Aprendizaje Incidental vs. Intencional. Estado de la cuestión y propuesta de intervención
Aprendizaje Incidental vs. Intencional. Estado de la cuestión y propuesta de intervención
Resumen
El objetivo de este estudio es la realización de una revisión bibliográfica del estado actual del aprendizaje incidental en los deportes de invasión. En algunos aprendizajes el jugador es consciente del curso de pensamiento que le ha llevado a decidir de una manera u otra. En otros, las decisiones parecen basarse en la intuición, pues el jugador no es capaz de explicar tales razones. Son reacciones motoras rápidas tomadas en situación de presión, donde el jugador no tiene tiempo para reflexionar (Kibele, 2006). Se propone el diseño de entornos de aprendizaje en situaciones de estrés o límite de tiempo, donde el jugador esté sometido a reacciones intuitivas o rápidas. Las investigaciones realizadas muestran que el aprendizaje incidental aventaja al intencional en algunas características (Poolton y Zachry, 2007), o simplemente que los movimientos se pueden aprender de forma implícita. Como afirman Raab y Johnson (2008), la toma de decisiones intuitivas puede ser, al menos, tan exitosa como la estrategia más deliberada. Las futuras líneas de investigación deberían ir encaminadas hacia el diseño de entornos de aprendizaje que fomenten la adquisición de aprendizaje incidental en situaciones de toma de decisiones complejas, en un intento de superar el rendimiento y los trastornos asociados con el doble proceso de toma de decisión y control motor (Poolton, Masters y Maxwell, 2006).
Introducción
Existen numerosos estudios en los que se ha analizado la capacidad de tomar decisiones de los jugadores como uno de los factores más importantes en la eficacia de las acciones del juego en los deportes de invasión (Turner y Martineck, 1992). Es a finales de los años 80 cuando adquiere fuerza una línea de investigación que distingue entre dos tipos de aprendizaje: explícito o consciente e implícito o inconsciente (Berry y Broadbent, 1988; Reber, 1989). En algunos aprendizajes el jugador aparentemente es consciente del curso del pensamiento que le lleva a tomar ciertas decisiones, es capaz de verbalizar los motivos que le han llevado a decidir de una manera u otra. En otras situaciones las decisiones parecen basarse en la intuición, pues el jugador no puede explicar las razones que le han llevado a tomar una determinada decisión, y por tanto el conocimiento fruto de este tipo de aprendizaje es considerado implícito y no verbalizable (Cárdenas, Iglesias, Alarcón, 2007). Son reacciones motoras rápidas tomadas en situación de presión, donde el jugador no tiene tiempo para reflexionar acerca de las posibles opciones ante la situación planteada, no es capaz de entender los motivos por los que decide (Kibele, 2006), siendo las decisiones tomadas en estas situaciones considerablemente de menor calidad (Poolton, Masters & Maxwell 2006).
Nosotros proponemos cambiar los términos de implícito por incidental y explícito por intencional, debido a que cuando manipulamos las condiciones de práctica para provocar los aprendizajes, sin dar información a los jugadores que les orienten y ayuden a interpretar mejor el juego y decidir convenientemente, no sabemos el grado de consciencia del sujeto en el acto de aprender. En la intervención incidental el entrenador diseñará y propondrá la tarea, pero no dará el feedfoward, y en la intervención intencional provocará la reflexión de los jugadores o aportará información determinante sobre las claves de la decisión.
En la actualidad se considera que el aprendiz es un procesador limitado de información, capaz de adaptarse a las exigencias de las diferentes situaciones deportivas (Ruiz, 1994). En los deportes de invasión es necesario la selección de información para decidir entre varias opciones. Además, estas decisiones están generalmente vinculadas a situaciones de alta presión de tiempo y de poca información disponible (Gigerenzer et al., 1999, citado por Raab, 2003). Son situaciones donde no es posible realizar una selección consciente de toda la información, así como de las posibles soluciones. La elección de ésta puede significar el éxito o el fracaso (Bennis & Pachur, 2006). La cantidad de información que puede ser manejada por estrategias deliberadas es comparativamente baja, debido a que la deliberación implica un procesamiento enfocado y consecutivo. Está limitada por la capacidad de memoria a corto plazo. La deliberación se caracteriza por un foco de atención a informaciones particulares (Betsch, 2008a). Es fácil imaginarse el caos interno, la incapacidad para actuar y la dificultad para responder a la estimulación externa e interna que supondría ser consciente absolutamente de todo en todo momento (Núñez, 1998). Los procesos automáticos consideran informaciones múltiples simultáneamente (Betsch, 2008b).
Si queremos pues desarrollar estos mecanismos inconscientes, el jugador tendrá que vivenciar situaciones en las cuales esté sometido a reacciones intuitivas o rápidas. Si por otra parte quisiéramos desarrollar mecanismos más conscientes, probablemente lo que tendríamos que hacer es promover o inducir la reflexión del jugador acerca de cuáles son las variables que están implicadas en la situación de juego y que le aportarán índices de información relevante, para poder decidir de una manera o de la otra (Cárdenas, 2009).
Se han realizado algunos estudios que tratan de comprobar que la toma de decisiones intuitiva puede tener éxito, al menos, tanto como las estrategias más deliberadas. En ese intento, las investigaciones referidas a ambos tipos de aprendizajes han ido dirigidas hacia la comprobación de los puntos que a continuación se indican:
1 – La resistencia al tiempo.
2 – Eficacia del doble proceso de control motor y toma de decisión.
3 – La efectividad en la toma de decisiones con límite de tiempo.
4 – La efectividad en situaciones de diferente complejidad.
Con relación al primer punto, resistencia al tiempo, entendiendo esto como la solidez ante el olvido, algunos estudios han demostrado que la memoria implícita es más perdurable y resistente al paso del tiempo que la memoria explícita (Cañas, et al., 1999). Por su parte, Raab (2003) también afirma que en sus estudios ha encontrado evidencias claras de que al realizar pruebas de retención, después de cuatro semanas no ha habido una disminución significativa en la calidad de la toma de decisión, lo cual prueba la solidez del aprendizaje incidental.
En relación con el segundo punto, eficacia del doble proceso de toma de decisión y control motor, también hay indicios de que el aprendizaje incidental es más ventajoso que el aprendizaje intencional. Estudios como los realizados por Masters et al. (2008) y Poolton, et al. (2006) así lo confirman, demostrando que en situaciones donde el tiempo es muy reducido para la toma de decisiones y además se necesita ejecutar una respuesta motora inmediata, la efectividad del procesamiento incidental permite un mejor desempeño.
Con relación al tercer punto, la efectividad en la toma de decisiones con límite de tiempo, Masters, et al. (2008) indica que los procesos incidentales son más rápidos y se organizan como un conocimiento sofisticado que puede aplicarse sin conciencia. Son por tanto independientes de la memoria de trabajo, lo cual deja al jugador con los recursos suficientes para realizar otras tareas, tales como la toma de decisiones.
En relación con el cuarto y último punto, la efectividad en situaciones de diferente complejidad, los resultados obtenidos por las diferentes investigaciones realizadas también llegan a la conclusión de que el aprendizaje incidental confiere mayores beneficios que el aprendizaje intencional (Raab, 2003; Johnstone y Shanks, 2001).
Las investigaciones realizadas muestran que el aprendizaje incidental aventaja al intencional en algunas características (Poolton y Zachry, 2007), o simplemente que los movimientos se pueden aprender de forma implícita. Como afirman Raab y Johnson (2008), la toma de decisiones intuitivas puede ser, al menos, tan exitosa como la estrategia más deliberada.
Método
Partiendo de las ventajas que se obtienen con el aprendizaje incidental descritas anteriormente (Cañas, et al., 1999; Raab, 2003; Masters et al., 2008; Poolton et al., 2006; Johnstone y Shanks, 2001), debemos diseñar tareas que favorezcan la construcción del propio aprendizaje por parte de los jugadores en situación de estrés o límite de tiempo.
Desarrollaremos una metodología que mejore la utilización de los fundamentos del juego de los deportes de invasión en tales circunstancias, diseñando entornos de aprendizaje que favorezcan y demanden del jugador la utilización de las habilidades más eficaces en cada situación, entendiendo por eficacia, y basándonos en la distinción que realiza Famose (1992) entre este concepto y eficiencia, como la calidad o nivel del resultado alcanzado en función de los objetivos marcados con independencia del coste, y eficiencia a la relación entre el nivel del resultado obtenido y el coste que haya supuesto la actividad.
Debemos huir de aquellas tareas que determinen dónde y cuándo ejecutar un determinado fundamento, construyendo aquellas otras que provoquen la aparición del concepto que queramos desarrollar, situando a nuestros jugadores en contextos de aprendizaje que así lo demanden, y para ello será fundamental analizar cuestiones tales como ¿qué provoca la necesidad de utilizar un cambio de dirección? ¿Qué provoca la necesidad de utilizar una finta de tiro? ¿Qué provoca la necesidad de utilizar una parada y tiro?
Para ello, organizaremos todos los elementos que intervienen en una situación de juego de tal manera que demanden del jugador la necesidad de, por ejemplo, avanzar rápidamente con la mano izquierda hacia la canasta o portería, de situarnos lejos del defensor o de anotar o marcar desde un área de enceste eficaz. De esta manera favoreceremos la formación de estructuras de aprendizaje de intenciones inteligentes en nuestros jugadores.
La clave de una práctica efectiva será pues favorecer que el sujeto construya en cada ensayo la solución de la tarea, y no simplemente en incitarle a que retenga la solución. No consistirá en repetir los medios para solucionar un problema una y otra vez, sino en solucionar un problema motor una y otra vez por medio de técnicas que cambiamos y perfeccionamos de repetición en repetición. Construir frente a recordar.
En todo este proceso la variabilidad de la práctica adquirirá un papel fundamental, pues facilitará que los jugadores realicen una abstracción de los elementos relevantes del concepto que pretendamos enseñar, favoreciendo de esta manera el desarrollo de conductas motrices adaptativas a estímulos genéricos, mejorando así su capacidad de adaptación y convirtiéndoles en individuos activos capaces de resolver adecuadamente las tareas de entrenamiento, y al entrenador en un diseñador creativo de dichas tareas. Por todo ello proponemos variabilidad frente a repetición.
Además, y teniendo en cuenta que una de las características más importantes de los deportes de invasión es el límite del tiempo, y que éste además parece ser el factor clave distintivo entre un aprendizaje incidental y otro intencional, pues como afirma Raab y Johnson (2008), un jugador podrá crear procesos intuitivos si el entrenador construye situaciones de alta presión, manipularemos dicha variable a través de normas de contingencia, las cuales favorecerán, además de una toma de decisión de dificultad gradual, la activación y desarrollo de dicho proceso.
Discusión
Existen datos que sugieren que ciertas formas de información explícita ofrecida antes de la práctica de la tarea puede no ser tan útil para aprender, contrario a lo que sería descubrir la solución a la tarea motora solo con la práctica, independientemente del tipo de tarea que se esté aprendiendo (Boyd y Winstein, 2006). Esto último nos puede llevar al concepto de Goldstein y Gigerenzer (2002), citado por Gladwell (2005), de que menos es más. Por todo ello podemos afirmar que, en general, el aprendizaje incidental produce más beneficios en los deportes colectivos donde el tiempo para realizar una acción motriz es muy reducido.
La investigación sobre aprendizaje motor incidental e intencional muestran que el primero aventaja al segundo en algunas características (Poolton y Zachry, 2007), como se muestra más abajo (Tabla 1), o simplemente que los movimientos se pueden aprender implícitamente (Liao y Masters, 2001; Masters de 2000, Maxwell, Masters, y Evers, 2000; Shea, Wulf, Whitacre, y Park, 2001, citados por Raab, 2003). Como afirman Raab y Johnson (2008), la toma de decisiones intuitivas puede ser, al menos, tan exitosa como la estrategia más deliberada.
Tabla 1. Características del aprendizaje motor incidental e intencional. (Poolton y Zachry, 2007)
Partiendo de la propuesta que realizan Poolton, Masters y Maxwell (2006) de dirigir las futuras líneas de investigación hacia el diseño de entornos de aprendizajes que fomenten la adquisición de aprendizaje incidental en situaciones de toma de decisiones complejas para superar la eficacia de las acciones y los trastornos del doble proceso de toma de decisión y control motor, con esta metodología esperamos obtener resultados concluyentes que demuestren que en los deportes de invasión el aprendizaje incidental confiere mayores beneficios que el intencional, o al menos, como afirman Raab y Johnson (2008), que la toma de decisiones intuitiva puede ser tan exitosa como la estrategia más deliberada.
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