Modificaciones del perfil esteroideo en jugadores de tenis de alta competicion
Resumen modificaciones del perfil esteroideo en jugadores de tenis
Bien es sabido que el ejercicio físico intenso, provoca en el organismo una situación de estrés. Esta situación genera una serie de alteraciones en el eje hipotalámico-hipofisario-testicular y en el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal, que van a ocasionar importantes modificaciones a nivel hormonal (Pitkanen y cols, 2002; Viru y cols, 2001; Bosco y cols, 2000). Tradicionalmente los perfiles urinarios de esteroides, en el mundo del deporte, se han utilizado para tratar de controlar el dopaje con este tipo de sustancias, y así acabar con el fraude deportivo. Actualmente, aunque esta corriente sigue presente, también los perfiles esteroideos se vienen utilizando como marcadores fisiológicos para valorar la carga de trabajo a la que se encuentra sometido un deportista. En este estudio, al mismo tiempo que tratamos de ver el estrés que supone para el organismo una partido de tenis de alto nivel, también tratamos de encontrar biomarcadores fisiológicos. En la bibliografía existen muy pocos estudios que analicen las modificaciones del perfil esteroideo en tenistas. Podemos encontrar algunas investigaciones donde analizan las modificaciones plasmáticas de testosterona y cortisol, encontrando descensos en los niveles plasmáticos de cortisol y elevaciones en los niveles de testosterona (Bergeron MF y cols, 1991). El estudio se llevó a cabo con 8 sujetos tenistas, clasificados entre los 100 primeros del ranking mundial (edad: 24,88 ±2,59; altura: 1,80 ±0,05; peso: 75,63 ±5,21). Se recogieron muestras de orina antes y después de cada partido, correspondiente a la ronda de cuartos de final. Se analizaron las concentraciones de Dehidroepiandrosterona (DHEA) andrógeno suprarrenal, Testosterona (T), Epitestosterona (E) y otros andrógenos testiculares, así como Cortisol (HC), cortisona (C) y Tetrahidrocortisol (THCOL) y Tetrahidrocortisona (THC) como metabolitos urinarios del cortisol y de la cortisona, ambas hormonas suprarrenales catabólicas. También se analizaron las relaciones T/E, T/THC, T/THCOL, DHEA/THC y DHEA/THCOL, para tratar de encontrar y establecer unos futuros marcadores fisiológicos. La determinación de los esteroides (andrógenos y corticosteroides) en orina se realizó mediante un sistema de cromatografía GC/MS y GC/MS/MS, que ha sido demostrada como fiable, válida y exacta para el análisis de muestras de orina (Galán AM y cols, 2001, Rivero-Marabé y cols 2001). La espectrometría de masas acoplada a la cromatografía de gases constituye un método poderoso para la identificación y el análisis estructural de compuestos orgánicos presentes en la orina. La cromatografía de gases permite identificar una sustancia gracias al tiempo de retención, mientras que el detector selectivo de masas se basa en la producción y separación de iones para su identificación, de esta forma ambas técnicas son complementarias.
Introducción
Hoy en día nadie pone en duda que el ejercicio físico intenso, y en especial la propia competición real, provoca en el organismo una situación de estrés. Esta situación genera una serie de alteraciones en el eje hipotalámico-hipofisario-testicular y en el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal, que van a ocasionar importantes modificaciones a nivel hormonal (Pitkanen y cols, 2002; Viru y cols, 2001; Bosco y cols, 2000). Si esta situación de estrés se repite de forma periódica y controlada el organismo se adaptará, constituyendo la base del entrenamiento. No obstante, las variaciones hormonales dependerán del tipo de entrenamiento y de las cargas de trabajo utilizadas; la frecuencia, la intensidad, el volumen, el tipo de recuperación o el número de series determinarán el nivel de activación del sistema endocrino (Deschenes y Kraemer, 2002; Marx y cols, 2001). Observamos, por tanto, como el ejercicio físico, y en especial el deporte de alto rendimiento, son reconocidos como importantes modificadores del metabolismo hormonal. La hipótesis de que se produce una disfunción en el eje hipófisario-hipotalámico con una producción hormonal alterada, se ve confirmada en una gran cantidad de estudios (Fry AC y cols, 1998; Luger A y cols, 1987; Urhausen A y cols 1998; Adlercreutz H ,1986). Las alteraciones diversas que pueden afectar al organismo, como puede ser el ejercicio físico, provocan la estimulación del hipotálamo y al mismo tiempo este activa la hipófisis, que a través de la secreción de hormonas como la adenocórtico-tropa-hormona (ACTH) y las gonadotropinas (FSH y LH) actúan sobre la corteza suprarrenal y los testículos respectivamente, regulando la síntesis de testosterona, DHEA y cortisol (Franchimont P y cols, 1975). Estas hormonas mantendrán una retroalimentación negativa sobre la hipófisis (Valloton MB, 1973).
Esta respuesta endocrina modula la función anabólica/catabólica y por tanto afecta al comportamiento que manifiestan, tanto durante la actividad física como durante la recuperación, hormonas como la testosterona, hormona de crecimiento, insulina y cortisol. En este sentido, cuando el balance es prioritariamente anabólico el músculo incrementa su tamaño (hipertrofia) y puede aumentar los niveles de tensión que es capaz de desarrollar (García Manso, 2001). Así, los andrógenos, y en especial la testosterona, tienen un poderoso efecto anabólico, favoreciendo la concentración de proteínas en el músculo; mientras que los corticosteroides desempeñan una función eminentemente catabólica. Ya se ha comentado como la actividad física va a influir sobre el eje hipofisario-gonadal, pero existe cierta controversia puesto que la revisión bibliográfica, en muchos casos, da resultados contradictorios. En primer lugar, los niveles de hormonas esteroideas durante el entrenamiento, la competición o la recuperación responden de diversas formas a las cargas de trabajo utilizadas. La intensidad, duración, volumen y tiempo de recuperación entre series determina el nivel de activación del sistema endocrino (Marx y cols, 2001, Lehmann M, 1992, Kraemer WJ, 1988, Ballarin E, 1986). Otros biomarcadores, diferentes a la testosterona, cortisol y su relación, se vienen estudiando para valorar la carga de trabajo. Algunos artículos plantean que estos biomarcadores no son muy válidos puesto que la activación y las funciones de los sistemas pituitario-adrenal y pituitario-testicular no son iguales (Kuoppasalmi y cols, 1980; Pantaleoni M y col 1991), por ello se vienen planteando otro tipo de biomarcadores como son la DHEAS (de origen suprarrenal) (Nishikaze, 1998,2000; Filaire y Lac, 2000; Keizer y col, 1989) y los metabolitos 17-cetoesteroides y 17-hidroxicorticoides (Fischer y col 1992; Kimura y col, 1989), determinando las concentraciones en orina a través de técnicas cromatográficas (Ueki y Okano,1999; Yap y cols, 1996; Galan y Cols, 2001; Rivero y cols, 2001). Las concentraciones de hormonas esteroideas (andrógenos y corticosteroides) en la mayor parte de los estudios se han venido valorando en muestras de sangre, aunque en algunos ocasiones se han analizado en orina y saliva, lo que puede dar diferentes resultados. Existen muy pocos estudios que analicen las modificaciones del perfil esteroideo en tenistas. Podemos encontrar algunas investigaciones donde analizan las modificaciones plasmáticas de testosterona y cortisol, encontrando descensos en los niveles plasmáticos de cortisol y elevaciones en los niveles de testosterona (Bergeron MF y cols, 1991). Por todo esto, nuestra investigación se plantea en un intento de obtener una forma objetiva para valorar la carga de trabajo mediante la determinación de los perfiles urinarios de Andrógenos y corticosteroides, ya que muchas veces entrenadores y deportistas trabajan sin ningún tipo de valores fisiológicos de referencia, lo que les lleva a situaciones de sobreentrenamiento y a lesiones inesperadas.
Material y método
El estudio se llevó a cabo con 8 sujetos tenistas, clasificados entre los 100 primeros del ranking mundial (edad: 24,88 ±2,59; altura: 1,80 ±0,05; peso: 75,63 ±5,21). Se recogieron muestras de orina 1 hora antes de cada partido y la IV Congreso Mundial de Ciencia y Deportes de Raqueta primera orina de después, correspondiente a la ronda de cuartos de final. La duración media de los partidos fue de 1 hora y 30 minutos. Las muestras de orina fueron congeladas para su posterior tratamiento y análisis. Los análisis se realizaron por cromatografía de gases-espectrometría de masas según los métodos de Galán y cols (2001) para los 17-cetosterides y estrógenos y de Rivero y cols (2001).para los 17-hidroxicorticosteroides Los equipos empleados para los análisis cromatográficos fueron un HP 5890 SERIES II con detector MSD 5972 (sistema de gases/masas), para el análisis de los 17-cetosteroides, andrógenos y estrógenos, y un Varian 3800 acoplado a un espectrómetro de masas-masas (ion trap) modelo Saturn 2000 (sistema gases/masas/masas), para la detección de los corticosteroides. Las condiciones cromatográficas y de detección para el análisis de los andrógenos y estrógenos, fueron las siguientes: el gas portador utilizado fue He N-50 con Flujo: 1 ml/min, split 40, a temperaturas de 280ºC en el detector y de 280ºC en el inyector. Se empleó una columna HP-1 (Crosslinked Methyl Silicone Gum) de 25 m x 0.2 mm I.D. x 0.33 ?m. El programa de temperaturas en el horno fue el siguiente: Inicial: 120ºC durante 2 min; 1ª Rampa: 20ºC/min hasta 200ºC, 0 min; 2ª Rampa: 5ºC/min hasta 240ºC durante 5 min; 3ª Rampa: 30ºC/min hasta 300ºC durante 5min. En la detección la corriente de emisión fue 70 y el intervalo de masas estuvo comprendido entre 100 y 700. Las condiciones cromatográficas y de detección para el análisis de los corticosteroides fueron las siguientes: el gas portador utilizado fue He N-50 con Flujo: 1 ml/min, split 40, a temperaturas de 280ºC en el detector y de 280ºC en el inyector.
Se empleó una columna Tacer de Fase TRB-1 de 15m x 0.20 mm I.D. x 0.10 ?m. El programa de temperaturas en el horno fue el siguiente: Inicial: 120ºC, durante 2 min; 1ª Rampa: 20ºC/min hasta 240ºC durante 7 min; 2ª Rampa: 20ºC/min hasta 300ºC durante 5 min. En la detección, la temperatura en el Trap fue de 200ºC, en el Manifold de 50ºC y en el Tranferline de 280ºC. El intervalo de masas en la detección estuvo entre 150 y 650. Gracias a estas técnicas cromatográficas se pudieron determinar las siguientes hormonas: Testosterona (T), Epitestosterona (E), los andrógenos suprarrenales (Androstenodiona y Dehidroepiandrosterona (DHEA), los metabolitos androgénicos Androsterona + Etiocolanolona + Dihydrotestosterona (llamados 17-cetoesteroides o 17-KS), B-Estradiol, Estrona y los metabolitos urinarios más abundantes del cortisol y de la cortisona, que son el Tetrahidrocortisol (THCOL) y la Tetrahidrocortisona (THC) (llamados 17-Hidroxicorticosteroides o 17-OHCS). También se estudió la relación Androsterona + Etiocolanolona+Dihydrotestosterona/ Tetrahidrocortisona + Tetrahidrocortisol (17-KS/17-OHCS), para valorar el estado anabólico/catabólico en el que se encuentra un individuo una vez que ha finalizado la sesión y para observar su recuperación. Por otro lado, se analizó la concentración urinaria de creatinina de todas las muestras, con el fin de dar las concentraciones esteroideas en referencia a la creatinina urinaria, parámetro este fundamental en los análisis clínicos en orina. En este sentido, es conocido que en ausencia de patología renal, las tasas de excreción de creatinina son relativamente constantes, no se modifican ni con el ejercicio físico ni con las variaciones del catabolismo. Por tanto, este parámetro nos puede servir para determinar el grado de concentración que tiene la orina y observar la excreción real de los metabolitos urinarios. Los trabajos realizados por Heinegard y Tiderstron (1973) son la base del método de análisis. Para el análisis se utilizó el Kit de “Creatinina 555-A” de Sigma y un espectrofotómetro UNICAM 5625.
Resultados y discusión
Serán presentados en el congreso, pues actualmente están en la fase de análisis, una vez llevado a cabo el tratamiento de las muestras.
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