Análisis del nivel de integración
RESUMEN
La cohesión es una de las características que le brinda a un grupo mayores ventajas, tanto en estructura como en funcionalidad, le permite alcanzar sus metas más rápida y satisfactoriamente, de modo que su membresía manifiesta sentimientos de pertenencia, los esfuerzos para alcanzar sus logros son compartidos. Ahora bien, para determinar la cohesión grupal, es necesario explorar sus componentes.
El estudio que tenemos entre manos busca ver el grado de integración de un alumno que no promociona curso (repite) en un nuevo grupo.
La metodología utilizada para ello es una metodología selectiva a través de una técnica cuantitativa. En concreto se utilizó un test sociométrico formado por seis preguntas y un programa informático para plasmar los resultados.
Como conclusión fundamental se encontró que un alumno que repite puede influir negativamente o positivamente en el nuevo grupo en el que se encuentra y su integración va a depender en gran parte de la actitud que muestre. Lo que tiene que tener claro el profesor a la hora de intervenir es que toda persona le gusta sentirse aceptado dentro del grupo en el que se desenvuelve (en este caso el de clase). Pero para llevar a cabo esto hay que formarse, una de las claves para los maestros de hoy: formación permanente.
INTRODUCCIÓN
Un grupo alcanza lo que se propone cuando está cohesionado, de allí que la unidad de esfuerzos y objetivos comunes lo fortifica, le facilita sus logros y lo lleva a altos niveles de desarrollo, de manera que la cohesión es imprescindible, de ella depende la ponderación que tiene la membresía de su imagen, su atractivo e incluso su fuerza de pertenencia o el deseo de mantenerse en él.
La aparición de nuevos miembros puede hacer que esta cohesión cambie, y ese cambio puede ser en sentido positivo o en sentido negativo.
En este sentido, el objetivo marcado para el presente estudio es averiguar el nivel de integración al que responden alumnos que no consiguen promocionar de curso, dejando a los compañeros con los que compartió estudios durante años para introducirse con unos nuevos compañeros. Objetivo que se conseguirá utilizando el test sociométrico que es una de las técnicas de investigación de orden cuantitativo de la metodología sociométrica (metodología creada por el rumano Jacob Levy Moreno en 1920). Esto nos va a permitir determinar el grado en que los individuos son aceptados o rechazados en un grupo (su status sociométrico), descubrir las relaciones entre los individuos y revelar la estructura del grupo mismo. O dicho de otra forma nos permite conocer la estructura básica interrelacional de un grupo a través de las respuestas de sus componentes sobre sus propias atracciones o rechazos. Como test adquiere la forma de una prueba compuesta por un conjunto de preguntas que ya veremos como se construyen.
Pero antes de entrar en el estudio dejaremos claros algunos conceptos fundamentales para la comprensión del mismo.
El primero es el concepto de cohesión. Shaw (1994) señala que “cohesión es el grado con que los miembros de un grupo se sienten atraídos mutuamente”, además se relaciona con la atracción hacia el grupo y resistencia a abandonarlo, la moral o nivel de motivación que muestran sus miembros y la coordinación de esfuerzo para obtener objetivos comunes.
El segundo concepto es el de grupo. Un grupo social consta de un determinado número de miembros quienes, para alcanzar un objetivo común (objetivo de grupo), se inscriben durante un período de tiempo prolongado en un proceso relativamente continuo de comunicación e interacción y desarrollan un sentimiento de solidaridad (sentimiento de nosotros / conciencia de grupo). Son necesarios un sistema de normas comunes y una distribución de tareas según una diferenciación de roles específica de cada grupo (Huici, 1989; Morales & Abad, 1996; Schäfers, 1984).
MÉTODO Y METERIAL:
La metodología que se utilizó para realizar este estudio fue una metodología selectiva a través de una técnica cuantitativa. Es decir, por un lado, no existe ni manipulación ni selección de variables por parte del investigador jugando un papel pasivo que se limita a registrar y describir lo que ocurre. Por el otro, el fenómeno ocurrido se pretendió explicar a través de una interpretación objetiva expresando los resultados en un lenguaje numérico y formal. Para ello, se utilizó para la recogida de datos el test sociométrico (cuestionario) y para el análisis de datos un programa informático conocido como sociograma grode (GRODE, 2007).
El test sociométrico, como cuestionario que es, está formado por preguntas (anexo1) cuya creación fue realizada a través de los pasos marcados por autores como Arruga (1992), Clemente (1989) o Sierra-Bravo (1988). Además el cuestionario se hizo abordando, por un lado, tres ámbitos diferentes: afectivo, lúdico y de estudio; por el otro, se utilizaron preguntas únicamente de elecciones y rechazos.
El test se pasó a un grupo de 20 alumnos, entre los que se encontraba nuestro alumno repetidor (varón), de 4º ESO de un colegio de la localidad de Bueu (Pontevedra). Sus edades oscilaban entre los 15 y 17 años, encontrándose nuestro repetidor entre los que estaban apunto de cumplir los 17 años. El criterio utilizado para la selección del grupo, se basó en que este grupo lleva junto como mínimo desde 1º ESO y como máximo desde que entraron en el colegio en Educación Infantil, lo cual hace que el conocimiento entre sus miembros sea bastante bueno. Esto nos marca que la técnica de muestreo utilizada fuera la no probalística e intencionada (grupo que se encuentra al alcance).
A la hora de realizar el test sociométrico, cada alumno tenía un listado con los nombres de todos los compañeros de clase y el test que debía cubrir con las instrucciones precisas de cómo cubrirlo (anexo1). De todas formas, antes de empezar, se explicó todo para solucionar todas las dudas y preguntas que con relación al cuestionario pudieran aparecer: El test se realizó durante el recreo para que hubiese tiempo de sobra para realizarlo y no hubiera desconcentración por culpa del profesor que quería dar la clase. Asimismo se garantizó que ningún alumno influyera en las contestaciones de otro alumno, por ejemplo estando todos en silencio y centrados en su cuestionario, y el que terminaba se iba al recreo.
RESULTADOS:
Para analizar los resultados obtenidos en el cuestionario se utilizó el sociograma que es una representación gráfica de las sociomatrices que son cuadros de doble entrada donde se colocan los datos obtenidos (Antons, 1990; Arruga, 1992; Clemente, 1989; Sierra-Bravo, 1988). Todo ello fue realizado, como se mencionó por el programa sociograma grode.
De este estudio se podrían sacar muchos datos acerca del grupo, sus relaciones, su grado de cohesión… Cabe destacar simplemente que en cuanto al grado de aceptación (gráfica1) no hubo ninguno que destacara por encima de los demás, más o menos se mantienen al mismo nivel moviéndose con valores entre 10 y 17 elecciones. Luego había otra tanda de sujetos que se movían por debajo de 10 (entre los que se encontraba nuestro repetidor). Y, por último, estaba el nº 3 con 1 elección y la 11 con ninguna. Algo por otro lado normal ya que ellos dos con 43 y 35 votos, respectivamente, junto con la alumna 15 con 26, fueron los alumnos rechazados (gráfica2). Parece que aquí si se puso de acuerdo el grupo, independientemente de la pregunta realizada. No lo tuvieron tan claro a la hora de buscar un líder (alumno con más votos).
Por otro lado, independientemente de la pregunta, se puede ver como en la estructura de relaciones del grupo se formaron dos grupos: uno el de chicos y otro el de chicas. Como ejemplo se puede ver el sociograma de la pregunta 1 (gráfica3) o el de la pregunta 2 (gráfica4).
Todo ello a pesar de que el grupo se encontraba todo relacionado entre sus miembros no dejando a nadie apartado o excluido.
Ahora nos centraremos en nuestro alumno repetidor (nº 16), objeto de la investigación. En general, no tenía ni alto grado de aceptación (6 votos) ni alto grado de rechazo (5 votos). Analizado por preguntas se obtuvo el mismo resultado, destacando que donde tiene algo más aceptación fue en la pregunta 5, referente al ámbito lúdico, y por el contrario, donde tuvo más rechazo fue en la pregunta 4, referente al ámbito de estudio o trabajo; ambos con 3 votos.
Se le aplicaron los índices sociométricos que Alma (1993) señala en su libro, obteniendo los resultados individuales que se pueden ver en la tabla:
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Índice de popularidad (IP): elecciones recibidas por un sujeto entre los sujetos que forman el grupo menos uno. Su resultado esta entre 0-100%.
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Índice de antipatía (IA): rechazos recibidos por un sujeto entre los sujetos que forman el grupo menos uno. Su resultado esta entre 0-100%.
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Índice de reciprocidad positiva (IRP): elecciones en las que se da a la vez que “A” escoge a “B” y “B” a “A” entre el número de personas que cada miembro a escogido (3). Su resultado esta entre 0-100%.
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Índice de reciprocidad negativa (IRN): rechazos en los que se da a la vez que “A” escoge a “B” y “B” a “A” entre el número de personas que cada miembro a escogido (3). Su resultado esta entre 0-100%.
En la tabla, aparece un índice que es grupal (índice de cohesión grupal -IPC-, suma de todas las elecciones y rechazos emitidos por los miembros del grupo y la suma de las elecciones y rechazos recíprocos), en el cual no interviene sólo nuestro alumno estudiado sino todos los miembros del grupo.
Volviendo a los datos de la tabla, estos nos mostraron la siguiente información.
El alumno repetidor no es muy popular entre sus compañeros como mostró su 32%. Analizando pregunta a pregunta, donde tuvo algo de importancia, con un 16%, es en la pregunta de ámbito lúdico. Aquí hay miembros del grupo que lo quieren para divertirse perdiendo este interés en los otros ámbitos hasta casi ser inexistente en el ámbito del trabajo (5%). Pero en cuanto a su rechazo por el grupo el porcentaje también fue pequeño (22%) teniendo algo de importancia en la pregunta de estudio donde pocos lo escogen para esa labor. En cuanto a los índices de reciprocidad, que marcan realmente la conexión que hay entre los miembros del grupo al escogerse mutuamente o para bien o para mal, tampoco destacó mucho, salvo en la pregunta de ámbito lúdico donde de tres personas que escogió dos de ellas le respondieron escogiéndolo, lo que quiere decir que hay dos miembros del grupo con los que conectó de una manera adecuada, sobre todo con una (nº 9). Persona con la que repitió reciprocidad en los otros dos ámbitos. En cuanto a rechazos ninguno respondió a la invitación de elección lo que implica que no tiene ningún problema serio con nadie, pues sino seria contestado recíprocamente por alguien. Habría un sentimiento de rechazo mutuo.
Yéndonos más a nivel del grupo que al plano individual, la cohesión entre el grupo tampoco es muy buena, como demostró el índice de 6 obtenido. Eso quiere decir que de cada 6 elecciones una fue reciproca, es decir, que el grado de intensidad de las interacciones de los miembros del grupo no es muy buena. Lo cual, si hubiera un líder claro no tendría muchos problemas para manejar el grupo, incluido a nuestro alumno investigado.
DISCUSIÓN:
Está claro que un sujeto que repite curso puede tener un efecto positivo o negativo dentro del grupo según si su actitud es positiva y responsable o no. Esta actitud también puede hacer que su integración al grupo sea más favorable, lo que trae consigo la ayuda por parte del grupo y la mejora del alumno repetidor en busca todos de su objetivo común y primordial: promocionar de curso.
Por los datos vistos en el apartado de resultados, nuestro alumno repetidor no tiene mucha influencia en el grupo y pasa desapercibido. En términos de status sociométrico (Antons, 1990; Arruga, 1992; Clemente, 1989; Sierra-bravo, 19888) estaría entre un sujeto con status de entrañable u olvidado, es decir, es un sujeto con elecciones y rechazos tirando a bajos. Lo cual se puede deber a un problema de actitud del sujeto que no quiere formar parte de ese grupo, bien porque sigue o estaba muy unido al anterior o porque el funcionamiento del grupo no le gusta (estilo, normas, posiciones…). Lo que esta claro es que no es porque el grupo lo rechaza, como se puedo comprobar con en los resultados. Aunque si no se deja conocer, el grupo no puede ni rechazarlo ni aceptarlo.
A pesar de ello nuestro alumno no pasa desapercibido para todos. Hay un sujeto (nº9) con la que existen lazos sólidos de amistad o compañerismo como marca las elecciones reciprocas entre ellos en los tres ámbitos. Y este vínculo es el que, deforma indirecta, le va a permitir, posiblemente, integrarse en el grupo. Pues hay que tener en cuenta que esta amiga no esta mal vista dentro del grupo, como muestra que es una de las que más votos recibe y, a la vez, también recibe pocos rechazos. En términos de status sociométrico tendría un status de popular y como no es la única que hay dentro de este grupo sino que hay alguno más como el alumno 5 o el 8 con los cuales, además, esta alumna (nº 9) tiene relación; y relación recíproca. Lo cual posibilita que indirectamente el alumno empiece una relación con ellos que puede pasar a ser más profunda provocando que se de a conocer y con ello pueda tener o recibir otro status dentro del grupo.
En función de estos datos, se debe preparar un plan de actuación con el grupo, con la finalidad de potenciar las relaciones positivas y prever posibles problemas (problemas que nuestro alumno no tiene debido a que tiene pocos rechazos y ninguno es recíproco). Ello, en busca de una necesidad psíquica básica que toda persona debe tener satisfecha: aceptación por parte de los grupos sociales donde se desenvuelve.
Para ayudar a este alumno a integrarse en el grupo hay que hacer, desde nuestro ámbito, que se habrán más conexiones con los demás. Por eso cuando se realice en el aula actividades en grupos, será un dato valiosos el de la estructura social del grupo en su conjunto. Se procurará, en principio, que los grupos se ajusten a los grupos aparecidos espontáneamente, en función de las preferencias manifestadas por el alumnado. El poner al alumno con los compañeros que más le puedan motivar y con los que el se encuentre más compenetrado hará más fácil la integración de ese alumno, aún más cuando estos otros compañeros tienen vínculos importantes dentro del grupo.
Todo ello beneficiara al grupo y a la consecución de sus objetivos.
El análisis del test sociométrico da para mucho más si se analiza al grupo y al resto de los sujetos, pero el centro de nuestro estudio era el alumno repetidor. De todas formas para llevar a cabo esta investigación sociométrica y por otro lado interesante para el manejo del grupo, el profesor, debe estar bien preparado, para lo cual es imprescindible que no descuide su formación, la cual no termina cuando termina la universidad sino que es continua a lo largo de toda su vida.
CONCLUSIÓN:
En conclusión un alumno que repite puede influir negativamente o positivamente en el nuevo grupo en el que se encuentra y su integración va a depender en gran parte de esa actitud que muestre. Esta claro que nuestro alumno repetidor es un alumno olvidado dentro del grupo, pero tiene una conexión importante que puede hacer que deje esa posición y se integre en el grupo. Pues, una de las necesidades psíquicas básicas que toda persona debe tener satisfecha es la de su aceptación por parte de los grupos sociales donde se desenvuelve. Para conocer la relación entre los miembros de un grupo y poder intervenir en él, una buena herramienta es el test sociométrico.
BIBLIOGRAFÍA
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- SIERRA-BRAVO, R. (1988). Técnicas de Investigación Social. Madrid: Paraninfo.