Deporte escolar y caminos para la sistematzacion
Entidades(es):Universidad Estadual de Maringá-UEM Brasil
La enseñanza del deporte en la escuela debe adoptar una concepción pedagógica que valore el proceso de enseñanza-aprendizaje de la iniciación deportiva, cuyo énfasis debe centrarse en jugar, en los juegos y bromas tradicionales infantiles, en el jugar para aprender y en el aprender jugando. El resultado de varias investigaciones (Kroger; Memmert, 2002, Greco; Roth; Schorer, 2004, Greco; Silva, 2008), subsidian la organización y el planeamiento de un proceso continuo de enseñanza del deporte en la fase de iniciación deportiva, cuyos indicadores apuntan para la incondicionalidad de organizar los parámetros constitutivos del deporte (táctica y técnica), en secuencia que se puede caracterizar como aprendizaje incidental (jugar para aprender), siguiéndose del aprendizaje intencional (aprender jugando). Se puede, por esta concepción, recordar a Diem (1977), al proponer el deporte para niños, que tal como esos autores más actuales, alerta para los peligros de la especialización precoz por el método analítico, que puede acarrear la limitación de la creatividad y la formación de estereotipos motores. El proceso de aprendizaje motor compatible con la fase del desarrollo del niño y del joven, es fundamental para evitar la precipitación conducente a la especialización precoz. Las habilidades motoras fundamentales, desarrolladas a lo largo de fases descritas por diversos autores, entre ellos Gallahue y Ozmum (2005), formarán la base para el aprendizaje deportivo, o sea, de este dominio, se pasará a la realización de los fundamentos de las modalidades, como pase, disparo, lanzamiento, recepción, dribling y otros, que son considerados sus elementos constitutivos (Greco et al, 2009). Esos fundamentos son considerados pre-requisitos generales direccionado a problemas motores específicos de los deportes que facilitan el aprendizaje de las técnicas específicas de las modalidades. Precede, sin embargo, a esos fundamentos, la enseñanza de las capacidades coordinativas. Una progresión didáctico-pedagógica entre los 4 – 6 años y los 12 – 14 años debe considerar las variables edad, número de elementos a ser utilizados, material, tipología de las actividades y manejo de los elementos. Entre los 4 – 8 años, el trabajo coordinativo utilizará un elemento; de los 8 a los 10 años, se utilizan dos elementos y; de los 10 a los 14 años, tres elementos, desde la coordinación general a la específica. Kroger y Roth (2002) presentan las habilidades técnicas que deben ser desarrolladas paralelamente a las capacidades coordinativas, siendo las siguientes: organizar ángulos; controlar (regular) la fuerza; determinar el tiempo de la pelota, ofrecerse (prepararse; posicionarse); anticipar la dirección y distancia del pase; anticipar la posición defensiva; observar desplazamientos. Obviamente, en una progresión desde ejecuciones elementales, hasta alcanzar la complejidad en la juventud. El deporte en la escuela, o deporte educacional, va así tomando cuerpo. Tubino (2010) entiende que el deporte educacional debe estar referenciado en los principios de la inclusión, participación, cooperación, co-educación y co-responsabilidad. Esta práctica no prescinde, según este autor, de formación para la ciudadanía, sin embargo puede comprender competencias escolares y envolver jóvenes con algún talento para la actuación deportiva. Incluye necesariamente el espíritu deportivo y el fair play, anhelados también en el ámbito del deporte de rendimiento. La conceptualización de deporte escolar o deporte educación, aun para este autor, fue establecida a partir de 1978, con la emisión por UNESCO de la Carta Internacional de Educación Física y Deporte. Antes, era concebido apenas en la perspectiva del rendimiento. Las prácticas, mismo en la escuela, pretendían por encima de todas victorias, récords y superaciones. El primer artículo de esa carta estableció el derecho de todos a la práctica deportiva modificando el paradigma y estimulando la búsqueda por objetivos educacionales relacionados a los dominios cognitivo, afectivo y psicomotor. En la actualidad, al corriente con esa conceptuación y sus desdoblamientos, que volverán a ser enfocados adelante, han sido creados sistemas de aprendizaje y desarrollo deportivo. Greco et al (2009), enfocan el deporte educacional en procedimientos metodológicos para enseñarse el deporte y enseñar por medio del deporte. Para eso, crearon tres estructuras para la enseñanza aprendizaje de los deportes: substantiva, temporal y metodológica. La estructura substantiva es representada por el conjunto de capacidades relacionadas al rendimiento deportivo desde niveles elementales, explorando las capacidades biotipológicas, motoras, tácticas, técnicas, psicológicas y socio-ambientales que, para allá de la escuela, puede alcanzar el alto nivel, la rehabilitación, el ocio y otros. La estructura temporal se relaciona con las etapas y fases del desarrollo de las capacidades de rendimiento a lo largo del desarrollo humano. En ella el profesor podrá establecer la distribución y la estructuración de contenidos para las diferentes franjas de edad, pretendiendo contextualizar una estructura temporal adecuada a las edades. Los autores alertan para que, los objetivos específicos de cada etapa de la estructura temporal, se conecten y se relacionen entre sí constantemente, destacando que las etapas indican una necesidad de no atropellar los procesos de desarrollo y maduración. Eso implica en no especificar la enseñanza del deporte en los moldes del deporte de los adultos. Pretende, por lo tanto, una formación que evite la especialización precoz. Las etapas y fases que comprenden la estructura temporal son organizadas por Greco et al (2009, p. 188), conforme sigue:
Cuadro 1. Etapas y fases de la estructura temporal (adaptado de Greco et al, 2009)
La estructura metodológica propone realizar el nexo de las estructuras anteriores por medio del proceso enseñanza-aprendizaje. Adopta una secuencia pre-establecida que va desde el aprendizaje motor y puede alcanzar el entrenamiento, consistiendo, según sus autores, en jugar para aprender y aprender jugando. En esa estructura el proceso es caracterizado por la búsqueda en responder las siguientes preguntas: ¿cómo enseñar a hacer?; ¿cuál el camino a seguir en la enseñanza aprendizaje?. Así, la función de esa estructura es la de concretizar la relación entre contenidos (estructura substantiva) con su secuencia (estructura temporal), contextualizada en la realidad cultural y social de los alumnos. En Brasil, para avanzar para un sistema sólido de educación integral, como ocurrió en los países que componen la Unión Europea a partir de los años 80-90, fue creado por el Ministerio de la Educación un programa denominado Más Educación, incluyendo en éste el deporte educacional, por medio del programa Segundo Tiempo, del Ministerio del Deporte, ahora en fase de implantación. No se trata de contra turno escolar, pero sí, de la ampliación del tiempo escolar, en que serán ofrecidos programas culturales, socio-educación, educación para la salud, exploración de los aspectos culturales nacionales, regionales y locales y del deporte, pretendiendo la mejoría de las oportunidades de aprendizaje y de formación humana. Diferente a eso se presenta el deporte para niños y jóvenes en los clubes, asociaciones, gimnasios y otros. Por un lado, el deporte en la escuela posee objetivos educacionales tales como para las otras disciplinas de la escuela, pretendiendo la formación humana más allá del conocimiento de contenidos en complejidad creciente. En el conjunto de la escuela, es cierto que la educación física no puede prescindir de esas oportunidades de realizar su parte en el ámbito interdisciplinario. Por otro lado, el deporte en el club se ocupa de preparar para la competición ya a partir de la infancia, cuya selección de talentos puede ser observada desde el inicio, en edades aún bajas. A esa práctica desde el club, Tubino (2010) denomina de deporte de desempeño, también conocido como deporte de competición, deporte de actuación y deporte institucionalizado. Ese deporte obedece a códigos y reglas internacionales, con el objetivo de obtener resultados, victorias, récords, títulos deportivos, proyecciones en los medios de comunicación y premios. Sus principios, según este autor, son la superación y el desarrollo deportivo, y puede ser de rendimiento o de alto rendimiento. Se percibe en el deporte del club, que a pesar de las edades más jóvenes (8 – 10 años), situaciones reales de juego ya son experimentadas con este público, cuyos practicantes sufren desde temprano excesivas correcciones, ajustes y muchas repeticiones, con reglas formales, caracterizando la especialización precoz, que ciertamente podrá traer daños físicos y psicológicos en futuro próximo, lo que predispone al abandono también precoz. Greco y Benda (2006) propusieron un Sistema de Aprendizaje y Desarrollo Deportivo (SADE), que se aplica tanto al deporte educacional como al de rendimiento, en una estructura designada de A – B – C, en el cual A, comprende del aprendizaje táctico al entrenamiento táctico, B abarca del aprendizaje motora al entrenamiento técnico y C, el entrenamiento técnico-táctico. Procuran esos autores hacer con que, por medio de esta secuencia, el practicante tenga más conocimiento del juego (declarativo) y consiga expresar ese conocimiento a través de acciones motoras. Para el deporte en la escuela, indican las partes A y B de la estructura, siendo la estructura completa aplicable al rendimiento más característico de la competición, que corresponde a los objetivos del deporte en el club. A y B corresponden a la formación deportiva y C, al perfeccionamiento o especialización, que comprende los aspectos del entrenamiento integrado (físico-técnico, físico-táctico, físicotécnico- táctico). A diferencia de lo que ocurre muchas veces por la invocación del inmediatismo tendente a la especialización precoz, Greco y Silva (2008), organizaron una secuencia que respeta las fases de desarrollo motor humano, del siguiente modo: – Una etapa de formación, hasta 6 años, disponiendo actividades desafiantes que soliciten la ejecución de acciones motoras tales como: disparos, lanzamientos, recepciones, carreras, dribling, saltos de manera variada sin ningún modelo o patrón pre-establecido; – La fase universal I, 6 – 8 años, que objetiva la combinación de habilidades, las cuales podrán estar maduras o no (Gallahue; Ozmun, 2001), alrededor de los 7 años, dependiendo de las experiencias vividas anteriormente; – La fase universal II, entre los 8 – 10 años, pretende ahora combinar habilidades deportivas, que cumplirán la fase madura de las habilidades motoras fundamentales, donde el practicante irá ampliar el volumen de experiencias deportivas uniendo habilidades deportivas maduras, asegurando el desarrollo de la coordinación y de las habilidades técnicas; – Una etapa de transición, de los 10 – 12 años a los 14 – 16 años de edad compuesta por tres fases: universalidad deportiva, orientación y dirección. En la fase de universalidad deportiva (10 – 12 años), las habilidades técnicas adquiridas deben ser aplicadas a los varios contextos de las modalidades específicas (baloncesto, fútbol sala, balonmano, deportes de raqueta, etc.); en la fase de orientación (12 – 14 años), se aplican situaciones reales de juego, utilizándose del repertorio motor adquirido y; en la fase de dirección (14 – 16 años), se trata de encaminar hacia una modalidad deportiva de la afinidad del practicante, con la cual tenga mayor oportunidad de éxito; – Una etapa de decisión (16 – 18 años), en la cual el practicante escogerá una forma de práctica deportiva para la edad adulta (ocio, salud, calidad de vida, diferentes niveles de rendimiento). En el momento de la decisión, las fases a ser recurridas dependen de la elección: o se escoge una práctica vuelta para la salud, el ocio y la recreación, o enfocada hacia el alto rendimiento. Al escoger el alto rendimiento, las fases son: especialización deportiva (16 – 18 años), aproximación al máximo desempeño (18 – 21 años) y máximo desempeño (después de los 21 años). (Greco; Benda, 2006, Greco; Silva, 2008). Otra etapa presentada a continuación es la de re-adaptación, pero en este momento no realizaremos su análisis. Ese largo recorrido indica que la evolución desde el aprendizaje hasta la elección de la forma de práctica permanente, permite alcanzar el automatizado de las técnicas de ejecución. Los nuevos modelos (Memmert, 2004 apud Greco; Silva, 2008), comprenden en este recorrido y principalmente en la etapa de decisión, el aumento del volumen e intensidad en el entrenamiento, el aumento de la participación en competiciones. En el entrenamiento, se considera de modo programado, el entrenamiento de las capacidades físicas o condicionales, de la coordinación, de las capacidades tácticas y técnicas y de las capacidades psicológicas y socio ambientales. Diferencias comúnmente encontradas entre el deporte en la escuela y el deporte en el club, son: · En la escuela el deporte es generalizado; los niños y jóvenes participan en acciones pedagógicas en que todos a través del juego pasar todas las posiciones. · En el club, además de la selectividad (búsqueda de talentos), los practicantes pasan a especializarse en determinadas posiciones y entrenan para adquirir eficiencia en posiciones específicas (guardameta, defensor, atacante, extremo derecho o izquierdo, delantero, etc.). · En la escuela, el énfasis se da en el proceso. · En el club, el énfasis se centra en el producto (resultado). · En la escuela, el deporte debe ser inclusivo. · En el club, se caracteriza por la elección de los mejores, siendo selectivo. Otras diferencias podrían ser mencionadas, como las diferentes intensidades, metas y otros, sin embargo se entiende que, en ambos ambientes, es posible establecer comportamientos éticos e influenciar el desarrollo humano a partir de la infancia, adolescencia y juventud, considerando el deporte como fuerte instrumento para la consecución de esa búsqueda. Opiniones y orientaciones semejantes se observan con gran frecuencia en la literatura mundial sobre esa importante temática en el mundo contemporáneo, que pueden orientar caminos para la sistematización del deporte escolar.
Sin embargo, la literatura es vasta y, con diferentes concepciones, con todo, puede estimular cambios de actitud profesional y promover la corrección de procedimientos en ambos segmentos. Ciertamente, talentos surgirán en las dos formas de practicar el deporte. Importa asegurar a todos el deporte escolar-educacional y, a los interesados y con aptitud necesaria, el deporte de rendimiento y alto rendimiento en el club.
BIBLIOGRAFÍA
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Gallahue, D.; Ozmun, J. C. Compreendendo o Desenvolvimento Motor: bebês, crianças, adolescentes e adultos. São Paulo: Phorte Editora, 2001
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Greco, P. J.; Benda, R. N. Iniciação ao Esporte: uma escola da bola para crianças e adolescentes. In: De Rose Junior, D. (Ed.) Modalidades Esportivas Coletivas. Rio de Janeiro: Guanabara Koogan, 2006
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Greco, P. J.; Silva, S. A. A. Metodologia de Ensino dos Esportes no Marco do Programa Segundo Tempo. In: OLIVEIRA, A. A. B.; PERIM, G. L. Fundamentos Pedagógicos para o Programa Segundo Tempo (2 ed.). Maringá: Eduem, 2008
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Greco, P. J.; Silva, S. A.; Santos, L. R. Organização e Desenvolvimento Pedagógico do Deporte no Programa Segundo Tempo. In: OLIVEIRA, A. A. B.; PERIM, G. L. Fundamentos Pedagógicos do Programa Segundo Tempo: da reflexão à prática. Maringá: Eduem, 2009
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Kroger, C.; Roth, K. Escola da Bola: um ABC para iniciantes nos jogos desportivos. São Paulo: 2002
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Tubino, M. J. G. Estudos Brasileiros sobre o Deporte: ênfase no deporte educação. Maringá: Eduem, 2010