). La evaluación tuvo lugar durante una concentración de distintas federaciones extremeñas en el Centro Nacional de Tecnificación Deportiva “Ciudad Deportiva de Cáceres”, realizada en febrero del 2009.
Las medidas antropométricas que se obtuvieron fueron las siguientes: talla, peso, pliegues cutáneos medidos en mm (abdominal, suprailíaco, subescapular, tricipital, muslo y pierna), diámetros óseos medidos en m (biestiloideo, bicondiloideo humeral y bicondiloideo femoral) y perímetros musculares (brazo relajado y pierna relajada).
Para el análisis de la composición corporal y los cuatro componentes corporales (muscular, óseo, graso y residual) hemos utilizado la metodología propuesta por el Grupo Español de Cineantropometría. Se basa en las siguientes ecuaciones (Esparza y col., 1993): para el peso óseo utilizamos la fórmula de Von Döbeln (1964), modificada por Rocha (1975); para el peso residual utilizamos las constantes propuestas por Würch (1974); para el peso graso la ecuación propuesta por Yuhasz (1974), basada en la ecuación de la densidad de Siri (1961); y por último, el peso muscular se determina a partir del conocimiento de los pesos óseos, residual, graso y total.
Respecto al análisis estadístico de los datos, en un primer momento se estudió la normalidad de la muestra a través de la prueba Kolmogorov-Smirnov. Finalmente, se compararon grupos en función de las variables antropométricas mencionadas anteriormente, haciendo uso de una prueba T paramétrica para muestras independientes.
Los cálculos estadísticos se realizaron con el programa estadístico SPSS, versión 15.0 para Windows (SPSS Inc., Chicago, IL., EE.UU.) y se consideró como estadísticamente significativo un valor de p<0.05.
RESULTADOS.
En la tabla 2.a y 2.b podemos observar las diferencias antropométricas entre los practicantes de voleibol y los de baloncesto, en función del sexo y de la categoría (infantil y cadete). No se encontraron diferencias estadísticamente significativas en ninguno de los parámetros estudiados, excepto en la altura entre jugadores de voleibol y baloncesto en categoría cadete (p<0.005) y en el % muscular entre jugadoras de voleibol y baloncesto en categoría cadete (p<0.05)
Tabla 2.a. Diferencias antropométricas entre deportes en función del sexo (Categoría Infantil).
Tabla 2.b. Diferencias antropométricas entre deportes en función del sexo (Categoría Cadete)
Los resultados obtenidos tras el análisis de las diferencias antropométricas encontradas entre chicos y chicas, dentro de una misma categoría y deporte, quedan recogidos en las tablas 3.a y 3.b. Las mayores diferencias encontradas fueron en la categoría cadete, que serán discutidas posteriormente.
Tabla 3.a. Diferencias antropométricas ? / ? en función del deporte (Categoría Infantil)
Tabla 3.b. Diferencias antropométricas ? / ? en función del deporte (Categoría Cadete)
Finalmente, mostramos también las diferencias antropométricas por sexos y deportes, enfrentando una categoría a otra, con el fin de evaluar los posibles contrastes y la significación de los mismos. Solamente encontramos diferencias significativas para las variables “peso” y “altura”, en el sexo masculino, tanto en voleibol como en baloncesto (Tablas 4.a. y 4.b.).
Tabla 4.a. Diferencias antropométricas entre categorías en función del sexo (Deporte: voleibol)
Tabla 4.b. Diferencias antropométricas entre categorías en función del sexo (Deporte: baloncesto)
DISCUSIÓN.
Es abundante la bibliografía científica que recogen estudios en relación a parámetros antropométricos y composición corporal en diferentes deportes, tanto individuales como colectivos. Pero escasos son los trabajos que analizan la composición corporal en jóvenes deportistas de voleibol y baloncesto, con edades comprendidas entre los 12 y los 15 años. Un periodo éste en el que se producen múltiples cambios a nivel corporal y en el que se acentúan o se hacen significativas ciertas diferencias en función del sexo.
Centrándonos en el estudio que nos ocupa, primeramente focalizaremos la atención en las diferencias existentes entre aquellos sujetos que practican voleibol y los que practican baloncesto. Tal y como recoge Wilmore y Costill (2007), el tipo corporal ideal varía con cada deporte, lo cual parece corroborarse en nuestro estudio. Así, por ejemplo, en categoría infantil, los chicos y chicas que practican baloncesto parecen presentar un mayor peso, altura y grasa corporal, y menor masa muscular respecto a los/las de voleibol, aunque ninguna de estas diferencias son significativas. Sin embargo, en categoría cadete encontramos diferencias significativas en la altura de los chicos (voleibol?1,74±0,08 m; baloncesto?1,84±0,07 m), lo cual parece indicar que éste es un parámetro utilizado para la detección de talentos en baloncesto, ya que en categoría infantil no encontramos estas diferencias.
Por otro lado, observamos también diferencias en el porcentaje muscular de las chicas (voleibol?41,88±3,50%; baloncesto?39,22±3,70%) en categoría cadete. Las diferentes características físicas que existen entre los deportes, en los cuales la fuerza explosiva en voleibol es un factor de rendimiento, podrían explicar las diferencias en % muscular en las jugadoras de voleibol cadetes con respecto a las jugadoras de baloncesto. Valores similares a los obtenidos en nuestro estudio con chicas (categoría cadete) para las variables peso y altura se desprenden de un trabajo con jóvenes deportistas japonesas que practicaban voleibol y baloncesto, aunque la media de edad de éstas estaba en 17,4 años para las de voleibol y 17,6 años para las de baloncesto. De este trabajo se desprende también que los porcentajes grasos de las chicas japonesas son inferiores a los referidos en nuestro estudio (Voleibol ? japonesas? 18,4±3,29%) (Baloncesto ? japonesas? 15,7±5,05) (Tsunawake y Tahara, 2003), posiblemente debido a la edad de las jugadoras. Siguiendo la misma línea de nuestro estudio, otro trabajo realizado por investigadores americanos obtiene idénticos resultados en las variables “peso” y “porcentaje de grasa corporal” en un análisis llevado a cabo con chicas (n=29) (14,31±1,37 años) de un club de voleibol norteamericano (Melrose y cols., 2007).
A nivel nacional resulta también complejo encontrar estudios que abarquen el rango de edad analizado (12-15 años). Así, encontramos un estudio realizado con 12 jugadores de baloncesto y edades de 16-17 años, que compiten en la liga gallega de baloncesto. La media que obtienen para la talla es similar a la recogida en nuestro trabajo para varones cadetes. Sin embargo el % graso en nuestros sujetos es superior, registrando un peso inferior (Miguez Bernardez y cols., 2003).
Sin lugar a dudas, lo relevante de nuestro estudio lo encontramos cuando realizamos el análisis en función del sexo. Así pues, en categoría infantil empezamos a encontrar diferencias significativas en variables como la “altura” en baloncesto (??1,71±0,09m; ??1,62±0,06m), el porcentaje de grasa corporal en voleibol (??12,38±3,53%; ??19,94±5,52%) y en baloncesto (??13,67±5,64%; ??20,55±6,41%) y la masa muscular en voleibol (??45,03±2,49%; ??41,60±4,59%). Sin embargo, estas diferencias significativas entre chicos y chicas se incrementan aún más en la categoría cadete, incluso aparecen diferencias significativas también en parámetros como peso, altura y % muscular.
Si nos cuestionamos el porqué de estas diferencias podríamos pensar que los diferentes parámetros hormonales que existen a estas edades, tanto en chicos como en chicas, podrían ser los responsables de las mismas. Hasta la pubertad, niños y niñas no tienen grandes diferencias en la composición corporal. Cuando se alcanza la pubertad y debido a las influencias de las hormonas sexuales, las diferencias comienzan a ser visibles. En general, las mujeres tienen menos talla y peso que los hombres de su misma edad. La composición corporal de las mujeres difiere de la de los hombres (Wilmore y Costill, 2007).
Así por ejemplo, respecto al tejido muscular, en varones, la proporción de éste con relación al peso total corporal aumenta desde aproximadamente el 25% al nacer, hasta alcanzar un 50% o más en la edad adulta. La mayor parte de este incremento ocurre en torno a la pubertad, coincidiendo con un aumento de las concentraciones séricas de testosterona de hasta 10 veces. Las mujeres no experimentan esa aceleración en el desarrollo de la masa muscular en torno a la pubertad, sino que sus músculos siguen creciendo durante todo su desarrollo hasta alcanzar este tejido aproximadamente el 40% de su peso corporal total (López Chicharro, 2006). Respecto al tejido graso, cuando nacemos, entre un 10 y un 12% del total del peso corporal es grasa, alcanzando por término medio en la edad adulta porcentajes del 15% en hombres y del 25% en mujeres. Esta diferencia asociada al sexo parece justificarse por aspectos hormonales (estrógenos más elevados en mujeres) (López Chicharro, 2006). Todo ello concuerda con lo evidenciado en nuestro estudio en relación a las diferencias en la composición corporal presentes en los grupos de ambos sexos. Unas diferencias mayormente significativas en el rango de edad 14-15 años.
Finalmente, estudiando los datos en función de la categoría (infantil y cadete), podemos decir que las diferencias significativas en un mismo género son escasas o prácticamente nulas. Así, no encontramos significación entre los valores de las chicas de ambas categorías y un mismo deporte, aunque la normalidad es la tendencia al incremento de los mismos. Por el contrario, encontramos significación en las variables “altura” y “peso” de los chicos, tanto en voleibol como en baloncesto. Posiblemente, esto sea debido al desarrollo que experimentan los varones en el rango de edad estudiado.
CONCLUSIONES
1. Existen diferencias entre voleibol y baloncesto referente a parámetros antropométricos y de composición corporal de sus practicantes, dentro de una misma categoría. Pero muy pocas de estas diferencias son significativas: la talla de los chicos cadetes de baloncesto (p<0.005) y el porcentaje de masa muscular de las chicas cadetes de voleibol (p<0.05).
2. Las diferencias antropométricas y de composición corporal entre chicos y chicas son significativas. Una diferencia que se hace más significativa en categoría cadete, como consecuencia de los diferentes cambios hormonales que acontecen de manera dispar en chicos (testosterona) y chicas (estrógenos).
3. Existen pocas diferencias significativas cuando comparamos diferentes categorías dentro de un mismo deporte, siendo las más importantes la altura y el peso en chicos.
4. Por tanto, pensamos que la influencia del deporte practicado en estas edades respecto a los cambios en composición corporal, solamente incide en el % muscular, debido a las diferentes demandas de ambos deportes, siendo las demás diferencias encontradas debidas fundamentalmente a los cambios de desarrollo de los sujetos.
BIBLIOGRAFÍA
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