Estudio correlacional entre estadios de cambio para el ejercicio físico, intención de ser físicamente activo y fluidez disposicional en adolescentes extremeños
Estudio correlacional entre estadios de cambio para el ejercicio físico, intención de ser físicamente activo y fluidez disposicional en adolescentes extremeños
RESUMEN
El objetivo fue determinar las relaciones existentes entre los estadios de cambio para el ejercicio físico, la intencionalidad de ser físicamente activo y la fluidez disposicional. Para ello se utilizó el Cuestionario de Estadios de Cambio para el ejercicio físico – Medida continua (URICA-E2), la Medida de Intencionalidad de ser físicamente activo (MIFA) y la Escala de Fluidez disposicional-2 (DFS-2). Dichos cuestionarios fueron aplicados a 359 estudiantes de segundo ciclo de E.S.O. y 1º de Bachillerato. Los resultados nos informan de que el estadio de Precontemplación se relaciona negativa y significativamente con la Intención de ser físicamente activo y con la Fluidez disposicional, siendo esta última relación menor que .30. Por otra parte, el estadio de Contemplación-Preparación se relaciona positiva y significativamente con la Intención de ser físicamente activo y con la Fluidez disposicional, no alcanzando esta última relación .30. Además, para el estadio de Acción-Mantenimiento, ambas correlaciones son positivas y significativas (Intención y Fluidez disposicional). Como conclusión, se puede señalar la necesidad de incidir sobre los estadios de contemplación, reparación y mantenimiento a través de diferentes programas de actividad física, con el fin de determinar una mayor adherencia de la actividad física.
INTRODUCCIÓN
Aún teniendo en cuenta la creciente evidencia de que la actividad física regular se asocia a la prevención de enfermedades muy comunes en la actualidad, como enfermedades coronarias, cáncer, hipertensión, diabetes tipo 2, u obesidad y que un estilo de vida activo produce numerosos beneficios para la salud física y mental (Annesi, Faigenbaum, Smith, Unruh, & Hamilton, 2007; Moreno, Coll, & Cervelló, 2008), muchos jóvenes son insuficientemente activos (Gal, Santos, & Barros, 2005; Salmon & Timperio, 2007).
Precisamente esta falta de actividad está plasmada como un grave problema de salud en la sociedad actual y podría ser la razón del por qué la motivación hacia el ejercicio físico y la promoción de la adherencia al mismo son áreas muy importantes en la psicología del ejercicio (Thgersen-Ntoumani & Ntoumanis, 2006), por lo que varios autores han señalado la importancia de los factores motivacionales para la práctica de actividades físico-deportivas (Capdevila et al., 2007; García-Mas et al., 2006; Ingledew & Sullivan, 2002).
Por ello, también será importante comprender el cambio de comportamiento de actividad física desde la perspectiva teórica (McAuley, Jerome, Elavsky, Márquez, & Ramsey, 2003), y aún será más enriquecedor integrando los constructos de una serie de teorías, lo cual podría facilitar el desarrollo y la implementación de programas motivacionales de actividad física efectivos en futuros estudios (Kosma, Gardner, Cardinal, Bauer, & McCubbin, 2006).
Teniendo en cuenta esta premisa, en este estudio de corte correlacional, se pretenden analizar variables de diversas teorías y modelos que pueden ayudar a comprender el por qué y cómo los adolescentes cambian sus pensamientos (intención de ser físicamente activo) y pasan de un estadio comportamental (precontemplación) a otro más activo (contemplación, preparación,…), lo que se puede traducir en aumentar su práctica de actividad físico-deportiva.
Por otra parte, cabe destacar el papel de la fluidez disposicional, ya que ésta nos muestra que aquella persona que disfrute con la práctica de actividad físico-deportiva, estará más motivada intrínsecamente y será más probable que practique en su tiempo libre, el cual debería ser el objetivo principal de todos los profesores de educación física (E.F.), que los discentes, al finalizar el instituto, sean conscientes de la importancia de la actividad física y puedan adquirir hábitos saludables, sin dejar a un lado la práctica de ejercicio físico, de una forma autónoma. De hecho, Gao, Lodewyk, y Zhang (2009) han utilizado la intención de práctica futura como un índice de logro en E.F. puesto que la predijeron la importancia de la E.F. para los discentes, el interés por la misma, la utilidad, la autoeficacia y las creencias relacionadas con sus expectativas.
Además, se justifica el estudio de la etapa de la adolescencia puesto que ésta constituye un periodo de la vida que está suscitando gran interés en cuanto al estudio de los estilos de vida saludables, ya que adquirirán hábitos que se conforman en la vida adulta (Roman, Serra, Ribas, Pérez, & Aranceta, 2006; Van der Horst, Paw, Twisk, & Van Mechelen, 2007).
De hecho, autores como Matos (2004) creen que los comportamientos y los estilos de vida saludables en la fase adulta son, en mayor medida, producto de los patrones adquiridos durante la adolescencia, jugando así un papel fundamental a la hora de adquirir actitudes y hábitos positivos que continúen en edades posteriores. De este modo, se cree que sería más fácil desarrollar hábitos saludables respecto a la actividad física a edades tempranas que tratar de eliminar los hábitos de sedentarismo adulto. Por otra parte, Sánchez Fuentes, Barba, y Domínguez (2004) señalan que la adolescencia es el punto de partida para la adopción de hábitos que ponen en riesgo la salud y cuando se produce un mayor índice de abandonos de actividad físico-deportiva.
Nos adentramos en la conceptualización del Modelo Transteórico del Cambio (MTT), cuyo objetivo es ofrecer una clara comprensión de los estadios y procesos del cambio de comportamiento (Prochaska & DiClemente, 1983). Éste considera cinco estadios de cambio (precontemplación, contemplación, preparación, acción, y mantenimiento), no obstante, en el cuestionario que se utiliza en este estudio (Marcus, Selby, Niaura, & Rossi, 1992) se definen seis estadios, puesto que el estadio de precontemplación se subdivide en dos: los que creen que el ejercicio físico es bueno, pero no contemplan hacerlo, y a los que no les interesa para nada, por lo que en ambos el individuo no es activo ni tiene intención de serlo en el futuro.
En el estadio de contemplación, el individuo tampoco es activo, pero se empieza a plantear cambiar su estado y volverse activo en los próximos seis meses (DiClemente et al., 1991). En el estadio de preparación, el individuo no es físicamente activo de un modo regular, pero pretende serlo en un futuro inmediato, por ejemplo, en un mes. En el de acción el individuo se une regularmente al nuevo comportamiento, pero ha comenzado desde hace menos de seis meses. Por último, en el estadio de mantenimiento el individuo continúa con el comportamiento perteneciente a la práctica de ejercicio físico regular desde hace más de seis meses. En general, cuanto más alto sea el estadio en el que el sujeto se encuentra, más alto será el nivel de actividad físico-deportiva (Dannecker, Hausenblaus, Connaughton, & Lovins, 2003).
Los estadios de cambio, al igual que la intención de ser físicamente activo, constituyen un fuerte predictor del comportamiento relacionado con la actividad física (Rosen, 2000), no obstante, la terminología utilizada para describir los estadios de cambio más tempranos puede que no esté directamente reflejada en la intención. Además, se ha criticado que la intención puede no estar directamente valorada en los estadios de cambio más activos. Por ello, los futuros estudios necesitan enfocarse en el desarrollo y uso de instrumentos de estadios de cambio que reflejen tanto la intención como el comportamiento (Godin, Lambert, Owen, Nolin, & Prud’homme, 2004).
Fundamentándonos en autores como Rosen (2000), que demuestra que la intención de ser físicamente es una variable que puede discriminar los estadios de cambio con respecto al ejercicio físico, o en los resultados de diferentes estudios (Downs & Hausenblas, 2005; Ntoumanis, 2005; Ziegelmann, Luszczynska, Lippke, & Schwarzer, 2007), creemos que el estadio de precontemplación se relacionará negativa y significativamente con la misma, mientras que con los otros dos irá aumentando el peso de la relación positiva y significativa a medida que el estadio sea más activo. Con respecto a la fluidez disposicional, aunque no se ha encontrado bibliografía que lo trate específicamente, creemos que ésta se relacionará positiva y significativamente con los estadios activos, de un modo paralelo al que lo hace la motivación más autodeterminada (Cervelló, Moreno, Alonso, & Iglesias, 2006; Moreno, Cervelló, & González-Cutre, 2010), y negativa y significativamente con el estadio de precontemplación.
MÉTODO
Muestra
La muestra de este estudio perteneció a una población de estudiantes de segundo ciclo de la E.S.O (3º y 4º de E.S.O) y 1º de Bachillerato de diferentes centros escolares de la ciudad de Cáceres.
Procedimiento
Se concretaron varios días y horas para la administración de los cuestionarios, de tal modo que los discentes los rellenaban en su aula, con la ausencia de su profesor/a de E.F., individualmente y en un clima que les permitiera concentrarse, sin distracciones y con la presencia del investigador.
Previamente a la cumplimentación de los cuestionarios, se les expusieron una serie de instrucciones para rellenar los mismos, así como el objetivo principal del estudio con el fin de que mostraran mayor interés al completarlos, se aclararon algunos términos que podían resultar confusos, se les animó a contestar de la manera más sincera posible, se les dijo que sus respuestas eran confidenciales y que sólo el responsable de la investigación tendría acceso a ellas. El tiempo empleado por los estudiantes para cumplimentar los cuestionarios era aproximadamente de unos 35-40 minutos.
Instrumentos
Cuestionario de estadios de cambio para el ejercicio físico – Medida Continua (URICA-E2): este cuestionario (Marcus, et al., 1992) mide los estadios de cambio comportamental en el ejercicio físico.
Cuestionario de medida de la intencionalidad para ser físicamente activo (MIFA) (Hein, Müür, & Koka, 2004).
Escala de la fluidez disposicional-2 (DFS-2): se utilizó la Escala de la Fluidez Disposicional de Jackson (2000) adaptada al contexto español por Jiménez, García, Santos-Rosa, y Cervelló (2005) para medir la fluidez disposicional en las clases de E.F.
Las respuestas de todos los cuestionarios están formuladas en una escala tipo Likert en la que cada ítem tiene un rango de respuesta de 1 a 5. El 1 corresponde a totalmente en desacuerdo y el 5 a totalmente de acuerdo con la formulación de la frase.
RESULTADOS
En este apartado se presentan las relaciones existentes entre los estadios de cambio y las variables intención de ser físicamente y fluidez disposicional (ver Tabla 1), objetando que en algunos casos señalados aparecieron correlaciones por debajo de .30, con las cuales, aún siendo significativas, en la interpretación de los resultados habrá que ser prudentes, como señalan algunos autores (Pardo y Ruiz, 2002), puesto que pueden verse afectadas por factores como el tamaño de la muestra o el azar.
Tabla 4.
Nota. p menor que.010**; p menor que.050*.
Los resultados nos informan de que el estadio de Precontemplación se relaciona negativa y significativamente con la Intención de ser físicamente activo y con la Fluidez disposicional, siendo esta última relación menor que .30.
Por otra parte, el estadio de Contemplación-Preparación se relaciona positiva y significativamente con la Intención de ser físicamente activo y con la Fluidez disposicional, no alcanzando esta última relación .30.
Además, para el estadio de Acción-Mantenimiento, ambas correlaciones son positivas y significativas (Intención y Fluidez disposicional).
DISCUSIÓN
Este trabajo se realizó principalmente para averiguar sobre qué variables psicosociales se debería trabajar con el fin de incentivar a los adolescentes a cambiar su estadio de cambio para el ejercicio físico, permitiéndoles avanzar progresivamente hacia el estadio de cambio más activo, el de mantenimiento.
Si un individuo se divierte en las clases de E.F., sus experiencias en las mismas serán más positivas y las podrá relacionar con la actividad física, por lo que se crearán unas intenciones en el alumno que se encaminarán a repetir esas actividades que le hacen disfrutar, ya sea volviendo a clase de E.F. más motivados o buscando tiempo libre para realizarlas por su cuenta.
En cuanto a los resultados encontrados, la intención de ser físicamente activo y la fluidez disposicional se relacionan positiva y significativamente con los dos estadios activos; y negativa y significativamente con el estadio de precontemplación.
Al igual que ocurrió en un estudio comentado anteriormente (Ntoumanis, 2005), en el que se mostró que las intenciones de participar en E.F. optativa predecían positivamente la participación, la intención de ser físicamente activo se relacionó positiva y significativamente con los dos estadios en los que los individuos eran activos físicamente, ya fuera de una manera irregular (contemplación y preparación) o regular (acción y mantenimiento). Además, autores como Downs y Hausenblas (2005) proporcionan soporte empírico indicando que el poder predictivo de la intención oscila entre el 20% y el 40% de la varianza explicada para el comportamiento relacionado con la actividad física, lo cual es coherente con los resultados obtenidos en este estudio.
No obstante, otros aseguran que sigue habiendo un agujero entre la intención y la acción (Kelley & Abraham, 2004), causado por aquellos que expresan una intención positiva de hacer ejercicio, pero no lo hacen, un tercio de la población (Godin & Conner, 2008). Esta observación es congruente con el análisis de Sheeran (2002), quien también lo identificó como la principal causa de la falta de consistencia entre intención y comportamiento.
Otros estudios plantean que las intenciones deberían estar complementadas con predictores más proximales que puede que facilitaran la transición de intención a acción, como el establecimiento de un plan estratégico de acción por parte del propio sujeto (Luszczynska, Sobczyk, & Abraham, 2007; Sniehotta, Scholz, & Schwarzer, 2005), que mediaba la relación entre las intenciones y la actividad física entre los estudiantes (Conner & Norman, 2005; Ziegelmann et al., 2007). Este concepto es más que una simple extensión de la intención porque incluye parámetros situacionales (cuándo, dónde) y una secuencia de acción (cómo), y realmente es lo que ocurre en el estadio de preparación, donde el individuo se plantea el comenzar a practicar ejercicio físico regular en un futuro próximo, pensando un día y hora para comenzar, quedando con amigos para practicar con ellos, etc.
Al contrario, como se ha mencionado en otras ocasiones, no hemos encontrado para la fluidez disposicional estudios que muestren los resultados expuestos en esta investigación, sino que nos hemos basado en estudios que relacionan la fluidez con otras variables psicosociales y comportamentales que nos llevaron a pensar que los resultados irían en esta línea.
Uno de estos estudios, en el que Cervelló et al. (2006), éstos demostraban que los discentes que practicaban deporte fuera del horario escolar reflejaban mayor Fluidez disposicional que los que no practicaban y, por tanto, consideraron que quizá la mayor propensión a experimentar fluidez fuera una variable que predijera la práctica deportiva extraescolar. En base a estos resultados, podemos concluir que se relacionan con los obtenidos en este estudio puesto que la fluidez disposicional se relaciona positiva y significativamente con los estadios de cambio en los que los individuos realizan práctica de actividad física, ya sea irregular (contemplación y preparación) o regular (acción y mantenimiento). Esto se podría explicar suponiendo que la mayoría de adolescentes que practican deporte extraescolar es porque les gusta, por lo que en las clases de E.F. se sentirán cómodos y relajados al serles familiar lo que están realizando y estarán en disposición de experimentar un estado psicológico óptimo que les permita aprovechar al máximo las clases.
En esta línea, aunque se trate de individuos que ya se encontraban realizando una actividad físico-deportiva de forma regular, Whitmore (2005) encontró que la fluidez disposicional predecía de forma positiva la especialización de personas que practicaban actividades deportivas en el medio natural, lo que llevaba a que éstas dedicaran un mayor tiempo a la actividad. He aquí la importancia que posee la fluidez para favorecer la adherencia en el deporte, así como para el aumento de la motivación, el esfuerzo y, como consecuencia, la dedicación a una actividad físico-deportiva.
Lo que se debería intentar principalmente es intentar cambiar la mentalidad que poseen los adolescentes sobre la práctica de actividad físico-deportiva. Lo podemos apreciar en un estudio (Barnes, Curran, Lunos, Ahluwalia, & Collins, 2010) que se realizó con personas diabéticas o con alguna enfermedad arterial periférica asintomática, demostrándose que los participantes en el estadio de acción entendían la actividad física como una alternativa, recompensándose a sí mismos y comprometiéndose más que los otros, así como percibiendo más beneficios que los pertenecientes al estadio de precontemplación.
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