evaluación-diagnóstico de un programa educativo de ocio: Puntos Fuertes, Debiles y Propuestas de Mejora del Programa “Luditarde” de la ciudad de A Coruña
RESUMEN COMUNICACIÓN/PÓSTER
En esta comunicación se resumen los puntos fuertes, los puntos débiles y las propuestas de mejora del programa educativo de ocio “Luditarde” de la ciudad de A Coruña. Se pretende implicar en el proceso evaluativo a los colectivos relacionados en el programa (directivos, técnicos, educadores y usuarios) y aportar una información útil para los procesos de decisión vinculados con su mejora. La muestra estuvo formada por 99 alumnos, 57 padres, 15 educadores, 3 técnicos y 2 directivos del programa. Para la obtención de la información se utilizaron cuestionarios, grupos de discusión y entrevistas en profundidad. Las conclusiones indican que los principales puntos fuertes del programa son el interés de las actividades para los participantes, su filosofía educativa y ciertas ventajas estructurales poco habituales en el contexto extraescolar (organigrama, horarios, etc.). Entre los puntos débiles destacan la escasa participación de los alumnos de tercer ciclo de primaria y la situación laboral de los educadores. Las propuestas de mejora varían ostensiblemente en función de los colectivos que informan sobre ellas.
Palabras clave (3-5 palabras):
Evaluación de programas, ocio, actividades extraescolares, deporte escolar.
1. Introducción
En el contexto de la evaluación de programas extraescolares es necesario conocer las razones por las cuales los promotores de un programa acceden o solicitan que éste se valore. Fashola (2001) destaca tres finalidades: justificar y legitimar las inversiones realizadas por los promotores (“rendir cuentas”), compartir los resultados con otros programas y contribuir a las reformas educativas. Little, DuPree y Deich (2002) identifican las razones que llevan a realizar evaluaciones de programas educativos de ocio a nivel local: tomar decisiones a nivel directivo y de gestión, justificar y legitimar el programa, y favorecer la sostenibilidad del mismo. Yohalem, Pittman y Wilson-Ahlstrom (2004) agrupan las intenciones a las que sirven estas evaluaciones: acreditación, justificación y legitimación de las propuestas, valoración de los resultados obtenidos, evaluación (medición del grado de cumplimiento de los objetivos) y perfeccionamiento del programa.
En nuestro contexto, Varela, Fraguela, y Lera (2008) señalan tres objetivos vinculados a los procesos de evaluación de programas extraescolares: orientar las políticas educativas y de ocio, justificar y legitimar el programa y perfeccionar el programa. Aunque estas finalidades no son excluyentes sino complementarias, los responsables de la evaluación deben definir su prioridad a la hora de estructurar la investigación. Cada una de ellas lleva asociados otros propósitos más concretos, que no siempre son compatibles entre sí, o que no pueden asumirse con los recursos disponibles, por lo que los evaluadores deben acotar en lo posible qué es lo que quieren conseguir a través del estudio.
En esta comunicación se resumen los puntos fuertes, los puntos débiles y las propuestas de mejora del programa, expresados por los distintos agentes implicados en el mismo. Estos aspectos fueron señalados por los promotores del programa como especialmente relevantes para el desarrollo de los procesos de diagnóstico y mejora del programa. El estudio se ubica en el contexto del tercer objetivo señalado anteriormente: el perfeccionamiento de un programa educativo de ocio de la ciudad de A Coruña (“Luditarde”) a través del conocimiento de sus debilidades y fortalezas, así como de la identificación de propuestas de mejora que ayuden a la toma de decisiones de los responsables del diseño y aplicación de las acciones educativas. El programa extraescolar estudiado es una propuesta interdisciplinar de ocio desarrollada por el Servicio Municipal de Educación del Ayuntamiento de A Coruña y por la Federación Provincial de APAs de Centros Públicos. Su duración es de 2 horas al día durante 5 días a la semana (de lunes a viernes) y aproximadamente la mitad de este tiempo se dedica a actividades físico-deportivas.
Se plantean 3 objetivos:
- Detectar las principales fortalezas y debilidades del programa educativo de ocio “Luditarde”.
- Aportar información de interés (propuestas de mejora) que pueda ser utilizada por los promotores del programa en el proceso de toma de decisiones sobre el mismo.
- Implicar a los directivos, técnicos, educadores y usuarios (alumnos y familias) del programa en el proceso de evaluación-diagnóstico de “Luditarde”.
En un intento de responder al compromiso que toda investigación evaluativa adquiere con las instituciones y colectivos evaluados, se realiza una síntesis de aquellos aspectos que, en vista de los datos obtenidos en el estudio, consideramos tienen mayor relevancia para la mejora de la calidad del programa y podrían ayudar a resolver o mitigar algunos de los problemas detectados.
2. Material y método
Los colectivos que participaron en el estudio fueron los siguientes:
- Participantes: alumnos de entre 8 y 12 años inscritos en el programa “Luditarde”. Los sujetos participantes, de los que se solicitó información a través de un cuestionario, fueron 99 (73,88 % del total de alumnos inscritos en el programa en estas edades).
- Familiares de los participantes: colectivo formado por 57 padres, madres o tutores de los participantes, lo que supone un porcentaje del 63,33% de la población. Para recoger las aportaciones de los padres de los participantes, se utilizó el cuestionario.
- El colectivo de educadores está formado por 15 personas, que constituyen el 35,7% del total de los docentes de “Luditarde” y el 100% de los que desarrollan la programación destinada a los alumnos de segundo y tercer ciclo de Educación Primaria (“grupos de mayores”), analizada en este trabajo. La media de edad de este colectivo es de 28,33 años (dt=2,968). En cuanto al género, hay un mayor porcentaje de hombres que de mujeres, si bien la diferencia no es muy elevada (60% frente a 40%). De estos 15 educadores 8 son “tutores” (tienen asignado un único grupo de participantes y se encargan de impartir la mayoría de horas semanales de “Luditarde”en aquellas actividades que no son específicas, entre las que se encuentra las vinculadas al área de actividad motriz) y 7 son “especialistas” (aquellos que desarrollan su labor en varios centros impartiendo una actividad específica, ya sea “música”, “informática” o “ajedrez”). Con este colectivo se emplearon 2 técnicas de recogida de datos, una cualitativa (cuestionario) y otra de cualitativa (grupo de discusión).
- Los técnicos de “Luditarde” son tres (100% de la población), uno de ellos pertenece a la Federación Provincial de APAs de Centros Públicos de A Coruña y los dos restantes dependen del Servicio Municipal de Educación. La edad media de este colectivo es de 38,6 años y está formado por dos hombres y una mujer. Sus aportaciones fueron recogidas a través de entrevistas en profundidad.
- Los responsables directivos de “Luditarde” son dos (100% de la población). Uno de ellos está al cargo de la Federación Provincial de APAs de Centros Públicos de A Coruña y el otro pertenece al Servicio Municipal de Educación. La edad media de las directivas es de 46 años y se trata de dos mujeres. Sus aportaciones fueron recogidas a través de entrevistas en profundidad.
3. Resultados y discusión
3.1. Puntos fuertes
Los participantes opinaron sobre este aspecto, respondiendo a la pregunta de carácter abierto: “¿qué es lo que más te gusta de «Luditarde»?”. Las respuestas más destacadas fueron: “los juegos/jugar” (24,4%) y “los deportes” (16%). El área de actividad motriz sale reforzada al ser sus principales contenidos los señalados por los niños como los puntos fuertes del programa. La tercera opción “todo” (7,6%), indica que existe un grupo de participantes a los que les gusta la oferta del programa en general.
Tabla1. Puntos fuertes del programa (participantes)
Para los docentes, el principal punto fuerte de “Luditarde” reside en su programación. Dentro de ella destacan el desarrollo de valores sociales con los participantes y el trabajo en equipo de los distintos responsables del programa (educadores, técnicos, etc.). Dentro del mismo apartado de programación, se incluye la capacidad de adaptación de “Luditarde” a distintos contextos y las potencialidades de su estructura organizativa. En la tabla 2 se recogen los puntos fuertes señalados por los educadores a través de una pregunta abierta del cuestionario.
Tabla 2. Puntos fuertes del programa (educadores)
Los puntos fuertes del programa señalados por los técnicos en la entrevista, se resumen en:
- La creación de una cultura de ocupación del ocio y el tiempo libre entre los escolares. Explican que “los alumnos van a tener una visión distinta del ocio y del tiempo libre” (Técnico 1 -T1-);
- el colectivo de educadores, del que destacan su “buena actitud y capacidad para el trabajo en grupo” (T3) y la consecución de una “mayor estabilidad laboral e integración en la dinámica de los centros” (T1);
- la consistencia pedagógica del programa, debido al “empleo de metodologías globales y contenidos polivalentes” (T2) y a la “especial atención al trabajo actitudinal” (T2);
- el desarrollo de un servicio de calidad a las familias;
- las ventajas estructurales del programa, como su “distribución horaria” (T2) y la “posibilidad de incorporar nuevos centros” (T1).
Las responsables de la dirección del programa coinciden con los técnicos en los siguientes aspectos: desarrollo de una cultura de ocio y tiempo libre, al opinar que “se ofrece una visión diferente del ocio, con contenido más ciudadano y educativo” (Directivo 1 -D1-); consistencia pedagógica de “Luditarde”, porque realizan “una labor educativa ejemplar” (D2); y servicio que se les ofrece a las familias, ya que el programa cumple “una importante labor asistencial” (D1). Además, consideran un punto fuerte de los programas de ocio en general (entre los cuales se encuentra “Luditarde”) la labor de estructuración y profesionalización de las actividades extraescolares: “las actividades extraescolares llevaban siglos sin organizarse […] el gran valor del programa de ocio es que se ha intentado organizar el mismo alrededor de unos profesionales con unos criterios pedagógicos, un presupuesto, una coordinación entre el Ayuntamiento, las AMPAs y el colegio… seguro que esto no se ha dado nunca antes” (D1).
Como puede apreciarse, los alumnos se centran principalmente en las actividades, que es el aspecto con el que tienen mayor contacto, mientras los implicados en la organización del programa (educadores, técnicos y directivos) destacan la filosofía, enfoque pedagógico o preocupación educativa de “Luditarde”, además de ciertas ventajas estructurales poco habituales en el contexto extraescolar, que contribuyen a aumentar la calidad de la iniciativa (organigrama, horarios, profesionalización del personal, etc.).
3.2. Puntos débiles
Existe una gran diversidad de respuesta entre los participantes ante la pregunta abierta “¿qué es lo que menos te gusta de «Luditarde»?” (tabla 3). La respuesta más repetida (“Nada”: 25,2%) muestra que una parte importante de los niños no destacan ningún aspecto negativo del programa. El segundo lugar, con un 14,8%, se corresponde con “las broncas de los educadores” y, ya con una menor relevancia porcentual, las actividades de música y ajedrez. Al igual que ocurría con los puntos fuertes, los participantes prestan gran atención a las actividades, que es uno de los elementos del programa, junto con los educadores, con la que están en contacto diario.
Tabla 3. Puntos débiles del programa (participantes)
Los educadores sitúan los principales puntos débiles de “Luditarde” en la gestión del personal, sobre todo en lo referente a su propia situación profesional y a las relaciones que mantienen con otros colectivos del programa. Perciben como un problema para la calidad del mismo su escasa estabilidad laboral y las pocas horas semanales con las que cuentan. También informan de problemas de comunicación entre los propios educadores, con otros niveles del organigrama (coordinadores, técnicos, directivos) y con distintos miembros de la comunidad educativa. Otros aspectos que les preocupan se relacionan con la programación, como el exceso de contenidos, la falta de tiempo para desarrollarla, la ausencia o deficiencia de algún elemento programático concreto, etc. La baja implicación de los niños de tercer ciclo de Educación Primaria es otro punto débil sobre el que los educadores opinan que hay actuar (ver tabla 4).
Tabla 4. Puntos débiles del programa (educadores)
Los técnicos identifican como puntos débiles de Luditarde los siguientes:
- su elevado coste;
- la no oferta de actividades específicas en los grupos de mayor edad, porque “en segundo ciclo y, sobre todo en el tercero, la no especialización por actividades es considerado por los niños y padres como negativa” (T2);
- la escasa participación del colectivo de tercer ciclo de Primaria;
- la percepción de pérdida de protagonismo por parte de las AMPAs, aunque “esta percepción no se corresponde con la realidad […] lo que ocurre es que no cae tanto el peso sobre el AMPA como antes y perciben que no forman parte de la organización del programa” (T2);
- el que “Luditarde” no sea independiente del resto de programas de “Descubrir el Ocio”;
- la falta de ayuda e incluso las dificultades que ponen al desarrollo del programa algunas instituciones y personas. Se identifica “una corriente en la ciudad que muestra especial resistencia a las propuestas del Ayuntamiento y la Federación de APAs” (T1).
Los puntos débiles señalados por las directivas del programa en la entrevista coinciden en parte con los indicados por los técnicos. Al igual que ellos, muestran preocupación por la falta de interés de los alumnos de tercer ciclo de Primaria por el programa, así como el escaso entendimiento entre las AMPAs de los colegios y el personal de “Luditarde” y la necesidad de aumentar el presupuesto en los próximos cursos. Además de estos elementos comunes con los técnicos, comentan que la estabilidad profesional es todavía un punto débil, aunque afirman que “la situación de los profesionales de estos programas es mucho mejor que cualquier otra alrededor del tiempo libre que conozcamos” (T1) y que hay alguna carencia en la comunicación con los ciudadanos, porque “el presupuesto no llega para la publicidad […] la información a veces no llega por diversas causas, bien sea por la difusión por parte del Ayuntamiento o por parte de los medios [de comunicación]” (T1).
La preocupación por la escasa participación de los alumnos de tercer ciclo de Educación Primaria es común a los colectivos responsables del diseño y desarrollo del programa (educadores, técnicos y directivos). La estabilidad laboral de los profesionales que trabajan en el programa también está presente como un punto débil, si bien se matiza que esta situación es positiva en relación a las condiciones de trabajo habituales en el sector extraescolar.
3.3. Propuestas de mejora
Para conocer los aspectos susceptibles de mejora en opinión de los participantes en el programa, se les realizaron varias preguntas en el cuestionario. En la primera de ellas, de carácter abierto, tenían que describir los aspectos que creen que faltan en “Luditarde” (tabla 5). En consonancia con sus valoraciones positivas sobre el programa, la respuesta más repetida es “nada”. En segundo lugar aparece el deporte y la tercera opción es la categoría “más excursiones”. A pesar de que las actividades físicas ocupan una parte importante del horario, a los participantes les gustaría disponer de estas propuestas en mayor medida.
Cabe destacar que algunos participantes echan de menos a sus amigos que no acuden a “Luditarde” (5,5%). Este dato, conjuntamente con otros recogidos en este análisis, señalan al grupo de iguales como un elemento relevante a la hora de seleccionar las actividades extraescolares a la que acudirán los niños y también para decidir si permanecen en ellas o se cambian a las que van sus amigos.
Tabla 5. Aspectos que los participantes creen que faltan en “Luditarde”
En una segunda cuestión referente a las propuestas de mejora, en este caso de carácter semicerrado, los participantes eligieron dos opciones de entre seis posibles que harían que “Luditarde” les gustara más. La asignación de más tiempo a una actividad concreta es la categoría más destacada, con el 29% de las respuestas. Las instalaciones y el material también destacan como factores relevantes para que el programa sea del agrado de los participantes.
Gráfico 1. Propuestas de mejora de los participantes: “¿qué haría que «Luditarde» te gustara más?”
En la tabla 6 se detallan las actividades para las que los participantes reclaman una mayor dedicación temporal. Una vez señalada la opción “más horas de una actividad”, los niños tenían que escribir el nombre de la misma. Como puede observarse, se mantiene la tendencia a reclamar mayor presencia de las actividades físico-deportivas. El fútbol, el deporte en general, la iniciación al béisbol y algunos juegos concretos son las opciones más destacadas.
Tabla 6. Actividad para la que los participantes solicitan mayor dedicación temporal
A los padres se les presentó la misma cuestión sobre las propuestas de mejora que a los participantes. Como se aprecia en el gráfico 2, la respuesta más repetida es la referente a las instalaciones, con un 41,3% y la segunda es la solicitud de mayor dedicación temporal a una actividad concreta.
Gráfico 2. Propuestas de mejora señaladas por los padres para aumentar la calidad del programa
El análisis de las actividades que los padres consideran que deberían contar con más horas, arroja resultados diferentes a los que expresaban sus hijos. Mientras los niños solicitaban un aumento de actividades físico-deportivas, lo padres se decantan en primer lugar por la actividad de informática (22,2%), lo que podría asociarse con una perspectiva más utilitaria de las actividades extraescolares, al considerar que los aprendizajes vinculados a esta materia les serán de utilidad a sus hijos en sus estudios e incluso en su futuro profesional. A pesar de esta divergencia, los deportes ocupan un lugar destacado en la demanda de los padres de mayor dedicación horaria, ya que es su segunda opción (ver gráfico 3).
Gráfico 3. Actividad para la que los padres solicitan mayor dedicación temporal
Para comprobar si existen diferencias significativas entre la opinión de los participantes y sus padres sobre los factores que aumentarían la calidad del programa, se aplicó la prueba Chi-cuadrado (tabla 7). Sus resultados indican que ambos grupos valoran de forma similar el material, los educadores y el aumento de horas de una actividad concreta (aunque, como se comentó anteriormente, no coinciden plenamente en el tipo de actividad para la que solicitan más tiempo). Sí se detectan diferencias entre ambos grupos respecto a las instalaciones y a los horarios. Los padres consideran que las instalaciones son un elemento importante para aumentar la calidad del programa en mayor medida que los participantes, al contrario de lo que ocurre con los horarios: los niños dan más importancia a su mejora que el colectivo de padres.
Tabla 7. Factores para aumentar la calidad del programa(prueba Chi-cuadrado). Asociación entre la variable “participante o padre” y algunos factores para la mejora del programa
*p<0,05 **p<0,01
Este tipo de comparaciones permiten identificar los elementos a los que cada colectivo otorga mayor importancia. Facilitan a los promotores del programa el ajuste de la información que trasmiten a los intereses de cada grupo, con el fin de que ésta sea lo más significativa y atractiva posible.
En consonancia con lo expresado sobre los puntos débiles del programa, los educadores centran las propuestas de mejora en aspectos referentes al personal y a la programación. Respecto a la primera categoría, consideran que la comunicación y la relación entre los distintos elementos del organigrama deben optimizarse, así como los recursos formativos a su disposición y su situación profesional. En el ámbito de la programación proponen una mayor adaptabilidad a las características de los alumnos (especialmente a los de tercer ciclo), que se modifiquen algunos aspectos concretos del programa y, por último, que se les involucre más en el proceso de planificación (ver tabla 8).
Tabla 8. Propuestas de mejora (educadores)
Otra de las cuestiones referentes a las propuestas de mejora, en este caso de carácter semicerrado, solicitaba a los educadores que seleccionaran de un listado de siete opciones las dos que consideraban más relevantes para incrementar la calidad del programa. En el gráfico 4 puede comprobarse que los educadores perciben como determinante para la calidad de “Luditarde” una mejora en su situación profesional. Los procesos formativos que se les ofertan y la modificación de la programación de actividades ocupan, respectivamente, el segundo y tercer lugar entre sus preferencias.
Gráfico 4. Mejoras que consideran más importantes los educadores para incrementar la calidad del programa
Para concretar lo que los educadores consideran una “mejora en su situación profesional”, tuvieron que señalar de un listado de ocho opciones, las dos que consideran más relevantes para incrementar su satisfacción laboral (gráfico 5). La respuesta más importante es, con mucha diferencia, una mayor estabilidad, con el 54,2% de las elecciones. Una mejor remuneración y formación continuada son, respectivamente, la segunda y tercera opción que señalan. Así pues, uno de los factores característicos del sector extraescolar (la inestabilidad laboral) es también el que provoca una mayor insatisfacción entre los trabajadores. Los promotores de “Luditarde” y de los programas extraescolares en general, deberán encontrar fórmulas que permitan mejorar la relación entre una estructura laboral con poca carga horaria y limitada a ciertos meses al año, con las necesidades profesionales de sus trabajadores. Una alta temporalidad en las plantillas de los programas extraescolares limita la cantidad de personal experimentado y cualificado disponible, lo que afecta de forma importante a la calidad de las propuestas educativas que se plantean.
Gráfico 5. Mejoras que consideran más importantes los educadores para incrementar su satisfacción laboral
Tras analizar las propuestas de mejora que señalaron los educadores en el cuestionario, se les pidió que profundizaran en dos de ellas en el grupo de discusión, por considerarse especialmente relevantes para la calidad del programa. La primera hace referencia a la dificultad para implicar en la iniciativa a los grupos de mayores (alumnos de tercer ciclo de Primaria, principalmente). Los educadores realizaron intervenciones en dos direcciones: argumentaron las razones que consideran provocan la baja participación en los grupos de mayores y realizaron propuestas para mejorar la situación actual.
Entre las causas que provocan la baja participación señalan las siguientes:
- la necesidad de realizar más actividad motriz y de poder seleccionar las actividades específicas a las que desean acudir, especialmente ciertas disciplinas deportivas. Comentan que “necesitan mucha más actividad motriz que otro grupo […] los niños que se apuntan a fútbol, baloncesto, etc., porque quieren practicarlos un poco más en serio, no se apuntan a Ludi [«Luditarde»]” (Educador Tutor 3 -ET3-);
- un nivel de complejidad poco ajustado a sus necesidades, porque “a veces se baja el nivel de dificultad para hacerlo asequible a los más pequeños y eso hace que los mayores se aburran” (Educador Especialista 1 -EE1-);
- la dificultad de cambiar hábitos y valores ya adquiridos, porque “«Luditarde» tiene una serie de conceptos […] que los niños mayores no comprenden, les cuesta mucho entender. Si los cogemos desde abajo y van acostumbrados a esas dinámicas, las actividades saldrán mejor” (ET1);
- la mayor autonomía de los niños mayores hace menos necesaria la función asistencial de los programas extraescolares y como “los niños pueden andar solos [por la calle], no hace falta meterlos en ningún sitio” (ET1).
La principal propuesta de mejora que plantean es aumentar la flexibilidad de las actividades para adaptarlas a las necesidades de los niños de estas edades: “la clave está en lograr un equilibrio entre lo que quieren los educadores, los padres y los niños” (ET2). Consideran necesario responder a sus necesidades de actividad física, pero bajo ciertos criterios y sin olvidar el resto de áreas que deben trabajar.
La segunda de las propuestas de mejora sobre la que profundizaron los educadores en el grupo de discusión hace referencia a su situación profesional. Se trata de un tema controvertido, sobre el que fueron bastante reticentes a hablar inicialmente (hubo un prolongado silencio tras la pregunta y sólo incitándoles a hacerlo accedieron a responder).
Los educadores especialistas creen necesaria “una equiparación de horas entre educadores tutores y especialistas” (EE4) y que se tuvieran en consideración las dificultades añadidas vinculadas a su puesto de trabajo: “los especialistas pueden estar trabajando en el centro, supliendo a otros compañeros… y esa labor no se reconoce” (EE4); “tenemos que variar de centro, de grupos de edad… y eso es una dificultad añadida” (EE2).
Los educadores tutores reclaman mayor estabilidad y carga horaria, además de indicar que las horas que dedican al programa son muchas más de las que realmente se les reconocen por contrato: “siempre se nos dijo que si se pudiera pagar lo que se trabajaba, sería lo ideal, pero no se puede, y eso es una limitación presupuestaria, no depende de nosotros” (ET4). Varios de ellos afirman que no tienen claro cómo podría solucionarse esta cuestión, dadas las características estructurales de los programas de ocio, pero otros explican alternativas que ya se probaron con grupos reducidos: “existen posibilidades de diversificación de las actividades en las que trabajan los educadores -trabajar en otros programas, etc.-” (ET2); “hay educadores de «Luditarde» que participan en talleres para adultos en el Forum Metropolitano” (ET4). A pesar de estas opciones, consideran que “dentro del propio programa las posibilidades de promoción son pocas” (ET4), y se muestran pesimistas al respecto: “ninguno de los educadores tenemos la sensación de que exista un convencimiento político de que «Luditarde» vaya a crecer mucho” (ET4).
Los técnicos del programa coinciden, en parte, con los educadores a la hora de realizar sus propuestas de mejora. Al igual que ellos, sugieren mejorar la situación profesional de los educadores, que “deberían tener un contrato de duración anual” (T3) y en la adaptabilidad/flexibilidad del programa, con especial atención a los grupos de mayores: “adecuar las programaciones a las necesidades de los niños de tercer ciclo de Primaria” (T3); “acercar el entorno próximo de los centros a la intervención educativa del programa” (T2); “mejor temporalización de los contenidos del programa” (T3).
Además, los técnicos señalan la posibilidad “de intervención en más centros educativos y en centros más grandes” (T2) y de repensar las infraestructuras dedicadas al programa: “en centros educativos con ratios muy bajas de alumnos -que puede haber 3 ó 4 en la ciudad-, podríamos reconvertirlos y que quedasen como propiedad municipal y ahí crear centros de ocio […] tener un centro de formación que nos permitiese tener un buen equipo humano que funcionara” (T1).
Junto con las propuestas de mejora, este colectivo expresó su parecer sobre las líneas de futuro del programa, que incluyen argumentos que completan dichas propuestas. Consideran que “Luditarde” deberá asentarse en los dos últimos ciclos de la Educación Primaria, porque “ya está consolidado en infantil y primer ciclo, pero no en el segundo y el tercer ciclo de Primaria, para el que hay que generar un modelo intermedio” (T2). Señalan que sería necesario implantarlo en más centros, pero se muestran escépticos sobre la posibilidad de generalizarlo: “podría establecerse, como mucho, en el 30% de los centros de la ciudad: por un lado por su coste y por otro, por no existir una oferta exclusiva” (T2); “es difícil instalarlo en todos los centros de la ciudad puesto que no todos tienen la capacidad, ni la mentalidad suficiente como para desarrollarlo” (T3). Sobre la ampliación del programa, explican una fórmula que permitiría rentabilizar recursos y complementar los dos principales modelos de actividades extraescolares de tarde que conviven actualmente en A Coruña: “dos colegios cercanos, ofertarían uno «Luditarde» y el otro «Deporte en el Centro», de tal forma que los niños pudieran elegir indistintamente el programa que quieran independientemente del centro al que vayan” (T3). Por último, señalan una estrategia a largo plazo que consistiría en la creación de centros municipales de ocio gestionados por la Federación de APAs, donde hubiera un servicio de comedor, actividades de ocio por la tarde, actividades de refuerzo educativo, todo ello centralizado en 3 ó 4 puntos de la ciudad: “yo estaría dispuesto a dar ese paso si los políticos lo ven, si hay financiación […] debería haber esos centros en donde llevar a los niños a comer y después seguir realizando las actividades” (T1).
Por su parte, el equipo directivo del programa refuerza la necesidad de “plantear la realización de más deporte para los niños de tercer ciclo” (D2) y de “buscar actividades que los chavales consideren interesantes, sean motrices o no” (D1). Destacan la necesidad de que el programa siga ampliándose, por lo que proponen que aumente el presupuesto del mismo y que se implante en un mayor número de centros.
Señalan como líneas de futuro la adaptación de los contenidos a los nuevos tiempos, manteniendo la filosofía educativa, con especial atención al desarrollo de valores. Consideran necesario dar una mayor difusión del programa a la ciudadanía. Una de las entrevistadas considera que “Luditarde” terminará impartiéndose en los dos primeros ciclos de Primaria y que habrá que buscar otras soluciones para los grupos de mayores.
4. Conclusiones
a) Puntos fuertes
Los participantes se centran principalmente en las actividades, que es el aspecto con el que tienen mayor contacto, mientras los implicados en la organización del programa (educadores, técnicos y directivos) destacan la filosofía, enfoque pedagógico o preocupación educativa de “Luditarde”, además de ciertas ventajas estructurales poco habituales en el contexto extraescolar, que contribuyen a aumentar la calidad del programa (organigrama, horarios, etc.).
b) Puntos débiles
En este apartado destaca la preocupación por la escasa participación de los alumnos de tercer ciclo de Educación Primaria, que es común a los colectivos responsables del programa (educadores, técnicos y directivos). La estabilidad laboral de los profesionales que trabajan en el programa también está presente como un punto débil, junto con los problemas de comunicación y relación entre distintos agentes implicados en el programa.
c) Propuestas de mejora
Los participantes indican que “Luditarde” les gustaría más si se le asignara más tiempo a una actividad concreta, entre las que destacan las físico-deportivas (fútbol, deporte en general, iniciación al béisbol y determinados juegos).
Los padres proponen mejorar las instalaciones y dedicar más tiempo a alguna actividad concreta. La informática es la opción más destacada.
Mientras los niños solicitaban un aumento de actividades físico-deportivas, lo padres se decantan en primer lugar por la actividad de informática, lo que podría asociarse con una perspectiva más utilitaria de las actividades extraescolares, al considerar que los aprendizajes vinculados a esta materia les serán de utilidad a sus hijos en sus estudios e incluso en su futuro profesional. A pesar de esta divergencia, los deportes son la segunda opción en la demanda de los padres de mayor dedicación horaria.
Los educadores centran las propuestas de mejora en aspectos referentes al personal y a la programación. Perciben como determinante para la calidad de “Luditarde” una mejora en su situación profesional. Sus principales solicitudes para aumentar su satisfacción laboral pasan por una mayor estabilidad y mejoras en la remuneración y la formación continuada que reciben. En lo referente a la participación, sugieren aumentar la flexibilidad de las actividades para adaptarlas a las necesidades de los niños de estas edades.
En la misma línea que los educadores, los técnicos proponen mejorar la situación profesional de los educadores y aumentar la flexibilidad del programa, con especial atención a los grupos de mayores (en torno a tercer ciclo de la Educación Primaria). Los directivos apuntan en la misma dirección respecto al grupo de mayores, para el que proponen un aumento del tiempo dedicado a las actividades deportivas.
5. Bibliografía
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Little, P., DuPree, S., y Deich, S. (2002). Documenting progress and demonstrating results: evaluating local out-of-school time programs Retrieved 13 de noviembre de 2006.
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Yohalem, N., Pittman, K., y Wilson-Ahlstrom, A. (2004). Getting inside the “Black Box” to measure program quality. The evaluation exchange. Emerging strategies in evaluating child & family services, 10(1), 6-7.