Análisis de la implantación de una escuela de atletismo de rendimiento basada en la detección de talentos en la Galicia rural
Cuando surgió la oportunidad de participar en este Congreso y hacerles partícipe de un proyecto iniciado en la década de los años 90 en una región como la gallega, en un ámbito rural, con un nivel de práctica deportiva baja, y sin antecedentes en la práctica atlética, analizamos como transmitirles a ustedes de que forma abordamos esta tarea y las dificultades iniciales que nos encontramos al iniciar el proyecto. En primer lugar, la creación de esta Escuela desde sus orígenes, estuvo basada en un planteamiento diferente a lo que se venía realizando en Galicia hasta el momento. Una visión distinta y con el prisma de ser creada desde la perspectiva de las personas que estaban al frente y que provenían de años de práctica en la alta competición, es decir una dedicación plena al proyecto, con el apoyo total e incondicional del Concello de Ribeira y con una carencia de instalaciones atléticas para ser llevada a cabo, aunque con un campo de fútbol y una recta de 100 metros de material sintético de la década de los años 70. Como fuimos capaces de reclutar e ilusionar a cientos de niños-as de la década de los 90, en un intervalo de edad de 11-16 años, con un desconocimiento total del atletismo, y que pautas hemos seguido son algunos de los aspectos que merecen la pena compartir con Vds. Aportarles como se han desarrollado los entrenamientos de niños en edad escolar, testados previamente en sus colegios con la supervisión de los profesores de Educación Física, siendo estos entrenamientos realizados bajo la configuración de una Escuela Deportiva Municipal y que desde sus comienzos se postuló en sentar unas bases de que la planificación era individualizada para todos sus integrantes, fundamentalmente porque pensamos que para crear unas bases sólidas de introducción al atletismo o una estructuración multideportiva de todas las especialidades atléticas básicas, como las carreras de velocidad, salto de longitud, vallas, medio fondo y lanzamientos de peso y jabalina debe hacerse de esta forma desde el comienzo.
Todos nos cuestionamos en muchas ocasiones lo que es y no conveniente para la salud física y psíquica de nuestros deportistas en edades tempranas de iniciación al deporte. En nuestra opinión muchos de los errores que se cometen son por no planificar convenientemente el trabajo del talento o futuro talento. Dejamos un porcentaje muy alto, a la improvisación, en dar la espalda a todo el contenido fisiológico que comporta el trabajar en el deporte con deportistas que están en una etapa importante de su desarrollo, pero también en una etapa crucial para determinados aprendizajes, y que de no ser realizados en el momento preciso, nuestras aspiraciones habrían fracasado. El éxito que nos acompañó desde el principio se fundamentaba en el entrenamiento, pero también en un esfuerzo estructurado donde se buscaba un incremento de las capacidades y el correcto desarrollo de determinadas destrezas atléticas, lo que podría denominarse cantidad de calidad. Podría parecer contradictorio que se preconice el rendimiento deportivo en futuros atletas en edades tempranas de 12, 13 hasta 15 años. En los programas utilizados el objetivo fundamental es dominar los modelos deportivos a nivel básico, técnicamente bien realizados, y que son en síntesis el entrenamiento que les prepara para el rendimiento futuro. Al nivel que ellos mismos se trabajen en cada hora, día, semana o mes que dedican a su preparación. Este pleno convencimiento, unido a un rigor y seriedad en el trabajo realizado, hizo posible que lo que sus comienzos fuera una ilusión o utopía, en poco tiempo la Escuela, y su posterior conversión en Club de Atletismo, fuera un punto de referencia importante en el atletismo de la Comunidad Gallega. La creación de esta Escuela nos permite expresar ahora de que es posible crear, potenciar y consolidar un trabajo serio de captación de niños y niñas en una zona sin antecedentes deportivos definidos, con unas aptitudes físicas y psicológicas adecuadas para la práctica atlética (talentos potenciales), en cualquier lugar, con escasos medios, pero con una buena planificación del trabajo a realizar. Pretendimos que los futuros atletas que integran la Escuela, tuvieran unos modelos de entrenamiento con un máximo rendimiento siempre acordes con sus condiciones físicas en ese momento y con su edad. Al principio y durante 12 meses, desde el inicio del trabajo con ellos, nuestra pauta pudiera considerarse como un desarrollo de unas específicas clases de Educación Física de Base, fundamentalmente por el nivel tan precario con el que accedían a los entrenamientos, ya que las clases de educación física que realizaban en sus centros no significaba base alguna para una correcta práctica de un deporte federado. En este primer año, ninguno de los-as atletas que comenzaron en la Escuela, no participó en ningún evento atlético, ni comarcal, ni regional, aunque las mejoras fueran tan evidentes que los test realizados a los 3 y 6 meses auguraban en algunos casos unas actuaciones futuras de nivel.
Cuando mencionamos máximo rendimiento, no definimos el mismo como más tiempo de entrenamiento y una mayor intensidad, sino que en la individualización del entrenamiento se han tenido en cuenta las conductas de cada niño, sus respuestas al entrenamiento realizado, su adaptación al esfuerzo, estas son ventajas ineludibles de una personalización de la preparación, pero también representaba un esfuerzo y una dedicación que nos podíamos permitir por nuestra exclusividad al Concello. A partir del primer mes de innovación atlética, una parte de nuestra dedicación se centraba en reclutar a posibles talentos y el otro 50% en la dedicación plena en la jornada de tarde al entrenamiento diario. Por las inclemencias meteorológicas adversas del primer año, éstas supusieron una prueba añadida para percibir el grado de implicación de los deportistas con la actividad que desarrollaban. Uno de los mejores entrenadores del mundo en la especialidad de vallas, el ruso Yuri Anisimov, exponía en una conferencia: “es necesario que los niños realicen los aprendizajes correctamente desde el comienzo. Si les enseñamos mal por desconocimiento, luego tendremos doble trabajo. Tendremos que corregir lo que han aprendido deficientemente, por ello, enseñemos bien desde el principio.” Esta premisa de Anisimov, nos acompañó durante una década de trabajo donde intentamos:
– Transmitir los aspectos técnicos globales correctos, en las disciplinas de vallas (50, 60,100, 110, 300, 330, y 400), carreras (50, 100,150,200,300,400, 600), salto de longitud y lanzamiento de peso y jabalina. En las distintas categorías y con los medios técnicos disponibles.
-Asimilación de los conceptos técnicos en relación con la competición y simulación en entrenamiento de las variables que pudieran darse en la misma.
– Previamente a todo lo anteriormente expuesto, se realizó una selección intensiva de todos los niños-as de los colegios del Concello, incluso aquellos alejados en zonas del rural.
– Fueran considerados talentos en base a los test, o con menos condiciones de las previstas en principio, ningún niño-a testado fue excluido, y todo inician sus entrenamientos en las primeras seis semanas, durante 3 días, 2 horas. Un total de 150 candidatos a atletas.
Se consideró desde el principio, que realizar una detección de talentos, única y exclusivamente en base a las competiciones interescolares para seleccionar a los más capacitados puede ser, en principio, interesante, pero poco eficaz para un proyecto como el que se desarrollo en el Concello de Ribeira. La experiencia realizada en otros países definía que para crear una estructura con garantías de éxito hace necesario implicar a todos y cada uno de los agentes sociales, y ello hace necesario la intervención activa de los profesores de educación física de los colegios e institutos de secundaria, un compromiso de profesores, padres y dirigentes, sin ello, se podrá identificar al talento, pero este, por la falta de apoyo, no va a tener continuidad. Esta es la causa por la cual durante décadas se desarrollan programas en deportes de más impacto social y por desgracia no hay un solo niño que consolide su éxito en el momento de rendir en la competición. En la segunda etapa, la propia selección natural define a los más aptos y entusiastas, y durante 9 semanas la práctica atlética se hace regular en 5 días a la semana, incluidos sábados y domingos, sin tener en cuenta la festividad o la especial naturaleza de fechas como Navidad o Año Nuevo. La implicación de los atletas es máxima, las mejoras son continuas y el ambiente de trabajo es de gran complicidad entre todos e incluso se realizan competiciones en el propio lugar de entrenamiento.
Destacamos que en ningún momento, y por el carácter social del experimento ningún deportista que desea integrarse en el grupo es descartado aunque sus condiciones deportivas no estén acordes con los objetivos. Sencillamente entrenan de forma diferente, incluso con distinto horario y con diferentes planteamientos metodológicos. El trabajo con alguno de ellos fue eminentemente lúdico, pero con la exigencia propia de la estructura técnica que se había planteado. Su objetivo era la mejora por si misma. Con el grupo principal de entrenamiento, constituido por 40-50 niños-as, el objetivo era preparar la primera experiencia competitiva. Con cada uno de ellos se individualizan los entrenamientos y se plantea un trabajo en función de sus condiciones y grupos de edad. Desde el primer momento, nos hemos referido a la importancia de las primeras competiciones. Hemos considerado, y la experiencia así nos lo confirma, que la incursión en una competición federada aunque sea esta de nivel escolar de un niño que no esté preparado puede ser negativa. Un gran porcentaje de abandonos en este y otros deportes, están producidos por la dificultad de salir airoso de una experiencia, que podía evitarse si no hubiera tanta prisa por la obtención de resultados y por la presión externa añadida a la dificultad que puede aportar la competición en condiciones desfavorables. Por ello, es motivo de satisfacción que los deportistas nuestros no hubieran competido hasta tener una mínima base en los aprendizajes atléticos, aunque ello supusiera que hasta que no finaliza esta fase previa no tuviéramos datos fidedignos de cómo sería el enfrentamiento directo con otros rivales y las posibilidades reales de éxito en el proyecto iniciado.
El entrenamiento deportivo ha constituido, desde siempre, en el ámbito del deporte el medio tradicional empleado para mejorar la preparación y así poder obtener unos mejores resultados en la competición. En un principio una ejercitación física perseverante vinculada a la disciplina deportiva en cuestión podía hacer competitivos a los deportistas, esta filosofía debía de acompañarnos aunque los atletas fueran tan jóvenes. La selección y preparación de los deportistas es un proceso continuo, por ello no se descarta a nadie en primera instancia. Nos hemos llevado alguna grata sorpresa de la capacidad de asimilación de aprendizajes en niños que en un corto espacio de tiempo han demostrado una mejora ostensible, ello nos reafirma en la teoría de que hay que valorar el ritmo de mejora y la edad biológica en todo momento. Para ello es necesario un seguimiento individualizado y constante de cada atleta. Las predicciones de la primera selección que realizamos fueron orientativas, pero no fiables en un porcentaje alto, y en algunos casos se hizo necesario repetir los test realizados por el nerviosismo de los participantes ante lo novedoso de la tarea que estábamos realizando. A los 6 meses repetimos los test para incluir a los desarrollo tardío. Para incluir a los que se denomina Grupo Nivel I, se tiene en cuenta el rendimiento en el entrenamiento, su ritmo de mejora, su dedicación en el proyecto, su grado de implicación y los diferentes test de capacidad física general y técnica. A partir de este momento, se crea un club federado con el objetivo de competir en pruebas federadas, se realizan test médicos con el apoyo del Inef de Galicia y se continúan por grupos de disciplinas, individualizando las tareas a realizar. Al implicar desde el primer momento a los responsables de educación física de los colegios se logra que incluyan en su planificación de las clases objetivos de tareas concretas con nuestros atletas, con ello contamos con un aporte añadido que representa el correcto trabajo técnico de carrera, mejorar el nivel de coordinación y la procura de un mayor nivel de velocidad reacción.
Si en el aula no se desarrollan las destrezas motrices básicas los jóvenes talentos nunca podrán ser detectados. Si en la teoría, todos estamos de acuerdo en que la mejor manera de identificar un talento es en la edad escolar, dentro del propio sistema escolar, con el apoyo de los profesores la tarea se facilita enormemente. El reto es implicar a un profesor de educación física desmotivado por el sistema, algo que nosotros tuvimos de forma eficaz en la primera etapa de nuestro experimento. Lo ideal sería tener una serie de técnicos y entrenadores conocedores del desarrollo de niños y jóvenes deportistas, personal cualificado y motivado con interés en reconocer y desarrollar el talento en el atletismo. Uno de los errores que más frecuentemente se comete en la individualización del talento es el de considerar como parámetro fundamental y prioritario el resultado en competición. No se tiene en cuenta la evolución física y psicológica del joven atleta que en una competición escolar queda en posiciones retrasadas, y que muchas veces se olvida que sólo se encuentra un verdadero talento entre 50.000 niños. Podemos encontrar virtuosos del deporte, pero el talento, será en poco tiempo, difícil de detectar porque zonas como el rural cada vez están más contaminado por la vida fácil imperante en las poblaciones urbanas. La competición nunca debe representar el objetivo de la preparación que se realiza en las etapas iniciales, sino que es un medio importante de preparación y de control del proceso del entrenamiento, y donde se nos permite cuantificar el grado del talento. Los test que en el proyecto que se inició en Ribeira y que consideramos fundamentales para el atletismo, fueron: 30 metros de parado, 40 metros, 600 metros en chicas, 1000 metros en chicos, salto pies juntos, multilanzamientos con balón medicinal y detente vertical.
En algunos casos se planteó la posibilidad de realizar otro test como los 30 metros lanzados o pentasalto, se descartó ya que incrementaría el tiempo de realización de los mismos en una población numerosa a testar. En el primer año, se repitieron algunos test, en tres ocasiones, para calibrar los progresos, analizar resultados iniciales y finales y la intensidad en porcentaje del desarrollo evolutivo de los atletas. Consideramos talento cuando un chico-a tiene una nivel inicial alto y un ritmo de desarrollo o mejora alto. En la mayoría de los casos hemos encontrado un nivel inicial alto y un ritmo de desarrollo medio y un nivel inicial medio con un ritmo de desarrollo alto. El éxito deportivo ha llegado a ser en la actualidad tremendamente difícil, por ello la preparación que hoy día necesita un deportista para ser competitivo a alto nivel, se ha ido haciendo tremendamente compleja y sofisticada. El entrenamiento deportivo enfocado a la consecución del rendimiento mayor posible es una actividad de búsqueda continua de los límites físicos a los que puede llegar el ser humano, en el contexto de la competición deportiva. Dicho proceso de búsqueda ha estado tradicionalmente basado en un empirismo demasiado mediatizado por la casualidad y el azar, así como sometido a una excesiva lentitud consecuencia de un largo proceso de ensayo y error. Muchas veces las soluciones y los procedimientos empleados han sido adoptados en una coyuntura determinada por imitación del sistema del campeón de ese momento. Esta forma de abordar la problemática del entrenamiento tiene serios inconvenientes, y puede dar lugar a graves errores.
En primer lugar, las características del campeón pueden ser muy diferentes a las de nuestros deportistas y por lo tanto de dudosa aplicación práctica, y en segundo lugar porque el campeón a veces lo ha sido gracias a su gran talento y a pesar de lo que ha hecho y no precisamente por ello. Un gran entrenador italiano, Eddy Ottoz, propone que “es más fácil asimilar esquemas motores nuevos que reprogramar o modificar esquemas ya grabados” y hace suyas las palabras McFarlane exponiendo que “la repetición de los errores lleva a a la perfección de los mismos”. Como principios fundamentales del entrenamiento que deben regir las pautas de desarrollo especialmente en el caso de talentos deportivos confirmados se propone que el rendimiento de los deportistas es mayor utilizando medios erróneos en los que uno cree que medios acertados en los que no se confía. Sin embargo, el rendimiento es mayor si se cree en los medios acertados y que el conocimiento de las pautas correctas del entrenamiento nos ayuda a distinguir cuales son los medios correctos y cuales los erróneos. Esto lleva consigo un principio de autocrítica, es decir, de revisión y cuestionamiento constante de los procesos realizados y de su repercusión e incidencia en los resultados obtenidos. Esto quiere decir que la experiencia y la intuición siguen constituyendo aspectos valiosísimos, pero dentro de un contexto metodológico riguroso. La duda sistemática, es algo que tiene que ser consustancial con la forma general de plantearse el entrenamiento deportivo, ya que siempre debemos pensar que las cosas se pueden hacer mejor de lo que las estamos haciendo y mejor que los demás. El entrenamiento tiene como referencia inexorable, la realidad del rendimiento en el momento crucial que se materializa en los resultados deportivos en competición. Esto es sin duda la fuente de información más importante para la regulación y el control del entrenamiento. En la realización de los programas de trabajo en la experiencia que estamos evaluando, se siguieron unas premisas fundamentales:
– De la preparación general a la preparación especial,
– De muchos medios de trabajo a menos medios y específicos.
– De mucho volumen a menos.
– De poca recuperación a mucha recuperación en la actividad.
– De trabajo a baja intensidad a alta intensidad.
– De ejercicios analíticos a técnicas más sintéticas.
– De trabajos de baja correlación a trabajos de alta correlación.
– De tareas con bajo nivel de estrés a altas pautas de estrés.
– De una búsqueda de adaptación a evitar la adaptación.
Para que las pautas anteriormente citadas tuvieran una incidencia positiva en el desarrollo de la actividad se considero fundamental tener en cuenta el entorno del deportista, su entorno, el entrenamiento, la regeneración, la recuperación, el descanso y todo aquello que se consideró podía tener una especial incidencia en el entrenamiento y su posterior rendimiento deportivo, considerando al deportista en su entorno vital y su dimensión humana, por ello la afectividad, el cuidado, la autoestima y una continua motivación fueron unos aspectos que consideramos tuvieron una importancia vital en el desarrollo del proyecto. El reconocimiento social del entorno fue de alguna forma un aspecto crucial en la implantación y consolidación de la Escuela, era importante que en una zona rural los deportistas tuvieran como objetivo formar parte del selecto grupo de posibles olímpicos. Todo deportista orientado al rendimiento siente que está cumpliendo una función social relacionada con el prestigio y la imagen del país que representan. Por otra parte, dichos deportistas tienen conciencia de pertenecer a una elite y, por tanto, de ser capaces de hacer cosas que muy pocos pueden realizar, y este aspecto se tuvo muy en cuenta en los años de implantación de la actividad.
El reconocimiento social, la popularidad, es algo importante para ellos, por lo que sus relaciones con la comunidad en la que viven y con los medios de comunicación deben de estar muy cuidadas. Uno de los aspectos importantes que no podíamos obviar es el consabido dilema de compatibilizar entrenamientos y estudios. Afortunadamente los atletas no utilizaban gran cantidad de tiempo en sus desplazamientos y muchas de las zonas de entrenamiento eran próximas a sus centros de estudio. Es lógico que en estas edades se conceda prioridad casi exclusiva a la formación, a los estudios, y en algunos casos, el deporte se convierte en una actividad divertida y socializadora en su tiempo libre, pero sin embargo para otros era la posibilidad de acceder a una élite reconocida y que en bastantes casos estaba a su alcance. Una vez consolidada la actividad académica muchos de los atletas se planteaban un futuro académico a más largo plazo e incluso en unos centros de alto rendimiento donde la prioridad fundamental fuese el entrenamiento y la competición de nivel. En definitiva buscar una formación planificada pero de forma diametralmente opuesta a un estudiante en condiciones normales, ser capaz de ajustar su futuro a unos plazos más largos. Con la edad, la evolución de la motivación de los jóvenes varía y los elementos que condicionan esa motivación son diferentes, disminuye la necesidad de utilizar la agresividad en el deporte y el interés de hacer un deporte en general para aumentar la visión por el futuro y por tener una profesión así como el interés por otras actividades y por las relaciones sexuales.
Todo ello se manifestaba en el día a día de la evolución de la Escuela y los propios técnicos solventaban las diferentes situaciones que surgían. Con ello podemos manifestar que el entrenador es una pieza fundamental y el máximo responsable de lograr que el deportista llegue a su máximo objetivo y de orientar en las decisiones fundamentales en la vida deportiva del mismo. De una década, puede destacarse los logros de más de 200 atletas compitiendo al más alto nivel regional, nacional e internacional. Dos atletas becados en Centros de Alto Rendimiento, batiendo las mejores marcas nacionales de su especialidad, y compitiendo con los mejores especialistas europeos y mundiales de su categoría. Lograr que atletas de categoría infantil (10-11 años) pudieran llegar a competir en competiciones que mucha gente consideraba una utopía. Percibir la evolución de las personas como deportistas y como extraordinarios seres humanos que han sido y son capaces de proyectar su experiencia de tantos años a otras generaciones y a sus propios descendientes. Ser capaces de crear vínculos con el deporte y lo que representa para el resto de su vida y sobre todo, lograr que el binomio (deporte de rendimiento-futuro personal) se haga cada día más compatible viendo a ingenieros, médicos, profesionales de la educación física, enfermeras, madres y padres de familia en continuo agradecimiento por lo que el deporte les ha dado y lo que la experiencia de una década les proporcionará para el resto de sus días.