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6 May 2010

Percepción muscular en usuarios de gimnasio; un estudio piloto en Albacete.

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El presente estudio da a conocer la percepción en relación a la masa muscular que tienen 24 varones usuarios de un gimnasio de Albacete. Se midieron aspectos tales como la talla, el peso, el FFMI, porcentaje de grasa y se le administró un cuestionario de información demográfica y la Escala…

 
Autor(es): Irene González Martí, Juan Gregorio Fernández Bustos, Jorge Abellán Hernández y María Catalán Eslava.
Entidades(es): Universidad de Castilla – La Mancha
Congreso: III Congreso Internacional de Ciencias del Deporte y Educación Física
Pontevedra– 6-8 de Mayo de 2010
ISBN: 978-84-613-8448-8
Palabras claves: satisfacción muscular, gimnasio, imagen corporal

Resumen

El presente estudio da a conocer la percepción en relación a la masa muscular que tienen 24 varones usuarios de un gimnasio de Albacete. Se midieron aspectos tales como la talla, el peso, el FFMI, porcentaje de grasa y se le administró un cuestionario de información demográfica y la Escala de figuras de diferente desarrollo muscular (Baile et al. 2004). Los resultados informan que los usuarios de este estudio se autoperciben menos musculosos (M 4,12) de lo que realmente les gustaría estar (M 5,92). A su vez les gustaría estar igual de musculosos que el cuerpo que opinan que las mujeres desean más (M 5,58) y se autoperciben más musculosos que las personas de su mismo sexo y misma edad (M 3,52). La percepción muscular que se aprecia en la población seleccionada revela insatisfacción en torno a la masa muscular que el participante posee y que le gustaría tener. Esta insatisfacción puede derivar en trastornos relacionados con la imagen corporal como puede ser el Trastorno Dismórfico Muscular, más conocido como vigorexia.

Introducción

Los medios de comunicación exponen cuerpos extremadamente delgados como canon de belleza femenino y cuerpos muy definidos y musculosos como canon de perfección masculina (Pope, Phillips, & Olivardia, 2000). Los telespectadores que aprecian este lenguaje subliminal se crean expectativas, ideales corporales que en muchos casos es difícil de alcanzar. Dicha expectativa ensalza la motivación de darse de alta en un gimnasio para poder alcanzar el “ideal” propuesto por los medios de comunicación (Pope, Olivardia, Gruber, & Borowiecki, 1999). Este es el principal motivo por el cual los usuarios de gimnasio acuden diariamente a realizar sus rutinas de entrenamiento. Adelgazar o moldear su silueta, definición y aumento de su masa muscular se convierte en el objetivo primordial de estas personas (Arbinaga, 2004). Los cánones de belleza establecidos por los medios de comunicación son decisivos en la elección de dicha motivación.

En este aspecto la imagen corporal juega un gran papel en el desarrollo del objetivo de adelgazar o aumentar de masa muscular. La imagen corporal es la “representación interna de la apariencia externa” (Hausenblas y Symons, 2001 citado por Meneses y Moncada, 2008). Está condicionada por el procesamiento de la información que cada uno percibe de su propio cuerpo e influenciada a la vez por el modo en que se siente y se piensa con respecto al cuerpo. ¿Pero qué ocurre cuando la percepción es inferior al deseo de alcanzar el ideal? Esta insatisfacción puede llegar a provocar un desajuste entre la imagen corporal deseada con la imagen corporal percibida (Meneses & Moncada, 2008). Los medios de comunicación favorecen la insatisfacción corporal a la que llega un individuo cuando decide acudir al gimnasio. A tal efecto este estudio piloto pretende dar a conocer el grado de percepción muscular en los usuarios de un gimnasio de Albacete.

Material y método

En este estudio piloto participaron 24 varones usuarios de la sala de musculación de un gimnasio de Albacete. El procedimiento llevado a cabo para la toma de datos se detalla a continuación. En un primer momento nos pusimos en contacto con el responsable del centro para explicarle el objetivo del estudio, tras darnos su consentimiento procedimos a acudir periódicamente a su centro para captar a la muestra. Una vez en el centro abordábamos a los participantes que realizaban entrenamiento de pesas y le informábamos del objetivo del estudio, que era anónimo y voluntario y en cualquier momento el usuario podría abandonar el mismo. Tras firmar el documento de consentimiento informado, se procedía a tomar al participante la altura con un tallímetro portátil (TANITA), el peso y porcentaje de grasa corporal con el aparato de bioimpedancia TANITA BF 522, Fat-Free Mass Index (Kouri, 1995; Pope et al., 2000) además se le administró al participante un cuestionario sobre información demográfica y la Escala de figuras diferente desarrollo muscular (Baile et al., 2004 citado por Baile, 2005:88-89). Esta escala consta de 10 figuras masculinas que aumentan su musculatura, siendo la figura numero 1 la de menor musculatura. De tal forma que el participante debe seleccionar la figura que responda a las preguntas realizadas. La primera cuestión correspondería a la autopercepción de la imagen corporal que posee el participante (ítem 1; ¿cómo te ves?), la segunda respondería a su meta, es decir a cómo desearía tener su masa muscular (ítem 2;¿ cómo te gustaría estar?). Además de estas dos preguntas que plantea la Escala nuestra aportación añadió dos ítems más para conocer la percepción que tiene el participante en cuanto a la musculatura percibida en personas de su edad y en la musculatura que el participante opina que le gusta más al sexo opuesto. De tal forma el ítem número tres correspondería a ¿qué musculatura crees que tiene una persona de tu edad? Y por último el ítem cuatro que responde a ¿cuál de estas figuras crees que atrae más al sexo opuesto?.

Resultados

Los participantes de este estudio tenían una edad comprendida entre 18 años y 53 años. La media total de edad fue de 31,71 años (DT 10,845). El peso medio de la muestra fue de 77, 64 Kg. (DT 8,108) y una altura media de 1,69 metros. El porcentaje de grasa de la muestra fue de 12,01 % (DT 3,891). Mientras que el porcentaje de FFMI Fat-Free Mass Index de los participantes fue de 22,36 (DT 1,821)

La tabla 1 expone las puntuaciones medias obtenidas por los 24 usuarios de la sala de musculación a cada una de las preguntas. De tal forma que de las 10 figuras los participantes se autopercibían por debajo de la media en cuanto a musculatura (M 4,12 DT 1,227). Sin embargo les gustaría ser casi dos figuras más musculosos de lo que actualmente son (cómo te gustaría estar M 5,92 DT 1,717). Los participantes opinaban a su vez que las personas de su edad están menos musculosas que ellas (M 3,25 DT 1,482). Y por último creían que las personas del sexo opuesto, es decir, las mujeres les atrae un física más musculosos que lo que realmente autopercibían de sus cuerpos (M 5,58 DT 1,742).

Tabla 1. Medias obtenidas en las puntuaciones de la Escala de figuras diferente desarrollo muscular (N 24).

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 1

3.

 

En relación a casos particulares de la muestra podemos observar como mediante la prueba de los rangos con signo de Wilcoxon, 23 participantes se autopercibían con una musculatura inferior de como realmente les gustaría estar, mientras que un participante se autopercibía de la misma forma que le gustaría ser, es decir, está satisfecho con su masa muscular (tabla 2).

Tabla 2. Diferencia entre ítem 1 e ítem 2.

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 1

3.

 

La tabla 3 refleja como 18 participantes se autopercibían más musculosos que la mayoría de personas de su edad, al mismo tiempo que 4 usuarios se autopercibían menos musculosas con respecto a las personas de su edad y 2 participantes se autopercibían con un tamaño muscular similar al de una persona de su edad.

Tabla 3. Diferencia entre ítem 1 e ítem 3.

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 1

3.

 

Para concluir la tabla 4 expone como un participante opinaba que el cuerpo deseado por el sexo opuesto es menos musculoso que el cuerpo que el participante se autopercibía. De esta forma 19 usuarios opinaban que las mujeres desean cuerpos más musculosos que el cuerpo que ellos autopercibían y por último 4 participantes coinciden en que el cuerpo que desean las mujeres es igual de musculoso que el que ellos se autopercibían.

Tabla 4. Diferencia entre ítem 1 e ítem 4.

Contenido disponible en el CD Colección Congresos nº 1

3.

 

Discusión

Existen pocos estudios sobre trastornos relacionados con la imagen corporal en el género masculino, las únicas referencias que tenemos vienen de E.E.U.U., país en el que ha habido un progresivo interés de los hombres con respecto a su imagen corporal y como consecuencia el incremento de la preocupación por la estética y la percepción corporal (J. I. Baile, Monroy, & Garay, 2005). Garner (1997) llevó a acabo una investigación en la que muestra un gráfico de la evolución de la insatisfacción corporal con la apariencia física en el género masculino, observando que desde 1972, existe un incremento llamativo en la evolución de hombres insatisfechos, que pasa de un 15 % al 34%. En 1997, se triplican estos valores. Entre estos hombres se da más importancia a aspectos tales como las dietas, el uso de cosméticos y la práctica de ejercicio físico entre otros (J. I. Baile et al., 2005). Nuestros resultados no avalan este incremento porque se trata de un estudio piloto, pero sí que podemos apreciar como la mayoría de nuestros participantes desearían ser o estar más fuerte y musculoso que en lo que realidad son, este hecho refleja una insatisfacción muscular en la población de usuarios del gimnasio seleccionado. La motivación principal de estas personas al acudir a un gimnasio coincidiría con la hallada en otro estudio más reciente realizado por Meneses y Moncada (2008) en el que informa que 44 varones usuarios de gimnasio realizaban ejercicio físico para aumentar su masa muscular, mientras que las mujeres lo hacen para perder grasa (Meneses & Moncada, 2008).

El porcentaje de grasa medio de la muestra y la masa libre de grasa o FFMI, podemos observar como se trata de una muestra con poca grasa corporal (12,01 %) y una musculatura apreciable (FFMI 22,36). Si analizamos estos datos objetivos con los hallados de forma subjetiva en la selección a la respuesta del ítem 1, podemos observar que los resultados están en consonancia con la musculatura y grasa corporal hallada.

La mayoría de usuarios de nuestro estudio desearían ser más musculoso de lo que realmente se autoperciben, este aumento es casi similar a la puntuación obtenida en el ítem 4 en el que los participantes seleccionan la silueta que ellos creen que atrae al sexo opuesto, es decir, los participantes de este estudio les gustaría estar (media obtenida en el ítem 2 M 5,92) un poco más musculosos de lo que opinan que les gusta a las mujeres (M 5,58), pero a la vez mucho más fuertes de lo que en realidad ellos se autoperciben (M 4,12). Un estudio realizado por Baile a una población de usuarios de gimnasio de México, en el que aplicó este instrumento revela como esta población se autopercibía en torno a la figura 4 (José Ignacio Baile, 2005) al igual que nuestro estudio en el que se obtuvo una media de 4,12, es decir, que se autoperciben en torno a la figura 4 también. Sin embargo como respuesta al ítem 2, la población mexicana se puntúo en la figura 7 como musculatura que les gustaría alcanzar (José Ignacio Baile, 2005) frente a la puntuación de la figura en torno al 6 (M 5,92) que muestra nuestra población. Este hecho revela como la población mexicana desearía aumentar su masa muscular un punto por encima de nuestros resultados.

Conclusiones

Los datos hallados en este estudio reflejan como los participantes se autoperciben (de forma subjetiva) con la musculatura y porcentaje de grasa corporal semejantes al hallado en la medición de la grasa corporal y la masa libre de grasa (de forma objetiva). Además la mayoría de participantes deserían ser más musculosos de lo que en realidad se autoperciben. Se sienten con más masa muscular que las personas de su misma edad y opinan que el físico que le atrae más al sexo opuesto es más musculoso de lo que ellos se autoperciben pero menos que el ideal que a ellos les gustaría tener. Estos hallazgos reflejan una insatisfacción en relación con la masa muscular en los 24 varones usuarios de la sala de musculación de un gimnasio de Albacete.

Bibliografía

  • Arbinaga, F. (2004). Dependencia del ejercicio. Cuadernos de Medicina Psicosomática y Psiquiatría de Enlace(71/72), 24-32.
  • Baile, J. I. (2005). Vigorexia Cómo Reconocerla y Evitarla. Madrid: Editorial Síntesis.
  • Baile, J. I., Monroy, K. E., & Garay, F. (2005). Alteración de la imagen corporal en un grupo de usuarios de gimnasios. Enseñanza e Investigación en Psicología. , 10(1), 161-169.
  • Kouri, E. M., Pope, H, G., Katz, D. L. y Oliva, P. (1995). Fat-Free Mass Index in Users and Nonusers of Anabolic-Androgenic Steroids. Clinical Journal of Sportrs Medicine, 5, 223-228.
  • Meneses, M., & Moncada, J. (2008). Imagen Corporal Percibida e Imagen Corporal deseada en estudiantes universitarios Costarricenses. Revista Iberoamericana de Psicología del Ejercicio y el Deporte, 3(1), 13-30.
  • Pope, H. G., Olivardia, R., Gruber, A., & Borowiecki, J. (1999). Envolving Ideals of Male Body Image as Seen Through Action Toys. International Journal of Eating Disorders, 26, 65-72.
  • Pope, H. G., Phillips, K., & Olivardia, R. (2000). The Adonis Complex. How to Identify, Treat, and Prevent Body Obsession in Men and Boys. New York: A Touchstone Book.

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