El ejercicio físico supervisado durante el embarazo mejora la percepción de la salud. Ensayo clínico aleatorizado
El ejercicio físico supervisado durante el embarazo mejora la percepción de la salud. Ensayo clínico aleatorizado
RESUMEN COMUNICACIÓN/PÓSTER
Objetivo. Investigar la influencia de un programa de ejercicio físico de intensidad moderada realizado durante toda la gestación sobre la percepción de salud de la gestante.
Material y métodos. Se desarrolló un ensayo clínico aleatorizado controlado. 101 mujeres primíparas fueron distribuidas aleatoriamente en dos grupos (grupo control (GC) n=51, grupo intervención (GI) n=50, muestra perdida 13, 11.4%). El GI participó en un programa de ejercicio físico desde la semana de gestación 10-14 hasta el final de la gestación (70-75 sesiones de 55-60 min, tres veces por semana). El GC recibió la atención médica regular. Todas las gestantes rellenaron dos cuestionarios validados sobre salud percibida e incontinencia urinaria, antes y después de la intervención.
Resultados. Se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre grupos en la salud percibida al final de la intervención [muy buena: GI 35, 70% vs. GC 5, 9.8%; buena: GI 15, 30% vs. GC 16, 31%; regular GI 0, 0.0% vs. GC 26, 51%; mala GI 0, 0.0% vs. GC 3, 5.9%; muy mala: GI 0, 0.0% vs. GC 1, 2% (p<.001)]. Además el GI padeció menos incontinencia urinaria [Puntuación ICIQ-SF GI 0.30 (SD1.3) vs. GC 3.1 (SD4.1), p<.001].
Conclusiones. Un programa de ejercicio físico supervisado, de intensidad moderada realizado durante toda la gestación que incluya ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico, mejora la percepción de la salud en las gestantes y es efectivo en la prevención primaria de la incontinencia urinaria.
INTRODUCCIÓN
El embarazo es un momento excepcional en la vida de una mujer, en el que todos los sistemas corporales se modifican para mantener la homeostasis materno fetal (1). Estas modificaciones, como el aumento de peso, los cambios hormonales y las molestias tales como dolores de espalda, colocan a la mujer embarazada en un grupo de riesgo para sufrir una reducción de su calidad de vida (2). Por otra parte, los problemas del suelo pélvico (incontinencia urinaria o fecal, disfunción sexual o prolapsos) pueden aparecer o agravarse durante el embarazo (3), problemas que también influyen negativamente en la calidad de vida de las gestantes.
La participación regular en programas de ejercicio físico se ha asociado con la prevención primaria y/o secundaria de numerosos problemas de salud en todo tipo de población (4). Existen también la evidencia de que el ejercicio de intensidad moderada ayuda a mejorar el auto concepto, el estado psicológico, la sensación de bienestar y el humor, mejorando así la calidad de vida (5-7). En el ámbito del embarazo, estudios recientes señalan que el ejercicio físico durante este periodo juega un rol importante en la prevención de la ganancia excesiva de peso, incluso en aquellas mujeres con sobrepeso u obesidad pregestacional, sin modificar negativamente los resultados del embarazo (8-10). Además una adecuada tonificación muscular y control postural puede ayudar a la mujer embarazada a prevenir dolores de espalda, ayudar a que se sienta más ágil y puede ayudar a que se adapte mejor al incremento de peso y al cambio de su centro de gravedad (2).
A pesar de las evidencias científicas que existen sobre el tema especialmente en el ámbito fisiológico, todavía quedan dudas que resolver acerca del tipo, intensidad, duración y frecuencia del ejercicio físico durante el embarazo y su influencia en los aspectos psicológicos o socio afectivos de la mujer gestante.
El objetivo del presente estudio es investigar la influencia de un programa de ejercicio físico de intensidad moderada realizado durante toda la gestación sobre la percepción de salud de la gestante.
MATERIAL Y METODOS
Se ha diseñó un ensayo clínico aleatorizado controlado, no enmascarado y unicéntrico. El estudio fue revisado y aprobado por el comité ético de Investigación Clínica del Área 9 de Madrid. Se contactó con un total de 398 mujeres en su primera consulta obstétrica a las que se invitó a participar en el estudio. Los criterios de inclusión fueron: ser primípara con gestación única, no padecer incontinencia urinaria ni ninguna contraindicación obstétrica para realizar ejercicio físico señalada por la American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG) (11), dar a luz en el Hospital Universitario de Fuenlabrada (Madrid) y no participar en otros programas de ejercicio físico.
De las mujeres con las que se contactó inicialmente, 114 mujeres fueron distribuidas aleatoriamente en el grupo de control (GC, n=57) y grupo de intervención (GI, n=57). La aleatorización se realizó mediante un ordenador central. Todas las mujeres recibieron información del estudio y firmaron un consentimiento informado siguiendo las directrices de la Declaración de Helsinki de 2008. Finalmente, las mujeres analizadas fueron 101 (GC, n=51 y GI, n=50. Muestra perdida 13, 11.4%).
Intervención
El programa de ejercicio físico incluyó un total de 70-75 sesiones de 55-60 minutos cada una. La frecuencia de las sesiones fue de tres días por semana, desde la semana de gestación 10-14 hasta la semana 36 o final de gestación. Se ha considerado necesario asistir como mínimo a un 80% de las sesiones (56-60 sesiones) repartidas a lo largo de 22 semanas como mínimo (desde la semana 14 a la semana 36), para incluir los datos en el estudio. En el desarrollo del programa, se trabajó con grupos de 8-12 gestantes para asegurar un buen clima de trabajo.
Cada sesión mantuvo la siguiente estructura: calentamiento (8 min), parte aeróbica, tonificación, fortalecimiento del suelo pélvico y vuelta a la calma. La parte aeróbica (20 min) estuvo compuesta por modalidades como baile latino, aeróbic o cardio box. Durante la tonificación (10 min), se buscó un trabajo equilibrado de todos los grupos musculares, haciendo hincapié en aquellos que pudieran ayudar a mejorar la postura corporal y a reducir los problemas típicos del embarazo como la retención de líquidos o los dolores de espalda.
El trabajo del suelo pélvico constituyó uno de los puntos fuertes del programa, que lo diferencia de la oferta actual. Durante esta parte de la sesión (10 min) se ayudó a las mujeres a percibir y controlar su suelo pélvico para fortalecerlo a través de contracciones lentas y rápidas. En la vuelta a la calma (10 min) se realizaron estiramientos de los grupos musculares implicados en la sesión y de aquellos más resentidos por los cambios morfológicos causados por la gestación. De forma periódica se utilizaron técnicas de relajación o masaje y en todas las sesiones se hizo una puesta en común de la misma.
Para controlar la intensidad del ejercicio, las mujeres llevaron un pulsómetro durante las clases. Además se utilizó la medición del esfuerzo percibido mediante la escala de Borg. Para un ejercicio de intensidad moderada, el esfuerzo percibido debe situarse entre un 12 y un 14 en la escala de Borg, que corresponde con “algo fuerte” (11).
Las sesiones se llevaron a cabo en una sala preparada para realizar ejercicio en el propio Hospital Universitario de Fuenlabrada, que mantuvo condiciones adecuadas para la seguridad de las gestantes (altitud 664 m; temperatura 19-21º C; humedad 50-60%).
Variables del estudio
Las variables que están relacionadas con la percepción de la salud y la incontinencia urinaria fueron medidas con los cuestionarios validados SF-36 King’s Health Questionnaire (12) y el ICQ-SF (13), respectivamente. Se pidió a cada embarazada que rellenase ambos cuestionarios antes y después de la intervención.
Otras variables que se tuvieron en cuenta fueron las siguientes: edad, índice de masa corporal (IMC) pregestacional, hábitos de tabaquismo, actividad ocupacional, tiempo en bipedestación diaria, nivel de estudios, abortos anteriores y hábitos de ejercicio físico durante el año anterior al embarazo. Fueron recogidas mediante una entrevista inicial.
Análisis estadístico
Para el estudio de las variables cuantitativas se ha utilizado la Prueba T para muestras independientes. Para analizar las variables categóricas se ha utilizado el procedimiento de Tablas de contingencias y para determinar si dos variables se encuentran relacionadas se ha aplicado el estadístico Chi-cuadrado (X2). Un valor de p<0.05 se ha considerado estadísticamente significativo.
RESULTADOS
Los resultados se presentan en la Tabla 1 (características maternas previas a la intervención) y Tabla 2 (Percepción de salud y puntuación ICIQ-SF al final de la intervención).
Tabla 1. Características maternas previas a la intervención
Tabla 1. El ejercicio físico supervisado durante el embarazo mejora la percepción de la salud. Ensayo clínico aleatorizado
No se han encontrado diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos en las características maternas de la intervención. Tampoco existen diferencias estadísticamente significativas en la percepción de la salud previa a la intervención. Como uno de los criterios de inclusión fue no padecer incontinencia urinaria, tampoco encontramos diferencias en la puntuación ICIQ-SF.
Al final de la intervención las mujeres del GI tenían una percepción de la salud más positiva que aquellas del GC (muy buena GC: 5, 9.8%, GI: 35, 70%, p
Tabla 2. Percepción de salud y puntuación ICIQ-SF al final de la intervención
Tabla 2. El ejercicio físico supervisado durante el embarazo mejora la percepción de la salud. Ensayo clínico aleatorizado
DISCUSIÓN
Los resultados obtenidos muestran que las mujeres que han realizado ejercicio físico durante su gestación perciben su salud de forma más positiva que aquellas que llevan una gestación sedentaria. Además, que el programa que han seguido es efectivo en la prevención primaria de la incontinencia urinaria durante el embarazo.
Los datos obtenidos se encuentran en consonancia con autores que sugieren que el ejercicio físico mejora la percepción sobre la salud, o que mejora los factores psicológicos como el nivel de estrés o el humor (14). Un ejemplo es el de Montoya Arizabaleta y cols., que desarrollan un programa de actividades aeróbicas de tres meses de duración y encuentran una mejora en la percepción de la salud de las gestantes (15).
El fortalecimiento de la musculatura del suelo pélvico ha sido descrita como una herramienta válida para la prevención y el tratamiento de la IU durante el embarazo (16-18). Sin embargo, en un reciente estudio de Bø y cols. no se encuentra este efecto cuando el fortalecimiento del suelo pélvico se desarrolla dentro de un programa general de ejercicio físico llevado a cabo por instructores de fitness (19).
Las fortalezas del presente estudio y lo que lo puede diferenciar de los demás son: que se trata de un ensayo clínico aleatorizado, las características, duración y frecuencia del programa (22 semanas, 3 sesiones/semana) y la adherencia al mismo (11% muestra perdida). Una limitación del estudio consiste en que el estudio es no se ha podido enmascarar, dado que la mujer que participa en el programa de ejercicio sabe que lo realiza, y que la persona que imparte las clases es el investigador principal.
En la actualidad cada vez son más las mujeres que quieren mantenerse activas durante la gestación, y más los profesionales de la salud que lo recomiendan. Ese tipo de estudios puede ayudar ambos a escoger el tipo, duración y frecuencia del ejercicio físico más adecuados y que mayores beneficios reportan. Además de los resultados encontrados, este tipo de programa puede contribuir a mejorar otros aspectos emocionales durante el embarazo, la forma en que se enfrenta una mujer al parto y al periodo postparto, aspectos que sería interesante tratar en futuros estudios.
CONCLUSIONES
Un programa de ejercicio físico supervisado, de intensidad moderada y que incluya ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico, desarrollado durante toda la gestación, ayuda a las mujeres a percibir su salud de forma más positiva y es efectivo en la prevención primaria de la IU durante el embarazo.
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