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6 May 2010

La necesidad de un plan estratégico para el Deporte en Edad Escolar.

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La educación representa una de las funciones básicas de la escuela. En este contexto el concepto de deporte escolar se asocia a un desarrollo educativo del individuo a través de la actividad física. Aunque el deporte escolar, en sus orígenes, se enmarcaba exclusivamente…

 
Autor(es): Profa. Dra. Angela Lera Navarro
Entidades(es): Universidad de A Coruña
Congreso: III Congreso Internacional de Ciencias del Deporte y Educación Física
Pontevedra– 6-8 de Mayo de 2010
ISBN: 978-84-613-8448-8
Palabras claves: plan estratégico, Deporte en Edad Escolar

Resumen

La educación representa una de las funciones básicas de la escuela. En este contexto el concepto de deporte escolar se asocia a un desarrollo educativo del individuo a través de la actividad física. Aunque el deporte escolar, en sus orígenes, se enmarcaba exclusivamente dentro de los límites de la propia escuela, en la actualidad ese escenario se ha ampliado y se reconoce como aquella actividad deportiva practicada por los escolares en horario no lectivo durante el período de escolarización. Esta extensión de las fronteras posibilita la intervención de otros agentes sociales externos al centro escolar, pero no por ello debe perderse la vinculación de la práctica deportiva a la educación integral de los practicantes. En este contexto, se considera “deporte escolar como sinónimo del deporte en edad escolar” (Blázquez, 1995).

INTRODUCCIÓN

La educación representa una de las funciones básicas de la escuela. En este contexto el concepto de deporte escolar se asocia a un desarrollo educativo del individuo a través de la actividad física. Aunque el deporte escolar, en sus orígenes, se enmarcaba exclusivamente dentro de los límites de la propia escuela, en la actualidad ese escenario se ha ampliado y se reconoce como aquella actividad deportiva practicada por los escolares en horario no lectivo durante el período de escolarización. Esta extensión de las fronteras posibilita la intervención de otros agentes sociales externos al centro escolar, pero no por ello debe perderse la vinculación de la práctica deportiva a la educación integral de los practicantes. En este contexto, se considera “deporte escolar como sinónimo del deporte en edad escolar” (Blázquez, 1995).

Al margen de la gran influencia que ejerce el deporte en edad escolar sobre el modelo deportivo de cada comunidad, también representa, en la mayor parte de los casos, el primer contacto de los niños con la práctica deportiva, siendo esta experiencia fundamental en el futuro estilo de vida y hábitos físico-deportivos saludables de la población escolar. Conscientes, por ello, de su trascendencia, la calificación técnica y pedagógica de las personas que dirijan las actividades deportivas en estas categorías representa una de las claves del éxito del modelo. El debate sobre la competición deportiva origina posiciones diversas. Cuando la forma de la práctica deportiva escolar ofertada se limita exclusivamente a una orientación competitiva que resalta el triunfo sobre el esfuerzo y la superación individual, se hipoteca la formación de la mayor parte del alumnado. Esto sucede cuando se limitan las posibilidades de participación de los alumnos y las alumnas menos capacitadas y se tiende a subordinar el elemento lúdico y recreativo de la práctica deportiva al competitivo.  La competición es un instrumento educativo, cuando se canalizan las inevitables diferencias entre los miembros de cualquier colectivo. “El deporte no posee ninguna virtud mágica, puede despertar el sentido de la solidaridad y cooperación como engendrar un espíritu individualista. Puede educar el respeto a la norma como fomentar el sentido de la trampa. Depende del educador y de la forma de enseñar, que se fomenten o no los valores educativos que indiscutiblemente posee el deporte” (Parlebas, 1969). Los valores educativos del deporte no se adquieren con la mera práctica sino a través de que el responsable técnico, maestro o entrenador, los incorpore a los propios objetivos de enseñanza. Esta realidad potencia, una vez más, la figura del educador o entrenador en el futuro del deporte. Fundamentalmente, de ellos y de sus deportistas, dependerá una parte relevante de la imagen que se transmita del deponerte a la sociedad. No deben ser incompatibles las figuras de los entrenadores con la función de educadores, en especial cuando dirigen actividades de deporte en edad escolar.

“Las relaciones a fomentar  en la actividad física y deportiva deben tener un carácter educativo, a través de una actuación democrática entre educadores y escolares, ya que si la práctica deportiva escolar es llevada por personas con una formación asentada en valores democráticos posibilitaremos que los escolares sean mejores socialmente y optimicen su desarrollo personal. Se trata de crear las condiciones que faciliten la construcción de un sujeto capaz, autónomo, honesto, respetable y solidario bajo la guía de los principios de libertad, igualdad y solidaridad …”

Por lo tanto, es preciso incorporar a la oferta deportiva escolar todas aquellas actividades que propicien una adecuada educación integral del individuo a través de una práctica recreativa y saludable pero, al mismo tiempo, complementada con las aportaciones educativas de la competición mediante la superación personal y canalizada por educadores deportivos.

El problema del sedentarismo infantil

Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 1.000 millones de personas adultas en todo el mundo tienen sobrepeso y de ellas, por lo menos, 300 millones son obesas. La obesidad está ligada al 60% de las defunciones debidas a enfermedades no contagiosas (cardiovasculares, cáncer o diabetes), una cifra que aumentará, según las previsiones, incluso al 73% en el 2020. Ante estos datos, la OMS catalogó a la obesidad como la epidemia del siglo XXI, representando el mayor desafío para la salud publica de este siglo.

En Europa el informe de la International Obesity Task Force (IOTF) encontró que la obesidad infantil ha ido aumentando y existe una mayor prevalencia en los países del sur de Europa. España es un ejemplo de esta situación: uno de cada dos adultos tiene exceso de peso y, en las dos últimas décadas, se pasó de un 5% de niños obesos a un 16,1%, lo que hace de nuestro país uno de los que presentan cuotas más altas de obesidad de toda la Unión Europea.

Los datos anteriores se confirman a través de la Encuesta Nacional de Salud correspondiente al segundo semestre del 2006 y del Informe 2007 de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), que ratifican lo que médicos y expertos vienen denunciando desde hace tiempo: un 15% de la población nacional es obesa y un 39% de los españoles tienen sobrepeso. En niños y adolescentes, las cifras se triplicaron en los últimos 20 años, alcanzando un 13,9% en obesidad y un 30% en sobrepeso. Al mismo tiempo, el nivel de práctica deportiva de la población es aún muy escaso, dado que el 64% de la población española es sedentaria (Informe Fundación La Caixa 2009).

Si se suman las personas que sufren sobrepeso a las que padecen obesidad, resulta que un 53,5% de los españoles están afectados, de una o de otra forma, por el exceso de peso, calculándose que los costes derivados del tratamiento de la obesidad representan el 7% del gasto sanitario total, lo que se traduce en unos 3.000 millones de euros.

El problema del sedentarismo y la Educación Física

A la luz de los de los datos referidos, el tratamiento ideal de la obesidad pasa por la prevención, y la escuela es el lugar adecuado para informar y educar sobre hábitos alimenticios saludables, así como para promover y facilitar el desarrollo de ejercicio físico a distintos niveles de actividad.

La American Heart Association (AHA) solicita de las escuelas el desarrollo diario de la educación física, proponiendo las siguientes medidas:

  • Las escuelas deben de establecer un mínimo de 30 minutos de actividad entre moderada y vigorosa por día dentro del horario escolar y organizar programas de educación sanitaria que promuevan el ejercicio y que disuadan de la conducta sedentaria.
  • Las escuelas desarrollarán programas opcionales de ejercicio fuera del horario escolar, tendrán clubes de deporte extracurricular y promoverán rutas seguras hacia la escuela por donde se pueda caminar o montar en bicicleta.
  • Las administraciones públicas deben de asegurar que los programas de educación física sean enseñados por profesores certificados y altamente cualificados, y conseguir que las escuelas sean responsables de que tales programas sean adecuados y asegurarse de que formen parte del currículo.
  • Los centros de desarrollo infantil y las escuelas primarias implantarán la educación física diaria.
  • Los grupos de educación superior establecerán programas que formen profesores de Educación Física y educación sanitaria altamente cualificados.

En Canadá, se desarrollan guías de actividad física para niños (de 6 a 9 años) y jóvenes (de 10 a 14 años), en donde se propone un incremento gradual de la actividad física hasta llegar a 90 minutos diarios: 60 de ejercicios moderados (caminar rápido, patinar o andar en bicicleta) y 30 minutos de práctica intensa (correr, deportes colectivos …).

En Europa, el European Youth Heart Study también propone incrementar la actividad física diaria de los jóvenes a 90 minutos por jornada, para generar resistencia a la insulina, un factor crucial para el desarrollo de trastornos cardiovasculares. Para llegar la esta conclusión, se revisó la actividad física y se midieron algunos factores indicativos de la salud cardiovascular (presión arterial, niveles de colesterol y de triglicéridos, resistencia a la insulina…) en 1.732 niños de Estonia, Dinamarca y Portugal.

Igualmente la Sociedad Europea de Cardiología, insiste en que debe potenciarse los contenidos de salud en las escuelas y fomentar la actividad física y el deporte entre los alumnos. Destacan que la educación física ha ido perdiendo terreno en el calendario escolar y que, mientras no se cambie esta tendencia, no se podrá abordar con garantías el problema del sedentarismo, como una de las causas que favorecen la obesidad infantil.

Desde la Organización Mundial de la Salud se declara que los colegios deben impartir educación física todos los días.

En España existe una mayor prevalencia de obesidad infantil, reflejo de los altos niveles de sedentarismo infantil y juvenil detectados en las investigaciones realizadas. Por este motivo, desde la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), se resalta que el progresivo descenso de la actividad física es la principal causa del aumento de la obesidad infantil, por delante de la mala alimentación. Segundo el estudio realizado entre más de 3.000 niños y jóvenes de entre 2 y 24 años de todo el país, más del 60% no practica ningún tipo de ejercicio o lo práctica menos de dos veces por semana. En el caso de las chicas, superan el promedio siendo el 75% de ellas, las que practican poco ejercicio, aunque en general son menos obesas porque almuerzan más saludablemente. Este descenso de la actividad física se debe a la merma de horas lectivas dedicadas a la práctica deportiva en esta edad, por lo que en el apartado de conclusiones se solicita que se dedique más tiempo a las clases de Educación Física, recomendando por lo menos 60 minutos diarios de actividad física moderada.

2. LA NECESIDAD DE UN PLAN ESTRATÉGICO PARA EL DEPORTE EN EDAD ESCOLAR. HACIA UN NUEVO MODELO

Ante la problemática expuesta anteriormente, surge la necesidad de establecer un nuevo modelo de deporte en edad escolar que sea capaz de formular soluciones a las problemáticas socio-sanitarias existentes en la población infantil.

El objetivo se centrará en incrementar la práctica y calidad de la actividad física en los escolares ante el avance preocupante de las tasas de sedentarismo infantil y en la necesidad de regular la coordinación entre todos los agentes implicados en el deporte en edad escolar, consagrando las directrices que deben presidir su oferta y disfrute por parte de la población escolar.

El análisis riguroso de las actuaciones desarrolladas y los resultados obtenidos en materia deportiva en las edades escolares de los últimos años, así como la revisión de las últimas tendencias del tratamiento del Deporte Escolar en Europa, constituyen elementos básicos a incorporar, hacia el diseño de un Nuevo Modelo en Edad Escolar.

3. CARACTERÍSTICAS DEL PLAN ESTRATÉGICO

Ante los argumentos expuestos se hace necesario contemplar que cualquier estrategia que se diseñe con el objetivo de disminuir la inactividad física, debe incidir en el binomio deporte y salud, en la búsqueda de la utilización de la práctica deportiva, tanto en horario escolar como extraescolar, como elemento determinante de la salud y calidad de vida, a través de la puesta en práctica de un Plan Estratégico que contemple diferentes actuaciones, incidentes en la práctica de actividades físicas deportivas saludables dirigidas a la población escolar, y para eso nos vamos a centrar en cuatro ámbitos.

1. Investigación 2. Formación 3. Promoción 4. Información

1. Investigación

El planteamiento de esta área parte de la necesidad de desarrollar acciones de diagnóstico y evaluación que analicen la realidad de la práctica deportiva saludable en nuestra comunidad desde diversas perspectivas. Esto permitirá contextualizar adecuadamente las propuestas iniciales previstas en este plan y establecer nuevas líneas estratégicas que mejoren las realidades estudiadas y contribuyan al desarrollo de políticas deportivas orientadas al avance de la salud y de la calidad de vida de la ciudadanía.

El área de investigación debe ofrecer recursos para la evaluación de las acciones planteadas en este plan, valorando el impacto de las mismas y ofreciendo referencias para optimizar las propuestas existentes o diseñar nuevas iniciativas. La investigación se constituye, por lo tanto, en elemento de control, regulación y evaluación del plan, contribuyendo a su avance.

Se pretende que los datos generados en los distintos estudios lleguen a las personas relacionadas con la organización del deporte (distintos niveles de la administración, asociaciones, empresas), a los propios sujetos investigados y, en general, a las personas interesadas en las temáticas de los estudios, de forma que la información pueda ser rentabilizada y ayude a mejorar la realidad investigada.

La línea de trabajo prevista para esta área abarca estudios sobre las siguientes temáticas: niveles de práctica deportiva y conocimiento de aspectos básicos sobre deporte saludable de la población, hábitos sociales de ocupación del tiempo libre, diseño de indicadores de sedentarismo-actividad, relación del sedentarismo con la aparición de problemas de salud (obesidad, hipertensión, etc.) y evaluación de programas que conforman el plan “Deporte y salud”.

2. Formación La velocidad de los cambios que se producen en nuestra sociedad generan nuevas necesidades a las que las instituciones deben dar respuestas rápidas y efectivas. Para lograrlo, además de otras acciones, es indispensable diseñar procesos de actualización y reciclaje que permitan a los profesionales de las distintas áreas adaptarse a las problemáticas y diseñar soluciones coherentes en su entorno de actuación. Hay que tener en cuenta que las acciones desenvueltas por estos profesionales influyen en una cantidad importante de personas, por lo que es especialmente importante que el enfoque de sus propuestas esté actualizado, tenga una fundamentación científica y sea fruto de la reflexión y el conocimiento de la realidad. En el área de deportes es especialmente dificultoso generalizar un enfoque de práctica saludable para toda la población, ya que los modelos de formación predominantes hasta hace muy poco tiempo se centraban en aspectos de la práctica deportiva bien diferentes (desarrollo de habilidades, selección de talentos, preparación para ciertas disciplinas deportivas…). En la medida en que las demandas sociales han ido cambiando, se ha producido un desajuste ente los recursos formativos de una parte de los profesionales con responsabilidades en la gestión y desarrollo del deporte y las necesidades de la población en este ámbito. Varias de las acciones previstas en esta área pretenden ayudar a reducir este desajuste.

Además de la contribución a la formación permanente de los profesionales del deporte y la educación física, es necesario garantizar que el sistema educativo ayude a  que la población adquiera los recursos necesarios para desarrollarse en los contextos sociales. En lo que respecta al deporte, los estilos de vida que se están imponiendo son el sedentarismo, la obesidad y las llamadas “enfermedades de civilización”, que perjudican la calidad de vida de las personas. El sistema educativo tiene el deber de adaptarse a los nuevos entornos y de atender a las problemáticas que surjan con actuaciones que ayuden a la concienciación de la población, a un aprovechamiento más constructivo del ocio  y al asentamiento de hábitos de vida más activos y saludables.

3. Promoción

Bajo este epígrafe se contemplan aquellas acciones destinadas a favorecer que la población practique deporte bajo parámetros saludables y, por extensión, a limitar la presencia del sedentarismo en la vida de los ciudadanos. Para esto se plantea una doble vía de acción: por una parte, apoyar y divulgar aquellas iniciativas que se vienen desarrollando con éxito en la comunidad y, por la otra, presentar nuevas propuestas que faciliten el acceso de los ciudadanos al deporte, haciendo especial hincapié en los colectivos que tradicionalmente tuvieron mayores dificultades en su relación con el deporte.

En el primer caso, se trata de poner en valor los programas existentes que, bajo distintas fórmulas, lograron que un porcentaje importante de la población se acercara al deporte. La definición de los criterios para definir que programas son considerados de calidad o señalados cómo “buenas prácticas” no serán sólo cuantitativos (número de participantes), sino que deberá tenerse en cuenta el enfoque de las acciones (deporte saludable, para toda la población…), su originalidad, la rentabilización de los recursos disponibles, aspectos que dificulten el acceso al deporte (dispersión poblacional, envejecimiento de la población…), etc. Las acciones previstas en este plan prestarán apoyo a estos programas y también divulgarán su experiencia al resto del territorio, para que otras instituciones o personas con responsabilidades en la organización del deporte tengan referencias de calidad y, si están interesados, puedan adaptarlas a sus contextos.

En el segundo caso se plantea la creación de condiciones materiales (empleo de instalaciones, habilitación de espacios abiertos,…) y el diseño y programas que faciliten la práctica deportiva saludable.

4. Información Toda vez que el desarrollo de una cultura deportiva necesita de que una gran parte de la población posea conocimientos básicos sobre la práctica deportiva, es necesario preparar un área de trabajo que permita responder a esta necesidad.

Además de los conocimientos técnicos básicos que la población necesita para acercarse al deporte de una forma saludable y satisfactoria, hay que abordar una labor de concienciación sobre la importancia de una vida activa y de los peligros del sedentarismo. Si pretendemos favorecer un cambio en los estilos de vida, los ciudadanos deben apreciar la necesidad de moverse, conocer los aspectos sobre los que tienen que incidir para sentirse mejor y saber cómo organizar su práctica deportiva (bien sea realizada por libre o acudiendo a programas organizados).

Además de realizar esfuerzos para generalizar conocimientos poco asentados en la población, es preciso contrarrestar ciertos mitos y falsas creencias sobre el deporte y su repercursión en el cuerpo. Estas creencias, que no cuentan con base científica alguna y que se demostraron erróneas, siguen siendo aceptadas como verdaderas por una parte importante de la ciudadanía, con la consiguiente repercusión negativa sobre sus experiencias deportivas.

Para evitar el problema expuesto anteriormente, debe buscarse la mejor fórmula para que los mensajes sobre deporte saludable lleguen a la ciudadanía con la mayor claridad posible. Habida cuenta la heterogeneidad de los colectivos sociales con los que cuente la comunidad, hay que garantizar que el lenguaje empleado, el tipo de contenidos y el proceso de difusión se ajusten a las características de los distintos colectivos. Así, se diseñarán acciones sectoriales que aborden las problemáticas específicas de cada sector poblacional y se habilitarán servicios donde la población podrá consultar sus dudas sobre la práctica deportiva.

Todos los programas que se deriven de este Plan Estratégico, deben ser monitorizados desde la administración con responsabilidades en materia deportiva, en coordinación con la Consejería de Educación y la Consejería de Sanidad, y ejecutados en estrecha colaboración con diversos agentes de la sociedad (ayuntamientos, diputaciones, universidades, asociaciones …), y defenderán la idea de que las actividades físicas deportivas saludables deben convertirse en prácticas habituales en la población escolar como medio para reducir el nivel de sedentarismo y, en consecuencia, mejorar la calidad de vida.

El objetivo será la generalización de la práctica deportiva escolar, al objeto de alcanzar avances en la calidad de vida de la población. Reducir el nivel de sedentarismo en los próximos años, como una de las causas que inciden en la obesidad de la ciudadanía, junto con una inadecuada alimentación.

Por lo tanto el objetivo general de este Plan Estratégico como respuesta al problema del sedentarismo es fomentar hábitos saludables de vida a través del desarrollo de una cultura deportiva, basada en los procesos de promoción, información y educación de la población escolar, previo diagnóstico de la situación actual. 3.1. El carácter dinámico del Plan Estratégico

El Plan  Estratégico no pretende ser cerrado ni estático sino abierto y en continúa evolución, pero manteniendo firmes las líneas básicas de fomento de la práctica de la actividad física entre los escolares. El Plan será revisado y evaluado al final de cada curso escolar, corrigiendo y modificando, si fuera preciso, aspectos que pudieran optimizar sus objetivos.

Este Plan consta de las siguientes fases:

  • Diagnóstico de la situación actual. Proceso de recogida de datos y análisis de los mismos sobre la situación actual del deporte en edad escolar.
  • Diseño y planificación, cuya responsabilidad recaerá sobre la Comisión de Expertos del Deporte Escolar.
  • Ejecución del Plan. Desarrollo durante los 12 meses de cada año, en el que se incluye tanto la práctica en horario escolar como extraescolar.
  • Resultados y valoración. En este proceso serán analizados los datos aportados por el Observatorio del Deporte en Edad Escolar.

3.2. El carácter integrador

El Plan Estratégico pretende emplear con la máxima eficacia posible todos aquellos recursos económicos, humanos e infraestructuras procedentes de todos los agentes implicados en su desarrollo en la Comunidad Autónoma : Secretaría General para el Deporte; centros escolares; federaciones deportivas gallegas; clubes deportivos; ayuntamientos; diputaciones provinciales y consejerías de Educación y Sanidad. Pero también los de las universidades, Colegio Oficial de Licenciados de Educación Física; Asociación de docentes de Educación Física y colectivo de voluntariado.

3.3. El carácter descentralizador del Plan

Otra seña de identidad del Plan es su intención de tener presencia en igualdad de oportunidades en todos los colegios de la geografía comarcal.

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 13.

Las actividades que se desprendan de este Plan Estratégico del Deporte en Edad Escolar deben de apostar por un deporte humanista, educativo y saludable. El modelo que se utilice será el deportivo orientado a la participación, que se ajustará al modelo de deporte promulgado por el Consejo de Europa a través de la Carta Europea del Deporte. A través de esta concepción del deporte se pretende la promoción de la salud, la condición física y el bienestar, además de que todas los escolares puedan tener acceso a la práctica de actividades físico-deportivas, sin existir ningún tipo de discriminación.

Las características fundamentales de este modelo deportivo orientado a la participación son las siguientes: 

  • La libertad de elegir la modalidad deportiva.
  • La posibilidad de práctica físico-deportiva por parte de toda la población escolar.
  • La adaptación de la actividad a los escolares, que son los protagonistas de la misma.
  • La flexibilidad de las actividades en su desarrollo, en cuanto a sus reglas, técnica, táctica y forma de organización.
  • Los grupos pueden ser heterogéneos.
  • Las normas son un elemento facilitador del desarrollo de la actividad.

Objetivos a desarrollar en los programas

  • Incrementar la participación en actividades físico-deportivas en horario no lectivo de las poblaciones escolares, con especial incidencia en el colectivo de niñas.
  • Beneficiarse del gran potencial educativo y formativo de las actividades físico-deportivas, primando la participación por encima de la competitividad.
  • Impulsar la función integradora y de cohesión social del deporte.
  • Mantener o mejorar el estado de salud a través de la adquisición de hábitos de vida activos y saludables.
  • Goce, diversión y entretenimiento. Potenciar los juegos motores.
  • Permitir el aprendizaje de los conceptos técnicos y tácticos, el desarrollo de las diferentes calidades físicas, así como la transmisión de hábitos, actitudes y valores como la tolerancia, el respeto a los demás y las reglas, el esfuerzo de superación, la cooperación, la confianza, entre otros.
  • Potenciar el Juego Limpio e la Deportividad.

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