Incremento de la actividad física y gasto energético diario en escolares obesos
RESUMEN COMUNICACIÓN/PÓSTER
El sobrepeso y la obesidad juvenil, derivado parcialmente de la inactividad física, se ha convertido en un problema de primer orden en los países desarrollados, afectando especialmente a la población española. El objetivo del estudio fue conocer el efecto de una intervención desde la Educación Física dirigida al alumnado obeso. Estudio de medidas repetidas de tres semanas de duración, en las que los participantes (n=133) fueron distribuidos en cuatro grupos: G1(n=34) que portaron podómetro de su propiedad y tuvieron un programa de pasos con repercusión en la calificación; G2 (n=34) ídem pero con podómetro prestado y G3 (n=33) quienes portaron podómetro sin ningún programa asociado. Un promedio de m/día de 5955 para el total de la muestra, donde se encontró menor distancia recorrida en el fin de semana, así como en la tercera semana en comparación a la primera (p<0.05), existiendo diferencia significativa tras la primera semana entra G1 y G3 (p<0.05). El uso del podómetro en la actividad física extraescolar promueve actitudes saludables en adolescentes con sobrepeso.
Palabras clave (3-5 palabras): Actividad física, Podómetro, Adolescentes, Obesidad
INTRODUCCIÓN
En España el sobrepeso infantil y juvenil representa en la actualidad un problema de orden prioritario en la salud pública. En los últimos 30 años la obesidad infantil ha superado cotas sin precedentes alcanzando porcentajes del 12.4 y 13.9 de sobrepeso y obesidad respectivamente, mediciones hechas a partir de los valores de IMC de P85 y P97 específicos por edad y peso (Aranceta, Serra, Foz y Moreno, 2005).
La obesidad infantil y juvenil representa un buen predictor del riesgo de padecer obesidad en edad adulta (Whitaker, Wright, Pepe, Seidel y Dietz, 1997) así, la probabilidad de que un individuo obeso de 6 años llegue a la edad adulta con obesidad supera el 50% (Blasi, 2003). Aunque se acepta generalmente que el 60-70% de la variación en el IMC es achacable a factores genéticos (Ravussin y Bogardus 2000), existe cierta unanimidad en apuntar la actual explosión de prevalencia hacia factores de riesgo más relacionados con el entorno obesogénico que con aquellos de carácter hereditario (Palou, Serra y Bonet, 2004).
Para la OMS (2002), entre los 10 principales factores se encuentra el sedentarismo, convertido actualmente en el sustituto de las principales actividades físicas, lúdicas y deportivas de los jóvenes, modificando el estilo de vida tradicional, y provocando graves desequilibrios energéticos en los sujetos. Sin embargo, también se ha especulado recientemente en comprobar que la actividad física tiene una base hereditaria (Lees y Booth, 2004; Katzmarzyk, 2004), basada en la evolución de los genes como función de apoyo a la actividad física en la supervivencia a través de la existencia del ser humano.
Una revisión reciente (Jiménez-Pavón, Kelly y Reilly, 2010) apoya el efecto protector de la AF habitual contra la obesidad en la niñez y adolescencia. Por lo que se torna imprescindible intervenir para paliar este descenso (Duncan, Duncan y Schofield, 2008). La utilización del podómetro ha resultado eficaz como medio para el fomento del ejercicio físico en personas adultas (Bravata, Smith-Spangler, Sundaram, Gienger, Lin, Lewis et al., 2007; Tudor-Locke, Bassett, Rutherford, Ainsworth, Chan, Croteau et al., 2008) y en jóvenes (Beets, Bornstein, Beighle, Cardinal y Morgan, 2010; Lubans, Morgan y Tudor-Locke, 2009). En el campo de la Educación Física (EF), el uso del podómetro es alentado por la National Association for Sport and Physical Education (NASPE, 2007), por suponer una herramienta para combatir la inactividad y la obesidad en escolares (Lubans y Morgan, 2008, 2009) y poder beneficiarse de él todos los estudiantes simultáneamente (NASPE, 2009).
Diferentes estudios han formulado recomendaciones, recogidas por Beets et al. (2010), que oscilan desde 11000 a 16500 pasos/día para niños y adolescentes. El número de pasos recomendado es inferior para las chicas que para los chicos (Tudor-Locke, Pangrazi, Corbin, Rutherford, Vincent, Raustorp, Tomson et al., 2004). Una de las principales recomendaciones avaladas por buena parte de los estudios anteriores dirigidas hacia el uso del podómetro como herramienta educativa toman como base la disminución de la grasa corporal y del IMC. Sin embargo, también se ha informado de que factores como la dieta podrían enmascarar estos beneficios (Beets, Le Masurier, Beighle, Rowe, Morgan, Rutherford et al., 2008; Raustorp y Ekroth, 2010).
A pesar de que este instrumento está incluido para uso de los docentes de EF en el entorno anglosajón, no es así en Europa. El problema general de investigación se centra en que concretamente en España, país que está a la cabeza de Europa en tasas de obesidad escolar (Moreno, Mesana, Fleta, Ruiz, González, Sarriá et al., 2005), no se incluye en la legislación vigente, no existen precedentes de su aplicación y por tanto no conocemos las posibilidades y limitaciones de su uso en el ámbito educativo. La realidad actual es que el uso del podómetro como instrumento de evaluación y promoción de la práctica de la AF en jóvenes tiene en España un peso insignificante, de hecho no se tiene constancia de la existencia de ningún estudio de intervención con podómetro en el ámbito educativo.
En base a los argumentos expuestos en las líneas precedentes, este estudio se propuso los siguientes objetivos: Conocer la distancia recorrida y Kcal consumidas por el alumnado que aplica el tratamiento con podómetro, distinguir la AF del alumnado participante en los días entre semana de la realizada en los fines de semana, y diferenciar si la titularidad del podómetro un programa de pasos asociado al uso de éste repercute en la AF del alumnado.
MATERIAL Y MÉTODO
Participantes
Participaron en el estudio 101 adolescentes, con una edad media de 13.74 ± 1.41 años. El 55.84% fueron varones y el resto mujeres, con un peso medio de 75.73 ± 16.61 Kg. y 72.91 ± 12.53 Kg. respectivamente. Fueron apartados del estudio aquellos individuos que manifestaron haber estado sometidos a intervención dietética o poseer contraindicación médica para realizar ejercicio físico.
El estudio fue realizado en tres centros públicos. Los Centros fueron escogidos al azar y ubicados en una población de cuarenta mil habitantes perteneciente a la Comunidad Autónoma de Andalucía. El grupo control fue común, con alumnos de todos los institutos y no únicamente de uno, evitando la mediatización por cualquier otro programa. El experimento se realizó en el primer trimestre del curso académico (2010/11).
Los participantes fueron clasificados en función de la tipología corporal a partir de los valores de referencia de IMC de la población infantil y juvenil española (Fundación Orbegozo), encontrando un 74.2 y 25.8% de estudiantes con sobrepeso (P85) y obesidad (P95) respectivamente.
Materiales
Se utilizaron podómetros Omron HJ-152-E (Omron, Hoofddorp, Holanda), modelo más novedoso pero de las mismas características que el que se encuentra en Fitzsimons, Baker, Wright, Nimmo, Thompson, Lowry et al (2008) y en Baker, Gray, Wright, Fitzsimons, Nimmo, Lowry et al. (2008). Su simpleza y bajo costo, PVP 30€ (39.90$), garantiza su accesibilidad (Tudor-Locke et al, 2008), Fig. 1.
Figura 1. Incremento de la actividad física y gasto energético diario en escolares obesos
Fig. 1. Podómetro Omron HJ-152-E
Para el cálculo del IMC, medida que necesita del peso y la talla para llevar a cabo su cálculo, se utilizó báscula ASIMED tipo B – clase III (Spain), y tallímetro portátil SECA 214 (SECA Ltd, Alemania), ambas medidas se realizaron con el individuo descalzo y ropa ligera.
Procedimiento
Los participantes realizaron un periodo de familiarización de dos días previo al comienzo del estudio, se les demostró visualmente y explicó repetidas veces la técnica de uso del podómetro hasta que realizaron una correcta actuación. Se contó con la autorización del centro escolar y consentimiento de los implicados. Se solicitó permiso escrito a los padres o tutores. Todos los procedimientos estaban de acuerdo con la Declaración de Helsinki (2008).
La intervención consistió en la realización de un programa de ejercicio físico controlado por podómetro durante tres semanas. Los participantes informaron semanalmente del ejercicio realizado al profesor de EF y al investigador, vía e-mail, y obtuvieron un conocimiento de los resultados inmediato por parte de éstos.
Grupo experimental 1 (G1): Portaron podómetro de su propiedad (comprado por sus padres) durante 6 semanas, debiendo cumplir un programa de AF consistente en un mínimo de 12000 pasos diarios los chicos y 10000 las chicas, consultando el número de pasos diariamente. Este grupo fue motivado para la correcta realización del programa mostrándole la repercusión positiva que tendría sobre la salud y atribuyéndole 2 puntos extras sobre la calificación de EF en el primer trimestre en función de su AF extraescolar.
Grupo experimental 2 (G2): Ídem al G1, con la salvedad de que el podómetro no es de su propiedad sino prestado. Esta única diferenciación entre este grupo y el G1 se fundamenta en que son menores de edad, por lo que se considera que buena parte de la responsabilidad para llevar a cabo el programa corresponde a los padres. Y se sabe que los padres pagan gimnasios para “obligarse” a realizar esa actividad, por lo que una forma de involucrar a los padres es que el coste del podómetro corra a cargo de ellos.
Grupo experimental 3 (G3): Ídem al G2 pero este a su vez carece de programa (no se le da información a cerca del número de pasos ni repercute en la calificación su actividad). Sí se les indicó que debían aumentar su actividad física extraescolar, que ellos podrían conocer el número de pasos pero no existía ningún tipo de seguimiento ni refuerzo educativo ni de calificación.
Análisis estadístico
Se realizó análisis descriptivo de datos y análisis de varianza ANOVA y la Prueba T. De forma general, se consideró como variables dependientes el número de pasos y Kcal consumidas y como variable independiente el tipo de programa aplicado. Para todos los análisis se utilizó un nivel de significación del 95%. Se usó SPSS 15.0.
RESULTADOS
En la Tabla 1, se expresan los resultados correspondientes al número de pasos, metros recorridos y calorías consumidas por los participantes de cada grupo/día. Se incluyen los resultados promedio y desviación estándar de cada medida diferenciados entre y fin de semana.
Tabla 1. Incremento de la actividad física y gasto energético diario en escolares obesos
Tabla 1. Valores promedio y desviación estándar (±) correspondientes a la distancia recorrida y consumo calórico diario obtenidos en medidas Pre, Post, y promedio de ambas. P= Diferencias entre medidas Pre y Post en cada grupo * p < 0.05,
Análisis de distancia recorrida
En la Tabla 5 se incluyen los resultados promedio y desviación estándar correspondiente a la distancia recorrida (número de metros/día) realizados por los participantes. Se comprobó que no existieron diferencias estadísticamente significativas entre el nº de metros recorridos entre semana y durante el fin de semana en ninguno de los grupos de tratamiento.
Figura 2. Incremento de la actividad física y gasto energético diario en escolares obesos
Fig. 14. Representa el promedio de m realizados por cada grupo de participantes diariamente entre semana, durante el fin de semana, y el total de la semana.
La amplitud media de zancada para el total de la muestra fue de .53 ± .06 m no existiendo diferencia significativa en función del sexo. Como tampoco ocurrió con el promedio de espacio recorrido 6109 ± 1812 m y 5545 ± 1610 m para varones y mujeres respectivamente.
En la Fig. 15 se representa el promedio de metros/día realizados en cada grupo durante la primera (medida pre) y tercera (medida post) semana del tratamiento. Se comprobó que existen diferencias estadísticamente significativas en la medida pre entre G1 y G3 (p < 0.05). También se hallaron diferencias significativas entre la medida pre y la medida post en G2 (p < 0.05) y en la totalidad de la muestra (p < 0.05).
Figura 3. Incremento de la actividad física y gasto energético diario en escolares obesos
Fig. 15. Representación del promedio de metros/día realizados en cada grupo durante la primera (pre) y tercera (post) semana del tratamiento. ? p < 0.05 denota diferencia significativa entre G1 y G3 en la medida pre. * p < 0.05 denota diferencia significativa entre la medida pre y post para los grupos de tratamiento.
Análisis de Kcal consumidas
En la Tabla 1 se incluyen los resultados promedio y desviación estándar correspondiente al número de Kcal. por los participantes. No se hallaron diferencias estadísticamente significativas entre el gasto energético diario realizado ente semana y durante el fin de semana (Fig. 4)
Figura 4. Incremento de la actividad física y gasto energético diario en escolares obesos
Fig.4. Representa el promedio de gasto energético realizados por cada grupo de participantes realizados diariamente entre semana, en el fin de semana, y el total de la semana.
No se encontró diferencia significativa para el total de la muestra entre el promedio de Kcal. consumidas semanalmente función del sexo. Promedio que fue para varones y mujeres de 342 ± 147 y 295 ± 83 respectivamente.
En la Fig. 5 se representa el promedio de Kcal/día realizados en cada grupo durante la primera (medida pre) y tercera (medida post) semana del tratamiento. Se comprobó que existen diferencias estadísticamente significativas entre la medida pre y la medida post en G2 (p < 0.05) así como en el total de la muestra (p < 0.05).
Figura 5. Incremento de la actividad física y gasto energético diario en escolares obesos
Fig. 5. Representación del promedio de Kcal/día en cada grupo durante la primera (pre) y tercera (post) semana. * p < 0.05 denota diferencia significativa entre los grupos.
DISCUSIÓN
Las variables registradas por el podómetro (distancia recorrida y Kcal. consumidas) indican que los grupos que tienen establecidos un programa de pasos (G1 y G2) realizaron mayor AF que el grupo que aquel que no (G3), donde existen diferencias en todas estas variables a favor de G1 y G2 con respecto al G3, existiendo diferencias estadísticamente significativas (p < 0,05) para el espacio recorrido en la primera semana donde el promedio de metros del G1 supera al del G3 en un 16,66%. De ello se deduce la influencia de la aplicación de un programa de pasos, con repercusión en la calificación, que acompañe al uso del podómetro, lo que estaría en consonancia con lo establecido por diferentes autores que someten la eficacia del uso del podómetro al establecimiento de unas metas de pasos (Bravata et al., 2007; Lubans et al., 2009; Pal, Cheng, Egger, Binns y Donovan., 2009).
Cuando más ejercicio físico realizaron los alumnos de todos los grupos fue en los días entre semana. Entre semana el promedio de metros entre los grupos es de 6070 m y en fin de semana fue de 5549, esto implica un 8.57% menos. El promedio de Kcal consumido por los grupos entre semana ha sido de 330 Kcal., y de 308 durante el fin de semana, esto implica un 6.66% menos de consumo diario, e indica que el ambiente estructurado de la escuela favorece tanto la AF como el consumo calórico. De lo que puede desprenderse una labor positiva de la escuela, ya que aunque existan críticas hacia ella por tener al alumnado durante seis horas/día sentados, pero según nuestros datos si no fuera por los días en los que los alumnos acuden a ella posiblemente la obesidad sería mayor ya que durante el fin de semana aumenta el sedentarismo.
Todos los grupos, excepto G3, disminuyeron el ejercicio físico a lo largo del estudio. Siendo este descenso estadísticamente significativo para la totalidad de la muestra, así como para el G2 entre las medidas de la primera semana (pre) y las de la tercera (post) en relación al espacio recorrido (p < 0.05 en ambas) y a las Kcal. consumidas (p < 0.05). Probablemente esto sea debido a una disminución de motivación y seguimiento del programa, ya que el G3 que no lleva asociado ningún programa no sufre esta disminución de actividad, problemática reportada por Lubans et al (2009). Es preciso comentar que lo más importante no es que aumenten el ejercicio físico sino mantenerlo, ya que es posible que desde el primer momento ya alcanzaran los objetivos de pasos propuesto por el profesor.
A pesar de que no se encontraron diferencias significativas en función del género para la distancia recorrida ni Kcal. consumidas, sí se observa un promedio mayor para los varones en todas estas variables, lo cual coincide con la literatura (Johnson, Brusseau, Vicent, Darst y Kulinna, 2010; Lubans y Morgan, 2009). Sin embargo, el porcentaje de mujeres que alcanza la meta de pasos establecida es 13.33 puntos superior al de varones que lo consiguen, ya que los objetivos de pasos fueron inferiores para ellas, siguiendo la dinámica de las recomendaciones de pasos recogidas por Beets et al. (2010), por lo que no se ha cumplido la hipótesis de que los varones se implicasen más que las mujeres.
Respecto a la influencia de la titularidad del podómetro, no se encuentran evidencias de que la propiedad del podómetro repercuta positivamente en la AF de los participantes. Aunque los resultados se pueden ver limitados debido a la escasa duración (tres semanas) en el tiempo de aplicación del programa. Por ello y cara a su aplicación práctica en el campo educativo como ocurre en los Estados Unidos de América (Corvin, Pangrazi y LeMasurier, 2004) se plantea como prospectiva de futuro continuar más meses, comprobar los resultados tras un periodo posterior a la intervención y un análisis cualitativo de los entes implicados.
CONCLUSIONES
En conclusión, un programa de pasos asociado al uso del podómetro incrementa la distancia recorrida y gasto energético diario, indicadores de AF que disminuyen en el fin de semana respecto a los días entre semana así como descienden de la primera a la tercera semana de intervención.
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Agradecimientos
Los autores desean agradecer a los directores y estudiantes de las escuelas participantes en el proyecto, y particularmente a su profesorado de Educación Física su colaboración en el mismo.
Así como hacer referencia al Programa de Formación del Profesor Universitario (FPU) del Ministerio de Educación, del cual es beneficiario el primer autor.