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28 Feb 2012

Actitud percibida en jóvenes deportistas lesionados

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Conocer la actitud percibida en el caso de los jugadores lesionados y, con ello, facilitar la labor del entrenador junto con el equipo técnico para la readaptación del sujeto hacia la competición.

Autor(es): José L. Espinosa Pulido*; Adrián Feria Madueño
Entidades(es): Universidad Pablo de Olavide; Universidad Internacional de Andalucía
Congreso: XIII Congreso Andaluz de Psicología de la Actividad Física y el Deporte
Sevilla España, 17-19 de Noviembre de 2011
ISBN:978-84-939424-1-0
Palabras claves: lesión, jóvenes futbolistas, actitud.

Actitud percibida en jóvenes deportistas lesionados

Resumen

Objetivos. Conocer la actitud percibida en el caso de los jugadores lesionados y, con ello, facilitar la labor del entrenador junto con el equipo técnico para la readaptación del sujeto hacia la competición. Métodos. Se dispone de una muestra compuesta por 12 jugadores de fútbol de las categorías inferiores del Sevilla Fútbol Club, con un rango diferente de edad (15,5± 5,412años). Llevaremos a cabo una observación directa, en un primer momento, y en segundo momento, nos valdremos de un cuestionario; compuestos ambos instrumentos por un grueso de indicadores obtenidos a partir de una tabla de especificaciones de elaboración propia. Resultados. Con la observación pudimos ver que el 60% de los sujetos no presentaban actos malhumorados con sus familiares, sólo el 16,7% siguen estrictamente las prescripciones médicas y en torno al 91% de la muestra acudía a los entrenamientos. En relación a los datos obtenidos con el cuestionario, aludir a que el 80% de los sujetos no seguían fielmente las pautas médicas, el 90% del colectivo no muestra descontento con entrenadores, directivos y propios compañeros y que el 80 % acudía a los entrenos. Conclusiones. Los sujetos estudiados tienden a relajarse y a no esforzarse al máximo en los ejercicios de recuperación, a pesar de su manifestado deseo de incorporarse cuanto antes al grupo. Nuestros jugadores presentan actitudes de malhumor dentro de su contexto familiar y en relación a los médicos que guían su recuperación funcional. Asimismo, desarrollan actitudes que demuestran un alto grado de compromiso con la dinámica del equipo.

El claro aumento de las lesiones en deportistas, ha llevado a un creciente interés de diferentes disciplinas por el estudio de las variables o condiciones que pueden estar influyendo en esta realidad. No hablamos sólo de la histórica medicina del deporte, encontramos otras muchas áreas que han aumentado su proyección científica al respecto, entre la que encontramos a la psicología. Muchos autores intentan buscar las singulares relaciones existentes entre las diferentes variables psicológicas o psicosociales y las lesiones deportivas.

Vemos como estudios realizados por diferentes autores (e.g. Hanson, McCullagh y Tonymon, 1992; Heil, 1993; Pargman, 1993; Palmi, Peirau, Sanuy y Biosca, 1994) coinciden en distribuir los factores condicionantes de las lesiones en dos categorías: 1) factores externos y 2) factores internos. En la primera categoría podemos incluir el rango de variables relacionadas con el material o instalaciones deportivas que intervengan en el trabajo de campo del atleta, así como, las variables concernientes a la conducta de los demás deportistas. De modo similar, en la segunda categoría, los factores condicionantes, entre otros, serán la edad, el deterioro del cuerpo, la historia pasada de lesiones, etc.

Asimismo, habría que añadir, a esta lista, diversas variables psicológicas que bien directa, o indirectamente a través de su relación con los factores anteriormente mencionados, pueden incrementar la vulnerabilidad de los deportistas a las lesiones.

La mayoría de los estudios, dentro de la rama psicológica, se han dirigido a establecer la relación directa entre estrés (somático y psíquico) y lesión. Tal y como muestran la revisiones de Davis (1991), de Williams y Roepke (1993) y de Junge (2000), y más concretamente, en la relación entre sucesos vitales estresantes (Holmes & Rahe, 1967) y lesiones deportivas; en este sentido la revisión de Díaz (2001) permite observar un total de dieciséis estudios empíricos que abordan esta temática, aunque, de acuerdo con Díaz, Buceta y Bueno (2004), los resultados encontrados, si bien muestran una tendencia general a mostrar que los deportistas más expuestos a situaciones de estrés tienen mayor probabilidad de lesionarse, se pueden observar importantes inconsistencias metodológicas.

Si bien se han realizado un amplio número de trabajos científicos donde se relacionan estrés y lesiones deportivas, no ocurre lo mismo con la motivación, constructo muy relevante en el ámbito deportivo y donde juega un papel muy influyente. En el panorama científico la existencia de datos claros en torno a la relación de motivación y lesiones no es clara, si bien autores como Buceta (1996) promueven que tanto un exceso de motivación, como un nivel bajo de la misma puede incurrir en la predisposición del deportista a un mayor nivel de vulnerabilidad lesiva.

Los estudios específicos en deportistas jóvenes son muy escasos (Kontos, 2000; Thompson & Morris, 1994; Smith, Smoll & Ptacek, 1990; Van Mechelen et al., 1996), aunque teniendo en cuenta la propuesta del modelo de Andersen y Williams (1988) y su posterior revisión (Williams & Andersen, 1998), se puede considerar que el mecanismo es similar al que subyace en deportistas adultos o profesionales. Es más, la categoría de competición puede tener una influencia directa sobre el riesgo de sufrir lesión, ya que, tal y como señalan algunas investigaciones (Hawkins & Fuller, 1999; Maehlum, Dahl & Daljord, 1986; lmedilla, Andreu, Ortín & Blas, en revisión), a mayor categoría competitiva se aprecia un aumento considerable del número de lesiones de los futbolistas.

Ahora bien, como consecuencia de la investigación, podríamos facilitar la labor del entrenador hacia la readaptación del futbolista en caso de que la incorporación del mismo a la competición no sea fácil, ofreciéndole las características que determinan la actitud percibida en un jugador en periodo lesivo sin posibilidad de competición. Para entender la conducta del deportista ante una lesión, primero debemos comprender sus patrones, y las formas en que organiza o construye su mundo propio.

Por lo general, la interpretación que realiza sobre su lesión, es más importante que la lesión en sí misma. De esta forma, es fácil entender como diferentes deportistas ante una misma lesión actúan de forma distinta. En la parte donde puede incidir con más grado el entrenador, junto con el preparador físico, es en el de establecer los objetivos deportivos del deportista en el proceso de rehabilitación, buscando mejorar así, cualquiera de sus aspectos físico,técnico o táctico. Así, una vez establecidos los objetivos deportivos dando participación al deportista en su elección, es importante que el entrenador ayude al deportista a conseguirlos y se preocupe por su progreso. Para que estos objetivos deportivos motiven al deportista lesionado, es necesario que éste los perciba como algo alcanzable y que le ayudará a mejorar como jugador cuando, superada la lesión, vuelva a su actividad normal.

El objetivo de nuestra investigación será conocer la actitud percibida en el caso de los jugadores lesionados y, como consecuencia de ello, facilitar la labor del entrenador junto con el equipo técnico para la readaptación deportiva del sujeto hacia la competición.

Método

En nuestro trabajo de investigación, llevaremos a cabo una observación directa, en un primer momento, y en segundo momento, nos valdremos de un cuestionario; compuestos ambos instrumentos por un grueso de indicadores obtenidos a partir de una tabla de especificaciones de elaboración propia.

Con la observación directa diferenciaremos en varías categorías, en concreto tres, que diferenciarán entre el ámbito personal y familiar, el ámbito de relación con sus compañeros, técnicos y directivos, y finalmente, el ámbito referido a la rehabilitación y al tratamiento terapéutico seguido por el sujeto a lo largo de la lesión.

Se dispone de un ítem donde introduciremos el nombre completo del jugador y la posición de juego específica que desarrolla regularmente nuestro sujeto. Asimismo, destacaremos en otro ítem particular la edad del jugador, así, como su sexo.

En una segunda fase, se pasará a los sujetos de nuestra muestra un cuestionario. Este instrumento estará compuesto de un conjunto de ítems obtenidos de una tabla de especificaciones de elaboración propia, donde llegamos a obtener 14ítems concretamente. Dichos ítems son de obtención propia y se distribuyen en varías categorías, en concreto tres, que diferenciarán entre el ámbito personal y familiar, el ámbito de relación con sus compañeros, técnicos y directivos, y finalmente, el ámbito referido a la rehabilitación y al tratamiento terapéutico seguido por el sujeto a lo largo de la lesión. Se disponen, a su vez, tres ítems de identificación (hobby favorito, color favorito y estilo de música favorito) para reconocer a la hora del análisis al sujeto. Con ello no se insiste en la autoría del cuestionario y no se coarta la respuesta del mismo.

Del mismo modo, se le presenta a cada jugador antes de un entreno ordinario de la semana, siempre bajo supervisión y permiso del entrenador. Nos ponemos en contacto con él días antes para que sea consciente del tiempo de retraso que su jugador puede presentar respecto al entreno. Se le presenta el cuestionario al jugador que pasará a responder dentro del despacho de metodología del club, dispuesto en las inmediaciones de la ciudad deportiva José Ramón Cisneros Palacios.

Completa la información

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº20.

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Resultados

En primer lugar, informaremos de los resultados obtenidos en la observación directa. En el ámbito personal, los jugadores, al poco tiempo de sentir mejorías de sus respectivas lesiones, comienzan a insistir en las posibilidades que tienen para volver a competir cuánto antes (75%), puesto que se sienten bastante frustrados al no poder realizarlo (75%). Además, los jugadores no se sienten cómodos entrenando en el gimnasio o guardando reposo (66,6%) aunque no por ello prefieran entrenar más horas al día (33,3%) o más veces a la semana (41,7%). Es en el mismo ámbito, pero en los aspectos más relacionados con la familia, donde parecen desvincularse o aislarse algo más de la lesión, ya que no presentan una actitud negativa frente a los componentes de la misma (58,3%), ni les cueste más trabajo psíquico llevar a cabo las acciones que venían realizando en su vida diaria (58,3%); de esta misma forma, estos jugadores, durante el período de tiempo de lesión, no ven alterados sus hábitos alimenticios, al no dejar de realizar las comidas oportunas o ni disminuir la cantidad de las mismas (75%).

Pasando al ámbito donde se intenta evaluar la actitud de los jugadores lesionados con sus propios compañeros o con el club al que pertenecen, mencionar que siguen sintiéndose parte fundamental de la plantilla e integrándose dentro de la misma (66,6%), aunque esto no significa que pidan apoyo o información a otros jugadores lesionados del plantel, pues como bien se ha podido observar, mantienen poca relación con sus homólogos (58,3%) En lo que respecta a la asistencia a los que serían sus compromisos en la situación de que no estuvieran lesionados, resaltar que tanto a los entrenamientos (91,6%) como a los partidos oficiales del equipo al que corresponden (83,3%) suelen acudir con frecuencia.

En último lugar dentro de este ámbito, los jugadores que se encuentran en dicha situación respetan tanto a sus compañeros (75%) como a sus superiores (66,6%) y no vuelcan sobre ellos la ira procedente de su imposibilidad por competir.

Para terminar analizaremos los resultados que derivan de la observación del ámbito referente al trabajo terapéutico y de recuperación, donde los lesionados que han sido observados con total detenimiento respetan las decisiones tomadas por los médicos acerca de su lesión (75%) y realizan sin ningún problema los ejercicios que les propongan desarrollar (75%). Sin embargo, y a pesar de lo analizado en las dos últimas observaciones, son muy pocos los que siguen estrictamente las prescripciones médicas (16,7%), realizan con el máximo esfuerzo los ejercicios de recuperación (25%) o los que asumen con normalidad el hecho de realizar ejercicios más básicos cuando, desde su punto de vista, pueden realizar acciones más complejas (33,3%).

Podemos informar de los siguientes resultados obtenidos con la utilización del cuestionario. Los jugadores tienen enormes deseos de volver a competir, demostrándolo de forma rotunda con sus respuestas (90%). De la misma forma, estos jugadores muestran actitudes malhumoradas (70%) cuando se encuentran lesionados, debido a su imposibilidad por competir, garantizando que no realizan las mismas actividades que en momentos anteriores a la lesión (80%). A pesar de lo comentado, los jugadores no observan trastornos alimenticios a lo largo de las diferentes comidas que realizan al día, siguiendo con el mismo régimen y apetito que en etapas anteriores (90%).

En lo que respecta a la asistencia, los jugadores continúan yendo a los entrenamientos (80%) y partidos (100%) con la misma asiduidad. Cuando se trata de la relación con los superiores, los jugadores informan de forma habitual a los entrenadores sobre sus progresos en la lesión y de las etapas de recuperación que van superando, aunque aquí las respuestas son algo más divididas, afirmando la conducta un 60% de los encuestados. Siguiendo en el mismo ámbito, los jugadores no muestran descontento ni enfado hacia entrenadores y directivos (90%) ni con sus propios compañeros (90%); aunque sí con los ejercicios que deben llevar a cabo para su mejora (80%) y con las diferentes prescripciones médicas (80%), de la misma forma que afirman no seguir estrictamente los consejos y decisiones que les encomiendan los servicios médicos del club (80%).

Para terminar debemos hacer hincapié en que, los propios jugadores, confirman no esforzarse al máximo en los ejercicios de recuperación (70%) así como la ausencia de propuestas propias para la realización de ejercicios complementarios con el objetivo de mejorar su lesión en el menor tiempo posible (90%).

Discusión

En cuanto al tamaño de la muestra decir que es escasa. Nos encontramos con dos problemas a la hora de acceder a nuestra muestra: 1º) el final de temporada nos ha condicionado mucho a la hora de acceder a nuestros jugadores seleccionados y 2º) la recuperación de varios de ellos ha hecho que nuestra muestra fuese más pequeña aún.

En relación a nuestro cuestionario, podemos comentar que la dicotomía de nuestras repuestas ha supuesto pérdida de información para nuestro estudio. La manera de solucionarlo hubiera sido introducir una escala Likert para cada uno de nuestros ítems.

Otra dificultad encontrada ha sido los pocos trabajos sobre actitud del deportista lesionado dentro de la literatura de investigación, lo que nos ha llevado a tener que contar con ítems de elaboración propia. De este modo, no hemos podido contar con un amplio marco teórico donde apoyarnos.

Conclusiones

1. Los jugadores que se encuentran lesionados y en fase de recuperación tienden a relajarse y mostrar poco esfuerzo hacia las tareas encomendadas por los médicos o preparadores físicos.

2. Los jugadores lesionados siguen teniendo un gran compromiso hacia su equipo.

3. Adopción de actitudes de malhumor debido a la frustración causada por la imposibilidad de poder competir. Sin embargo, esta mala actitud por parte de los jugadores, llega sobre todo en el ámbito personal, sin tener noticias de dicha actitud con sus compañeros, entrenadores y directivos

Bibliografía

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