Hiponatremia en esfuerzos de ultraresistencia: efectos sobre la salud y el rendimiento
INTRODUCCIÓN
Es bien sabido que un correcto equilibrio hídrico y electrolítico resulta crítico para el mantenimiento de la salud y para optimizar el rendimiento durante el ejercicio (1). La hiponatremia es un desajuste electrolítico que se caracteriza por presentar unos niveles de sodio plasmático por debajo de 135 mEq/l o mmol/l (2,3). Esta alteración se ha observado repetidamente en esfuerzos físicos que superan las 6 horas de duración, como son los denominados de ultraresistencia (2, 4, 5,6). Así, durante el Ironman de Hawai (3.8 km natación, 180 km bici, 42.2 km carrera), una de las pruebas más famosas de triatlón ultradistancia, la deshidratación constituye el motivo más común por el cual los triatletas necesitan asistencia médica y la hiponatremia es el principal desajuste electrolítico que se presenta (3,7). Aparentemente, y bajo una perspectiva estrictamente fisiológica, existe una contradicción intrínseca entre deshidratación e hiponatremia, dado que si existe lo primero se debe producir hemoconcentración y, en consecuencia, hipernatremia. La realidad, sobre el terreno, pone de manifiesto esta contradicción. Así, la hiponatremia es más común de lo que pudiera parecer y su carácter asintomático (3,8) y el hecho de que no sea algo fisiológicamente esperable dificulta en numerosos situaciones su detección, pudiendo atentar seriamente contra la salud de los deportistas. Aunque se suele asociar a esfuerzos de ultraresistencia (6), su aparición también es frecuente durante otros deportes de resistencia, como las famosas y multitudinarias pruebas de maratón (9, 10). Así, niveles patológicamente bajos de sodio plasmático, se consideran como el cambio bioquímico Hiponatremia en esfuerzos de ultraresistencia: efectos sobre la salud y el rendimiento A. Gutiérrez, F. Ortega-Porcel, J. Ruiz-Ruiz, M. Castillo 2 más peligroso que se produce durante un ejercicio prolongado extenuante (11) y, en general, representa la primera causa de enfermedad severa que acompaña a este tipo esfuerzos (6). El peligro potencial, e incluso los casos de muerte ocurridos en estas pruebas (2,4,12,13), hacen necesario que los profesionales de la medicina deportiva, entrenadores y atletas estén familiarizados con esta grave alteración (2). El presente estudio aborda esta problemática en profundidad, describiendo su origen, consecuencias, factores asociados y abordaje terapéutico.
CAUSAS DE HIPONATREMIA
La hiponatremia se define y caracteriza por la presentación de unos niveles circulantes de sodio por debajo del límite inferior de normalidad (135 mEq/l). Esto puede deberse a un exceso de solvente (volumen plasmático), a una cantidad insuficiente de soluto (sodio), o a una combinación de ambos (figura 1). Exceso de solvente Un exceso en el total de agua corporal puede ser debido a un excesivo consumo hídrico o a deficiencias de excreción en situaciones de hipervolemia. La famosa frase preconizada por algunos entrenadores de “bebe tanto como puedas”, basada en que la sensación de sed es menor a las necesidades de hidratación, ha demostrado ser un peligro potencial en las pruebas de ultraresistencia, ya que una ingesta desproporcionada de líquido, hecho bastante común, se presenta como una de las principales variables que pueden conllevar a un estado hiponatrémico. En segundo lugar, el exceso de líquido corporal puede ser debido a un deficiente funcionamiento del aparato excretor, no siendo éste capaz de eliminar la suficiente cantidad de agua y produciéndose por tanto hemodilución e hiponatremia. Se hipotetiza que uno de los factores que causan esta disfunción es el ejercicio, el cual incrementa la actividad simpático-renal y activa el sistema renina-angiotensina, reduciendo la tasa de filtración glomerular y el flujo de orina, limitándose la habilidad de los riñones para compensar el desequilibrio producido por la ingesta y pérdida de sodio y agua, incrementando el riesgo de desarrollar hiponatremia. Otra hipótesis alternativa, se inclina por una inapropiada secreción de hormona antidiurética (ADH) durante la sobrecarga hídrica (14), aunque estudios más recientes parecen indicar que no existen evidencias científicas que asocien un aumento en los niveles de ADH con las concentraciones de sodio en pruebas de ultraresistencia (3,15). Déficit de sodio Se pueden establecer dos grupos de factores que pueden determinar, juntos o por separado, un bajo contenido de sodio. Estos dos factores son una excesiva pérdida de electrolitos y una inadecuada ingesta de sodio. La pérdida excesiva de sodio puede ser determinada por sudoración excesiva y prolongada (elevada temperatura ambiental), una mala aclimatación del sujeto, desentrenamiento, la existencia de alguna variante del gen CFTR o por una combinación de éstos factores. El CFTR es un gen defectuoso que provoca un mal transporte de sodio y cloruro a través de las membranas celulares del epitelio. Se cree que alguna mutación de este gen puede afectar a la predisposición de algunas personas para desarrollar hiponatremia. Un bajo contenido de sodio en plasma, también puede ser debido a un reemplazamiento inadecuado de este soluto, debido al consumo de bebidas y/o comidas sin sodio o con bajo contenido en él.
Para el estudio realizado, se utilizaron dos muestras de alumnos y alumnas de dos centros de educación secundaria de dos localidades diferentes de la provincia de León, el primero de los cuales, se ubica en un ámbito urbano (IES Álvaro de Mendaña, Ponferrada) y el segundo en el ámbito rural (IES Valles del Luna, Santa María del Páramo).
Los sujetos de la muestras, son escolares con edades comprendidas entre los 12 y los 18 años, en un número total (N) de 434; 215 pertenecientes al IES Álvaro de Mendaña y 219 al IES Valles del Luna. Los cursos a los que pertenecen estos alumnos, irán desde 1º de la ESO hasta 1º de Bachillerato. La distribución por sexos, es de 223 hombres y 211 mujeres.
Figura 1. Factores que contribuyen al desarrollo de hiponatremia asociada al ejercicio (Modificado de Montain 2001).
Lo más probable es que para el desarrollo de hiponatremia confluyan ambos mecanismos e incluso que predomine el primero. Así, no se dispone de evidencias que demuestren que en ausencia de sobrecarga de líquido extracelular se desarrolle hiponatremia (17). Además no existen suficientes datos que corroboren la teoría de una hiponatremia producida por excesiva pérdida sudoral de sodio (2). Por ello, parece lógico centrarse en los factores que producen una hipervolemia. Diversos estudios han puesto de manifiesto la relación inversa entre los cambios de peso durante el ejercicio y las concentraciones de sodio plasmático post-carrera, de modo que tanto los que menos peso perdieron como los que tuvieron ganancia ponderal, mostraron las menores concentraciones de sodio en plasma (3,6,8,15,18-20). Estos cambios de peso se acompañan de incremento de volumen plasmático y disminución de hematocrito (5,15,18,21). La causa de todo ello no puede ser otra que una excesiva ingesta y/o una inadecuada eliminación. La realidad es que con frecuencia y debido a la ingesta de líquidos en el transcurso de pruebas de larga duración, no se produce la esperable disminución del volumen plasmático como resultado de deshidratación (22). Stuempfle et al (5) realizaron un análisis de las ingestas durante un ultramaratón, observando la existencia de sobrecarga hídrica en los sujetos que desarrollaron hiponatremia. También se observó una mayor cantidad de agua ingerida por parte de los sujetos hiponatrémicos respecto a los normonatrémicos, si bien estas diferencias no llegaron a ser significativas. No obstante, aunque la ingesta de líquidos fue mayor en los atletas que desarrollan hiponatremia, el exceso era relativamente modesto lo que hace pensar en la posibilidad de que los atletas que sufren hiponatremia tengan también un deterioro de la capacidad renal para excretar fluidos (23). Se ha estudiado el funcionamiento renal, inmediatamente después de haber padecido un estado hiponatrémico en una prueba de ultraresistencia (15). Los resultados mostraron que el grupo de sujetos que presentaron hiponatremia podían haber padecido una retención hídrica durante el ejercicio dado que tras finalizar el mismo (durante las siguientes 12 horas) tuvieron una tasa de excreción mayor que la presentada por el grupo normonatrémico (15). A continuación, los autores se plantearon si la inapropiada retención de líquido era un problema inherente a los sujetos o bien si se trataba de un desajuste temporal del aparato excretor provocado por el ejercicio o por el propio desequilibrio hidro-electrolítico que estaban Hiponatremia en esfuerzos de ultraresistencia: efectos sobre la salud y el rendimiento A. Gutiérrez, F. Ortega-Porcel, J. Ruiz-Ruiz, M. Castillo sufriendo. Para ello provocaron una sobrecarga hídrica en reposo a ambos grupos de sujetos y comprobaron que no existía ninguna característica fisiopatológica inherente al sujeto que explicara el desarrollo de hiponatremia como respuesta a una sobrecarga hídrica durante ejercicio prolongado (20).
CONCLUSION SOBRE LA ETIOPATOGENIA
La hiponatremia en esfuerzos de ultraresistencia es algo fisiológicamente inesperado pero frecuente. Desde su descripción en 1985, la dos teorías expuestas con anterioridad han intentado explicar su etiopatogenia (17). Si retrocedemos unos años, se observa que el término hiponatremia es totalmente desconocido antes de 1981, tiempo durante el cual los atletas fueron animados a no beber durante el ejercicio (24). Como resultado, todas las carreras de maratón y ultraresistencia completadas concluyeron, sin excepción, con estados de deshidratación e hipernatremia, produciéndose una importante revolución en el mundo de la fisiología y medicina deportiva, que dio como resultado fomentar la idea de que debía beberse tanto como se pudiese durante el ejercicio de resistencia (17). La consecuencia de este movimiento ha sido el incremento de casos de hiponatremia relacionada con el deporte en los últimos años (2,5,6). La comunidad científica ha tomado conciencia del problema y en los dos últimos años ha habido una proliferación de estudios con el objetivo de conocer más a fondo los mecanismos que provocan esta condición, consiguiéndose consensuar la idea de que la sobrecarga hídrica, como consecuencia de una excesiva ingesta de líquido, es la principal culpable de la aparición de hiponatremia asociada a esfuerzos de larga duración (5,10,13,15,17,23) y que esta supone una potencial amenaza para la salud de los atletas (25).
SIGNOS, SINTOMAS Y CONSECUENCIAS
Con independencia de la teoría que fundamente la aparición de una situación hiponatrémica, ésta se reduce en última instancia a una disminución en la concentración de soluto (en este caso sodio) extracelular, produciéndose una reacción homeostática y promoviendo el tránsito de fluidos al espacio intracelular, con el consecuente edema celular. Si este edema se produce de forma rápida puede acarrear diversas complicaciones: convulsiones, pérdida de conocimiento, coma, edema pulmonar y cerebral, alteraciones del sistema nervioso central, Hiponatremia en esfuerzos de ultraresistencia: efectos sobre la salud y el rendimiento A. Gutiérrez, F. Ortega-Porcel, J. Ruiz-Ruiz, M. Castillo 6 parada cardiorrespiratoria y muerte (2,23). Afortunadamente no es frecuente llegar a tales consecuencias, siendo los signos y síntomas más comunes en esta patología: desorientación, confusión, descoordinación, mareos, nauseas, vómitos, diarreas, debilidad muscular, agotamiento, estado mental alterado y dolor de cabeza (2,3,5). Que estos sean perfectamente conocidos y detectados por el personal sanitario que acude a las pruebas de ultraresistencia, es de vital importancia para poder actuar correctamente y evitar las terribles complicaciones anteriormente citadas (12).
RIESGO DE DESARROLLAR HIPONATREMIA
Factores genéticos Los avances en ingeniería genética que se están produciendo en los últimos años han permitido la detección del gen CFTR (cystic fibrosis transmembrane conductance regulator), una mutación procedente del cromosoma 7 que provoca un mal transporte de sodio y cloruro a través de las membranas celulares del epitelio. Es el responsable de una enfermedad hereditaria incurable llamada fibrosis quística, que es la enfermedad genética más común de la raza blanca (16). Se conocen más de 800 mutaciones del CFTR, de las cuales se cree que algunas pueden afectar a la predisposición que poseen algunas personas para desarrollar hiponatremia. Por tanto, cabe la posibilidad de que exista una población de riesgo genéticamente determinada para padecer hiponatremia asociada al ejercicio, aunque son necesarias muchas más investigaciones entorno a esta línea para poder esclarecer dicha hipótesis (2). Diferencias entre géneros Se plantea la cuestión de la existencia de diferencias entre ambos géneros, de cara a un mayor riesgo de sufrir hiponatremia inducida por el ejercicio. En este sentido, diversos estudios han llegado a la conclusión de que el género femenino presenta mayor predisposición para desarrollar hiponatremia tras una prueba de ultraresistencia (3,10,23). Stuempfle y colaboradores llegan a la misma conclusión en su estudio y explica que esta circunstancia es debida a que las mujeres poseen normalmente un tamaño corporal inferior a los hombres y necesitan menos líquido para llevar el sodio plasmático a niveles de hiponatremia (5). Hiponatremia en esfuerzos de ultraresistencia: efectos sobre la salud y el rendimiento A. Gutiérrez, F. Ortega-Porcel, J. Ruiz-Ruiz, M. Castillo Diferencias raciales La hiponatremia asociada al ejercicio no está limitada a atletas de ultraresistencia (2). El Ejército estadounidense ha reportado una media de 19 hospitalizaciones por año entre 1989 y 1999 debidas a hiponatremia, producidas durante sus entrenamientos habituales. Resulta especialmente llamativo que el 75% de de los casos ocurrieron en soldados de piel blanca, los cuales comprenden sólo el 63% del Ejercito de Estados Unidos (26). Estos resultados parecen indicar que la raza blanca es más propensa que otras a padecer hiponatremia. Diferencias en función de la edad No hemos encontrado ningún estudio que informe sobre un mayor o menor riesgo de sufrir hiponatremia, como resultado de esfuerzos de ultra resistencia, en diferentes grupos de edad. No obstante hay que tener presente que este tipo de pruebas suelen ser realizadas por personas jóvenes por lo que no se puede retener ninguna conclusión al respecto. Diferencias antropométricas Dentro de individuos del mismo género, aquellos que poseen menor tamaño son más propensos a sufrir hiponatremia. El motivo puede ser el mismo que el expuesto para las mujeres: necesitan consumir menos líquido que individuos más grandes para llevar el sodio en suero a niveles de hiponatremia (5,15). Nivel de actividad física Existen evidencias que prueban que un bajo nivel de práctica de actividad física es un factor que influye negativamente en el riesgo de sufrir hiponatremia sintomática (10,13), de modo que aquellos sujetos con peor forma física son más propensos a encontrarse en un estado hiponatrémico. Mayers et al (27), se muestran a favor de esta postura y añaden que también aquellos atletas más entrenados, que por cualquier motivo, disminuyan su ritmo potencial de carrera, tendrán más posibilidades de desarrollar hiponatremia. La explicación a este hecho se basa en que aunque la intensidad de la prueba es directamente proporcional al ritmo de sudoración (determinado por el ritmo metabólico, que es menor al disminuir la velocidad), una menor velocidad de carrera permite una mayor posibilidad de ingerir líquidos, sumado a Hiponatremia en esfuerzos de ultraresistencia: efectos sobre la salud y el rendimiento A. Gutiérrez, F. Ortega-Porcel, J. Ruiz-Ruiz, M. Castillo que el vaciado gástrico y la absorción intestinal, se ven favorecidos por una menor intensidad en el ejercicio (28). Consumo de fármacos Las personas que están consumiendo anti-inflamatorios no esteroideos (AINES) poseen un mayor riesgo de desarrollar hiponatremia durante el transcurso o al final de una prueba de ultraresistencia (10). Clima Por su idiosincrasia y características, los deportes de ultraresistencia, especialmente los de triatlón ultradistancia, han sido comúnmente desarrollados en ambientes cálidos y por ello casi todos los estudios publicados hasta el momento han sido llevados a cabo bajo estas características climatológicas (1-4,6-39). Surge la necesidad de hallar cuales son las condiciones ambientales que favorecen y provocan un mayor número de casos de hiponatremia en los atletas que disputan pruebas de extrema duración. El trabajo liderado por O’Brian con el ejército americano mostró que el 85% de las hospitalizaciones por hiponatremia asociada a ejercicio, ocurrieron entre los meses de mayo y septiembre, produciéndose el mayor número de casos durante el mes de julio. Los autores concluyen su trabajo afirmando que el estrés térmico debe ser considerado como factor etiológico de la hiponatremia (13). Por el contrario, los resultados de Stuempfle et al muestran que el 44% de los sujetos estudiados durante un ultramaratón de 161 km en clima frío, fueron hiponatrémicos al final de la prueba. Este es uno de los porcentajes más elevados que se han encontrado en la literatura, por ello los autores afirman la hiponatremia es un resultado común en esfuerzos de ultraresistencia y que se ve incrementado por el frío extremo (5). Con las evidencias disponibles hasta el momento, resulta imposible formular una conclusión acerca de cómo afecta el clima al desarrollo de hiponatremia asociada a ejercicio de ultraresistencia. Son necesarios más estudios y con una metodología más precisa, donde los sujetos se encuentren en situaciones controladas y bajo diferentes condiciones climáticas.
HIPONATREMIA Y RENDIMIENTO DEPORTIVO
Resultan llamativos los resultados obtenidos en un reciente trabajo (19), en el cual no se encontró evidencia alguna de que diferentes niveles de pérdida de peso o deshidratación se relacionen con un deterioro en el rendimiento de una prueba de ultraresistencia, sin embargo, sí se demostró la existencia de una correlación negativa entre las concentraciones de sodio finales y el tiempo total empleado en desarrollar la carrera, independientemente de que los atletas mostraran o no síntomas de hiponatremia (19). Por tanto, es necesario concienciar a la población de la importancia de evitar la hiponatremia, no sólo por las terribles consecuencias anteriormente comentadas que puede producir sobre la salud de los deportistas sino también de cara a la obtención del máximo rendimiento deportivo.
CORRECCION DE LA HIPONATREMIA
El personal sanitario que acude a pruebas de ultraresistencia debe tener en consideración la alta presencia de casos de hiponatremia en este tipo de esfuerzos, y admitir la posibilidad de que aquellas personas que requieren cuidados sanitarios pueden encontrarse tanto deshidratados como sobrehidratados (13). El axioma “diagnosticar antes de tratar” surge como razonable respuesta (27,31) a la administración de líquidos vía intravenosa, que ha sido utilizada como tratamiento casi-automático ante la mayoría de las complicaciones que se producen en esfuerzos de larga duración, al “suponer” que la deshidratación es la “única” causa posible de estos desequilibrios. Las consecuencias de introducir una importante cantidad de líquido en una persona que presente un estado hiponatrémico pueden ser catastróficas, produciendo daños neurológicos irreversibles e incluso la muerte. Los servicios sanitarios deberían disponer obligatoriamente de los medios y material necesario que permita realizar un rápido diagnóstico de los niveles de sodio en plasma, antes de aplicar ningún tipo de tratamiento. Por otro lado, en pacientes con historial de hiponatremia severa en esfuerzos prolongados, se plantea la posibilidad de ser utilizada una infusión salina hipertónica. Este es un tratamiento clínico que ha está siendo usado recientemente en línea de meta para casos de hiponatremia severa. Davis et al (10), desarrollaron un trabajo con personas que sufrieron hiponatremia en un maratón, realizándoles un seguimiento durante un año y hasta el próximo maratón. Sus resultados demuestran, que la ingesta de una solución salina hipertónica (3% de sodio) durante una maratón, parece ser un método seguro y eficaz en la corrección de los Hiponatremia en esfuerzos de ultraresistencia: efectos sobre la salud y el rendimiento A. Gutiérrez, F. Ortega-Porcel, J. Ruiz-Ruiz, M. Castillo niveles de sodio e incide positivamente sobre las complicaciones asociadas a hiponatremia. Otros autores (25), coinciden en la utilidad de su uso, pero sólo en casos de hiponatremia aguda y recalcan la importancia de no administrar demasiada cantidad en poco tiempo, puesto que una elevación súbita de los niveles de sodio pode provocar mielinólisis pontina central, una condición caracterizada por un daño neurológico consistente en la destrucción de la vaina mielínica de la células nerviosas, inhibiendo la conducción del impulso nervioso (32). Noakes et al, advierten que el ritmo de administración de la solución salina hipertónica no debe exceder los 50ml/h (33).
RECOMENDACIONES PRACICAS PARA PRUBEBAS DE ULTRARESISTENCIA
Ingesta de líquidos Finalizar una carrera con un peso similar al inicial, supuestamente para asegurar que no se produzca deshidratación, es una extendida recomendación en el mundo del deporte. Esta creencia es especialmente equívoca en el caso de los esfuerzos de ultraresistencia, pues es sabido que durante su desarrollo se puede producir una pérdida de masa corporal de hasta 2 kg no procedente de la pérdida de líquido (6,15,18,21,34) y que incluye pérdida de masa grasa, glucógeno muscular y agua almacenada con éste. Esta es una apreciación de vital importancia, pues aquellos sujetos que se hidraten lo suficiente como para mantener la constancia de su peso durante un ejercicio de ultraresistencia, pueden estar realmente sobrehidratados en 2 litros (5). La frase “bebe tanto como puedas” se considera culpable de un gran número de casos de hiponatremia, como resultado de un excesivo reemplazamiento de fluidos. Esta idea debe ser inmediatamente eliminada y empezar a ser reconocida la posibilidad de sobrehidratación, especialmente durante pruebas de ultraresistencia (13). La mayoría de los autores coinciden en que la cantidad de agua ingerida actualmente suele ser excesiva y que es necesario restringir la ingesta de líquidos, cuando se prevean ejercicios de gran duración y con importante sudoración (2,13,17). Por otro lado, de forma genérica, se aconseja a las mujeres y a los hobres de menor masa corporal tomar menos líquido que los de mayor tamaño, y ello por dos motivos: porque poseen menor ritmo de sudoración y porque al Hiponatremia en esfuerzos de ultraresistencia: efectos sobre la salud y el rendimiento A. Gutiérrez, F. Ortega-Porcel, J. Ruiz-Ruiz, M. Castillo poseer menor tamaño corporal, es necesaria menos cantidad de agua para llevar el sodio a concentraciones hiponatrémicas (5). Profundizando en la cantidad y forma de hidratación, encontramos un dato importante que se desprende de un estudio realizado durante un triatlón de ultradistancia, en el cual se observó que durante la sección de bicicleta se bebió significativamente más que durante la carrera (889 versus 632 ml/h), siendo las pérdidas hídricas en la bicicleta considerablemente menores (808 versus 1,021 ml/h) (18), por ello aunque las características de la sección en bicicleta permiten ingerir más líquido y con mayor comodidad, los triatletas deben ser especialmente cautos en su ingesta. Por último, existen pocos datos acerca de las cantidades de líquido que deben ser ingeridas durante una prueba de ultraresistencia. Disponemos de las recomendaciones del ACSM (American Collage of Sports Medicine), que suponen beber entre 0.6 y 1.2 litros de agua por hora de ejercicio en esfuerzos de más de una hora (35), lo que en un ultramaratón con tiempo medio final de 27.6h (5), por ejemplo, supondría haber consumido 16.6-33.1 litros de agua a final de la prueba. Estas recomendaciones fueron establecidas con esfuerzos de menor duración que las competiciones de ultraresistencia, por lo que pueden no ser recomendables para una prueba de estas características (36), especialmente los valores máximos de dicho rango (18). Intentar establecer unas guías u orientaciones respecto a la ingesta hídrica específica en esfuerzos de ultraresistencia, que permitan disminuir el riesgo de sufrir tanto deshidratación como sobrehidratación constituye un reto para la comunidad científica. Aunque algunos trabajos (34,37) han intentado dar solución a esta problemática, en la actualidad no se dispone de información concluyente. Ingesta de sodio Stuempfle, en un trabajo realizado durante un ultramaratón de 161km, observó que los sujetos que terminaron en condiciones hiponatrémicas consumieron menos sodio que sus compañeros normonatrémicos, aunque estas diferencias no llegaron a ser significativas. Similares resultados se obtienen en otro estudio (38), en el cual se observó que administrando cantidades de 50 y 100 mEq/l de sodio durante una prueba en bicicleta de 4 horas de duración, se conseguía mantener mejores concentraciones de sodio en plasma que ingiriendo una disolución con 5 mEq/l de sodio, aunque las diferencias tampoco fueron significativas. En el mismo trabajo, se encontró que sólo cuando la duración del ejercicio es elevada, Hiponatremia en esfuerzos de ultraresistencia: efectos sobre la salud y el rendimiento A. Gutiérrez, F. Ortega-Porcel, J. Ruiz-Ruiz, M. Castillo concretamente a partir de las 3 horas, se produce un aumento significativo en la osmolalidad por la ingesta de disoluciones con 50 y 100 mEq/l de sodio. Esto es un dato importante teniendo en cuenta que la hipo-osmolalidad es una condición que aparece fuertemente ligada a la hiponatremia en esfuerzos de ultraresistencia. Todo parece indicar que una apropiada ingesta de sodio puede reducir el número de casos de hiponatremia (2,5), pero son necesarias más investigaciones para corroborar dicha hipótesis. En este caso, es necesario determinar la cantidad óptima que debe ser ingerida, puesto que existen evidencias de que ingerir elevadas cantidades de sodio durante el ejercicio puede reducir el ritmo de producción de orina (38), lo cual dificultaría la estabilización del equilibrio electrolítico y la suplementación de sodio estaría produciendo el efecto contrario al pretendido. Un reciente y riguroso estudio realizado por Speedy et al (29), ha observado la influencia de la suplementación con cloruro sódico en el peso corporal, concentración de sodio en plasma, volumen plasmático y prevención de la hiponatremia. Los sujetos estudiados ingirieron una media de 6.3 g durante toda la prueba, que equivale a 0.5g Na/h, valor que se encuentra dentro de las recomendaciones del Colegio Americano de Medicina Deportiva (35). Uno de sus resultados más sorprendentes fue que ninguno de los sujetos estudiados padeció hiponatremia, en contraste con la mayoría de los últimos estudios realizados en deportes de ultraresistencia (2-10,12,13,15,17-21,23,26). Por otro lado, no se observó ninguna diferencia significativa en los niveles de sodio plasmáticos, lo cual no sorprende a los autores, pues afirman que no es necesaria una ingesta adicional de sodio para prevenir el desarrollo de hiponatremia en atletas que sólo reemplazan parcialmente sus pérdidas de fluidos durante un ejercicio prolongado. Sin embargo, la suplementación de sodio es necesaria para prevenir casos de “intoxicación de agua” o sobrehidratación asociada al ejercicio, presumiblemente causada por ingesta que sobrepasa a las pérdidas por sudor y orina. En conclusión, podemos responder la pregunta acerca de la necesidad de ingerir sodio en esfuerzos de ultraresistencia, diciendo que sólo resulta útil y efectiva en aquellos casos que se ha bebido más líquido del conveniente y no cuando la ingesta de líquido ha sido la adecuada. No obstante, son necesarios más estudios en esta línea que refuercen esta hipótesis.
CONCLUSIÓN
La sobrecarga hídrica, como consecuencia de una excesiva ingesta de líquido, es la principal culpable de la aparición de hiponatremia asociada a esfuerzos de larga duración Hiponatremia en esfuerzos de ultraresistencia: efectos sobre la salud y el rendimiento A. Gutiérrez, F. Ortega-Porcel, J. Ruiz-Ruiz, M. Castillo (5,10,13,15,17,23) y que esta supone una potencial amenaza para la salud de los atletas (25). La ingesta de la cantidad adecuada de líquido, se presenta por tanto como el método más importante para prevenir la aparición de hiponatremia (25). Por último, hay que decir que está en manos de autoridades y medios de comunicación difundir en la sociedad los últimos conocimientos aportados por la ciencia en esta materia. La aplicación de programas educativos que incluyan una apropiada ingesta de líquidos y reemplazamiento de las pérdidas electrolíticas pero sin pasarse, es una efectiva estrategia para prevenir e incidir sobre la hiponatremia sintomática (6).
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