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31 May 2011

El entrenamiento con pulsómetro o monitor de cardio

Todo la información necesaria para empezara utilizar un pulsómetros, adquirir más información sobre su aplicación al entrenamiento deportivo y las utilidades adicionales que esta herramienta ofrece.

Autor: Ricardo Segura Falcó – Director de Alto Rendimiento

Introducción

Los pulsómetros deportivos o para el fitness cumplen ya algunos años de existencia, pero no fue hasta hace poco que el entrenamiento con estos aparatos se emparejó con su tecnología y desarrolló para hacer del entrenamiento una actividad más simple y efectiva, tanto para el deportista iniciado, intermedio o el más avanzado. Mientras muchos deportistas poseen un monitor cardiaco (pulsómetro), a menudo no se explota todo su potencial que ofrecen estos aparatos. Otros corredores no poseen pulsómetros o incluso desconocen los beneficios del entrenamiento con estos. Las siguientes líneas están enfocadas a esclarecer estos aspectos incluyendo también algunos ejemplos de su aplicabilidad.

¿Porqué utilizar un pulsómetro?

Los pulsómetros son aparatos diseñados para poder llevarlos durante el ejercicio con el propósito de medir y registrar la frecuencia cardiaca en pulsaciones por minuto, ofreciendo al mismo tiempo información instantánea del nivel de trabajo de tu corazón. El estado de tu corazón (no olvidemos que también es un músculo) es la clave para la capacidad aeróbica, denominada entre muchas de sus aceptaciones como “fondo cardiovascular o fondo respiratorio”.

Tanto para la salud del individuo como la del corazón durante el ejercicio y la competición, el fondo aeróbico es el punto central prácticamente para todos los corredores. Los pulsómetros son los instrumentos asequibles más efectivos para encontrar y desarrollar el progreso en vías a aumentar el fondo aeróbico.

1) fácil manejo y exactitud:

Los pulsómetros son la única forma práctica, efectiva para averiguar y registrar tus pulsaciones a lo largo de una sesión completa de trabajo. Estos aparatos proveen un registro completo de tus pulsaciones por minuto (bpm, del inglés beats per minute) durante una duración de trabajo y también, ofrecen una mayor exactitud comparado con la toma de pulsaciones manual.

En algún artículo anterior de Alto Rendimiento ya se ha mencionado que la variación (error de medida) al contar las pulsaciones manualmente puede llegar hasta incluso 13 pulsaciones por minuto si se compara con el Pulsómetro. Esta variación, supone un auto-engaño para el deportista que se rige por la medición manual puesto que el error de 10-15 bpm te hace estar trabajando en una zona de entrenamiento diferente. En situaciones de trabajo máximo o submáximo-elevado el error es incluso mayor si lo tomamos manualmente. Además, detener el entrenamiento, durante unas series de esfuerzo, un sprint, etcétera, para poder contar las pulsaciones interrumpe tanto el entrenamiento como tu frecuencia cardiaca, e incluso presionar la arteria carótida (posiblemente uno de los dos puntos más comunes para la detección manual de las pulsaciones) disminuye el pulso, aumentando incluso más el error.

Persona con Pulsometro

2) Evaluar tu forma física:

La Frecuencia Cardiovascular es el factor individual mas significante en la velocidad del deportista (Mayor velocidad-esfuerzo = + BPM); consecuentemente, el pulsómetro ofrece la excelente posibilidad de averiguar el fitness cardiovascular y la personalización de tus sesiones de entrenamiento para cumplir con los objetivos cardiovasculares. Medir la frecuencia de trabajo de tu corazón es el método más exacto para determinar que beneficio deriva de tu entrenamiento (ese apartado lo desarrollamos más adelante). Otros métodos disponibles, tales como la dureza con la que el deportista respira, o la sensación de cansancio que una persona siente, pueden reflejar otros factores y dar datos confusos reales sobre la efectividad de tu trabajo. Llegado a este punto, cabe mencionar que existen algunas otras pruebas de “laboratorio o campo” entre ellos, los medidores de lactato portátiles que trataremos en otro artículo, que por lo general, son mucho más caros, cuesta más tiempo realizar la medición, hay que tener cuidado con la toma/medición y su aplicación y requiere cierto conocimiento de fisiología para extraer un análisis adecuado de los resultados.

3) Prevenir el sobre-entrenamiento:

Para muchos deportistas competitivos, el régimen semanal de entrenamiento se compone generalmente de una planificación de siete días sobre una fina línea de entrenamiento entre entrenamiento óptimo y sobre-entrenamiento. El uso del pulsómetro para evitar el sobre-entrenamiento del cuerpo implica maximizar la eficacia de tu entrenamiento y al mismo tiempo minimizar el riesgo de lesión. El riesgo de lesionarse decrece considerablemente si no sobre-estresamos el cuerpo. Las lesiones son un verdadero problema y significan dar un paso atrás en nuestro progreso, entrenamiento y rendimiento final. Aunque los expertos expresan diferencias sobre “cuanto ejercicio es demasiado ejercicio”, el pulsómetro se puede utilizar como centro de control una vez determinada la intensidad de trabajo semanal deseada. ¿Te permiten los días de recuperación realmente recuperar tu cuerpo? La respuesta, en muchos casos, es que los días más suaves del deportista, simplemente no son lo suficientemente livianos. Utilizando el pulsómetro para estar por debajo del techo específico evita vaciar el almacén del glucógeno corporal, asegurando resguardar la energía para realizar sesiones intensas con más vigor y evitando tener que incorporar días de reposo imprevistos (no planeados) por culpa de la fatiga.

4) Prevenir el infra-entrenamiento:

Un término mucho menos citado que el “sobre-entrenamiento” pero con la misma relevancia. Al contrario de lo mencionado en el punto anterior, ocurre que algunos deportistas simplemente no ejercitan a menudo con la dureza o la intensidad suficiente. En este caso, el pulsómetro puede funcionar como una especie de entrenador, que comunica por mediación de una señal sonora cuando el cuerpo puede está en el límite inferior y consecuentemente cuando poner un pie en el acelerador. Configurada una frecuencia cardiaca mínima para una actividad, el monitor  avisa cuando cruzar la línea de intensidad mínima memorizada como objetivo: ahí el aviso de tener que aumentar la intensidad.

6) Ritmo y equilibrio durante la competición:

Algunos deportistas no sólo entrenan con pulsómetro, también compiten contra sí mismos. El pulsómetro es mejor herramienta para poder contabilizar el esfuerzo durante la competición que las marcas de kilometraje, pues la velocidad apropiada de cada kilómetro durante una distancia puede variar. Al mismo tiempo, el pulsómetro es indiferente a las condiciones de viento, el ritmo de los otros competidores, los ánimos que llegan desde el público, el silencio de las rectas interminables que se presentan hacia el final de algunas carreras o en sus tramos principales sin olvidarnos de las grandes subidas o las curvas; es un observador objetivo e imparcial que puede ayudar a mantener una frecuencia de trabajo constante y en diferentes circunstancias, bien sea sobre un terreno variado, en áreas donde los factores externos afectan tu motivación y velocidad. Dentro del contexto de la carrera, el pulsómetro es quizás de mejor uso para poder prevenirte a la hora de realizar una salida demasiado rápida o trabajar demasiado duro durante las primeras fases de la carrera.

Otro ejemplo, se presenta cuando corres junto a un adversario e intentas (o él intenta) mantener un ritmo de emparejamiento. Tácticamente puede presentarse la ocasión en la que interese ir acompañado pero en otras ocasiones no. Con sólo una mirada al pulsómetro recibirás la indicación (según tus pulsaciones y sensaciones) para saber si te toca escapar, variar el ritmo o incluso dejar al contrincante marchar en el caso de que tus pulsaciones estén muy por encima del ritmo de carrera para el que has entrenado.

Una consideración a tener en cuenta el día de la competición, sobre todo si eres novicio con el uso del pulsómetro, es que el mismo evento o ambiente de competición provoca ciertos asomos psicológicos que se reflejan en forma de nerviosismo, ansiedad, excitación, etc. en el deportista (algo positivo para unos o negativo para otros) que refleja un aumento en las pulsaciones, especialmente en los primeros tramos de carrera. Este aumento en las pulsaciones provocado por los aspectos psicológicos del día de la competición no se presenta en los días de entrenamiento y por lo tanto, no tenemos que dejarnos engañar por una cifra en el pulsómetro que seguramente es más alta de lo normal. Lo interesante de esto, es registrar los aumentos en el día de la competición y compararlos con las cifras del entrenamiento. Esto ayuda a conocer algo mejor y con cifras como opera nuestro par cuerpo-mente.

7) disfrute:
Mientras muchos corredores disfrutan de sus largas carreras, el uso del pulsómetro añade un sabor diferente a la actividad diaria, bien se utilice para el entrenamiento o la competición, durante un par de kilómetros o veinte. Los monitores pueden dar una cuantificación divertida y exacta sobre el progreso e incluso, contribuye a añadir variedad en las sesiones.

Hasta aquí, hemos podido difuminar lo que supondría el uso de un pulsómetro básico cuyo coste puede no superar los 30 EUR. Por supuesto serás conocedor de que existen diferentes modelos y tipos de tecnología mucho más avanzada que podrán contabilizar tus calorías, frecuencia cardiaca máxima, medía, por vuelta e incluso pulsómetros de una gama algo más alta cuyo interface te permite pasar todos los datos aún PDA o al ordenador y registrar, comparar y/o analizar en pocos segundos el trabajo mediante gráficos y ahorrando operaciones complejas. Los pulsómetros de estas gamas más elevadas vienen con un software que fácilmente se instala en el ordenador.

pulsometro

Como utilizar un pulsómetro

Los pulsómetros son herramientas que proveen retroalimentación específica a tu cuerpo. Como resultado, el entrenamiento con pulsómetro sólo puede ser efectivo si utilizas la información para diseñar e implementar un régimen de trabajo que se ajuste a tus necesidades, características y nivel de forma física. Para hacer esto, hay que calcular varias zonas de trabajo específicas para tu corazón, y utilizar estas zonas como guía de trabajo durante las sesiones y la competición. La primera cosa que necesitas hacer para cumplimentar esto, es averiguar un par de valores o cifras clave.

Específicamente, las zonas a calcular pueden originarse de dos cifras: La frecuencia cardiaca máxima (FCM), que corresponde a al mayor número de pulsaciones al que el corazón puede latir por minuto, y tu Frecuencia Cardiaca en Reposo FCR), esta cifra corresponde a las pulsaciones por minuto del corazón cuando el individuo se encuentra en reposo completo e idealmente con la ausencia de un estímulo externo que resulte estresante (ruido, luz, otra gente alrededor, ingesta de cafeína, digestión alimenticia, post-actividad, etcétera), es decir cualquier cosa que pueda a hacer que el corazón tenga que trabajar adicionalmente a lo que entendemos por reposo absoluto.

Paso 1.
Establecer la FCM (frecuencia cardiaca máxima)

Fórmulas de estimación simple en para estimar FCM basándose en la edad:

Por lo general, este método proveerá una exactitud razonable aunque sólo para un 80% de los deportistas, aún así debería también realizarse una prueba de esfuerzo real. Comúnmente se utiliza una de esas 3 fórmulas para estimar la FCM:

Fórmula # 1:
La primera fórmula contempla simplemente sustraer tu edad al número 220 (para hombres) y 226 (para mujeres). Este método es preferible para corredores principiantes, que han llevado en los últimos meses una vida más bien sedentaria.

Por ejemplo, si eres un varón de 36 años, calcularás la estimación de tu FCM de la siguiente forma:

220-36 = 184 ppm

Si eres una mujer de 36 años, calcularás la estimación de tu FCM de la siguiente forma:

226-36 = 190 ppm

 

Formula # 2:
La segunda fórmula es muy similar, pero es preferible para aquellos individuos que son bastante activos y no diferencia entre sexos. Esta fórmula, simplemente sustrae la mitad de tu edad del número 205. Un ejemplo con el mismo individuo quedaría así:

205-18 = 187 ppm

Fórmula # 3:
La tercera fórmula va por la misma vertiente pero en este caso combinando la fórmula uno y la formula dos. Para hombres sustraer el 80% de la edad del número 214. Para mujeres, sustrae 70% de la edad del número 209. Si ponemos un ejemplo en este caso con una mujer de 36 años, el cálculo quedaría así:

Calculamos el porcentaje de la siguiente forma: 36 por 0,7 = 25,2

209-25,2 = 183,8 ppm (redondeando 184)

Todas estas fórmulas proveen aproximaciones basadas en curvas estándares que representan la FCM “normal” para una edad y/o sexo determinados, y son resultados que se  acercan a la FCM, aunque no demasiada precisión. Los resultados que conseguirás cuando realizas estos cálculos -basándose sólo en la edad- pueden ser utilizados como guía y nunca como una medida exacta.

Medición de la FCM con el esfuerzo físico:

La única forma de encontrar verdaderamente tu FCM es realizando una prueba física de forma vigorosa y durante varios minutos, obviamente mientras llevas colocado el pulsómetro. Dos opciones son las siguientes:

Opción 1: evaluación personal

Posiblemente la mejor forma para la mayoría de individuos que deseen calcular la FCM es por sí mismos. Un método efectivo (uno de ellos) es el realizar un entrenamiento de intervalo, preferiblemente en una colina o subida. Para realizar esta prueba, las piernas del individuo tienen que estar descansadas y no haber entrenado o competido el día anterior La distancia de esta colina tiene que medir entre 200 ó 300 metros de longitud. Debes correr hacia arriba a la máxima velocidad y volver trotando hacia abajo (lo que conocemos por recuperación activa), utilizando sólo el trote como período de reposo. Repite esta serie 5 ó 6 veces. Probablemente se presentará la posibilidad de que alcances una FCM real (tu frecuencia cardiaca máxima o FCM simplemente será el número más alto de pulsaciones por minuto o ppm que hayas podido provocar). 

Con la ausencia de una colina, tendrás que extender la longitud de tus intervalos a 400 metros, por ejemplo en una pista de atletismo).

Opción 2: prueba de laboratorio

En laboratorio, y sobre una bicicleta estática o una cinta andadora con un monitor de pulsaciones (generalmente conectado por electrodos a tu zona pectoral), el especialista te pedirá correr un programa corto a un ritmo específico e intenso. Esta opción suele tener un coste de unos 150 EUR y es mejor realizarla si crees tener alguna condición coronaria (en tal caso la prueba sólo será submáxima), o si estás poco seguro sobre tu salud física. La ventaja de este método es que siempre habrá personal médico para asistirte.

Ten en cuenta que la FCM puede ser un poco engañosa. Si una semana después de haber determinado la FCM a 186 ppm,  encuentras el número 192 en la pantalla del monitor mientras realizas un entrenamiento intervalos, que no te extrañé, tu FCM es 192. Esto no indica un cambio la forma física o la salud, sino más bien servirá como prueba de que cuando realizaste el test de la FCM la vez anterior, existía algún grado de agotamiento, disminuiste el esfuerzo durante la prueba o quizás no enfrentaste la prueba con toda la carne en el asador. Tu FCM es generalmente predeterminada y no tiene nada que ver con tu nivel de fitness. Algunos atletas tienen una FCM alrededor de 160 ppm mientras que otros tienen frecuencias que exceden las 200 pulsaciones por minuto. La única variación predeterminada en la FCM es una disminución aproximada de 1 ppm al año, un proceso que viene acompañado por el irrefutable envejecimiento.

Paso 2.
Estableciendo tu frecuencia cardiaca en reposo (FCR)

Así como la FCM es básicamente fija, la Frecuencia Cardiaca en Reposo (FCR) sí que representa un reflejo de la forma física, y debería lentamente ir decreciendo en cuanto te pones más en forma. En general, la FCR si se compara con varios individuos puede variar enormemente. Una persona acostumbrada a un estilo de vida sedentario puede tener una FCR cercana o superior a 90 ppm. La mayoría de corredores de fondo tendrán un rango entre las 40 y 50 pulsaciones por minuto, y posiblemente incluso por debajo de las 40. La FCR absoluta más baja pertenece a los corredores de élite, algunos de los cuales apuntan por debajo de las 30 pulsaciones por minuto. Una de las razones para poder explicar esto es que el volumen de bombeo  de estos deportistas de élite es tan alto que cada latido suministra más del doble de sangre del que podemos observar en un adulto sedentario. Esto permite al corazón disminuir sustancialmente su frecuencia, mientras que al mismo tiempo puede suministrar a todo el cuerpo un flujo sanguíneo adecuado. Un volumen de bombeo elevado refleja asimismo un corazón fuerte y la musculatura y tamaño resultante manifiestan un alto nivel de fitness aeróbico.

Tu frecuencia cardiaca en reposo es exactamente como indica el término: el ritmo al que el corazón bombea cuando estás completamente en reposo. Aunque encontrar esa cifra es mucho menos costoso que calcular tu frecuencia cardiaca máxima, es fácil tener errores si se intenta averiguar en un momento o situación inapropiada. El mejor método para determinar tu FCR implica colocarse el pulsómetro al despertar por la mañana incluso antes de levantarse de la cama y a ser posible, cuando el día anterior también has descansado (sin haber entrenado). Simplemente tienes que permanecer relajadamente recostado durante 2 ó 3 minutos; las pulsaciones más bajas registradas en el pulsómetro coincidirán con tu FCR. Realizar esto a primera hora de la mañana guarda su lógica, pues hay muchos otros factores además de la actividad física que pueden llevarte a un aumento de la frecuencia cardiaca: incluyendo el estrés, la presencia de cafeína otros individuos interrumpiendo la relajación, las prisas del día etc. Todos estos factores terciarios incluyendo luces, ruido, polución u otras molestias pueden ser eliminados si se realiza la prueba al despertar. La deshidratación, el brote de una enfermedad, ausencia de reposo suficiente pueden también manifestarse mostrando un mayor  FCR.

Paso 3:
Cálculo de las zonas de entrenamiento

Las zonas de entrenamiento permiten al individuo personalizar su sesión de trabajo de acuerdo a las condiciones de su corazón y su nivel de forma físico actual. El uso de un monitor cardiaco sin personalizar el entrenamiento a sus zonas de entrenamiento, eliminan esencialmente los beneficios del entrenamiento con pulsómetro.

entrenamiento en cinta mecanica

Una vez establecidos la FCM y la FCR, sólo hay que coger una calculadora (o visitar el apartado Mide Tu Potencial de la web de Alto rendimiento) y fácilmente configura una tabla que te ayude determinar la carga/esfuerzo que estás imponiendo al corazón para una frecuencia cardiaca determinada. (Ver ejemplo de tabla abajo). Comúnmente los gráficos de tus zonas de entrenamiento, FC están basados en marcadores porcentuales, donde tu FCM corresponde al 100%. Para crear tu propio gráfico, calcula tu marca porcentual en incrementos de 5%, descendiendo del 100% hasta aproximadamente el 50% (rara vez trabajarás por debajo del 50% de tu capacidad). Es decir necesitarás saber el margen superior e inferior para cuando estés trabajando al 50%, 55%, 60%, 65%, etcétera hasta llegar al 100% o incluso en algunos casos al 110%. Utiliza la siguiente fórmula la fórmula.

Fórmula de las zonas de entrenamiento

((FCM-FCR) x Nivel Porcentual) + FCR

Por ejemplo, si tu FCM es de 190 ppm y la FCR es de 50 ppm. Para calcular tu zona de entrenamiento al 95% quedaría así:

((190-50) x 0, 95) + 50) = 183 ppm

Para calcular tu nivel al 90%, el cálculo aparecería de la siguiente forma:

((190-50) x 0, 90) + 50) = 176 ppm

El gráfico entonces, mostraría 190 como el 100% de tu máximo, 183 a 95% de tu máximo, 176 al 90% de tu máximo y así sucesivamente hasta qué alcances del 50%.

Estas zonas serán cruciales cuando determines un programa de entrenamiento y empieces a contrarrestar resultados.

Paso 4.
Aplicar un programa entrenamiento y contrarrestar los resultados

Si has completado los tres primeros pasos, podríamos decir que ahora estás preparado para empezar a entrenar utilizando tu pulsómetro. El modo en el que desees entrenar depende de tus objetivos finales. Algunos entrenadores-preparadores recomiendan a los corredores entrenar 2 días seguidos por encima de su 70%, configurando ese valor como el techo o tope para los días de recuperación. Muchos acuerdan que los días duros se deberían correr al 85%, o incluso por encima de ese valor.

Independientemente de cómo estés entrenando y para qué estas entrenando, será bueno mantener un control y registro de tus resultados. Es importante que registres no sólo tu frecuencia cardiaca para cada una de las sesiones, sino también, que registres tu FCR a diario. Algunos deportistas incluso llevan el pulsómetro durante todo el día, simplemente con intención de poder observar qué tipo de actividades y estímulos provocaron que las pulsaciones se aceleren.

Tercera parte
Cómo medir los resultados

El objetivo final de tu entrenamiento con un pulsómetro es el de ser capaz de correr o ejercitarte durante más tiempo y a un ritmo más rápido con una frecuencia cardiaca más baja. Si mantienes un registro y control de tus resultados, hay un par de formas sencillas (entre otras) para que evalúes el progreso.

1. Conforme vas mejorando, observarás que correr las mismas distancias a la misma frecuencia cardiaca resultará más fácil y menos agotador. Efectivamente, serás capaz de correr más rápido esas distancias sin que tu corazón tenga que trabajar más duro. Esto supone un reflejo directo del aumento de eficacia en tu corazón. Para poder observarlo, intenta realizar una prueba sobre una distancia establecida con el pulsómetro. Esta prueba tiene que tener una duración de varios kilómetros y configurada para correrla a una velocidad estable predeterminada (por ejemplo, 3 Km. en X tiempo), si eres un maratoniano correrías esta prueba más corta al ritmo de maratón. Repite la prueba unas semanas más tarde: Recorre estos 3 Km. al mismo ritmo como lo has realizado previamente, y comparar las frecuencias cardiacas de ambas pruebas. Si te encuentras más en forma (basándote en los valores registrados) desde que corriste la primera prueba, tu frecuencia cardiaca debería marcar un registro más bajo comparado con la segunda prueba.

frecuencia cardiaca en reposo

2. Compara la Frecuencia Cardiaca en Reposo durante varias semanas, siempre la mañana después del día (o días de reposo). Si por ejemplo te gusta el ciclismo y los lunes es tu día de reposo, entonces mide tu FCR los martes al levantarte de la cama y siguiendo las recomendaciones mencionadas más arriba. Una mejora en la condición física mostrará un ligero descenso en tu FCR con el paso de las semanas.

4. Qué tipo de pulsómetro debería comprar

Existen diferentes tipos de pulsómetros, los más comunes se componen de dos piezas principales: La cinta emisora digital que se coloca a la altura del esternón y contiene un sensor y un transmisor que envía las señales al reloj-pulsera. Estos aparatos vienen con un despliegue de diferentes accesorios y su precio puede variar entre los 30 a los 300 EUR dependiendo de las características y ventajas que ofrecen.

Características básicas: el rasgo principal que la mayoría de pulsómetro incorpora obviamente es  poder medir la frecuencia cardiaca. También, la mayoría de pulsómetros contienen una pantalla con todas las funciones típicas en un reloj deportivo así como una configuración que te permite ajustar la frecuencia cardiaca límite, máxima y mínima. Estas pantallas digitales difieren con respecto al tamaño de los dígitos, el tamaño del reloj, la instalación de luz nocturna, la resistencia acuática del aparato y la emisión de alarmas de aviso por sonidos entre otras.

Otras funciones: Existen un número de funciones más avanzadas con potencial de uso muy beneficioso:

Análisis de los datos complejos: los modelos de gama superior pueden realizar cálculos más complicados y resumir los datos registrados. Algunos pulsómetros permiten automáticamente grabar tu FCM y tu frecuencia cardiaca mínima de la sesión de entrenamiento y realizar cálculos más complejos, así como la media total de la frecuencia cardiaca, y encontrar disparidades entre las frecuencias altas, medias y bajas, etcétera.

Recopilación de datos más sofisticados: algunos pulsómetros pueden estimar el número de calorías consumidas y pueden también medir la temperatura ambiente. Otras opciones incluyen la medida de la altitud y la estimación de tu VO2máx, es decir el consumo de oxígeno máximo, un índice sobre el que hemos publicado numerosos artículos en Alto Rendimiento.

Un gran banco de memoria: Los pulsómetros mas sencillos muestran la información a tiempo real pero no suelen registrarla para que sea procesada más adelante o incluso comparar los datos con otras sesiones. Esta es la principal diferencia entre los pulsómetros de gama más económica o las más elevada. Los pulsómetros más avanzados contienen bancos de memoria y pueden registrar múltiples sesiones de entrenamiento sin borrar los datos de sesiones anteriores.

Tecnología informática: si quiere un registro de los resultados deforma exacta y con rapidez entonces, es conveniente buscar un pulsómetro que pueda ser directamente conectado con el ordenador. Aunque cabe mencionar que este es uno de los rasgos más costosos de los  pulsómetros, no podemos olvidar la cantidad de tiempo que nos ahorran. Estos aparatos más sofisticados permiten guardar gráficas de lectura, resultados sintetizados y cálculos complejos obtenidos por el monitor de cardio y que se han recogido a lo largo de varias sesiones de entrenamiento. Una vez que la sesión (o varias) ha finalizado, puedes descargar los resultados al ordenador y poder así ilustrar y analizar los datos de diferentes formas según tus necesidades, sin tener que haber parado el entrenamiento para tomar notas en un papel que muchas veces termina escondido en un fichero o incluso peor: en la papelera.

pulsometro, conectandose a ordenador

Señala digital codificada: hemos comentado más arriba que los pulsómetros tienen dos unidades separadas (la cinta pectoral y el reloj-pulsera), las lecturas de los sensores pectorales tienen que ser trasmitidas al reloj (receptor), pero si la señal no está codificada se pueden presentar interferencias y errores en los datos si se está utilizando en la Pulsómetro junto a otro u otros pulsómetros o aparatos electrónicos (por ejemplo junto a otro deportista, o aparatos cardiovasculares de un gimnasio). Si la señal no esta codificada para evitar interferencias los datos los resultarían inexactos. En este caso tenemos que buscar pulsómetros denominados “digitales”.

programa de seguimiento del pulsometro

Registrar los datos de entrenamiento con la bicicleta: algunos de los modelos más caros tienen gran cantidad de funciones a aplicar mientras ruedas con la bicicleta, así como la distancia recorrida, las velocidades máximas, mínimas y medias. Algunos pulsómetros de este tipo incluso permiten registrar datos para más de un tamaño diferente y bicicleta (la rueda). Esto puede ser de gran uso para aquellos que practican el ciclismo, triatlón, mountain bike, etcétera.

Precio: un pulsómetro básico cuesta menos de 30 EUR. Los pulsómetros de la gama más alta están entre los 300 y los 350 EUR. También existen versiones de Pulsómetros Multiples  generalmente utilizados por equipos deportivos o para clases en grupo. La ventaja y diferencia principal es que el software que acompaña este Kit permite recoger de una vez y simultáneamente los datos de varios usuarios y realizar comparativas ilustrativas en el ordenador.

Los precios asociados son tan variados que resulta difícil clasificar los monitores de cada tipo exclusivamente por precio y capacidad. Existen también un número de funciones de las cuales hablaremos en otra ocasión, por ejemplo la compatibilidad de los pulsómetros con las máquinas de cardio utilizadas en los centros deportivos y gimnasios. En ocasiones algunos modelos más económicos pueden contener la mayor parte de funciones y rasgos necesarios que te sirvan de buen uso según tus necesidades. Por lo tanto, a la hora de hacerse con uno de estos aparatos no tenemos que guiarnos exclusivamente por el diseño, sino por el uso que vayamos a hacer de él, antes del decidirse en un modelo específico.

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