Tipo, frecuencia y duración de la actividad física en tiempo libre en mujeres embarazadas sanas
RESUMEN
Introducción: La mujer sana embarazada debería continuar haciendo ejercicio físico mientras se sienta cómoda por los beneficios saludables que confiere su realización (Clapp, 1994; Artal y Sherman, 1999; Artal et al, 2007). Nuestro objetivo fue describir el tipo, la frecuencia y la duración de las actividades que las mujeres sanas con embarazo simple realizaban en su tiempo libre. Material y métodos: Estudio transversal en el área de referencia del Hospital Universitario Virgen de las Nieves (Granada). Reclutamiento: Junio 2004 a Marzo 2007. Muestra: 1.175 mujeres sanas en ecografía de semana 20, nacionalidad española, edad ≥18 años y ausencia de patologías crónicas o agudas. Fuentes: entrevista personal, documento de salud y Cuestionario de Paffenbarger (1997). Se estimó la frecuencia de embarazadas que realizaban distintos tipos de actividad física en tiempo libre, su frecuencia semanal y la duración por sesión. Análisis de datos con Stata 10 y SPSS 15. Resultados: Las actividades más realizadas fueron caminar (59,7%), jardinería (29,9%), natación (7,1%) y excursiones a la montaña (6,5%). El 73% (n= 858) de la muestra caminaba en su tiempo libre al menos tres días a la semana, el 8,7% (n= 102) realizaba tareas del jardín dos días a la semana y tan sólo 8 mujeres (0,7%) nadaban más de tres veces a la semana. La mediana del tiempo que las realizaban fue de 60, 30 y 25 minutos, respectivamente. Conclusión: El déficit observado en la frecuencia y duración de las actividades realizadas en tiempo libre por parte de las embarazadas sanas nos llama la atención y sugiere la necesidad de intervenir con programas específicos dirigidos a embarazadas en general, con objeto de conseguir mejoras en su salud.
INTRODUCCIÓN
La mujer embarazada sana puede empezar o mantener un ejercicio físico regular durante su embarazo sin afectar al desarrollo de la gestación ni al resultado. Por tanto debería continuar haciendo ejercicio físico mientras se sienta cómoda por los beneficios saludables que confiere su realización.1, 2, 3 Además, las mujeres embarazadas sanas que previamente a su embarazo realizaban ejercicio físico intenso, o las mujeres deportistas, pueden continuar realizando ejercicio físico aeróbico a altos niveles durante su embarazo sin comprometer el crecimiento y el desarrollo del feto ni el proceso del embarazo o el parto.4 Cabe preguntarse qué tipo de actividades en tiempo libre, con qué frecuencia y con qué duración deberían realizarse durante el embarazo. A continuación, se tratará de dar respuesta a estos interrogantes. En 1990, Jarski y Trippet establecen los tipos de actividad más aconsejados durante el embarazo tales como: nadar, montar en bicicleta y caminar5 (Jarski y Trippet, 1990). El Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología6 (ACOG) también recoge los diferentes tipos de actividad física más apropiados durante el embarazo y sugiere que se continúen realizando después del parto, ya que muchos de los cambios morfológicos y fisiológicos que ocurren durante el embarazo persisten de 4 a 6 semanas después de éste:1) caminar, 2) la bicicleta estática, preferible a la de exterior porque no hay riesgo de lesionarse y facilita la continuidad de la actividad física durante el embarazo, 3) la natación y el aeróbic en el agua, ejercicios muy recomendados, ya que el agua soporta el peso del cuerpo, 4) clases de ejercicio físico de preparación al parto y 5) actividades que impliquen levantar pesos, que se podrán realizar durante el embarazo a intensidades similares a antes del embarazo. Si durante la realización de cualquiera de estas actividades la mujer se encuentra cansada, exhausta o no puede mantener una conversación verbal, sería conveniente que descansara, ya que el ejercicio físico aeróbico durante el embarazo disminuye la cantidad de oxígeno proporcionada al feto.6 Con respecto a la frecuencia en la práctica de actividad física, no existe un consenso bien establecido entre las distintas entidades. La Sociedad Canadiense de fisiología del ejercicio (CSEP) y la Sociedad de obstetras y ginecólogos de Canadá (SOGC) recomiendan la realización de actividad física de 3 a 5 días a la semana.7 El Colegio Americano de Medicina del Deporte8 (ACSM) sugiere que se realice 3 días a la semana y el ACOG si no todos, casi todos los días de la semana.6 La CSEP y la SOGC recomiendan la realización de actividad física con una duración de 15 a 30 minutos. En cambio, las mujeres que previamente al embarazo eran inactivas pueden comenzar con 15 minutos e incrementar la actividad en el segundo trimestre a 30 minutos.7 Habida cuenta de las recomendaciones establecidas sobre la actividad física durante el embarazo, desconocemos el patrón de comportamiento de las embarazadas españolas al respecto. Por ello, nuestro objetivo en este trabajo fue describir el tipo, la frecuencia y la duración de las actividades que las mujeres sanas con embarazo simple realizaban en su tiempo libre.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se diseñó un estudio transversal o de prevalencia . El ámbito de estudio tuvo lugar en el área del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada (HUVN), complejo hospitalario de tercer nivel y centro de referencia del área norte de la provincia de Granada. La información recopilada en la población elegible se hizo de junio de 2004 a octubre de 2007. La población de referencia la constituyeron las mujeres embarazadas con residencia habitual en el área de referencia del HUVN que acudían a la consulta de ecografía de la vigésima semana de gestación. La muestra de estudio la constituyeron mujeres embarazadas que pertenecían a la población de referencia y que cumplían los siguientes criterios de selección: Criterios de inclusión: mujeres sanas que se realizaban la ecografía en la vigésima semana de gestación, con un embarazo simple desde el inicio de la gestación, incluidas en el proceso asistencial “Embarazo, Parto y Puerperio”, de nacionalidad española y mayores de 18 años. Criterios de exclusión: mujeres con embarazos patológicos que obligaran a guardar reposo absoluto desde el inicio del embarazo o en algún período de tiempo durante los primeros meses del embarazo, mujeres con enfermedades metabólicas previas al embarazo o diagnosticadas durante los primeres meses de su gestación y mujeres con enfermedades crónicas o agudas que les limitaran en la realización de actividades de la vida diaria. La muestra se seleccionó en la sala de espera de la primera planta de consultas externas del Hospital Materno-Infantil de la Universidad de Granada. Se entrevistó de forma sistemática a una de cada cinco mujeres que acudieron a la consulta de ecografía. De un total de 1.222 embarazadas que cumplieron los criterios de selección 47 mujeres, el 3,85% de los casos, rehusó a participar constituyéndose la muestra final por 1.175 embarazadas. Se realizó una entrevista personal donde se recogió información general de la embarazada sobre variables sociodemográficas (edad, estado civil, nivel académico, trabajo, clase social, nivel de ingresos), hábitos de vida (tabaco, alcohol) antecedentes personales obstétricos (partos y abortos anteriores), y variables antropométricas como el peso y la talla (comprobadas con el documento de salud materno – infantil) para posteriormente calcular el IMC. Utilizamos un cuestionario de actividad física denominado Cuestionario de Actividad Física de Paffenbarger9. Se utilizó con objeto de recoger el tipo, la frecuencia, la duración y la intensidad de las actividades realizadas en el tiempo libre, entre otras actividades de la vida diaria. Se calculó la media, desviación estándar, y amplitud de las variables cuantitativas continuas y la distribución de frecuencias absolutas y relativas y sus intervalos de confianza al 95% para las variables categóricas del estudio y para la realización de actividad física en tiempo libre o LTPA (caminar, montar en bicicleta, nadar, bailar, hacer aeróbic, realizar excursiones a la montaña, gimnasia de mantenimiento, cuidado del jardín y otros deportes) para el total de la muestra de estudio. Se calculó también la distribución de las principales actividades en tiempo libre (andar, jardinería, natación y excursiones) en los días a la semana que se realizaban (mediana, min. y máx.) y en la duración de dichas actividades en minutos (mediana, min. y máx.), con dos puntos de corte: 30 y 60 minutos/día. Por último, para el análisis de los datos se utilizó el programa estadístico Stata (v10) y SPSS (v15).
Resultados
El rango de edad de las participantes de la muestra se distribuía entre 18 y 45 años. La edad media era de 29,81 años (DE = 5,14). La gran mayoría de las mujeres estaba casada o con pareja estable (94,2%). El 40,7% tenía estudios primarios, el 47,5% trabajaba fuera de casa. El 71,6% de las embarazadas pertenecía a la clase social III y IV y el 44,5% recibía unos ingresos mensuales en el hogar menor o igual a 1.500 euros. En la Tabla 1 aparece la distribución de algunas variables sociodemográficas de la muestra de estudio.
Tabla 1. Distribución de las principales variables sociodemográficas de las mujeres embarazadas
El 18,7% (n = 220) de las embarazadas fumaba en el primer trimestre de su embarazo. Por otra parte, alrededor de un 5,1%(n = 60) de las mujeres bebía alcohol durante su embarazo. La media del consumo de alcohol (vino tinto, otros vinos, cerveza y destilados) fue de 2,03gr. /día (DE = 2,26). Aproximadamente la mitad de la muestra, un 53,7%, era nulípara y el 79,7% no había tenido ningún aborto previo. Basándonos en el Índice de Masa Corporal (IMC), calculado para antes del embarazo, el 67,1% se encontraba dentro de los límites de la normalidad (IMC 18,5 – 25), un 22,8% tenía sobrepeso (IMC 25 – 30) y el 10,0% era obesa (IMC ≥ 30).
Tabla 1. Distribución de las principales variables sociodemográficas de las mujeres embarazadas
El 73% (n= 858) de la muestra de estudio andaba en su tiempo libre menos o igual a tres días a la semana. Tan sólo un 11,2% lo hacía todos los días de la semana. Considerando exclusivamente a las embarazadas que caminaban en su tiempo libre (n=702), la mediana de días a la semana que lo hacían fue de 3 con un mínimo de 1 y un máximo de 7 y la mediana del tiempo que lo practicaban fue de 60 minutos. El 30,3% (n = 213) andaba menos o igual a media hora cuando lo hacía. Sólo el 18,2 % utilizaba más de una hora de su tiempo libre para andar. En cuanto a la segunda actividad más practicada en frecuencia entre las mujeres del estudio, el 11,4% (n= 134) y el 8,7% (n= 102) realizaba tareas del jardín en su tiempo libre uno o dos días a la semana, respectivamente. Si sólo observamos los datos referidos a las mujeres que realizaron tareas de jardinería, la mediana de días a la semana que las practicaban fue de 2 con un mínimo de 1 y un máximo de 7. En cuanto a la segunda actividad más practicada en frecuencia entre las mujeres del estudio, el 11,4% (n= 134) y el 8,7% (n= 102) realizaba tareas del jardín en su tiempo libre uno o dos días a la semana, respectivamente. Si sólo observamos los datos referidos a las mujeres que realizaron tareas de jardinería (n= 334), la mediana de días a la semana que las practicaban fue de 2 con un mínimo de 1 y un máximo de 7 y la mediana del tiempo que empleaban fue de 30 minutos con un mínimo de 10 y un máximo de 240 minutos. La natación fue la tercera actividad más frecuente que las embarazadas realizaban durante su tiempo libre. El 4% de ellas lo hacía una vez a la semana (n= 47). Tan sólo 8 mujeres (0,7%) nadaban más de tres veces a la semana. Centrándonos sólo en aquellas que nadaban (n= 84), la mediana de días a la semana que lo hacían fue de 1 con un mínimo también de 1 y un máximo de 7 y la mediana de minutos que empleaban fue de 25 minutos. Casi la totalidad de las mujeres que nadaban durante las primeras 20 semanas de embarazo (97,6%) lo hacían menos o igual a 60 minutos. Tan sólo dos mujeres empleaban más de una hora cuando nadaban. Sólo el 6,5% de las mujeres realizaban excursiones a la montaña durante su gestación. Del total de embarazadas de la muestra que hacían excursiones a la montaña (n=76), la mediana de días que lo hacían era de 1 con un mínimo de 1 y un máximo de 3.La mediana del tiempo empleado para aquellas mujeres que realizaban excursiones a la montaña en su tiempo libre fue de 60 con un mínimo de 10 y un máximo de 360 minutos. Tan sólo un 2,6% (n= 2) utilizaban más de una hora para hacer una excursión.
DISCUSIÓN
La muestra de estudio, constituida por 1.175 embarazadas sanas, puede considerarse representativa de las mujeres sanas con embarazo simple y con residencia habitual en el área de referencia del H. U. Virgen de las Nieves, ya que, salvo los partos atendidos por hospitales privados (2%), el Hospital Materno Infantil (HMI) asiste todos los partos pertenecientes al área norte de Granada. El cuestionario de actividad física que empleamos, Cuestionario de Actividad Física de Paffenbarger, se caracteriza por ser una herramienta exhaustiva en la recogida de información sobre la intensidad, frecuencia y duración de la totalidad de las actividades de la vida diaria. Fue además adaptado a población española10 y validado en mujeres embarazadas.11 El hecho de recoger la información durante los primeros cinco meses de gestación, previamente a la realización de la ecografía correspondiente a la vigésima semana de gestación, supone una ventaja en este trabajo porque facilita que la mujer recuerde las actividades realizadas durante los primeros meses de su embarazo. En otras investigaciones, en cambio, se recogieron los datos en la última etapa del embarazo o una vez finalizado el mismo.12, 13 ,14 ,15 ,16 En cuanto al tipo de LTPA más realizada durante el embarazo, andar (59,7%), trabajar en el jardín (29,9%), nadar (7,1%) y hacer excursiones a la montaña (6,5%) coincidían con aquéllas actividades elegidas en el tiempo libre por las embarazadas incluidas en otros estudios. Así, en EE. UU., las actividades más realizadas fueron andar (42,8%), nadar (11,8%) y practicar aeróbic (11,6%) 12 coincidiendo también con otros estudios del mismo continente.17, 14 Sin embargo, en el estudio de Ning y colaboradores el trabajo en el jardín superaba a otras actividades como correr o practicar aeróbic, manteniéndose caminar y nadar en las primeras actividades desempeñadas.13 También en Brasil la primera actividad elegida por las mujeres embarazadas fue caminar, con un alto porcentaje en los primeros meses del embarazo que superaba a lo que nosotros encontramos en nuestro estudio (70% vs. 59,7%)16 En Portugal, en cambio, la primera actividad realizada en el embarazo fue la gimnasia prenatal seguida de caminar y hacer natación15 Por último, en Dinamarca la primera actividad elegida fue caminar (29%) seguida muy de cerca por el ciclismo (28%) y la natación (21%).18 La mediana de días que las embarazadas de nuestra muestra empleaban para andar fue de 3 días en semana, en cambio la mediana para las actividades como nadar o hacer excursiones fue de un día. La frecuencia media con la que otras mujeres embarazadas realizaban actividad física en su tiempo libre fue de 3 días.15 Otros autores recogieron la actividad física en tiempo libre exclusivamente para aquellas que la realizaban de 3 a 5 veces en semana.12, 14, 16 En cuanto el tiempo empleado en las sesiones de dichas actividades, la mediana para andar y hacer excursiones a la montaña fue de 60 minutos y para nadar de 25 minutos. Distintos autores han estudiado la duración media del ejercicio físico realizado durante el embarazo y no la duración media por distintos tipos de actividad.18, 13, 19 Otros autores, sin embargo, han contemplado la duración media por sesión considerando todas las actividades realizadas en el tiempo libre pero no cada una de ellas de forma independiente.14, 15 En conclusión, el tipo de actividad física realizada en tiempo libre por las embarazadas sanas fue caminar, seguido de actividades de jardinería y de natación. La actividad que más días se practicaba a la semana y con mayor duración fue caminar. Sin embargo, la frecuencia de embarazadas sanas que realizaban cualquier tipo de actividad física en su tiempo libre se situaba por debajo de la frecuencia y duración recomendada. Estos hallazgos nos llaman la atención y sugieren la necesidad de intervenir en este colectivo, que se beneficiaría en su salud con programas de educación física.
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Agradecimientos
A las embarazadas y al personal sanitario del Hospital Materno Infantil de Granada, por su disponibilidad y atención. Este trabajo ha sido financiado gracias al proyecto FIS PI 03/1207 del Ministerio de Sanidad y Consumo y al Proyecto de Excelencia de la Junta de Andalucía en su convocatoria 2005: CTS 942.