Diseño y validación de una escala de percepción del riesgo en actividades físico-deportivas escolares
Diseño y validación de una escala de percepción del riesgo en actividades físico-deportivas escolares
Resumen
El objetivo principal de este estudio ha sido el diseño de un instrumento que nos permita conocer la capacidad de percepción del riesgo de los educandos, como elemento de promoción de la seguridad en las actividades deportivas escolares. Método: Se ha diseñado un cuestionario basado en reactivos de imágenes significativas del contexto deportivo escolar. La muestra testada fue de 637 escolares de ambos sexos, de 8 a 14 años. Las propiedades psicométricas de la escala se obtuvieron mediante un proceso de validez de contenido con expertos y un análisis factorial de los componentes principales. Resultados: obtuvimos un cuestionario de 32 ítems ajustado a los tópicos de validez y fiabilidad científica. Conclusiones: este es instrumento válido para detectar de forma sencilla la percepción del riesgo ante instalaciones y situaciones de actividad física, sirviendo de base a docentes para actuar de acuerdo a las necesidades detectadas.
Introducción
Determinados aspectos psicológicos y de la personalidad pueden establecer que un sujeto sea más propenso a adoptar conductas de riesgo y, por lo tanto, a accidentarse y lesionarse. Los factores psicológicos o relacionados con la personalidad que más se han estudiado al respecto se asocian con el estrés, la ansiedad competitiva, la impulsividad, las motivaciones de logro, el locus control, la búsqueda de sensaciones, la competencia percibida y autoconfianza, el autocontrol y los recursos de afrontamiento, la percepción del riesgo, etc. (Andersen y Williams, 1999; Williams y Andersen, 1998; Zuckerman, 1979; Maddison y Prapavessis, 2007; Ivarsson y Urban, 2010; Greening, Stoppelbein, Chandler y Elkin 2005;Abenza, Olmedilla, Ortega y Esparza, 2009; Jack y Ronan 1998; Morrongiello y Rennie, 1998; Hansen, 2005).
Las lesiones no intencionales son un generalizado e importante problema de salud infantil, sobre todo, cuando los niños deben tomar sus propias decisiones acerca de la asunción de riesgos durante el juego, todo ello, en base a la percepción que se tenga de éstos. Por tanto, uno de los elementos más importantes en el estudio de la accidentalidad infantil, hace referencia a la percepción del riesgo. La percepción del riesgo se incluye en muchos modelos de conducta saludable y es reconocido como un componente vital de la promoción de la salud (Van der Pligt, 1994). El marco conceptual para el estudio de la percepción del riesgo en las actividades deportivas se ha centrado en el paradigma psicométrico, introducido por Fischhoff, Slovic & Lichtenstein (1978). Desde este enfoque, se investiga mediante cuestionarios que incluyen un listado de diversas fuentes de peligro para que los sujetos las valoren, tanto en la dimensión cuantitativa del riesgo percibido en general, como en distintas características o atributos cualitativos del riesgo.
En un análisis de diversos autores, López y Osca (2007) indican que los jóvenes se caracterizan por percibir niveles relativamente bajos de riesgo, subestiman la posibilidad de determinados riesgos, no los perciben de una forma holística, los detectan más lentamente y tienden a sobreestimar sus destrezas. Kontos (2004) destaca que los altos niveles de toma de riesgos, los bajos niveles de riesgo percibido y los bajos niveles de estimación de habilidad, son factores de riesgo de lesiones. Las niñas reportan mayores niveles de riesgo percibido y niveles más bajos de la asunción de riesgos que los varones. La falta de experiencia y no preocuparse por las consecuencias graves de salud pueden desensibilizar a los niños a los riesgos potenciales de salud (Greening, Stoppelbein, Chandler, & Elkin, 2005).
Además, Horvath & Zuckerman (1993) han sugerido que las experiencias pasadas exitosas con la asunción de riesgos puede llevar a una reducción del riesgo percibido, aumentando potencialmente la posibilidad de que un deportista corra riesgos en el deporte. Por otro lado, Hillier & Gorronguiello (1998) comprobó que los niños valoraron varios grados de riesgo, entre ellos, valoraban más bajo el riesgo que las chicas, y que los escolares de 6 años de edad observan menos riesgos y más lentamente que los de 10 años. Por lo que la edad y el sexo son factores que influyen a la hora de la percepción del riesgo y han de ser tenidos en cuenta a la hora de crear programas preventivos. En este sentido, Schwebel & Barton (2005) y Morrongiello (1997) significan que los niños con más frecuencia atribuyen sus lesiones a la mala suerte, que les lleva a experimentar lesiones repetitivas, mientras que las niñas atribuyen las lesiones a sus propios comportamientos, haciendo que alteren el comportamiento en situaciones futuras para evitar lesiones.
Por tanto, los niños participan en actividades de mayor riesgo físico que las niñas (Morrongiello & Rennie, 1998). Kontos (2004) destaca a su vez quelas niñas pueden ser más precisas que los niños en la evaluación de riesgos en el deporte.Además, puede ser socialmente deseable que los chicos perciban menos riesgo en los deportes, de acuerdo con el estereotipo masculino imperante para los niños en los deportes. Otro factor que puede haber influido en este hallazgo es el proceso de socialización de las niñas en el deporte. Los padres y los entrenadores tradicionalmente han socializado los participantes del deporte femenino alejado de la agresividad, contacto físico, y la asunción de riesgos que se consideran necesarias en los deportes de contacto como el fútbol.
Por tanto, la forma en que los sujetos perciben el riesgo asociado a su participación en las actividades físico deportivas escolares es un factor relevante en la explicación de cómo en esas situaciones se desenvuelven y, por tanto, un tópico a considerar en la seguridad en la clase de Educación Física. A fin de disponer de materiales de apoyo que puedan ser útiles en este contexto educativo, este trabajo presenta el desarrollo de una escala orientada a medir la percepción de riesgo en situaciones habituales en las prácticas físico deportivas escolares para niños de 8-14 años.
En el contexto de la enseñanza, la Educación para la Seguridad en el deporte debe aspirar a que los niños sepan identificar las fuentes de riesgo con las que cotidianamente se tienen que desenvolver en su participación en las actividades físico deportivas escolares, así como que adquieran una percepción ajustada del nivel de riesgo asociado a las mismas y que desarrollen estrategias que permitan evitar dichos riesgos. Además, parte de estas consideraciones, son una exigencia curricular en España en el ámbito de la Educación Primaria (Real Decreto 1513/2006, de 7 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas de la Educación Primaria, BOE 8-12-2006).
En esta tarea educativa es importante contar con algún instrumento de medida eficaz con el que poder evaluar el modo en que los niños perciben el riesgo asociado al deporte escolar, pues un instrumento de estas características puede constituir un elemento esencial en la satisfacción de diversos objetivos, por ejemplo:
(a) Determinar grupos y personas de riesgo, que puedan presentar una percepción de riesgo distorsionada.
(b) Establecer una la línea base desde la que iniciar una intervención.
(c) Identificar problemas específicos de percepción de riesgo asociados a determinados aspectos (seguridad pasiva de materiales, equipamientos e instalaciones y seguridad activa en relación a los planteamientos prácticos por parte del profesor).
(d) Evaluar la eficacia de una estrategia de intervención.
Éstas y otras posibles necesidades vinculadas a la evaluación de la percepción del riesgo, cuya satisfacción puede resultar de interés en el contexto de la Educación para la Seguridad en el deporte infantil, motivaron el desarrollo de una escala orientada a medir la percepción del riesgo asociado a situaciones de prácticas físico deportivas escolares. La literatura al respecto ofrece numerosos trabajos dirigidos a evaluar situaciones de percepción del riesgo en el deporte en adultos y en situaciones carentes de validez ecológica.
La mayoría de investigaciones sobre la toma de decisiones acerca del riesgo en los niños, han utilizado tareas de conveniencia, que exigen que el niño se imagine a sí mismo en diferentes situaciones con poca relación a situaciones de la vida real que suponen un riesgo de daño físico. Una de las críticas realizadas a este enfoque es la de haber trabajado con listas de riesgos seleccionadas de una forma bastante arbitraria (Hendrickx, 1991; Cutter, 1993) que incluyen riesgos representativos de ámbitos muy dispares. Por tanto, la selección de tareas es un aspecto importante a la hora de estudiar los riesgos (Morrongiello & Rennie, 1998).
Objetivos
- Diseñar una escala de percepción del riesgo útil en el ámbito de la educación para la seguridad en el deporte en la escuela.
- Identificar las diferencias en la percepción del riesgo por cuestión de sexo y ciclo educativo en escolares.
Método
Sujetos: El análisis psicométrico de la escala se llevó a cabo mediante el estudio de las respuestas a la misma por parte de la muestra productora de datos, constituida por alumnado de las etapas de Educación Primaria y Secundaria obligatoria. De forma más concreta, la tabla 1 refleja la distribución muestral de los sujetos, en un total de 637 niños de los ciclos de segundo de Primaria y primero de Secundaria de 8 centros públicos de la provincia de Jaén. La determinación de la muestra ha sido de tipo no probabilístico por cuotas (Tójar & Matas, 2009). Las edades estaban en el rango de 8 a 10 años en el segundo ciclo de Primaria y de 12 a 14 años en el primer ciclo de Secundaria. Esta gama de edades representa las primeras etapas en las que los niños suelen tener más independencia y se incrementan los tiempos sin supervisión adulta continua. Presumiblemente, es en este punto donde las evaluaciones del riesgo suelen tener una gran importancia en el diagnóstico del accidente y la lesión.
Tabla 1. Distribución de la muestra según las variables sexo y ciclo educativo.
Como criterios de exclusión, se tuvieron en cuenta que ningún niño presentara discapacidad sensorial ni intelectual que dificultasen los procesos cognitivos y visuales requeridos para la cumplimentación del cuestionario.
Material y procedimiento. La escala de medida desarrollada se basó en el planteamiento de reactivos que evocasen una valoración del riesgo percibido ante una serie de situaciones de actividad físico deportiva en la escuela. Dado que la prueba estaba dirigida a niños en edad escolar, esta elección vino determinada por la representatividad de la misma respecto a la variedad de contextos deportivos más habituales para ellos.
La selección de situaciones se basó en la búsqueda de niveles de riesgo diferenciados. En el desarrollo de los ítems se optó por la presentación de la información de forma visual, en la línea de trabajos precedentes como Sivak, Soler, Trankle & Spagnhol (1989), Hillier & Gorronguiello (1998), García-Ros, Molina & Ferrando (2001) y Morronguiello & Matheis (2007). Así, cada ítem muestra una imagen que refleja una situación relacionada con el deporte escolar, en cuyo diseño y captación se tuvieron en cuenta los dos aspectos que determinan la seguridad activa y pasiva (Latorre y Muñoz, 2011). La administración del cuestionario fue planteada mediante diapositivas en color, representando cada una de ellas un ítem diferente. La valoración del riesgo asociado a cada situación vino determinada por la elección de una de las cinco categorías de una escala graduada de respuesta («1=Nada de peligro» hasta «5=Muy, muy peligroso»).
La primera versión de los ítems se realizó tomando como base de datos las aportaciones que sugirieron un grupo de maestros y profesores de Educación Física con experiencia diversa en la prevención de riesgo. La oportuna revisión por parte del equipo investigador obtuvo la versión provisional con un total de 42 ítems. Estos fueron sometidos en primer lugar al juicio de un grupo de 6 expertos en seguridad en el deporte, lo cual condujo a la eliminación de varios de ellos en función de criterios tales como calidad y complejidad de la imagen, la representatividad de la situación pretendida en el ítem y la duplicidad de los mismos (Crocker & Algina, 1986; Roid & Haladyna, 1982; Jornet & Suárez, 1996). Los jueces evaluaron la validez de contenido de los ítems, su inteligibilidad, y lo hicieron en una escala de 1 a 5. Fueron desestimados los ítems con media menor de 4 puntos y aquéllos en que los jueces presentaban discrepancias en la valoración (prueba de concordancia de Kendall).
Las fases anteriores de análisis redujeron la escala a 32 ítems sobre los que se realizaron los análisis de dimensionalidad y las propiedades psicométricas de esta primera versión operativa de la escala. Tras la solicitación de los permisos correspondientes se procedió a la administración del cuestionario de percepción del riesgo y que se realizó por pequeños grupos de clase (20 alumnos) en presencia de un investigador del estudio. De manera auto administrada se cumplimentó el cuestionario, atendiéndose en todo momento las dudas surgidas y garantizando la confidencialidad y el anonimato de las respuestas. La duración fue de aproximadamente 40 minutos.
Resultados
En primer lugar, se pretende confirmar la validez de la escala para la medición de la percepción del riesgo útil, motivo por el que fue construida. De esta forma se presentan a continuación los resultados derivados del estudio de la dimensionalidad subyacente a las respuestas de los sujetos a la escala administrada. El objetivo principal es comprobar si los 32 ítems de la escala se pueden resumir de alguna forma, es decir, si existen rasgos comunes entre ellos. Con tal motivo, se recurre al análisis factorial por el método de los componentes principales, como forma de agrupar estos reactivos en factores o componentes que puedan explicar la varianza observada en las respuestas ofrecidas por los sujetos (Escalante y Caro, 2006; Rojas, Fernández y Pérez, 1998). El índice de adecuación muestral KMO obtenido alcanza un valor de 0,894 y la prueba de esfericidad de Bartlett llega a 4310,188 (p<0.001).
Estos datos hacen que se rechace la hipótesis nula de que la matriz de correlación inter-ítems es identidad y se considera que las respuestas están sustancialmente relacionadas. En relación con las comunalidades o proporción de varianza que es explicada por los factores comunes, en general, al no existir valores próximos a cero, se puede afirmar que los 32 ítems son explicados por los componentes. El análisis de los componentes principales puso de manifiesto, tras veintitrés interacciones, la convergencia en cinco factores que explican un 53,745% de la varianza. Se observa que la primera componente es la que más cantidad de varianza explica (32,19%), yendo decreciendo hasta llegar a la última componente que sólo lo hace en 4,8%. Al tratarse de una prueba basada en imágenes, estos valores se pueden considerar adecuados, puesto que las dimensiones a establecer no tienen entre sí las grandes diferencias que pudiera haber en otras escalas más de valoración de actitudes mediante texto.
Los ítems quedaron configurados de la forma que se puede apreciar en la tabla 2, ya ordenados de acuerdo al grado de saturación. La idea subyacente en el cuestionario es calcular la percepción del riesgo de los niños en situaciones deportivas, sobre dos conceptos esenciales: la seguridad pasiva que ofrecen los espacios y equipamientos deportivos y la activa, es decir, la relacionada con la auto eficiencia que ellos perciben a la hora de realizar los juegos que se les planteó en el cuestionario, siendo esta última diferenciada en dos situaciones que influyen claramente en la asunción de riesgos y auto eficiencia como es la presencia de colchonetas en determinados juegos como elemento mitigador del riesgo.
De acuerdo a estas ideas, se establecen los siguientes factores:
- Factor 1: Equipamientos: 2, 6, 7, 8, 9, 10, 12, 13, 14, 17.
- Factor 2: Juegos sin colchonetas: 22, 23, 24, 26, 27, 28, 29, 31, 32.
- Factor 3: Espacios descubiertos: 1, 3, 11, 18, 19.
- Factor 4: Espacios cubiertos: 4, 5, 15, 16.
- Factor 5: Juegos con colchonetas: 20, 21, 25, 30.
El factor 1 es el que más ítems recoge, puesto que los equipamientos están implícitos no sólo en los juegos, sino en los espacios cubiertos y descubiertos. De igual forma, existen, como suele ser habitual en cualquier escala, algunos ítems que pueden encuadrarse indistintamente en uno u otro factor. Por ejemplo, el número 4, donde se aprecia equipamiento deportivo y también un espacio amplio descubierto. Éstas son cuestiones menores que no afectan en nada a los resultados finales. En todos los ítems, la carga factorial fue superior a 0,3, excepto en el ítem 15 que fue muy próximo, 0,274.
Decidimos mantenerlo por su adecuado índice de discriminación y por representar un reactivo importante para la escala. Una vez definida la validez de la escala, se acomete el estudio de la fiabilidad de la misma mediante el coeficiente alfa de Cronbach que alcanza un valor de 0,918, lo que indica una alta consistencia interna del instrumento, o lo que es lo mismo, que es confiable. Se observa además la relación de cada ítem con el total que mantiene valores muy estables, en todos los casos por encima de 0,91, presentando todos los ítems un adecuado nivel de discriminación (>200), Por último, todos los factores correlacionaron entre sí de manera significativa. (Tabla 3), lo que demuestra una dependencia importante entre ellos a la hora de contribuir a la explicación total de la escala.
Tabla 2. Matriz de componentes rotados.
Método de extracción: Análisis de componentes principales.
Método de rotación: Normalización Varimax con Kaiser. a La rotación ha convergido en 23 iteraciones.
Tabla 3. Correlaciones entre factores y el total de la escala.
Discusión y conclusiones
Se puede concluir afirmando que la escala propuesta puede satisfacer el objetivo inicial de construir un instrumento capaz de medir en los propios contextos de aprendizaje escolar, la percepción del riesgo útil en el ámbito de la educación para la seguridad en el deporte. La construcción y validación de la escala así lo ponen de manifiesto, dando respuesta a los dos criterios tomados como referencia en su construcción:
a) La representatividad de situaciones de riesgo para niños de 8 a 14 años, objetivo para el que han sido considerados ítems que reflejan distintos lugares y situaciones de juego con diferentes grados de riesgo, lo que confiere al instrumento una adecuada validez ecológica.
b) El grado de utilidad de la escala para la educación física escolar, su conexión a los objetivos de esta materia y su facilidad de aplicación mediante imágenes y en la interpretación de las puntuaciones obtenidas.
Los expertos sirvieron de base para realizar una primera versión de la escala que se contrastó empíricamente sus propiedades psicométricas. Los estadísticos empleados permitieron contrastar una alta capacidad discriminativa de los ítems, alto índice de fiabilidad, así como correlación entre elementos y un análisis factorial adecuado. En líneas generales, se puede afirmar que la escala puede servir como instrumento válido para ser utilizado en los centros educativos, para detectar de forma sencilla la percepción del riesgo ante instalaciones y situaciones de actividad física. Sirviendo de base a docentes y directivos para actuar de acuerdo a las necesidades detectadas, haciendo que los espacios sean más aptos para un deporte y actividad física seguros y que el diseño de actividades físico deportivas se adecúe al nivel de auto eficiencia y percepción del riesgo del alumnado en cuestión.
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