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3 Nov 2009

Educación postural en el ámbito educativo

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El devenir en los Centros Docentes lleva implícito acciones y hechos que constituyen factores de riesgo determinantes en la pérdida de salud, aparición de lesiones y/o deterioro de la calidad de vida del alumnado; es habitual que, en torno a la actividad del docente…

 
Autor(es): Francisco Agudo Ruiz, Juan Francisco Agudo
Entidades(es): Universidad de Murcia: Didáctica y Organización, Ruiz C.E.I.P. “Ciudad de Begastri”.- Cehegín
Congreso: VII Congreso Internacional Sobre la Enseñanza de la Educación Física y el Deporte Escolar
Pontevedra: 3-6 de Noviembre de 2009
ISBN: 978-84-613-3640-1
Palabras claves: salud, lesiones, hábitos

INTRODUCCIÓN.

El devenir en los Centros Docentes lleva implícito acciones y hechos que constituyen factores de riesgo determinantes en la pérdida de salud, aparición de lesiones y/o deterioro de la calidad de vida del alumnado; es habitual que, en torno a la actividad del docente de educación física, se den cita algunas contingencias:

    1. Ejercicios mal ejecutados o desaconsejados.
    2. Movimientos o posturas inadecuadas, sobre todo frente a una carga.
    3. Superficie y tamaño excesivos de la carga.
    4. Utilización de mobiliario inadecuado (posturas ergonómicas incorrectas).
    5. Inadecuado e incorrecto transporte del material educativo, por el alumnado.
    6. Cargas cuyo centro de gravedad se pueda desplazar (movimientos bruscos e inesperados).
    7. Trabajo muscular desequilibrado.
    8. Inestabilidad de la postura.
    9. Temperatura demasiado cálida (apresura la fatiga, entumece músculos, perjudica el agarre…).
    10. Suelos resbaladizos o irregulares, espacios e iluminación insuficiente, ropa inadecuada…etc.

Tanto en la Educación Primaria como en la Educación Secundaria Obligatoria (E.S.O.), los aspectos enumerados, entre otros, dan respuesta a contenidos que configuran los Bloques de Actividad Física y Salud (Primaria) y Condición Física y Salud (E.S.O.). Por diferentes motivos, muchos profesionales de la actividad físico deportiva y de la educación física, no considera estos aspectos como “de especial relevancia e interés”, contribuyendo a incrementarlos (de forma involuntaria o inconsciente) u obviarlos. En las últimas décadas han proliferado los estudios sobre las repercusiones negativas que una “inadecuada” actividad física ejerce sobre la salud; por lo que, la difusión de los resultados obtenidos, así como la búsqueda de alternativas constituyen, sin lugar a dudas, el primer paso hacia la promoción de prácticas saludables de actividad física.

HÁBITOS POSTURALES.

La postura o relación recíproca de las partes del cuerpo entre sí y con el entorno, se ve influenciada por diversos factores: hereditarios, profesionales, psicológicos, hábitos, modas, fuerza, flexibilidad… En la pubertad y adolescencia hay una serie de cambios bruscos a nivel fisiológico que terminan desencadenando desajustes corporales. El hecho de que la masa muscular no se desarrolle en conjunción con las palancas óseas, convierte al aparato locomotor del adolescente en un sistema muy lábil que en consecuencia es proclive a la aparición tanto de lesiones como de actitudes posturales inadecuadas (Delgado y Tercedor, 2002). Una buena postura se asocia con:

  • Un gasto de energía mínimo, sin excesivas tensiones en músculos y ligamentos.
  • Flexibilidad suficiente en articulaciones.
  • Tono muscular normal, en equilibrio con los músculos antagonistas.
  • Buena coordinación.
  • Relación entre hábito postural y personalidad.
  • Cambio, con la edad, del estándar de postura normal.

Hábitos posturales inadecuados.

Si buscamos su origen podremos comprobar que, posiblemente muchos de ellos, fueron adoptados de modo inconsciente en edades tempranas, causando desequilibrios musculares y desencadenando dolores de espalda. Las alteraciones más frecuentes son las del raquis: isquiosurales cortos (24´9%), hiperlordosis (18´7%), escoliosis (9´3%), hipercifosis (6´4%). (Santonja et al, 1995). Dentro de los factores de prevención, para evitar lesiones y patologías del aparato locomotor, tenemos que tener en cuenta las aportaciones y consejos derivados de:

  • Ergonomía.

“Ciencia aplicada de carácter multidisciplinar que tiene como finalidad la adecuación de los productos, sistema y entornos artificiales a las características, limitaciones y necesidades de sus usuarios para optimizar su eficacia, seguridad y confort” (Asociación Española de Ergonomía, 1964). Su objetivo principal es conseguir una adecuada higiene postural en las actividades diarias y cotidianas, utilizando para ello medidas correctoras, a ser posible desde la infancia.

  • Higiene postural.

La estabilidad de la postura depende en gran parte del estado de los grupos musculares que refuerzan la columna vertebral, siendo uno de los problemas más comunes en Salud Pública las alteraciones musculoesquéleticas, que aparecen en forma de algias musculares, provocados normalmente por el hábito de adoptar malas posturas, que desde muy temprana edad se adoptan de manera inconsciente (Conty, 1997).

Principal consecuencia.

Según la Fundación Kovacs, cuyo objetivo es fomentar que la asistencia sanitaria se fundamente en una base científica a través de programas de investigación médica, asistencia sanitaria y promoción de la salud pública, y en la cual colaboran 142 entidades de 12 países: demasiado tiempo sentados, mochilas cargadas en exceso, silla inapropiada… son causantes de los dolores de espalda, que afectará hasta el 70% de los escolares antes de cumplir los 16 años. La principal e inmediata consecuencia de unos inadecuados hábitos posturales tanto en casa como en el centro educativo, es la aparición de dolor de espalda; favorecido por:

    • Posturas incorrectas (posición sedente, postura yacente…)
    • Esfuerzos repetidos y unilaterales.
    • Alteraciones músculo-esqueléticas por traumatismos, sobrecargas, etc (que pueden derivar en contracturas, hernia discal, degeneración de la articulación…).
    • Estilos de vida no saludables (sedentarismo, obesidad, falta de descanso, poca actividad física,…).
    • Desequilibrios musculares (falta de tono muscular, atrofias, pérdida de tensiones antagonistas…).
    • Factores psicosociales (laborales, familiares, autoestima, estrés…).

El “punto crítico” en la aparición del dolor de espalda se sitúa al iniciarse la pubertad: a los 11 años alrededor del 41% de los niños sufre algún dolor, aumentando las proporciones de forma muy brusca a partir de esta edad; así entre 13 y 15 años (el 51% de chicos y el 69% de chicas lo sufre habitualmente), lo cual reduce su actividad diaria y disminuye su calidad de vida.

Factores de riesgo y medidas profilácticas.

      • Mochilas

Más de un tercio de los niños suelen cargar en sus espaldas más del 10% de su peso corporal: 14´7% (Van Gent et al, 2003; Korovessis et al, 2004), 17% (Pascoe et al, 1997), 22% (Negrini y Carabalona, 2002) Lo más conveniente es que fuera con ruedas, y en el caso de que se carguen en la espalda, usar tirantes anchos y pasados por ambos hombros, llevándola baja (no entre los omóplatos, donde aumenta la lordosis cervical), sino en la zona lumbar o a la altura de la caderas y pegada. Hay que tener en cuenta que, en muchas ocasiones, no es el peso en sí lo que provoca el dolor, sino la postura forzada. La carga asimétrica provoca una mayor torsión, en el tronco, que puede ser molesta. Una serie de recomendaciones nos orientan acerca de cómo debería llevarse el material escolar, cómo debería ser la mochila y cuidar la espalda (Korovessis, 2005; Fernández-Baillo, 2005):

  • Las mochilas deben colgarse con tirantes cortos, anchos y acolchados, pegados a la espalda y sobre los hombros.
  • Hay que procurar que el niño lleve la mochila pegada al cuerpo y relativamente baja (en la zona lumbar o entre las caderas, justo por encima de las nalgas).
  • Deben pesar menos del 15% del peso del niño.
  • La carga debe permitirles caminar erguidos, sin apoyarse ni balancearse.
  • La distribución del peso debería de ser uniforme, con los objetos más pesados en la base del macuto.
  • Habría que enseñarle a utilizar la técnica adecuada para levantar la carga (doblando las rodillas y haciendo la fuerza con las piernas al levantar el peso).
  • En el caso de niños pequeños o chicas (dado que ‘ellas’ tienen menor peso corporal) sin capacidad muscular, recomendamos el empleo de mochilas con ruedas; intentando que las lleven colgadas el menor tiempo posible.
  • El chaval debe participar en actividades atléticas y gimnásticas, pero no abusar de ellas.
  • Todo estudiante con dolor de espalda debería consultar a un especialistapara un examen, porque la lumbalgia no siempre está exenta de enfermedades específicas (discopatía, espondilolistesis, tumores, etc).
      • Sedentarismo y mobiliario.

Los niños con poca capacidad muscular tienen más riesgo de padecer lumbalgia, por lo que hay que mantenerse activo, evitando estar todo el día sentado. Recordemos que, el número de horas que el alumnado pasa en postura sedente es muy elevado, con lo que se pretende destacar la repercusión del mobiliario usado, en la adopción de vicios posturales que se fijan durante la infancia y que predisponen en un futuro a distintas patologías (Quintana et al,  2004). Serán aspectos muy importantes para una correcta educación postural:

    • En sedestación, el conjunto mesa-silla deberá permitir una postura cómoda, erguida, con mínima flexión del tronco y cuello.
    • En la postura correcta podemos apoyar ambos pies cómodamente en el suelo y mantener las rodillas al mismo nivel o por encima de las caderas.
    • Nos colocaremos lo más atrás posible en la silla, con la espalda relativamente recta, apoyada en el respaldo (especial atención al apoyo lumbar) y los brazos o codos apoyados; aproximadamente cada hora cambiaremos de postura o daremos un pequeño paseo.
    • Para el estudio deberíamos emplear el atril.
    • Los problemas principales que pueden derivarse de este inadecuado hábito son de cifosis y escoliosis.
    • Lo ideal son sillas con ruedas y regulables en altura, que reducen la presión interdiscal en la columna y contribuyen a relajar la musculatura de espalda y cuello. Por ello, la utilización del mobiliario escolar se deberá hacer atendiendo a criterios antropométricos (edad, talla, crecimiento…).
    • La mesa(regulable en altura, con una superficie que combine inclinación y horizontalidad).   
      • Actividad física.

A estas edades la práctica deportiva no parece ser un factor de riesgo asociado directamente al dolor de espalda, ni desde el aspecto cuantitativo ni por la modalidad de práctica (Limon et al, 2004; Diepenmaat et al, 2006). El ejercicio realizado de forma regular y adecuado en intensidad y volumen, mantiene sanas a las articulaciones, músculos, ligamentos, tendones, discos intervertebrales… Debemos de calentar los músculos antes de realizar actividad física y estirar al terminar. El realizar actividad física de forma adecuada, fomenta que la musculatura de la espalda sea potente, resistente y elástica, favoreciendo el entrenamiento coordinado de los distintos grupos musculares y disminuyendo las posibilidades de adoptar malos hábitos posturales La actividad físico-deportiva es un importante medio de prevención ya que potencia, compensa y equilibra disfunciones; son recomendados especialmente, por sus beneficios en la salud de la columna (Pazos y Aragunde, 2000):

  • La marcha y carrera (si no es de un volumen muy grande, los cambios de presión-relajación benefician a los discos intervertebrales).
  • Nadar (disminuye el dolor, facilita la relajación, más amplitud en el movimiento articular…)
  • Remar (con asiento móvil es beneficioso, con el asiento fijo es un ejercicio perjudicial)
  • Ciclismo (movimiento ideal sin sobrecarga, con manillar alto mantendría recta la columna vertebral, los discos intervertebrales amortiguan bien los golpes).
  • Esquí de fondo (beneficioso por la leve inclinación del tronco, el cambio rítmico de carga y descarga que masajea los discos intervertebrales; en cambio, el descenso es traumático para el raquis).
        • Carencia.

La inactividad o una deficiente actividad física, a medio o largo plazo, conlleva múltiples consecuencias, entre otras: obesidad, debilidad ósea y deterioro muscular, lo que pronto se reflejaría en desviaciones esqueléticas, degeneración articular, artritis…; llevando a la pérdida de funcionalidad.

        • Inadecuada.

En ocasiones la práctica de actividad físico-deportiva obedece más al interés y reclamo de productos asociados que a la práctica en sí (vestuario, implementos, nutrientes, modas…), dejando de lado la conveniencia y/o consecuencias saludables que podamos encontrar en su práctica. Practicar ejercicio físico sin ninguna programación, orientación y supervisión por personal acreditado, puede deportarnos consecuencias nefastas para la salud, pudiendo llegar a ser más perjudicial su práctica que la propia inactividad.

        • Abusiva.

El exceso de ejercicio físico o la práctica con cargas e intensidades de trabajo excesivas no adaptadas y controladas de modo personalizado, aumentan el riesgo de consecuencias nocivas para la salud del sujeto (síndrome de sobreentrenamiento, lesiones músculo-esqueléticas e incluso “la muerte súbita”). González, 2004. El afán de lucro de ciertas entidades junto con la permisividad de los medios de comunicación, anteponen el negocio de la práctica y lo que conlleva, frente a la salud de los practicantes. Aparecen así valores en alza como el deporte “de riesgo”, “extremo”, “límite”, “Iron Man”, “lucha extrema”… y cómo no, el fomento del dopaje y las prácticas insalubres. En la actualidad, las lesiones por sobrecarga son cada vez más frecuentes en niños y adolescentes. Con objeto de evitar la aparición de éstas, la Federación Internacional de Medicina del Deporte (1991) elaboró unas recomendaciones a considerar en el entrenamiento con niños:

  1. Examen médico previo a toda competición deportiva y seguimiento periódico para descartar lesiones por sobrecarga.
  2. El entrenador ha de asumir la responsabilidad pedagógica hacia el presente y el futuro de los niños y tener conocimientos biológico, físico y social relacionados con el desarrollo del niño.
  3. El desarrollo general del niño debe primar sobre las exigencias del entrenamiento y la competición.
  4. El entrenamiento para el rendimiento máximo a cualquier precio debe condenarse rotundamente por razones pedagógicas y médicas.
  5. Los niños deben participar en una amplia variedad de competiciones deportivas para garantizar que encuentren los deportes que mejor de adapten a sus intereses, constitución y capacidad física.
  6. Los deportistas prepuberales han de clasificarse según madurez, tamaño corporal, destreza y sexo, especialmente los deportes de combate.
  7. Las reglas y duración de los partidos han de ser adecuados a la edad de los participantes y las sesiones de entrenamiento deben ser breves y estar bien planificadas.
  8. El levantamiento de pesas no debe recomendarse antes de que se alcance la edad de maduración física en el crecimiento esquelético.
  9. Las carreras competitivas de gran fondo no son recomendables para los niños antes de la madurez. Bajo ninguna circunstancia un joven inmaduro debe intentar correr una maratón.
      • Otros factores (fumar y el ordenador).
  • Fumar aumenta el riesgo de padecer dolor de espalda, por diversos motivos:
  • La circulación es peor y podría empeorar todavía más la irrigación del disco intervertebral, lo que aceleraría su degeneración o facilitaría su lesión.
  • La musculatura de los fumadores suele estar en peor forma física que la de los no fumadores, lo que podría facilitar la sobrecarga de las estructuras vertebrales.
  • La tos, acentuada en el fumador, aumenta la presión en el disco intervertebral y lo somete a una vibración, lo que aumenta su riesgo de degeneración o lesión.
  • Delante del ordenador, como medidas preventivas de educación postural, consideraremos:
  • Situar la pantalla a unos 45 centímetros de distancia, frente a los ojos, y a su altura o ligeramente por debajo.
  • El teclado ha de estar bajo, para no levantar los hombros y para poder apoyar los antebrazos en la mesa.
  • La elevación del teclado sobre la mesa no deberá superar los 25º.
  • Las muñecas y los antebrazos deben estar rectos y alineados con el teclado, con el codo flexionado unos 90º.
  • El uso prolongado del ratón, nos sugerirá alternancia de la mano de manejo cada cierto tiempo.
  • A ser posible la iluminación deberá ser natural y, en todo caso, se deben evitar los reflejos en la pantalla.

RESPONSABILIDAD Y ACTUACIÓN DOCENTE

Cantó y Jiménez, 1988 hablan de educación de la actitud en lugar de educación postural, confiriéndole al profesor de Educación Física la responsabilidad en la educación del proceso de la equilibración bípeda (buscar el equilibrio mecánico a través de actividades globales, lúdicas y motivadoras). Es responsabilidad, dentro de las competencias docentes, del profesor de Educación Física conocer cada uno de los movimientos y las posibles incidencias negativas sobre el lábil aparato osteoarticular del niño; seleccionando así, los ejercicios y/o actividades a realizar en sus clases (Tercedor, 1995; Ruiz y García, 2003). Algunas actuaciones docentes al respecto, a través de sus funciones personales o en colaboración con otros profesionales (fisioterapeuta, Protección Civil, …) podrían tener como contenidos de trabajo:

  1. Análisis del puesto de trabajo y factores de riesgo del mismo (mobiliario, ambiente, luz, ruido, sobrecargas, hábitos, transporte de libros,…)
  2. Posturas en el trabajo y en otras actividades diarias (situaciones estáticas y dinámicas)
  3. Prevención y tratamiento de lesiones
  4. Formas de movilización, traslado de cargas, ejecución de ejercicios…
  5. El calentamiento (estiramiento y movilidad articular)
  6. Análisis de los factores de riesgo de los principales deportes y actividades físicas.
  7. Técnicas de relajación
  8. Diseño y realización de programas de prevención y/o intervención.

Sin ningún género de dudas una principal medida a tomar, desde los centros educativos, pasaría por la “promoción de hábitos saludables”, entre los que no podrían faltar los programas de educación postural.

Ejercicios desaconsejados.

Las alteraciones más frecuentes, al realizar ejercicios desaconsejados, se presentan por una movilidad excesiva de las articulaciones al estar sometidas a sobrecargas importantes (Villarroya y cols., 1999). Algunos ejercicios no son perjudiciales en sí, sino que, es su inadecuada ejecución la que los hace peligrosos; por ello, vuelve a ser determinante la formación didáctica del responsable de su enseñanza y aplicación. Por otra parte, actividades consideradas tradicionalmente adecuadas, actualmente están totalmente desaconsejadas desde el punto de vista de la salud (el juego del “Hula-Hop” está prohibido en los colegios de Alemania, por haberse detectado desviaciones del raquis en sus practicantes habituales). El sobreesfuerzo, las ejecuciones incorrectas, materiales e infraestructuras inadecuadas, etc, son causa de muchas lesiones en niños y adolescentes; siendo núcleos articulares vulnerables: la columna vertebral (raquis) y las articulaciones de muñeca, rodilla y tobillo. López 2001, desaconseja la realización de unas acciones articulares, que suelen realizarse en las clases de Educación Física, y que constituyen un factor de riesgo importante para la salud del individuo que las realiza:

  1. Ejercicios desaconsejados para la rodilla.
  • Tres acciones articulares muy desaconsejadas: hiperflexión, rotación forzada e hiperextensión de rodilla.
  1. Ejercicios desaconsejados para el raquis dorso-lumbar.
  • Dos acciones articulares muy desaconsejadas: hiperextensión e hiperflexión lumbar.
  1. Ejercicios desaconsejados para el raquis cervical.
  • Tres acciones articulares muy desaconsejadas: hiperflexión (sobre todo con sobrecarga externa), hiperextensión y circunducción. Ver tabla.

ARTICULACIÓN DE RAQUIS DORSO-LUMBAR

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 11

ARTICULACIÓN DE RODILLA Y RAQUIS CERVICAL

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 11

BIBLIOGRAFÍA

    • Conty Serrano, Rosa. (1997). Programa de higiene postural para la educación sanitaria escolar. Enfermería Científica, 178-179, 4-12.
    • Delgado, Manolo y Tercedor, Pablo. (2002). Estrategias de intervención en educación para la salud desde la Educación Física. Barcelona: Inde.
    • Diepenmaat, A.C.M.; Van der Wal, M.F.; De Vet, H.C.W. & Hirasing, R.A. (2006). Neck/Shoulder, Low Back, and Arm Pain in Relation to Computer Use, Physical Activity, Stress, and Depression Among Dutch Adolescents. Pediatrics, 117 (2), 412-416.
    • Fernández-Baillo, N. (2005). El eterno debate de las mochilas. El mundo.es/salud. Disponible en: http://www.elmundo.es/elmundosalud/2005/09/07/dolor/1126104599.html [Consultado el 20.04.09].
    • González Jurado, José Antonio (2004). La actividad física orientada a la promoción de la salud. Escuela Abierta, 7, 79-80.
    • Jiménez, Javier (1988). Columna vertebral y medio acuático. Madrid: Gymnos.
    • Korovessis, P.; Koureas, G. & Papazisis, Z. (2004). Backpacks, Back Pain, Sagittal Spinal Curves and Trunk Alignment in Adolescents: A Logistic and Multinomial Logistic Analysis. Spine, 30 (2), 247-255.
    • Korovessis, Panagiotis G. (2005). Llevar la mochila sobre un solo hombro causa dolor. El mundo.es /salud. Disponible en: http://www.elmundo.es/elmundosalud/2005/01/24/dolor/1106569873.html [Consultado el 20.04.09]
    • Limon, S.; Valinsky, L.J. & Ben-Shalom, Y. (2004). Children at risk: risk factors for low back pain in the elementary school environment. Spine, 29 (6), 697-702.
    • López Miñarro, Pedro A. (2001). Riesgos y repercusiones en la práctica inadecuada de actividad física. En Arturo Díaz y Eduardo Segarra (coords.), Actas del 2º Congreso Internacional de Educación Física y Diversidad, (pp.161-183). Murcia: Consejería de Educación y Universidades.
    • Negrini, S. & Carabalona, R. (2002). Backpacks on! Schoolchildren’s perceptions of load, associations with back pain and factors determining the load. Spine, 27 (2), 187-95.
    • Pascoe, D.D.; Pascoe, D.E.; Wang, Y.T.; Shim, D.M. & Kim, C.K. Influence of carrying book bags on gait cycle and posture of youths. Ergonomics, 1997;40(6):631-41.
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    • Quintana Aparicio, E.; Martín Nogueras, A.M.; Alburquerque Sendín, F.; Fernández Calle, C.; Blanco Pacheco, A. y Calvo Arenillas, J.I. (2004). Relación entre la postura sedente y la utilización de mobiliario recomendado por la norma ISO 5970 en una población escolar. Cuestiones de Fisioterapia, 26, 1-16.
    • Ruiz Juan, F. y García Montes, M. E. (2003). Control de contingencias en el centro escolar. En Francisco Ruiz Juan y Emilio P. González del Hoyo (coords.), Dimensión Europea de la Educación Física y el Deporte en Edad Escolar, (pp. 265-274). Valladolid: FEADEX.
    • Santonja Medina, F.; Ferrer López, V. y Contreras González, M. (1995). Exploración Clínica del Síndrome de isquiosurales cortos en el ámbito escolar. Revista Selección 4 (2), 81-91.
    • Tercedor Sánchez, P. (1995). Higiene postural. Educación de la postura y prevención de las anomalías en el contexto escolar. Habilidad motriz, 6, 44-49.
    • Van Gent, C.; Dols, J.J.; de Rover, C.M.; Hira Sing, R.A. & de Vet H.C. (2003). The weight of schoolbags and the occurrence of neck, shoulder, and back pain in young adolescents. Spine, 28 (9), 916-921.

 

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