Medios tecnológicos y actividad física en adolescentes de secundaria de la comunidad valenciana
Resumen
Este estudio, basado en un cuestionario-entrevista de autoinforme y llevado a cabo con una muestra de adolescentes de secundaria de la Comunidad Valenciana, analiza diversos aspectos relacionados con la participación en actividad física y el uso de medios tecnológicos. Los valores medios diarios de participación en actividad física fueron de 2,59 h (actividades ligeras), 0,74 h (actividades moderadas) y 0,85 h (actividades vigorosas). El tiempo medio diario dedicado a las distintas tecnologías fue de 1,73 h (televisión), 0,27 h (ordenador/videojuegos) y 0,51 h (teléfono móvil). Los análisis de correlación entre el tiempo dedicado a los medios indican que el uso de ordenador/videojuegos está relacionado con el uso del teléfono móvil, mientras que el tiempo dedicado a la televisión no muestra relación con el tiempo dedicado otros medios. Los análisis de regresión efectuados, señalan que la televisión influye en menor participación en actividades físicas moderadas y vigorosas y que el uso del móvil se relaciona con un menor tiempo dedicado a las actividades físicas ligeras.
1. INTRODUCCIÓN
Los riesgos que genera la inactividad física sobre el bienestar y la salud de la población (Sallis y Owen, 1999; Varo et al., 2003) convierten en objetivo prioritario de salud pública la promoción de la actividad física (AF). Esto resulta especialmente relevante para niños y adolescentes, ya que este sector poblacional representa el futuro de la sociedad y se encuentra en una fase vital para la consolidación de hábitos de vida saludables (Welk et al., 2006). Junto a las preocupaciones que despierta la falta de práctica física en los jóvenes, ha emergido en los últimos años una especial preocupación por el excesivo uso de medios tecnológicos como la televisión, el ordenador o la videoconsola, ya que se consideran conductas sedentarias que puede influir en una menor participación en AF. Son diversas las evidencias de la literatura que generan cierta alarma a este respecto. La población joven presenta un elevado uso de los medios tecnológicos (APP, 2001; Gillespie, 2002), realidad que podría verse incrementada en un futuro debido al creciente desarrollo de las tecnologías. Según los datos que ofrecen diversas investigaciones, mientras los niveles de AF de niños y jóvenes disminuyen con la edad (Hernández et al., 2006; Pieron et al., 1999; Welk et al., 2006), se produce un incremento en el tiempo dedicado a los medios (Chia et al., 2002; González et al., 1995; Hancox et al., 2004; Mayol et al., 1997; Vanderwater et al., 2004). Además, existen estudios que han demostrado la relación entre el uso de diversas tecnologías como la televisión o los videojuegos y una menor participación en AF (Hancox et al., 2004; Marshall et al., 2004; Motl et al., 2006, Zaragoza et al., 2006). Sin embargo, queda mucho por investigar en torno a estas cuestiones. Los estudios que investigan la relación entre el uso de los medios tecnológicos y la AF ofrecen resultados inconsistentes, ya que no todos los trabajos encuentran relaciones significativas y los resultados varían en función del medio tecnológico al que hagamos referencia (Biddle et al., 2003; Gard, 2004). Por otro lado, existen nuevas tecnologías como el teléfono móvil, cuya posible influencia sobre el nivel de participación en AF no está siendo estudiada. A todo esto hay que añadir que existen pocas investigaciones en España sobre las posibles relaciones entre el uso de medios y la participación en AF. Por estas razones, el presente estudio, basado en un muestra de escolares de secundaria de la Comunidad Valenciana, se plantea los siguientes objetivos: 1) Conocer el tiempo medio diario dedicado por los adolescentes a distintos tipos de AF (actividades físicas ligeras, moderadas y vigorosas) y a diversas tecnologías (televisión, ordenador/videojuegos, teléfono móvil); 2) Estudiar si existe relación entre el uso de los distintos medios tecnológicos y 3) Analizar si el tiempo dedicado a los medios influye en una mayor o menor participación en actividades físicas ligeras, moderadas y vigorosas.
2. MÉTODO
2.1. Muestra La muestra de este estudio se compuso por 323 adolescentes de secundaria de la Comunidad Valenciana (176 chicas y 147 chicos), con edades comprendidas entre 12- 16 años, siendo la media de edad de 13,59 años (DT=1,39). 2.2. Instrumento y procedimientos La recopilación de los datos se efectuó durante el curso 2001-2002. El instrumento de medida utilizado fue la versión española del cuestionario inglés Four by one-day physical activity questionnaire (Cantera y Devís, 2000), diseñado en un principio por Cale (Cale 1993, 1994) y cuya fiabilidad y validez ha sido demostrada en muestras británicas y españolas (Cale, 1993; Soler, 2004). Este cuestionario de recuerdo se utilizó para medir el tiempo dedicado por los adolescentes a distintas actividades físicas y diversos medios tecnológicos (televisión, ordenador/videojuegos, teléfono móvil). Con el fin de recoger la posible variabilidad a lo largo del tiempo de las conductas estudiadas, el instrumento se administró en cuatro momentos temporales durante el periodo escolar: en otoño y en invierno, con medidas entre semana y fin de semana en cada estación. Asimismo, para este estudio se actualizó el listado de medios tecnológicos utilizados por los adolescentes, incluyendo el teléfono móvil por el gran aumento en la posesión y uso de esta tecnología en los últimos años. El instrumento se administró entrevistando a los adolescentes en grupos de 3, tras obtener el consentimiento de los directores de cada centro escolar. Se informó a todos los sujetos de que la participación en el estudio era voluntaria y anónima. Se pidió a los adolescentes que indicaran las actividades físicas y de uso de medios tecnológicos en las que se habían implicado en el día anterior y que especificaran cuanto tiempo habían empleado en las mismas. Para facilitar el recuerdo, las preguntas del cuestionario estaban estructuradas en diversos momentos del día (mañana, tarde, noche) y los entrevistadores orientaron y marcaron el ritmo de las respuestas en cada una de las partes. El procedimiento también incluyó la selección y entrenamiento de los entrevistadores y un protocolo con información e instrucciones sobre el uso del cuestionario. Cinco sesiones previas se emplearon en el análisis del protocolo, resolviendo dudas y problemas. 2.3. Análisis de los datos Las actividades físicas reflejadas en los cuestionarios fueron clasificadas según su categoría de intensidad, ya fuese la estipulada según el protocolo y listado de actividades que incluye el cuestionario (Cantera y Devís, 2000) o la resultante de una reconsideración del entrevistador cuando administraba el cuestionario-entrevista. Se calculó la media y la desviación típica del tiempo dedicado a actividades físicas ligeras, moderadas y vigorosas (suma del tiempo dedicado a actividades físicas fuertes y muy fuertes). También se calculó la media y desviación típica del tiempo dedicado a los medios tecnológicos (televisión, ordenador/videojuegos, teléfono móvil). Para conocer las posibles relaciones entre el uso de los distintos medios tecnológicos se realizaron análisis de correlación. El grado y tendencia de estas correlaciones se expresó mediante el coeficiente de correlación r de Pearson. Por último, se realizaron 3 regresiones lineales múltiples para analizar si el uso de medios tecnológicos influye en mayor o menor participación en actividades físicas ligeras, moderadas y vigorosas. Las 3 regresiones (cada una de ellas con un tipo de AF como variable dependiente) fueron ajustadas por género, edad y tipo de centro. El análisis de los datos se llevó a cabo con el software SPSS 14.0.
3. RESULTADOS
3.1. Tiempo dedicado a los distintos tipos de AF y a los medios tecnológicos En la tabla 1 se observa el tiempo medio diario empleado por los adolescentes en las distintas actividades físicas según intensidad. Resulta de interés que todos los adolescentes se implican diariamente en los tres tipos de actividades, siendo claramente superior el tiempo dedicado a actividades ligeras.
Tabla 1. Tiempo medio diario empleado en las distintas actividades físicas.
El tiempo medio diario que los adolescentes dedican al uso de diversas tecnologías puede observarse en la tabla 2. Destaca que todos los individuos de la muestra utilizan todos los medios tecnológicos y que el medio al que los adolescentes dedican más tiempo es la televisión. Asimismo, se contempla una mayor dedicación al teléfono móvil que a ordenador/videojuegos.
Tabla 2. Tiempo medio diario dedicado a las tecnologías.
3.2. Relación entre el uso de distintos medios tecnológicos En el estudio de correlación entre el tiempo dedicado a las diversas tecnologías se observa una correlación significativa entre ordenador/videojuegos y el teléfono móvil (ver tabla 3), mientras que no existe relación entre ninguno de estos medios y la televisión.
Tabla 3. Correlaciones entre el tiempo dedicado a las distintas tecnologías.
3.3. Medios tecnológicos y participación en AF Los análisis de regresión indican que el tiempo dedicado a la televisión se relaciona negativamente con el tiempo dedicado a actividades físicas moderadas y vigorosas, mientras que el tiempo de uso de móvil se relaciona con una menor participación en actividades físicas ligeras (ver tabla 4).
Tabla 4. Relación entre el tiempo empleado en los medios tecnológicos y las distintas actividades físicas. Las 3 regresiones lineales múltiples fueron ajustadas por género, edad y tipo de centro.
4. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Las diferentes recomendaciones y prescripciones de AF para la población infantil y juvenil propuestas por los expertos suelen coincidir en que los niños y jóvenes deberían participar todos o casi todos los días de la semana en actividades físicas de diversa intensidad, durante al menos 60 minutos (American College of Sport Medicine, 2000; Sallis y Patrick, 1994; Pate, Trost y Williams, 1998). Además, señalan la conveniencia de realizar durante un mínimo de 3 días semanales actividades de intensidad de moderada a vigorosa. En este sentido, los adolescentes de nuestra muestra cumplen las recomendaciones de los expertos y podemos hablar de una muestra activa, aunque debemos recordar que hablamos de tiempos de participación medios y, evidentemente, habrá personas que presentarán valores superiores e inferiores a la media. Por otra parte, cabe destacar que el tiempo dedicado a las actividades físicas ligeras es claramente superior al de las actividades de mayor intensidad. Estos resultados apoyan otros estudios que enfatizan la crucial contribución de actividades como caminar o las tareas del hogar para el mantenimiento de un estilo de vida activo y la obtención de los niveles de AF requeridos desde una perspectiva de salud (Eyler et al., 2003; Phongsavan et al., 2004). Los adolescentes de nuestro estudio dedican más tiempo a la televisión (1,73 h/día) que a otros medios, lo que coincide con otras investigaciones que analizan el uso de diversas tecnologías. Sin embargo, los adolescentes de nuestra muestra ven menos horas diarias la televisión que los de otros estudios, tanto españoles como extranjeros, que indican medias diarias de TV superiores a las 2 h (Durá et al., 2002; Garitaonandía et al., 2004; Marshall et al., 2006; Utter et al., 2003) e incluso superiores a las 3 h (Bercedo et al., 2005; Hancox et al., 2004). También es inferior el tiempo dedicado a ordenador/videojuegos (0,27 h/día) respecto a otros estudios con adolescentes. Por ejemplo, Bercedo et al. (2005) habla de 0,69 h/día entre semana y 1,09 h/día en fin de semana de uso de videojuegos y Utter et al. (2003) de más de 1 h/día para ordenador. Probablemente la buenas condiciones climáticas de la Comunidad Valenciana en comparación con otros lugares de España como Navarra (Durá et al., 2002) o Cantabria (Bercedo et al., 2005), o en comparación con otros países europeos (Garitaonandía et al., 2004) o EEUU (Utter et al., 2003), puede ayudarnos a entender los menores niveles de TV, ordenador y videojuegos. Tal vez el buen clima favorece otras posibilidades de ocio fuera de casa, viéndose reducido el tiempo dedicado a estas tecnologías. Destaca que el tiempo medio diario de uso de móvil (0,52 h/día) es mayor al empleado en ordenador y videojuegos juntos. Esto puede deberse a que existen más usuarios de teléfono móvil que de ordenador/videojuegos. Mientras que en la actualidad, la penetración del móvil en el total de la población española es superior al 95 % como en muchos otros países desarrollados, la disponibilidad en los hogares de ordenador es en torno a 50 % y de videoconsola en torno al 30 % (Telefónica, 2006). Otra razón que podría explicar el mayor tiempo medio dedicado al móvil es que este medio tal vez se utilice con más frecuencia, aunque el tiempo empleado en cada ocasión de uso pueda ser menor. Pese a las diferencias existentes en el tiempo dedicado a los distintos medios tecnológicos, el uso de las distintas tecnologías no es completamente independiente. Los adolescentes que dedican más tiempo a ordenador/videojuegos tienden a utilizar más el móvil. Sin embargo, el uso de estas nuevas tecnologías no está relacionado con el uso de televisión. Este resultado parece indicar, entre otras cuestiones, que los adolescentes no ven menos la TV por emplear más tiempo en ordenador/videojuegos, es decir, que para nuestra muestra, la aparición de las nuevas tecnologías no ha supuesto un menor uso de la televisión. En cuanto a la relación entre los medios tecnológicos y los distintos tipos de AF, nuestros datos muestran que el tiempo dedicado a la televisión influye en una menor participación en actividades físicas moderadas y vigorosas. En esta línea, son diversos los estudios que apoyan la idea de que la televisión está relacionada con un estilo de vida sedentario o una menor participación en AF (Crespo et al., 2001; Hancox et al., 2004; Motl et al., 2006, Zaragoza et al., 2006). No se han encontrado relaciones significativas entre ordenador/videojuegos y los diferentes tipos de AF. Esto puede deberse al menor tiempo dedicado a estas tecnologías. Además, mientras que se han encontrado evidencias sobre la influencia que los videojuegos pueden tener en la inactividad física (Marshall et al., 2004; Motl et al., 2006), diversos estudios indican que el uso de ordenador puede estar relacionado con un estilo de vida activo (Chia et al., 2002; Ho y Lee, 2001, Utter et al. 2003; Santos et al., 2006). En este sentido, sería interesante en futuras investigaciones superar una limitación metodológica de este estudio y medir por separado el tiempo dedicado a videojuegos (con videoconsola, ordenador, móvil, etc.) y el tiempo dedicado a distintos uso del ordenador (trabajar, relacionarse con otras personas, buscar información en la red, etc.). Por otra parte y según los resultados de la muestra, destaca que el uso del móvil influye en una menor participación en actividades físicas ligeras. La falta de estudios previos que hayan analizado la vinculación del uso del móvil con una mayor o menor participación en AF nos sitúa en un momento en el que los resultados que aquí presentamos adquieren un especial interés, pero al mismo tiempo deben interpretarse con cautela y ser contrastados con futuras investigaciones en las que se incorpore este medio tecnológico. El móvil es un medio tecnológico que permite la movilidad del usuario y puede utilizarse incluso mientras se camina, pero tal vez largas conversaciones con el móvil o su uso para mensajes o juegos electrónicos lo convierten en un medio que fomenta ciertas conductas de ocio sedentario que pueden desembocar en menor participación en algunos tipos de AF. Por último, señalar que las asociaciones encontradas entre los medios tecnológicos y los distintos tipos de AF son bajas. Sin duda, se debe relativizar la importancia epidemiológica de estos efectos y existen muchos más factores que afectan a la inactividad física. Sin embargo, no podemos obviar, a la vista de los resultados, que algunos medios tecnológicos, entre los que destaca la televisión, contribuyen a la problemática del sedentarismo.
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