El deporte como vehículo transmisor de valores sociales
El deporte como vehículo transmisor de valores sociales
1.1. El fenómeno del deporte en España. Evolución histórica.
Todos los estudios sociológicos en el plano deportivo coinciden en señalar el creciente interés por el deporte desde todos los sectores sociales. Si en 1980 un 25% de los españoles practicaban algún tipo de deporte para el año 2010 el 43% de la población comprendida entre los 15 y 75 años practica deporte.
En esa línea, cifras como los 2.700.000 deportistas federados año 2001 o las mas de mas de 67000 instalaciones deportivas existentes muestran que la actividad físico deportiva es un fenómeno social de creciente valor en nuestro país. Andalucía, por su parte capitaliza un alto porcentaje de las instalaciones (23000) así como el mayor crecimiento en el número de practicantes de todo el estado, no solo entre los propios andaluces sino también entre el importantísimo sector turístico.
1.2. La actividad deportiva como referente moral y educativo
Parece evidente que todo lo referido al deporte es portador de un conjunto de virtudes preestablecidas tras el paso de varias generaciones y que han conformado al deporte como un instrumento educativo de primer nivel.
De la misma manera, no solo el deporte en edad escolar entraña beneficios para los jóvenes sino que todo el deporte integrador subraya distintas acciones de cooperación solidaridad y colaboración entre personas de todas las escalas sociales.
De esa forma podemos observar cómo a través del deporte se puede transmitir los nuevos valores culturales y virtudes éticas de la sociedad española: solidaridad, carácter expansivo y lúdico, respeto y convivencia intercultural, valentía, competitividad unida a la nobleza; todo ello ligado a la disciplina y conductas higiénicas consustanciales al propio deporte.
1.3. Los valores que el deporte aporta a la sociedad
Los valores que podemos considerar que el deporte aporta a la sociedad no sólo son aquellos que siempre se resaltan del mismo: cooperación, ayuda mutua, solidaridad,… éstos son, entre otros, los que podríamos considerar de alguna forma educativos y, por lo tanto, los más interesantes en nuestro ámbito de aplicación. No obstante, más adelante se pasará a comentar aquellos que van mucho más allá del aspecto educativo y traen otra serie de consecuencias sociológicas.
Sabemos que el deporte, desde un punto de vista moral, no es sólo una situación motriz que está regulada por un reglamento y que depende de una institución; es mucho más que eso. Cuando observamos a los deportistas vemos que ahí se está dando algo más que lo meramente físico, fisiológico, motor, e incluso psicológico. El deporte no implica solamente una serie de participantes, unos contra otros, corriendo detrás de un móvil; esto significaría dar a la espalda a algo tan importante como es la contextualización. Por ejemplo, un partido de fútbol, no puede considerarse como exclusivamente veintidós jugadores y un árbitro, aparte de lo que hay detrás (directivas, federaciones, etc.), lo que hay destacar y que hasta ahora ha estado relegado a un segundo plano es cómo jugadores que han salidos de chabolas o barrios marginales se han convertido en estrellas (y que esto no significa una legitimación de la igualdad de oportunidades como pudiera interpretarse), o como al final del partido los jugadores se dan la mano, el intercambio de camisetas,… así como criticar y denunciar todos aquellos actos que vayan en contra del espíritu deportivo (fair play). La enseñanza del deporte no puede estar únicamente influenciada por lo meramente formal, en el sentido de que no sólo basta con enseñar la “forma” de ese deporte. Hay que llegar mucho más lejos, partiendo, eso sí, de lo más cercano al alumno. Antes hablamos de lo educativo del deporte; ahora hablaremos de lo cultural del mismo.
En la enseñanza se suele caer en el error de descontextualizar los hechos, o por lo menos, de ignorar allí donde suceden. El deporte, como uno de los contenidos que nos compete enseñar, tampoco está exento de este manejo que con tanta ligereza es utilizado. La enseñanza del deporte no es únicamente el aprendizaje de las técnicas, tácticas,… como ya se dijo; esto sería empobrecer demasiado lo que éste significa. Se trata, pues, de enseñar los valores culturales que rigen a la actividad deportiva como uno de los elementos más importante para conservar la identidad cultural y el respeto a las demás culturas, como un derecho fundamental de los seres humanos así como un medio para formarnos como personas, entre otros aspectos. Hay que enseñar los valores que el deporte transmite (siempre desde el relativismo cultural, obviamente no pretendemos caer en el etnocentrismo, considerando nuestra cultura y nuestros valores como únicos y/o válidos) ya que son éstos los que verdaderamente van a hacer reflexionar a los niños sobre lo que en realidad significa el deporte y lo que éste aporta a nuestra sociedad y a ellos mismos.
2 EL PAPEL DE LAS ENTIDADES PÚBLICAS Y PRIVADAS DEPORTIVAS EN LA CONFIGURACIÓN DE VALORES
2.1. Las herramientas jurídicas de las Federaciones Deportivas
Las Federaciones Deportivas, tanto a nivel internacional como nacional, disponen de una amplia gama de normativas desde la que se despliegan diversos modos de conducta respecto a sus afiliados: tanto en el modo de jugar, como en el de actuar ante el contrario, e incluso de elegir a sus representantes.
Lo que sí es indudable es que en uno y otro caso, al deportista le afecta una reglamentación de naturaleza jurídica privada y que puede conducirle sin lugar a dudas, por una vía pacífica de resolución de conflictos. De hecho algún autor opina que el deporte es la transformación actual de la guerra, donde los contendientes y sus aficiones pugnan por la victoria, sin necesidad de objetivos mortales: similitud peligrosa pero al mismo tiempo positiva, pues ojalá todas las guerras fueran simplemente deportivas.
2.1.1. Reglas de Juego
Las reglas de las modalidades deportivas sintetizan a la perfección un auténtico decálogo del pacifismo, alejando de la competición deportiva las malas artes, la violencia y la vulneración de las reglas establecidas. Todo ello para reconducir el esfuerzo físico descontrolado a un objetivo que requiere concentración, disciplina y entre otras cosas más, respeto por el adversario, el árbitro y la ley deportiva.
Las Reglas de Juego de cualquier deporte suelen integrarse por varios apartados técnicos (terreno de juego, duración, jugadores, forma de práctica, ejecución de los movimientos, gestoformas arbitrales) junto a un conjunto de pautas de conducta. Son éstas últimas las que se convierten en un eficaz instrumento para que el deportista y su entorno vayan aprendiendo a convivir con otras personas, a respetarles, y a modificar acciones violentas ante la no consecución de su razón u objetivo por acciones pacíficas.
Un estudio somero por las diversas modalidades deportivas nos muestra que el estímulo positivo prima sobre la represión; es decir, al niño o al adulto que haga deporte se le invita a actuar correctamente, a usar en su provecho las normas, antes que a castigarle. Además esta acción negativa normalmente es gradual, comenzando por una advertencia sin elementos de ruptura con la competición.
2.1.2. Estatutos y reglamentos disciplinarios y antidopaje
Pero no todo se centra en los campos de juego; las actividades en el seno de las Federaciones, tanto de clubes, técnicos, árbitros y jugadores, vienen a acompañar la realidad competitiva: decisiones de los Comités de Competición, controles antidopaje, cursos de entrenadores, creación de Escuelas Deportivas, elecciones a la Asamblea General, son acciones a tener también en cuenta.
La norma suprema de una Federación son los Estatutos, aprobados por su Asamblea General.
A partir de ellos, surgen los Reglamentos de Desarrollo que tan solo requieren la aprobación de una representación permanente asamblearia (la Comisión Delegada). Pues bien, en ellos nos encontramos con normas de conducta que al ser vulneradas (infracciones) son penalizadas (sanciones) mediante un procedimiento previamente establecido. Y de esa amalgama el federado observa con claridad cómo quienes engañan o quiebran el sistema deportivo son perseguidos, de forma que se restablece el buen orden deportivo: el violento, el tramposo, no cabe en el deporte.
Por el contrario, la iniciación deportiva prima la buena conducta y avala a quien opta por disfrutar del juego; y más adelante, deja más claro al ya joven deportista que los problemas se solucionarán mediante el árbitro, el entrenador o los Comités, en un sistema moderado y articulado, nunca usando la actitud amenazante o violenta como instrumento de resolución de conflictos.
El papel de las Administraciones públicas deportivas: Por su parte cada una de las administraciones públicas con competencias en el deporte también desempeña un papel interesante en este afán educativo en pro de la paz y la no violencia.
2.2.1. El Consejo Superior de Deportes del Estado
Lo más llamativo son las campañas del Estado, a través del Consejo Superior de Deportes, donde:
- Se apoyan todo tipo de iniciativas internacionales (Unión Europea y Consejo de Europa, UEFA, COI) que responden a una buena política de marketing y de declaraciones. Desde niños acompañando a los equipos profesionales con las camisetas intercambiadas, a conjuntos unidos al salir el vestuario por una bandera blanca con el logotipo del “fair-play”, hasta premios que impulsan tales acciones; pasando por Declaraciones oficiales de organismos internacionales que más tarde repasaremos.
- También el CSD adopta reuniones al mas alto nivel con los responsables federativos para erradicar cualquier conducta violenta, unido a publicaciones divulgativas que tal vez no tengan la suficiente difusión entre el público objetivo (error a subsanar).
2.2.2. Actuaciones de las Comunidades Autónomas
Cada una de las CC. AA. también impulsa sus propias políticas activas en esta línea, y así desde la Consejería de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía se han dispuesto simultáneamente diversas actuaciones siendo posiblemente la más llamativa una campaña publicitaria efectuada hace dos años en la que chavales de diversas razas portaban diversas camisetas de los equipos de fútbol más representativos de la Comunidad. Pero sin duda, tanto desde las Delegaciones provinciales como desde la Empresa Pública Deporte Andaluz sí que se han apoyado materias como el voluntariado, los Campeonatos de Andalucía infantiles y cadetes, subvenciones para integrar a inmigrantes vía deporte, y folletos informativos.
2.2.3. La administración local deportiva
Nuestros Ayuntamientos y Diputaciones provinciales poseen la mayor parte de las competencias deportivas ligadas al deporte base, educativo e integrador. A falta de una concienciación real, los responsables deportivos locales despliegan una auténtica pléyade de programas que tal vez sin quererlo lograr los objetivos educativos:
- Juegos deportivos municipales y provinciales
- Comité de Seguimiento y disciplina deportiva
- Día de la Mujer y el Deporte
- Convivencias lúdico-festivas
- Deporte y ocio en plazas públicas
- Premios al espíritu deportivo
- Patrocinio de publicaciones
Ahora bien, de futuro será necesario concretar como un objetivo el logro de la educación para la cultura de paz y no violencia, diseñando una estrategia deportiva, en las líneas que indicamos en el cuarto apartado de este estudio.
3. CONFIGURACIÓN ACTUAL DE LAS REGLAS ÉTICAS DEL DEPORTE: EL FAIR-PLAY
3.1.El concepto del fair-play;
Es un concepto positivo, que abarca desde el respeto de las reglas, a la amistad, la consideración al adversario y al espíritu deportivo, luchando contra las trampas, la violencia física y verbal, la desigualdad y la excesiva comercialización.
Su plasmación se sintetiza en el Manifiesto sobre el fair play de 1971, que centra claramente los objetivos y las responsabilidades de todas las partes.
Actualmente el Manifiesto Mundial FIEP’2000 (Federación Mundial de Educación Física) ha ampliado estas cuestiones en general:
“art. 21 – La Educación Física debe contribuir para la Cultura de la Paz , al ser usada en el sentido de una sociedad pacífica de preservación de la dignidad humana a través de iniciativas de aproximación de las personas y de los pueblos, con programas que promuevan cooperaciones e intercambios nacionales e internacionales.”
Merece la pena, en esta línea, repasar las páginas (231, ss.) dedicadas al juego limpio en el magnífico libro Clubes deportivos para niños y jóvenes, (VV.AA., 1998). Tras explicitar qué es este concepto, se indica que pese a la consideración por el gran público de que en el deporte hay juego sucio, lo cierto es que el trabajo con los jóvenes deportistas certifica todo lo contrario, aportando los autores unos sabios consejos sobre la promoción de la deportividad.
3.2. El Código de Ética Deportiva del Consejo de Europa:
Esta declaración de intenciones aceptada por los Ministros europeos del deporte, en el seno del Consejo de Europa, viene marcada por el subtítulo aprobado: Código de Ética Deportiva del Consejo de Europa para el juego limpio en el deporte, que responde a la filosofía impregnada en dicho documento.
A través de trece puntos y siete apartados (introducción, objetivos, definición, responsabilidad, Gobiernos, organizaciones deportivas, conclusión), el código observa las siguientes cuestiones:
- El juego limpio (fair-play) no es un elemento facultativo, sino esencial al deporte recreativo y de competición.
- La definición coincide con la expuesta en el punto anterior, ahondando en el carácter positivo de dichas conductas deportivas.
- El seguimiento de esas directrices éticas debe permitir salvar las presiones de la sociedad moderna y el profesionalismo, siendo una responsabilidad de los gobiernos (favoreciendo la investigación, adoptando criterios éticos donde el deporte esté presente, apoyando cuantas iniciativas se relaciones con el juego limpio), de las federaciones, del sector comercial deportivo y de cuantas personas participan de la actividad deportiva.
- El comportamiento leal en el deporte es beneficioso para la persona, las organizaciones deportivas y la propia sociedad.
Alrededor del Código han sido numerosas las intervenciones ahondando en los diferentes perfiles expuestos, entre las que debemos resaltar el texto Los derechos del niño y el deporte (Paolo DAVID, 1999), que desde su atalaya de las Naciones Unidas insiste en la responsabilidad de padres y entrenadores para educar en la paz deportiva, puesto que en ocasiones son los adultos quienes buscan los resultados y no la mera diversión de sus hijos.
3.3. La aplicación de los modelos positivos desde los medios de comunicación
En las tareas encomendadas por el Código del Consejo de Europa tienen hoy día un papel preponderante los medios de comunicación, puesto que pueden servir para propagar modos de conducta deportivos no violentos, o para ejercer de altavoz a quienes destrozan tal espíritu.
Bajo ese prisma, se hace necesaria una colaboración activa entre las administraciones deportivas, las Federaciones y los medios de comunicación para tratar de autocontrolar los contenidos periodísticos en virtud de las líneas marcadas por el fair-play, destacando lo positivo (menos noticioso obviamente) y menospreciando las conductas puntuales que se alejan de la esencia del deporte, puesto que si se dejan pasar o incluso se ensalzan acciones violentas estaremos ante un semillero antideportivo.
Ese línea la están cumpliendo algunos medios privados (campañas periódicas de Tele 5 y Antena 3) pero sobre todo los públicos (inserciones ADO en TVE, programa Escuela del Deporte).
4. INSTRUMENTOS DE APLICACIÓN DE LAS PAUTAS DEL JUEGO LIMPIO COMO FUENTE EDUCATIVA
4.1. Implementación del deporte dentro del Plan Andaluz de Educación para la Cultura de Paz
Para complementar las actuaciones de la Consejería de Educación descritas en el Plan Andaluz de Educación para la Cultura de Paz, tanto la Consejería de Turismo y Deporte como las administraciones deportivas locales pueden propiciar la inclusión del deporte dentro de dicho plan:
- Inclusión de los principios del deporte dentro de la paz positiva.
- Adopción dentro de las medidas y actuaciones de una línea deportiva, concretamente a través del punto 1.4 (fomento de actividades extraescolares).
- Apoyo a las asociaciones y clubes deportivos (punto 4.2) en acciones de paz y no violencia.
4.2. Cláusulas que valoren el juego limpio en la contratación pública
Las administraciones deportivas deberían puntuar favorablemente las practicas conducentes al deporte limpio que propiciaría conductas no violentas y de paz. De tal manera que los pliegos de condiciones incluyan preceptivamente dentro de las obligaciones del contratista una línea de actuación en este sentido.
4.3. Estrategia local deportiva con el objetivo de educación en valores
Directamente las administraciones locales podrían incidir claramente en esos valores sociodeportivos a la hora de desarrollar las numerosas actividades deportivas que organizan (Días de la bicicleta, carreras populares, escuelas deportivas, actividades lúdicas en recintos urbanos o en el medio natural, etc.)
4.4. Acciones a realizar desde el Sector Privado Deportivo
Las federaciones y clubes tendrían que centrar sus esfuerzos en:
- Erradicación de la violencia con un pacto interclubes y desvinculación absoluta con grupos violentos.
- Financiación directa de los responsables deportivos de los gastos policiales
- Fluidez y elevación de la sanción disciplinaria, disponiendo de arbitrajes aun mas capacitados.
- Desvinculación de actitudes dopantes o similares
- Institucionalización de cauces de vinculación entre el deporte profesional y el aficionado
BIBLIOGRAFÍA
- Bazanco M. Olimpismo y Fair Play. Ayuntamiento de Murcia. Murcia 1999.
- Juega limpio en el deporte: campañas de promoción del Fair Play. Málaga Unisport 1993
- La educación olímpica: selección de ponencias y comunicaciones presentadas en el tercer seminario sobre Fair Play en el Deporte escolar. Murcia diciembre 1999.
- Manifiesto sobre el Fair Play 1971.
- Plan andaluz de educación para la cultura de paz y noviolencia. Consejería de Educación y Ciencia Junta de Andalucía.