Motricilando Fino
Motricilando Fino
RESUMEN COMUNICACIÓN/PÓSTER
RESUMEN: MotriCilando FINO Desde hace más ya de veinte siglos que tenemos la primera constatación del interés que suscitaba el cuidado físico. Y no sólo el cuidado que tiene por finalidad la belleza externa; un cuidado que iba más allá de la estética y que aparecía directamente relacionado con la mente. Hablamos, pues del bienestar físico de la mano del bienestar mental: la búsqueda del equilibrio que se plasma en una frase: “mens sana in corpore sano”. De la necesidad de “cuidar” este aspecto físico surgen multitud de denominaciones; y no pocos han sido los profesionales de distintos campos que han tratado de dar una definición ajustada.
La tan mencionada psicomotricidad, actualmente de moda, y tradicional como práctica donde las haya de la que trataremos sin, adelanto, una definición concluyente. La pareja “motricidad fina” aparecerá posteriormente tratando dar algo de luz con las aportaciones aquí vertidas; a lo que se suma este dúo ligado también al juego, como recurso indispensable para su puesta en práctica en la educación infantil Por último, se incorpora una propuesta de actividades destinadas a trabajar la motricidad fina en el segundo ciclo de Educación infantil. Una sesión de 50 minutos de duración compuesta de cinco actividades (más una actividad de reserva) especialmente diseñada para realizar con niñas y niños de 5 años de edad.
Introducción:
«Orandum est ut sit mens sana in corpore sano », se orará a los dioses que concedan una mente sana en un cuerpo sano. Nos encontramos esta plegaria entre los versos de la décima sátira del poeta romano Decimus Iunius Iuvenalis, más conocido por Juvenal, que vivió entre finales del siglo I y principios del siglo II de nuestra era. Ya de por aquel entonces encontramos referencias como esta que, ornamentos a un lado, vienen a mostrarnos la importancia de alcanzar el equilibrio de la mente y del cuerpo. Lograr una melodía harmónica del bienestar físico, mental y emocional se consigue con trabajo; un trabajo que no debe descuidar ninguna de estas parcelas si se pretende estar en forma, en el sentido más integral posible.
Las controversias de la psicomotricidad y la dificultad de una definición unánime:
Esta temática, aunque puede que expresada de otro modo, ha seguido trayendo “de cabeza” a los profesionales del ámbito de la educación física. Distintas son las corrientes y, obvio, distintas también las posturas adoptadas y hasta puede que las líneas de investigación seguidas. Pero el debate está sobre la mesa; por una parte las corrientes psicomotricistas sostienen la importancia del buen desarrollo corporal y motriz como base para el cognoscitivo (desarrollo); y en el campo contrario entre otros, por ejemplo, los seguidores de las teorías psicolingüísticas, que lógicamente dan mayor importancia para alcanzar dicho desarrollo a las habilidades lingüísticas. Pero como decía, pues, son varios los argumentos pro y contra.
Sin doblez se asume que la línea de este escrito va a favor; así que tiramos del hilo de curiosidades antes de ir de lleno al meollo. Ya teníamos en la mesa un tema y ponemos otro no menos polémico, o no menos cuestionado ¿algún tipo de movimiento, de praxis, postula como más aventajado a un sexo frente al otro? Pues citando a Gil-Verona “las mujeres adultas aventajan a los hombres en habilidades verbales, en movimientos finos (motricidad fina) y en velocidad perceptiva. En cambio, los hombres (adultos) tienen más habilidad que las mujeres (adultas) para resolver test espaciales; además, el hombre aventaja a la mujer en conocimiento espacial y praxis espacial” (Gil-Verona, 2003, pág. 355). La explicación que da para esta afirmación es seis veces argumentada.
Primero aludiendo a una organización cerebral diferente, para lo cual se remite a numerosos estudios realizados durante años con mamíferos de diversas especies. Segundo, argumentando factores endocrinos, así pues, la producción de unas u otras hormonas puede influir en el propio funcionamiento cerebral. Tercero, y más débil para explicar por sí solo esta diferencia, es el medio ambiente social; éste se refiere a factores culturales. Cuarto, y visto por muchos autores como decisivo, sobretodo para las habilidades espaciales, es el factor genético. El quinto factor es la velocidad de maduración; cuanto más lentamente madure un niño (o una niña), menos habilidades verbales y espaciales presentará. A la vez, aporta el dato de que las mujeres maduran tanto física como cerebralmente antes que los hombres. Y sexta y última, la hipótesis antropológica. Diferentes aspectos del dimorfismo sexual se podrían conocer mejor, siguiendo el desarrollo de la línea de investigación de la división del trabajo vinculada al género.
Y ahora hemos dado un salto de gigante, desde el poeta romano, que reivindicaba paridad de cuidados para el cuerpo y la mente, hasta aquí, pasando por encima de años, de dudas y lagunas en las denominaciones ¿Dónde está el profesor de gimnasia? ¿Dónde lo hemos dejado? Habría estado bien contar que el término “psicomotricidad” tiene su cuna en la educación, pero no es así. Ernest Dupré, médico francés lo introdujo al estudiar la debilidad motora de enfermos mentales, allá cuando amanecía el siglo XX.
Eso no impidió que pasáramos, y aún pasemos, por tormentas de mezclas de términos;
pero un siglo después lo que están claros (se llame motricidad, se llame actividad física) son los planteamientos: globales e integrales. Es decir, las responsabilidades de “ello” han aumentado y lo que pudo ser sólo el desarrollo de destrezas deportivas exige, actualmente cubrir otros objetivos tales como, según Gil-Verona (2003): los afectivos, cognitivos, tónico-emocionales y simbólicos.
“Hoy en día está suficientemente claro que, en los primeros años, unas apropiadas clases y cantidades de actividades físicas pueden no solo enriquecer la vida de los niños, sino también contribuir al desarrollo físico, social y cognitivo. Así, en ninguna otra etapa de la vida es tan importante la educación física como en los años preescolares.” (Gil Madrona, Contreras Jordán, & Gómez Barreto, 2008, pág. 75)
Tenemos que hilar más fino; ya hemos llegado a la psicomotricidad en nuestros días. Pero, ¿qué es la psicomotricidad? ¿Hay una única definición? Veamos:
Berruezo, P. P. (2009) coincide con García Núñez y Fernández Vidal (1994, 15) en que la psicomotricidad es una “técnica o conjunto de técnicas que tienden a influir en el acto intencional o significativo, para estimularlo o modificarlo, utilizando como mediadores la actividad corporal y su expresión simbólica”. Una acción pedagógica y psicológica que utiliza los medios de la educación física con el fin de normalizar y de mejorar el comportamiento del niño es la psicomotricidad de Picq y Vayer (1969). Mientras que por otra parte, de nuevo, nos encontramos a Chomski de quien antes hablamos sin hablar. Bien podríamos encuadrarlo en el grupo mencionado; aquel que defiende la lingüística, no en exclusiva pero sí con predominio, como uno de los grandes sistemas cognitivos que ha de adquirir la persona. Habla de la facultad del lenguaje como componente de un cóctel de facultades en el que, y para él, psicomotricidad, es “la facultad del movimiento”. Y por último, pero no menos importante, la definición de la Real Academia Española nos ofrece la siguiente triada:
“1. Motilidad de origen psíquico.
2. Integración de las funciones motrices y psíquicas.
3. Conjunto de técnicas que estimulan la coordinación
de dichas funciones.”
Motricidad fina.
Algunas pinceladas que nos ayuden a adentrarnos más en el binomio que forma el título de este apartado. Encontramos la motricidad fina dentro de los componentes específicos de la Motricidad. La motricidad, o también llamada praxia fina exige a la acción: precisión, economía y armonía; se trata de un movimiento útil, consciente y completamente intencional. Es, según algunos autores, consecuencia y esencia de la evolución de la especie ya que podemos reconocer en las manos dos de las partes del cuerpo que más han contribuido a ella.
Pero, ¿qué es exactamente la praxia fina? Al igual que sucede con la psicomotricidad, y con otros muchos términos que venimos manejando, la motricidad fina no tiene una definición unánime. Son muchos los autores que la esbozan y por ello existen tantas como puntos de vista se pongan en juego. Lo que sí, en principio, se puede aportar son aspectos comunes, sin entrar en matices demasiado específicos que no harían más que contradecir a unos a favor de otros; y no es de lo que se trata. Así, de manera bastante resumida podemos decir que la praxia fina es un elemento/acción que ayuda o permita al ser humano realizar los movimientos de una manera más precisa, en tanto en cuanto, más efectiva. Parece haber un alto porcentaje de unanimidad, también, en lo que parece ser una triple implicación de la mano, el ojo y el cerebro para su realización.
Ahora que, como todas, esta es una habilidad que evoluciona con la edad. A lo largo de la vida nos encontramos con objetivos a alcanzar; parte del secreto de la adquisición de las habilidades radica en la resolución de los problemas que se nos plantean para lograrlos. Ser capaces de resolver con éxito es, en definitiva, aprendizaje aplicable en diferentes tipos de situaciones.
La motricidad fina en la educación: el juego.
Y ahora, ¿cómo desarrollar las habilidades motrices de la infancia desde la educación?
A nadie, por poco contacto que haya tenido con la materia, se le puede ocurrir pensar que esto es así, porque es así. ¿El qué? Me refiero a que sea importante porque sí, se trabaje en la escuela porque sí, se escriba sobre ello porque sí, o por el mismo motivo se engrose la lista de expertos teóricos y prácticos del tema. Hoy en día, y en consecuencia de todo el bagaje histórico, “podemos agradecer” pese a las distracciones de algunos pensadores y profesionales, el respaldo que la legislación constituye para la sostenibilidad del trabajo psicomotor en las escuelas, en la educación, en la vida desde los comienzos.
Cabría pensar, si nos ponemos tradicionales y clásicos, que cobrase mayor relevancia un área como la del lenguaje. Pero no sólo no es así. No sólo no es más ni menos. No sólo es que son iguales. Lo que le da especial importancia es que son dependientes. Así mismo lo podemos leer en el Decreto 330/2009, del 4 de junio, por el que se establece el currículo de la educación infantil (primer y segundo ciclo) en la Comunidad Autónoma de Galicia de aplicación en los centros educativos que la impartan en la mencionada comunidad.
Ya desde el primer ciclo (0 a 3 años) se alude a la composición del cuerpo por órganos y por segmentos; su dominio y el reconocimiento son temas que aparecen abordados en el área de conocimiento de sí mismo y autonomía personal. Desde esta área se plantea un objetivo que va ligado directamente al tema que estamos tratando: la motricidad fina. Así pues, se establece como finalidad (objetivo): Adquirir destrezas y habilidades manipulativas aplicándolas al manejo de útiles e materiales presentes en su entorno. Para alcanzarlo con plenitud no debemos dejar de lado los contenidos que se plantea trabajar, rescatando entre ellos el más significativo; algo que ya mencionamos al inicio de este apartado “descubrimiento y control global y segmentario del propio cuerpo” (que encontramos en el bloque 1, el cuerpo, de esta área).
Lo esperado del control motor irá en aumento en el segundo ciclo (3 a 6 años) sin salirnos del área hasta ahora comentada. Esta vez podemos ver que encajaría a la perfección la motricidad fina en el siguiente objetivo enunciado: Conocer y representar el propio cuerpo, identificando sus partes y algunas de sus funciones, descubriendo las posibilidades de acción y de expresión, y coordinando y controlando cada vez con mayor precisión gestos e movimientos.
Así pues, y de manera más general (incluyendo a más de un objetivo y/o contenido) las referencias legislativas de que nos servimos también nos brindan, de un modo más que comprensible, algunas orientaciones metodológicas, de entre las que se rescata la siguiente: “Se favorecerá el acercamiento a la diversidad de recursos, con la finalidad de que las niñas y niños exploren y descubran los objetos de interés y potencien su psicomotricidad. Al respecto, conviene subrayar que se considerará el uso de materiales y recursos de diversos pesos, volúmenes, tamaños, texturas, colores y formas que permitan efectos distintos e interesantes, como botar y rebotar, amontonar, encajar, mover, levantar, lanzar, empujar, combinar entre ellos…”.
Como vemos, la necesidad de trabajar desde los primeros años de vida con los pequeños grupos musculares aparece, de manera más directa o menos, reflejado en la legislación que regula la educación en Galicia; en una u otra área, en uno otro bloque, pero recalcando la necesidad de ser puesto en práctica de una manera holística y no fragmentada.
En la etapa de Educación Infantil, el recurso básico para acceder a la globalidad de la persona es el juego. Se ha de procurar que sean significativos por ello es importante que estén ajustados a la forma de aprender y a las posibilidades de aprender del niño y la niña.
Teresa Lleixá (2010), manifiesta sin lugar a dudas que el juego en la etapa de educación infantil es la actividad dominante. Nos habla de una época en la que el niño y la niña tienen la necesidad de dominar lo que les rodea, de conocer el medio, relacionarse con su entorno…hallando en el juego la manera más divertida de lograrlo.
Propuesta: una sesión de 50 minutos donde se trabaja la motricidad fina en educación infantil (2º ciclo; 5 años).
Objetivos:
Conocer las posibilidades de acción y expresión del propio cuerpo.
Coordinar y controlar, cada vez con mayor precisión, gestos y movimientos.
Vivir el juego como medio de favorecer la aceptación de reglas.
Relacionarse con las demás personas, de forma cada vez más equilibrada y satisfactoria.
Iniciarse en las habilidades matemáticas estableciendo relaciones de agrupamientos y cuantificación.
Potenciar la capacidad creativa a través del lenguaje artístico para imaginar, inventar, transformar… sus ideas y conocimientos.
Breve introducción:
La realización de actividades relacionadas con la habilidad motriz de las manos y los dedos ayuda a incrementar la capacidad motora para la manipulación de objetos así como para la creación de figuras y formas; en definitiva, el perfeccionamiento de la habilidad manual. Se pretende ejercitar la manipulación de objetos diversos en formas, tamaños y materiales, bien sea con toda la mano bien utilizando ciertos dedos.
Temporalización: 50 minutos.
Perfil del alumno: 5 años (segundo ciclo de educación infantil).
Partes de la sesión:
Parte inicial o de información: ejercicio 1.
Parte de mayor actividad motriz: ejercicios 2, 3 y 4.
Vuelta a la calma: ejercicio 5.
Actividad reserva: ejercicio 6.
Materiales (especificado en cada ejercicio):
Figura 1. Motricilando Fino
EJERCICIO1: LA PUESTA A PUNTO.
- Objetivos:
Practicar movimientos que requieran precisión.
Potenciar la capacidad creativa para inventar y crear pensamientos, ideas, etc.
- Materiales: plastilina.
Organización: los alumnos y las alumnas se sentarán en su silla, cada uno situado frente a su mesa.
- Temporalización: 10 minutos.
- Desarrollo:
El momento inicial de la sesión servirá para explicar a los niños cómo se suele ir a los sitios. Durante la misma se irán haciendo preguntas que inviten a la participación.
Ejemplo: ¿cómo venís al colegio?, ¿cómo vais de vacaciones?, etc.
Cuando vayan saliendo a relucir los medios de transporte comúnmente empleados (aunque hemos de considerar la posibilidad de desplazarse a pie también puede surgir) se invitará a los niños a que cojan la plastilina, imaginen y traten de plasmar el/los medio/s de transporte que más les guste.
Según vayan dando forma al vehículo en creación se les sugerirán partes o detalles del mismo que les falte tratando con esto de fomentar que realicen movimientos que requiera una mayor precisión.
- Observación: durante el desarrollo de la unidad didáctica pueden quedar expuestos en un rincón del aula (con el nombre del autor/ de la autora) para, cuando finalice, poder llevárselos a casa y enseñarlos a los familiares.
- Representación gráfica de la actividad:
Ejercicio 1. Motricilando Fino
Jugando con la plastilina a hacer medios de transporte
(Ejercicio 1)
EJERCICIO 2: ¡EN MARCHA!
- Objetivos:
Crear un clima de juego favorable para la aceptación de reglas.
Relacionarse con las demás personas a la vez que se inician en el desarrollo de habilidades matemáticas realizando agrupaciones.
Desarrollar la praxia fina.
- Materiales:
- Canicas (1 para cada equipo).
- Temporalización: 10 minutos.
- Desarrollo:
Se les delimita una zona de la pista con abundancia de líneas. Se señalizan secciones (rectas o curvas) de igual longitud y forma, tantas como grupos formemos. En dichas secciones se señalizan los extremos con un cartel de “salida” y con un cartel de “meta”, donde deben comenzar y a donde deben llegar, respectivamente. A continuación se les da una canica por equipo; ésta será su vehículo. Una vez explicado el contexto y el recorrido que han de hacer, se procede a indicar cómo se efectuarán los desplazamientos; esto se hará haciéndola rodar por la línea en sentido salida-meta, uno a uno, cada jugador de cada equipo. Para ello será necesario explicárseles cómo se ha de lanzar haciéndolo nosotras/os previamente (recogiendo la canica en un arco formado por la curvatura del índice e impulsado por el pulgar). El objetivo concreto a perseguir por los niños y niñas, es hacer rodar la canica en el menor tiempo posible por todo el recorrido marcado sin salirse de la línea que los guiará.
*Variante A del ejercicio 2:
Introducir en distintos puntos de la trayectoria elementos que haya que esquivar lo cual dificultará la realización.
*Variante B del ejercicio 2:
Introducir una norma nueva, como por ejemplo, volver al comienzo si el vehículo se sale de la calzada (la canica sale de la línea).
- Representación gráfica de la actividad:
Ejercicio 2. Motricilando Fino
Lanzando la canica entre las líneas marcadas.
(Ejercicio 2)
EJERCICIO 3: ECHAR GASOLINA
- Objetivos:
Conocer las posibilidades de acción y expresión del propio cuerpo.
Coordinar y controlar, cada vez con mayor precisión, gestos y movimientos.
Vivir el juego como medio de favorecer la aceptación de reglas.
- Materiales:
- Cajas: 2
- Lápices: 1 para cada participante (2 por participante para variantes).
- (2 pelotas por participante para variantes).
- Temporalización: 15 minutos.
- Desarrollo:
¿Qué es lo primero que hacemos si el coche se para? Pues le echamos gasolina. Se les explica a los niños que de tanto pasear nuestro vehículo se quedó sin gasolina así que tendremos que llenarlo. Para eso tenemos que echar monedas en la máquina; como esto es un juego y no tenemos monedas haremos que los lápices (objeto similar) son las monedas, y la máquina donde depositarlas, dos cajas vacías señalizadas. Consistirá en una carrera de relevos en la que la velocidad combinada con la precisión serán indispensables.
Distribuimos a los niños en dos equipos y los colocamos en fila ante una línea que será la de salida (podemos señalizarlo con un cartel o con las propias líneas de la pista puede ser suficiente). Al otro extremo de la trayectoria marcada les espera una caja (nuevamente puede figurar indicado con el cartel “gasolinera” o verbalmente se les explica que el final del trayecto es la caja). Cuando se indique el primero de los niños de cada equipo colocados en la salida deber portar el lápiz sobre el labio superior, como si fuera un bigote (haciendo algo de fuerza entre el labio y la nariz para sujetarlo y que no se caiga) y sin utilizar las manos. Cuando el primero deje “la moneda en la máquina de gasolina” volverá para dar el relevo al que era segundo en la fila. Así hasta que todos hayan depositado su lápiz en la caja. El equipo que lo consiga en el menor tiempo habrá ganado y esto querrá decir que reunieron el dinero suficiente para poder llenar su depósito.
*Variante A del ejercicio 3: Pueden asignarse un número cada miembro de cada equipo y saldrá aquel que el organizador u organizadora del juego designe. Quedará en la gasolinera sólo el lápiz de aquel jugador que llegue antes en su carrera. El lápiz seguirá sin poder cogerse con la mano.
Para esta variante se pueden ir introduciendo modificaciones graduales, en función de los destinatarios o de la facilidad de ejecución. Así, si se considera oportuno se puede hacer regresar al inicio a quién se le caiga, añadir algún tipo de penalización a los equipos o asignar órdenes (previo a indicar el número del jugador que ha de salir) que complique la precisión con la que se ha de sostener el lápiz en el labio superior (por ejemplo, desplazarse a saltos, dando giros sobre sí mismo/a, etc.).
*Variante B del ejercicio 3: Si se observa que echan las manos al lápiz (consciente o inconscientemente), que lleven una pelota debajo de cada brazo, de este modo tendrán las extremidades superiores “ocupadas”.
*Variante C del ejercicio 3: Portar dos lápices a la vez (más recomendable con niños de mayor edad o adultos).
- Representación gráfica el juego:
Ejercicio 3. Motricilando Fino
Sujeción del lápiz encima del labio superior
(Ejercicio 3)
EJERCICIO 4: LLENAR EL MALETERO
- Objetivos:
Coordinar y controlar, cada vez con mayor precisión, gestos y movimientos.
Vivir el juego como medio de favorecer la aceptación de reglas.
Desarrollo en la comunicación óculo-manual.
- Materiales:
- Cucharas: 1 para cada participante
- Recipientes: 1 para cada equipo (en principio serán 2).
- Lentejas: para llenar a medias un recipiente.
- Garbanzos: 1 para cada equipo.
- Temporalización: 10 minutos.
- Desarrollo:
Se les explica en qué consiste el juego: el coche se nos ha estropeado (podemos enlazarlo con la actividad anterior diciendo que finalmente no era por culpa de la gasolina; se había averiado) así que tendremos que cambiar las cosas del maletero de nuestro coche, que ya no anda, al de nuestro primo que nos ha venido a recoger. Para eso haremos una cadena humana. Se colocan los niños sentados en el suelo haciendo dos filas paralelas y mirando todos hacia el mismo sentido. Cada jugador dispondrá de una cuchara. El último integrante de cada equipo sostendrá un recipiente lleno de lentejas y uno o dos garbanzos; su cuchara le esperará a la cabeza la fila, en el suelo.
Cuando el juego comienza el penúltimo ha de rebuscar en el recipiente los garbanzos para, de uno en uno, pasarlo al de delante, éste al de delante, y así sucesivamente (de cuchara en cuchara)… El último, una vez le hayan cogido todos los garbanzos soltará el recipiente y correrá a sentarse de primero en la fila (cogiendo su cuchara). Los garbanzos estarán circulando por toda la fila, como si fuera una cadena humana. Cada vez que el que esté de último se desprenda del segundo garbanzo, pasándoselo al que tiene delante, correrá nuevamente a ponerse en primer lugar. Así deben hacer todos; con esto lo que conseguiremos será desplazar, poco a poco, la fila y transportar el/los garbanzo/s.
El juego terminará cuando consigan desplazar la fila hasta ese punto determinado como maletero del vehículo que viene en nuestro auxilio y logren introducir los garbanzos en el nuevo maletero (otro recipiente vacío).
Deberemos indicar que los garbanzos no se pueden coger con la mano ni para pasar de una a otra cuchara, ni para rebuscar en el recipiente. Para ello siempre y sólo deberán emplear las cucharas. Además es importante recordar que no deben acumular más de un garbanzo en su cuchara. Si, por el motivo que hay a quién pasarlo, se espera antes de coger otro de nuevo.
*Variante A del ejercicio 4: incrementar el número de garbanzos. Esto hará que tengan que aumentar la velocidad de todos los movimientos por haber más garbanzos en circulación (pueden estar todos con un garbanzo menos una o dos personas) y tener más cuidado para pasárselos sin que caigan.
*Variante B del ejercicio 4: penalizar la caída de algún garbanzo con el retroceso de tantas personas como garbanzos caídos. Se irán al final de los de la cabeza.
Representación gráfica del juego:
Ejercicio 4. Motricilando Fino
Garbanzo en equilibrio en la cuchara
(Ejercicio 4)
EJERCICIO 5: EL VIAJE ES MUY CANSADO, NOS DAMOS UN MASAJE.
- Objetivos:
Conocer las posibilidades de acción y expresión del propio cuerpo.
Coordinar y controlar, cada vez con mayor precisión, gestos y movimientos.
Relacionarse con las demás personas, de forma cada vez más equilibrada y satisfactoria.
- Materiales: Colchonetas.
- Temporalización: 5 minutos.
- Desarrollo:
Colocamos las colchonetas juntas cubriendo el área necesaria para que nos sentemos todos en corro. Una vez hecho el círculo y para que el profesor explique cómo han de colocarse para que estén todos mirando la espalda del de su derecha (o izquierda, pero todo el grupo igual).
Comprobada la correcta colocación nos sentamos lo más cómodos posibles, preferiblemente con las piernas abiertas o cruzadas y flexionadas para evitar chocarse. A continuación se les explica que nos vamos a dar masajitos porque los viajes son muy cansados, así que todos serán masajistas y todos los recibirán; pero han de cumplir un requisito: hacer al de delante lo mismo que nos haga el de detrás a nosotros. Pediremos que los masajes sean suaves, lentos y en movimientos pequeños para los que utilizarán los dedos.
*Variante A del juego 5: cada vez uno de la rueda representará algo sobre la espalda del de delante. Para ese movimiento debemos utilizar los dedos de las manos y las manos mimas. Podemos hacer trazos continuos (líneas, círculos…), discontinuos (toques interrumpidos), simultáneos (en dos puntos distintos de la espalda), etc. todo aquello que se les ocurra. Esto funcionará como un masaje/mensaje que ha de recorrer el corro hasta llegar de nuevo al emisor, el cual ha de verificar su autenticidad original cuando lo reciba en su espalda. Lo más probable es que se haya distorsionado el mensaje.
*Variante B del juego 5: se darán masajes de dedos sobre la espalda del de delante partiendo de un integrante del grupo y todos a un mismo tiempo repetiremos con el de delante lo que nos hacen. Esta vez es simultáneo y la finalidad es que todos y todas puedan regalar un masaje a sus compañeros/as al mismo tiempo, que de no realizarse así, sería imposible.
- Representación gráfica del juego:
Rueda de masajes (Actividad 5)
Ejercicio 5. Motricilando Fino
ACTIVIDAD RESERVA
- Objetivos:
- Crear un clima de juego favorable para la aceptación de reglas.
- Relacionarse con las demás personas a la vez que desarrollar la motricidad fina.
- Materiales: 10 pinzas
- Temporalización: 10 minutos.
- Desarrollo:
Se ha de explicar a los niños y niñas que son castañas. Todos somos castañas pero sólo uno es erizo; al comenzar lo será el o la que guíe la actividad. Se distingue del resto porque lleva en su ropa, prendidas, pinzas. Nos colocamos en círculo mirándonos unos a otros. La actividad comienza cuando el erizo dice:
Soy un erizo,
grande y rollizo,
pero (nombre de un participante),
castaña me hizo
Entonces la persona nombrada se dirige a junto del erizo para, pinza a pinza, desprenderla de las ropas de éste para prendérselas a las suyas. A continuación repite lo mismo.
Debemos decir que no se pueden repetir los nombres de los que ya han sido erizos, de este modo nos aseguramos que todos practiquen los movimientos que implica quitar y poner las pinzas.
- Representación gráfica de la actividad:
Gráfica. Motricilando Fino
Prenderse la pinza en la ropa (hacerse erizo)
(Ejercicio reserva)
Referencias bibliográficas:
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Obtenido de http://www.terra.es/personal/psicomotro/cuerpo_pscm.html
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