La autogestión del aprendizaje: una experiencia en la adquisición de las competencias profesionales
La autogestión del aprendizaje: una experiencia en la adquisición de las competencias profesionales
Abstract
El hecho de que el alumnado adquiera unas competencias y habilidades adaptadas a su futuro profesional es una de las metas de la educación actual. El objetivo de este estudio fue valorar la adquisición de competencias profesionales a través de una metodología de enseñanza basada en la autogestión del aprendizaje, donde la evaluación formativa adquiría un gran protagonismo. La muestra estudiada fue de 21 alumnos de la asignatura “Deportes de equipo: Voleibol” perteneciente al ciclo formativo de grado superior “Actividades Físicas y Deportivas” del IES Los Cerros en Úbeda (Jaén). Parece ser que este tipo de metodología, en la que el alumnado tiene una participación activa, proporciona mejoras significativas en cuanto a su preparación laboral
Resumen
Motivación del planteamiento
La educación actual busca fomentar competencias en el alumnado. Si bien las competencias básicas introducidas en el sistema educativo español con la Ley Orgánica de Educación (LOE 2/2006) no deberían dejar de planificarse en los estudios postobligatorios, el profesorado de estos estudios debe tener presente las capacidades profesionales exigidas en la actualidad.
Las empresas de hoy día buscan profesionales que no sólo dominen los contenidos propios de sus estudios, sino que también sepan desenvolverse de manera efectiva en el quehacer diario (RD 1262/1997 y RD 2048/1995). Es por ello que “el saber hacer”, “el ser” y “el saber ser” deben enseñarse en los centros de formación, provocando situaciones lo más parecidas a la realidad laboral que los estudiantes van a encontrarse al terminar sus estudios.
Asimismo, para que ese aprendizaje sea significativo es necesario, no sólo utilizar una enseñanza más activa, sino también una evaluación diferente, que cumpla los criterios de “Calidad Educativa” (Alguacil y Delgado, 2007): adecuada, relevante, viable, veraz, formativa, integrada y ética.
Desarrollo de la propuesta
La asignatura en la que se implementa la propuesta presentada es “Deportes de Equipo: Voleibol” perteneciente al ciclo formativo de grado superior “Actividades Físicas y Deportivas” del IES Los Cerros en Úbeda (Jaén).
El carácter eminentemente práctico de los ciclos formativos se presta a introducir metodologías aplicadas a la realidad, más en este caso por tratarse de una labor activa en la preparación de monitores deportivos y de ocio.
Así, la metodología práctica a aplicar con este alumnado debe basarse en su experiencia como monitores/entrenadores que comiencen a visualizar su profesión desde esta perspectiva. De esta forma se contribuye también a fomentar un aprendizaje significativo (Pozo, J.I., 2006).
Para estructurar el proceso de enseñanza-aprendizaje, utilizamos como pilares los objetivos generales y específicos y los criterios de evaluación reflejados en la programación didáctica para este ciclo formativo de grado superior. De los mismos e integrándolos con las capacidades profesionales específicas surgen las unidades de competencia (UC) que se trabajan en esta parte del módulo “Deportes de Equipo”:
UC 1. Domina los medios técnicos y tácticos del voleibol.
UC 2. Planifica sesiones de iniciación al voleibol atendiendo a la etapa de formación de sus jugadores.
UC 3. Interviene como monitor en sesiones prácticas de enseñanza en la iniciación del voleibol.
UC 4. Evalúa el desempeño de sus jugadores en la iniciación del voleibol.
UC 5. Critica de manera constructiva la labor como monitores de sus compañeros y la suya propia.
Ya que se pretende situar al alumnado en su futura profesión, se establece un sistema de puntuación/calificación basado en las capacidades profesionales citadas anteriormente, de manera que se distribuyen, según la programación anual, dichas capacidades por porcentajes (o puntos sobre 100). Los 100 puntos totales máximos (calificación de 10 en la asignatura) se corresponderían con los 1000 euros que la empresa le pagaría a cada monitor por mostrar sus competencias en el “trabajo”.
Una vez establecidos los porcentajes por capacidad, se diseñan las actividades de enseñanza-aprendizaje por cada una de ellas:
UC 1: Concursos con supuestos prácticos (15 puntos). Se realizarán 3 concursos correspondientes a diferentes etapas de formación en la iniciación al voleibol: minivoley, etapa 6-0 y etapa 4-2. En estos concursos, y basándonos en la experiencia universitaria de Ureña, A. (2006), se otorgan las puntuaciones atendiendo a la idiosincrasia de un deporte de equipo, en el que cada punto depende de los jugadores de manera individual y también de manera colectiva.
UC 2: Programación de sesiones adaptadas a la etapa (25 puntos). Cada alumno deberá realizar dos sesiones en esta asignatura: una de la etapa de minivoley y otra de voleibol.
UC 3: Intervenciones prácticas de las sesiones programadas como monitores de sus compañeros de clase (25 puntos). El alumnado debe realizar dos intervenciones: una de la etapa de minivoley y otra de voleibol, llevando a cabo lo programado por ellos.
UC 4: Corrección de errores a compañeros cuando éstos son jugadores y proyecto de estrategias de mejora a seguir para solventar dichos errores. (25 puntos).
UC 5: Crítica constructiva al compañero monitor y autocrítica cuando actúan como monitores. (10 puntos)
Los instrumentos de evaluación diseñados para comprobar la eficacia del alumno se materializan en unas rúbricas por cada actividad de enseñanza-aprendizaje, que desglosan pormenorizadamente la descripción del desempeño del alumno y le atribuyen los puntos a conseguir. Estas rúbricas están disponibles para el alumnado desde el primer día de clase, de manera que realizan cada actividad conociendo los criterios de calificación, posibilitando así una evaluación formativa (Díaz Lucea, J., 2005 y López Pastor, V.M., 2009).
Cabe destacar la importancia del esfuerzo diario que se fomenta gracias al sistema de puntuación. El alumnado, al principio de la asignatura, diseña un póster para colocar en clase, que recoge los puntos de todos los alumnos en todos los apartados de cada una de las actividades de enseñanza-aprendizaje, de manera que van siguiendo su propia evolución y la del grupo y se esfuerzan por conseguir puntos cada semana. Al finalizar la asignatura, los alumnos más competentes consiguen más puntos y, por consiguiente, mayor calificación. Es el resultado de una autogestión del aprendizaje (Monereo, C., 2007) de este alumnado.
Con el fin de evaluar la autopercepción de capacidades profesionales en el alumnado tras cursar esta asignatura, se diseñó un cuestionario, cuyos resultados apoyan la propuesta de los autores en cuanto al carácter favorecedor que esta asignatura ha tenido sobre la profesionalidad competencial del alumnado.
Así, la metodología activa seguida en esta asignatura en cuanto a la autogestión del aprendizaje y la evaluación formativa podría aplicarse en la formación de formadores y también en otras etapas, como el Bachillerato o la Educación Secundaria Obligatoria, puesto que fomenta la motivación y el esfuerzo diario por la consecución de puntos en realizaciones prácticas concretas, cuya calificación conocen los alumnos de antemano.
Bibliografía
- Antón, J. L. y Perea, P. El entrenamiento integrado en balonmano durante la etapa cadete: influencia sobre el desarrollo psicomotriz del adolescente. Revista Digital EFdeportes- Buenos Aires – Año 12 – N° 117 – Febrero de 2008.
- García, J. M., Navarro, M. y Ruiz, J. A. Bases teóricas del entrenamiento deportivo: principios y aplicaciones. Madrid. Gymnos. 1996.
- Gil, F., Pascua, M. y Sánchez, R. Manual Básico de Atletismo. Real Federación Española de Atletismo. 2000. Rius, J. Metodología y técnicas de atletismo. Barcelona. Ed. Paidotribo. 2005.